Misión 1: Prefacio

Estaba inmerso en la oscuridad, sin sentir su cuerpo, curiosamente sentía que no podía moverse, sólo flotaba, sin rumbo, recordó la lucha con su hermano Dante, él era Nelo Angelo, pero su hermano no lo sabía,en el fondo se sintió orgulloso de que acabase con su vida, prefería eso a seguir siendo un esclavo, un títere, prefería eso que una vida plagada de errores que él como siempre, era demasiado orgulloso para admitir.

Pero ahora, simplemente estaba muerto, o al menos eso pensaba mientras vagaba por la nada, y secretamente esperando alguna señal que le guiase, o que le enseñase qué hacer.

Para él, el tiempo dejó de existir, se sentía solo, únicamente conseguía pensando en que en algún plano, el existía y que quizá, su hermano, se acordaba de él, hasta que un sonido interrumpió el sepulcral silencio llenándolo todo, como de gotas de agua al caer, de repente, pudo verse a sí mismo, podía verse flotando en la nada, desnudo, frío, las gotas caían de sus manos. Era sangre.

Cerró los ojos furioso, intentó moverse más rápido, pataleó y pegó puñetazos al vacío hasta que algo le paró, sentía como si cadenas de metal envolviesen sus extremidades impidiéndole moverse, entonces oyó una risa espectral, sintió como unas manos acariciaban su cuerpo, y por último un destello de luz. Cuando aquella luz se disipó, volvió a escuchar aquella risa espectral, fijó la vista en algún sitio, lo primero que vio fueron los ojos azules de su hermano, aquella mirada le tranquilizaba, le llenaba de calidez el alma, aunque nunca lo demostraría, los ojos de su hermano estaban llenos de dicha....¿Por verle de nuevo?, interrumpiendo aquella visión volvió a oír aquella risa, y casi sintió los labios del ser que la emitía acariciando su oído.

Abrió los ojos sobresaltado, se encontraba en su cama en la mansión Sparda, una y otra vez soñaba con su resurrección, una y otra vez le asaltaban las mismas imágenes, volvía a sentir aquellas manos y a oír aquella risa, y de nuevo, cada vez que se despertaba siempre era la misma sensación de vacío, y de rabia, cada noche, soñaba con sus propios recuerdos después de su "muerte".

Se dirigió al baño y tras tomar una ducha, se vistió con su acostumbrado traje negro y su gabardina azul, peinó su pelo hacia atrás con sus manos y cogió a Yamato, dirigiéndose al negocio de su hermano, que le había llamado de urgencia la noche anterior.

Tras un rato caminando, llegó al sucio local de su hermano, la fachada, necesitaba unas cuantas manos de pintura, y el letrero del local tenía el aspecto de irse a caer en cualquier momento, entró, volviendo la cara hacia un lado ante la ola de polvo, hedor y suciedad que le recibió. Sobre la mesa, su hermano dormía con una porción de pizza resbalando por su pecho, Vergil arqueó una ceja y sin ningún tipo de contemplación, se acercó a él y dándole un certero golpe en la cabeza, le tiró de la silla al suelo, Dante se despertó sobresaltado y le apuntó con una de sus inseparables pistolas, pero al reconocerle, bajó el arma.

-¡¡Hola Vergilito!!-saludó Dante, con todas las intenciones de abrazar a su hermano, a lo que Vergil se apartó y dándole un codazo en la espalda, lo tiró al suelo, Dante se quedó sentado allí y miró a su hermano haciendo pucheros- Vergilito ¡¡Qué cruel eres!!

-Déjate de estupideces Dante, ¿para qué me has llamado? -dijo Vergil poniéndole a Yamato en el cuello

-Bueno....tú sabes....esto....-Vergil no necesitó saber más

-Debes mucho dinero al banco, Dante -Dijo el mayor procurando conservar la calma

-Por eso te he llamado-respondió el otro con una sonrisa bobalicona- ¿podrías apiadarte de mi?

-Eso...¿Lo dices en serio o se te ha subido el helado de fresa a la cabeza?

-Oh, vamos Vergilito, un poco de caridad con tu hermano pequeño

-¿Caridad? ¡Pero si me mataste dos veces!

-Ya, pero luego resucitaste con tus súper poderes, hermanito

-¿Tienes idea de lo que me costó? -dijo Vergil apretando los puños, recordando aquel sueño que todas las noches lo atenazaba-

-Ehm...¿Poco?

-¡¡DANTE!!-gritó Vergil ya fuera de sí- mejor me calmo...-dijo para sí y respiró hondo- Lo que tienes que hacer es trabajar, Dante, no chapurrear las misiones, Lady reclama lo que le debes. En vez de trabajar...o lo que sea que haces aquí, podrías buscarte un trabajo parcial, así ganarías dinero y harías algo útil, aparte de enriquecer a los restaurantes de comida rápida- dijo sosteniendo con asco un trozo podrido de Pizza.

-Vergil...pero...¿Y el Devil May Cry?

-Dedícate a él en tus ratos libres, yo no te voy a prestar ni un sólo céntimo, ¿queda claro?

-Puff...amargado, te hace falta un buen polvo...-susurró Dante

-¿Qué has dicho? -dijo Vergil mirándole con los ojos ardiendo en ira

-Nada...Nada...-se retractó el hermano menor

Antes de que el mayor pudiese replicar, siete figuras encapuchadas aparecieron en el umbral de la puerta, una de ellas, que vestía una tunica blanca con un ligero matiz lila, se adelantó y habló.

-¿Vosotros sois los hijos de Sparda?-dijo con solemnidad

-Si-respondió Vergil adelantándose a su hermano

-Tenemos una misión para vosotros dos, y recalco, los dos, os necesitamos a ambos-la boca de aquel ser se curvó en una sonrisa de satisfacción

-¿Para qué?-preguntaron al unísono los gemelos

Los desconocidos retiraron las capuchas de sus rostros, mostrando las facciones beatíficas de siete hombres pálidos de rostros perfectos con ligeros matices de color en sus ojos

-Nosotros somos las personificaciones de las virtudes, Yo soy Humildad y ellos son: Caridad,Templanza, Generosidad, Castidad, Tenacidad y Paciencia. -dijo señalando a sus compañeros que parecían un arcoiris todos juntos, los matices de la túnica pasaban por verde, rosa, dorado, fucsia, azul y rojo, siempre de una forma tan ligera, que apenas alteraba el tono blanco- Antes de deciros qué tipo de misión queremos que realicéis deberíais escuchar una historia, en el caso de que aún así no aceptaseis acometerla, debéis prometer que, nada de lo que escuchéis saldrá de aquí . Nosotros fuimos creados por Dios para luchar contra los siete pecados capitales, o "Seven deathly sins" como ellos se hacen llamar: Pride, la soberbia, es la reina y señora de los siete pecados, Envy, la envidia es el más antiguo y segundo al mando., Gluttony es la gula, Lust es la lujuria, Sloth es la pereza, Greed es la avaricia y Wrath es la ira y también la pareja de Pride.

En un primer momento, cuando nos enfrentamos por primera vez, en la época en el mundo era joven, destruimos nuestros cuerpos mutuamente, fue así como nuestros poderes vagaron perdidos en busca de los elegidos, que hace 200 años empezaron a nacer, uno tras otro, todos, virtudes y pecados resucitamos, y comenzaron los enfrentamientos, en uno de ellos, capturamos a Pride y la encerramos en una prisión de hielo, en el castillo de las virtudes, eso les dejó sin defensa alguna debido a que, los Sins dependen los unos de los otros, si uno de ellos es herido, es como herir a todos los demás, esa es su debilidad, pero también su mayor fortaleza, tras eso, se retiraron a esconderse, pero ahora, la prisión de Pride se debilita, y si vuelve a escapar los Sins volverán en su máximo poder.

El recinto que rodea la prisión solo puede ser pisado tres veces. Por razones del destino, ya se hizo dos veces, una de ellas, costó una vida, por ello sabemos que Pride ha despertado dentro de su prisión y puede escaparse por sí misma. En eso consistirá vuestra misión: custodiar la prisión y encerrar a Pride si llegara a liberarse.

-¿Por qué encerrarla? A los enemigos hay que destruirlos -dijo Vergil, llevando su mano a la empuñadura de Yamato

-¡NO! No debéis dañar a Pride...bajo ningun concepto -dijo Humildad nervioso repentinamente- No lo olvidéis, no debéis dañarla -les extendió un cheque a cada uno que hizo que a los hermanos se les iluminase el rostro- esto sería el pago mensual de vuestra misión, si la aceptaseis os dejaremos tiempo para que podáis dedicaros a otras misiones, pero recordad que esta tiene prioridad, no podéis abandonarla a menos que muráis en ella ¿aceptáis?

Vergil y Dante se miraron en una especie de acuerdo tácito y asintieron...

El trato quedó sellado mientras en otro lugar, en una prisión de hielo unos ojos violetas se abrían y unos labios se curvaban en una sonrisa

-Empieza el juego -susurró una voz entre el hielo