¡Hola! , ésta es mi primera historia en Fanfiction.

Debo decir que es una idea que me andaba rondando desde hace ya tiempo, pero nunca tenía suficiente ánimo para llevarla a cabo. Me basé en el filme francés "Martyrs" una gran película de suspenso que vi hace bastante. Decidí poner como protagonista a Christophe ya que no he visto muchas historias sobre él con temática de suspenso. Bueno, sin más que añadir les dejo con la historia. Cualquier comentario, duda o sugerencia es más que bienvenida

Disclamer: Los personajes corresponden a sus respectivos autores, la trama se basa parcialmente en la película "Martyrs" (2008)

¡Espero que les guste!

...

Los pasos tranquilos de las botas marrones dejaban figuradas sus huellas en la nieve, iba con cuidado de no resbalar, sus manos enguantadas estaban ocultas en los cálidos bolsillos de su abrigo naranja. Aún con esa temperatura no había ningún gorro que le cubriese la cabeza, dejando ver su perfecto y elegante cabello rubio peinado hacia atrás, ni un cabello fuera de lugar justo como le gustaba salir. Caminó durante unos cortos minutos hasta cambiar su dirección y seguir con aquella ruta más que conocida para él. Se detuvo al llegar a una casa, observando como en el tapete de entrada se encontraba un sobre, lo tomó para leer su destinatario.

—Joven Christophe…— leyó en voz baja antes de guardar el sobre dentro del bolsillo izquierdo de su abrigo, conocía a Christophe lo suficiente para saber que preferiría recibirlo de sus manos que de su madre, siempre necesitaba que le cubriesen la espalda.

Tocó el timbre de la casa después de asegurarse que la carta estuviera bien oculta, casi a los dos minutos la puerta se abrió. Una señora mayor de pelo corto y castaño le sonrió al verle, él le devolvió la sonrisa en un gesto amable.

— Gregory, querido. Es un placer verte por aquí —dijo la señora, su acento francés no había cambiado aun después tanto tiempo lejos de su país —Pasa, debes estar congelandote ahí afuera.

La mujer se hizo a un lado para dar paso al rubio que le asintió agradecido para luego entrar en la casa— Muchas gracias, señora— le comentó cordial— Disculpe, ¿Está Christophe?

—Si, si. Está arriba como siempre. Si me disculpas iré a prepararles algo caliente para que entres en calor.

—Muchas gracias, señora—le respondió el rubio.

Subió las escaleras y cruzó hasta el fondo del pasillo tocando la puerta frente a él. Esperó un momento; nada. Volvió a tocar con más insistencia que antes, la respuesta fue la misma que antes, un largo silencio. Suspiró, no quería llegar a eso, pero al parecer no tenía opción. Sacó una llave del bolsillo de su pantalón para abrir la puerta y entró en la habitación, el olor al humo del cigarrillo fue lo primero que le recibió y a pesar de ser fatal ya estaba acostumbrado.

—Hey, Chris…—saludó para ir directamente a la ventana y así disipar el olor.

El castaño tendido en la cama y con un cigarrillo ya a medio acabar alzó una ceja, se sentó en la cama para verle mejor.

—¿Cómo diablos has entrado? —inquirió en tono seco.

—Por la puerta— respondió sonriendole de medio lado, miró alrededor de la habitación tal parecía que nadie se había molestado en limpiar un poco —Por Dios, Chris ¿Cuándo fue la última vez que limpiaste este lugar?

—No menciones el nombre de esa perra en mi territorio— amenazó cortante dando una fuerte calada a su cigarro.

Gregory suspiró resignado, tantos años de conocer a su compañero y jamás entendió su inexplicable odio hacia aquel ser sobrenatural al que adoraban los de fe cristiana—Ya, lo siento— Metió su mano al bolsillo de su abrigo y sacó el sobre—Ten, te llegó esto. Lo recogí antes de que tu madre lo viera

El castaño hizo una mueca, casi nunca recibía correspondencia, si acaso le necesitaban para alguna misión su única conexión era Gregory. Además, no tenía muchos familiares que le escribieran. Dio una última calada para luego tirar el cigarrillo al trasto de basura. Tomó el sobre y vio por encima de donde era. Un destello pasó por sus ojos verdes, fue un momento, unos segundos tan sólo para luego devolver el sobre a las manos de su amigo como si este fuera a estallar en cualquier segundo. Desvió la mirada evitando la vista del rubio.

—Pon esta mierda lejos y si puedes piérdete en el camino— respondió con acidez en la voz.

Gregory parecía no entender nada, a pesar del carácter de su amigo casi nunca escuchaba hablarle en ese tono. Ladeó la cabeza confundido. —Pero espera, ¿Qué es Chris? —preguntó mientras se acercaba, quiso tocar su hombro pero el francés se alejó violentamente.

—Je t'emmerde!(1) —exclamó el castaño logrando que el rubio retrocediera unos pasos— ¿No me has oído? ¡Largo de aquí!

—¿Chris…?— susurró con duda, por un momento pudo sentir su temblor.

—Ta Gueule! (2) — respondió con más fuerza

Gregory más allá de la confusión obedeció, más por el tono en que lo decía que por sus amenazas. Volvió a esconder el sobre como pudo y bajó torpemente las escaleras topándose con la madre de su amigo.

—¿Te vas tan pronto, Gregory? —preguntó la señora.

—Si. Lo lamento, tengo cosas que hacer— se disculpó rápidamente

—Muy bien, regresa cuando quieras—Se despidió la castaña.

El rubio asintió y se encaminó a la salida, ya afuera de la casa miró el sobre con detenimiento. El nombre se Christophe escrito en una caligrafía bastante elegante. Sus ojos vagaron hasta encontrarse con el remitente. La carta parecía venir desde Francia, volteó en dirección a la casa de su amigo, quizás era el momento de hacer una nueva investigación, pero está vez por su cuenta.

(1) Je t'emmerde! = ¡Que te jodan!

(2) Ta Gueule! = ¡Cállate!