Título: Ni Dios, ni Patria, ni Rey.

Autora: Freedom Released.

Género: Yaoi, romance, y drama.

Clasificación: +16

Advertencias: UA, OoC, situaciones explícitas, machismo y discriminación homosexual.

Serie: Naruto Shippuden.

Pareja: Sasuke U. & Naruto U.

Nota: Inspirado en unos episodios de la serie "Cuéntame cómo pasó".

Extensión: Mini-Fic: Prólogo/ 475 palabras.

Resumen: A Naruto, un heterosexual convencido, solo le faltaban cuatro meses para obtener la licencia militar. Justo en ese momento, lo deciden cambiar a otra academia militar para terminar mejor su formación, donde se convierte en el novato con el que todo el mundo se mete. Ahí conocerá a Sasuke, un homosexual confeso que es discriminado por su orientación. ¿Qué pasará cuando se conozcan?

Disclaimer: Tanto Naruto como sus personajes son propiedad de Kishimoto Masahi, eso sí, la historia es totalmente de mi propiedad.


Ayuda: Al estar ambientado en un sitio donde se usa la jerga militar, aquí voy a dejar algunas palabras que puede que no sepáis lo que son. Tampoco es que yo sea una experta en el tema y puede que varias de las cosas que pasen no sean exactamente así, pero bueno. Es para que podáis entender mejor todo:

Maricón/Marica: Despectivo referido a los hombres homosexuales o con apariencia de ello.

Sargento: Oficial subalterno que en las antiguas compañías de infantería seguía en orden al alférez y tenía el cargo de instruir y alojar a los soldados, velar por la disciplina y llevar la contabilidad.

Coronel: Jefe militar que manda un regimiento.

Guripa: Soldado. Hombre que sirve en la milicia.

Un "imaginaria": Imaginaria era la vigilancia que se hace por turno durante la noche en cada dormitorio colectivo. Un imaginaria era la persona —o en este caso el soldado— que se encargaba de ese trabajo, y se le dirigían por el mismo apodo.

La blanca: Así se referían a la licencia militar.

Mili: Milicia. Servicio o profesión militar.


Prólogo

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Y ahí estaba él. Apunto de entrar a un mundo completamente nuevo que ni de lejos se esperaba. No entendía muy bien por qué lo habían destinado a otra academia a penas a cuatro semanas de poder conseguirse la Blanca. Ya se había acostumbrado a la otra, y ya tenía amigos, y por algún extraño motivo sentía que ahí no iba a ser tan fácil encajar como anteriormente.

Se encontraba delante de un edificio gigantesco, con la bandera de las Fuerzas de Konoha ondeando en la cima de una gran torre. Las rejas que separaban la calle del patio eran de un metal brillante, con un ligero color plateado. A los lados de ellas, dos cañones tallados en piedra como si pretendieran intimidar a alguien con ellos, y dentro del patio, unos guripas se encontraban ensañando la marcha militar.

Suspiró profundo, intentando controlar sus nervios. Tenía que ser fuerte, tenía que conseguir la licencia para poder llegar a ser policía. Porque sí, en ese país, por extraño que pareciera, para conseguir un puesto como policía primero tenías que hacer la mili. Era ilógico, pero eran las normas y si esa era la única manera de conseguirlo... Lo haría. Ya había aguantado muchos años como para ahora echarse atrás.

"Vamos, Naruto, sé fuerte", se animó en sus pensamientos antes de decidirse a entrar a ese extraño edificio con apariencia de cárcel. Antes de dar el primer paso, elevó su brazo derecho para mirar la muñeca izquierda con ternura. Tenía un reloj dorado muy especial en ella, de mujer, porque se lo había dado la chica que le gustaba, Hinata, para que pudiera recordarla aún sin estar a su lado. Ella se había ido a Alemania a estudiar una enfermería, y le dejó ese bonito recuerdo, y él le dejó el suyo a cambio. Se prometieron nunca quitárselo, por sus sentimientos, a no ser que fuera necesario.

Con tan solo unos pasos dados, un hombre, bastante alto y de cabellos oscuros, se chocó con él y por poco lo tira al suelo si no fuera por que logró mantener el equilibrio. El rubio lo miró esperando una disculpa, pero lo único que recibió fue la espalda de ese muchacho marchándose en la misma dirección que quería emprender. Al parecer, ese chico era uno de los soldados que estudiaban ahí, puesto que no le veía llevar una bolsa pero los guardias le dejaron pasar sin pedirle un reconocimiento.

Puf, qué maleducado... —bufó. Cogió la bolsa y se encaminó hacia la puerta para al fin entrar en la academia—. Espero que no todos sean como ese.

Sin saberlo, cada vez se aproximaba más a lo que serían las últimas cuatro semanas más horribles de su vida, y a un cambio que lo cambiaría para siempre. Quizá para bien, quizá para mal. Algo que nunca descubriría hasta que pasara.

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Fin.


Nota Autora: Mi primer SasuNaru… Algo raro, lo sé, pero después de revivir mi infancia con una serie y ver unos capítulos donde pasaba algo como esto no pude resistirme a hacer mi versión. Espero que os haya gustado, acepto críticas y de todo :) Gracias por leer. Y si queréis siguiente capítulo, hacédmelo saber.