Ninguno de los personajes me pertenece...T-T ya quisiera.


Viento

Existían pocas cosas de las cuales debía estar consciente y que se las habían metido a la fuerza.

Una, era no obsesionarse con el tenis. Cosa que le costó bastante. Si bien seguía siendo su prioridad, podía pensar en diferentes temas.

Dos: nunca decirle no a un sempai o a un superior, las consecuencias podían llegar a ser peligrosas, sobre todo si Inui se encontraba cerca.

Y como tercera y tal vez más difícil debía, ante todo, tenerle paciencia a las personas. No era algo que le encantase aplicar, solía fastidiarse muy seguido creyéndose portador de un tiempo más valioso que el de los demás.

Paciencia.

Se repitió al verla irse, subiendo los escalones a su manera, luego de una tarde de práctica espontanea en donde la había encontrado dándole lata a la pelota en una cancha bastante lejana y sobre todo, solitaria.

Ryuuzaki parecía haber nacido con un sentido extra: el de la torpeza.

No existió ocasión en la cual no la viera metida en algún lío.

El despiste era su Karma.

Se dio media vuelta, su casa quedaba para el lado contrario y si se apuraba tal vez podría jugar un último partido con su padre antes que el día terminase.

No había pasado ni un segundo, cuando un grito un tanto chillón llamó su atención. ¿Ahora que le había pasado a…?

Su pregunta murió ahí. La falda de su compañera se había levantado considerablemente, jugando con la briza de la tarde de primavera. Para colmo, desde su posición, el espectáculo era completo.

Sin embargo, no supo que lo hizo girarse rápidamente.

Tal vez había sido el sentimiento de vergüenza extrema que le recorrió o quizá que no podía soportar dignamente aquel cuadro.

Caminó hasta salir del parque sin mirar atrás.

Recién cuando se encontraba esperando el corte de la luz para cruzar la calle, se permitió recordar ese segundo extraño.

Sonrió.

― Neko…― masculló lentamente; no sabía de dónde había venido aquella palabra furtiva que escapó por su boca, pero definitivamente era exactamente lo que estaba pensado y dado el hecho de que se encontraba solo, no se escandalizó tanto.

La luz dio el pase, y perdiéndose entre la poca concurrencia de la ciudad, sonrió nuevamente al pensar en aquel estampado.

Ryuuzaki era torpe y muy despistada, pero al parecer tenía unos gustos interesantemente peculiares.


Lo sé, un desastre...pero, fue una prueba XD.

Me dije...Acuini, debes hacer algo que no supere las 400 palabras..ò-ó deja ya de irte por las ramas.

Así que esto quedó. Espero que por lo menos les haya agradado.

n.n ¡Nos vemos!

Grisel