Esta colección estará inspirada en las palabras propuestas en el topic: "Escribe a partir de una palabra" del Foro Proyecto 1-8.

Con la palabra: Arrebol, cuando las nubes adquieren un color rojo al ser iluminadas por los rayos de sol. Propuesta por Midnigttreasure

Disclaimer: Digimonnomepertenece


Algún día

Hubo una suave brisa que acompañó las palabras de Kouichi, trayendo hasta ellos memorias que con el paso del tiempo se desteñían, se volvían difusas; pero que se mantenían latentes, vivas bajo su piel.

— ¿Lowemon? ¿Eras como un león?

Kouichi asintió. La tarde caía en el horizonte, coloreando el cielo en rosados y anaranjados. Un atardecer que traía finales y comienzos. Izumi sonreía a las caricias del viento, con ojos cerrados y mejillas arreboladas.

—Ha sido la más grande aventura de nuestras vidas —aseguró Takuya.

El menor lucía impresionado.

—Sí, lo fue —coincidió Kouichi observando cómo sus amigos le devolvían la sonrisa —. Y tu hermano —añadió, mirando al pequeño de mirada ilusionada —, tenía el Spirit del fuego.

Takuya soltó una risa de una única nota. Se tumbó levemente, apoyando la cabeza en el hombro de Izumi.

Agnimon del fuego.

Su voz, cargada de recuerdos, se transformó en un susurro a medida que pronunciaba palabra. Sus manos se transformaron en dos puños, sintiendo las llamas nacer de su interior.

— ¿Del fuego? Supongo, entonces, que era muy fuerte.

—Lo sigue siendo —declaró Tomoki —. Los diez lo son. Protegerán aquel mundo y a todos sus habitantes por siempre.

Shinya parpadeó, perplejo. Su mirada revoloteaba en los rostros de los seis presentes.

Tomoki, con la sonrisa puesta en las nubes pintadas de arrebol, con los ojos iluminados en historias pasadas. Kouji, con las manos haciendo de almohada entre su cabeza y el tronco de un gran árbol, con los ojos cerrados y su inmutable silencio. Junpei, con sus piernas cruzadas, sentado sobre la hierba, absorto en pensamientos que Shinya quería y no podía leer. Izumi, sonriendo a la brisa, cerrando los ojos de tanto en tanto, respirando profundo, suspirando risas. Kouichi, a su lado, contándole la más emocionante historia de todos los tiempos.

Y de pronto, reparó en los ojos de su hermano mayor, que lo observaban de regreso con un ardor penetrante.

—Pero… ¿y ustedes? ¿Qué sucederá de ahora en adelante? ¿No volverán jamás?

Kouji abrió los ojos, lentamente. Se había mantenido en silencio desde el inicio de la conversación.

—Tal vez… algún día —dijo.

Entonces, Junpei se movió con agilidad hacia él, tan rápido que no le permitió reaccionar, y lo atrapó en un aplastante abrazo, carcajeándose en su oído.

— ¡Encontraremos la forma!

Su voz alegre y su energía, llenaron al resto de fuerza.

—Sí —agregó Tomoki —. Ya lo verás. Volveremos.

Y en lo que Tomoki y Junpei reían, Kouji luchaba porque lo soltaran. Takuya compartió una mirada con Kouichi. Los ojos de Shinya brillaban con el reflejo de los últimos rayos del día y una sonrisa se dibujaba, cada vez más acentuada, en sus labios.

—Bokomon y Neemon estarán esperándonos —sonrió Izumi.

Todos le compartieron a Shinya un recuerdo sobre ambos, Bokomon y Neemon. Y Shinya estaba seguro de que, por más que le contaran una y otra vez la historia completa, no sería suficiente. No bastaba sólo con oírla.

—Y… ¿qué hay de mí? —Se le escapó decir, cuando las luces de las calles se encendían y ya no quedaban rastros del sol —. ¿Podré ir?

Izumi sonrió con ternura. Takuya le alborotó los cabellos con el puño cerrado, ignorando las quejas de niño.

—Tal vez, algún día, todo iremos.


¡Feliz aniversario, Digimon Frontier! Y, ¡Feliz cumpleaños, Shinya Kanbara!

A todos, ¡muchas gracias por leer!