Saint seiya y Saint seiya: The lost canvas no me pertenecen.

Bueno, esto ha surgido de una idea muy loca, pero creo que original. Habrá algo de OCC, hay que pensar que están en un psiquiátrico y que se supone que tienen problemas.


La vida parecía ser normal para todos los humanos. Se seguía una establecida rutina que todos seguían o no, cuestión de persona, y vivían sus vidas a su modo. Pero hay un sitio que no es así. Se trata del hospital psiquiátrico Athena, donde van los peores y más peligrosos casos de locos, asesinos o cualquier persona con problemas mentales. El lugar, dirigido por la famosa familia Kido, tiene fama mundial y van muchachos de todo el mundo. La directora del lugar, Saori Kido, ha hecho de este lugar un sitio muy bien seguido por normas.

Un muchacho de cabellos largos y negros entraba hoy a trabajar a aquel lugar. Después de pasar por muchos exámenes y pruebas, consiguió entrar para trabajar. Caminó hasta el centro de oficinas, donde le dijeron que esperase hasta que llegase la directora del lugar. En unos diez minutos Saori Kido apareció.

-Buenos días, soy shiryu, encantado.

-Buenos días, señor Shiryu. Espero que esté a gusto con el lugar y que haga bien su trabajo como médico y psiquiatra del lugar. -Le dijo. -Empezaremos enseñándote el lugar y sus normas, esté bien atento.

Saori le guió hasta la primera de tres plantas que tenía el enorme edificio. El lugar era callado y hasta daba pena el ambiente, pero seguro se acostumbraba a eso, tenía que hacerlo sí o sí. Era esencial el dinero que ganaría como trabajador en aquel hospital, pues tenía una esposa a la cual adoraba y embarazada.

-Bien, esta es la primera planta. -Saori se paró y le miró con una sonrisa -Aquí están los casos que nosotros consideramos menos peligrosos, son los que nos llegan personalmente de las familias y que nosotros mismos vamos a buscar.

-Ya veo, he sido informado de que comenzaré tratando esta planta.

-Sí, así es. Si lo haces bien serás ascendido a la segunda y posiblemente a la tercera, donde pocos llegan.

Shiryu pensó para si mismo que tenía que hacerlo lo mejor posible para poder acceder a esa planta. Tenía otro motivo por el cual decidió este lugar. Un familiar suyo estaba internado aquí, específicamente en la tercera planta. Jamás supo porque acabó en este lugar, pero él iba ha hacer lo posible para saberlo y cuidarlo.

Saori le enseñó donde estaban los baños, la cafetería y demás lugares de la planta, luego fueron a la segunda. Ahí encontró a algunos policías vigilando el lugar. Se sorprendió de ver a policías y no a vigilantes de seguridad privada como en muchos lugares.

-Esta es la segunda planta -Le informó la chica -Aquí se internan los que nos traen los policías, y por supuesto son todos ladrones o asesinos. Estos son considerados más peligrosos, por lo que hay policías para que vigilen que ninguno escape o mate a otro paciente.

Igual que antes, la chica le enseñó donde estaba cada cosa y la oficina de policías que había en la planta. Le dijo que ahí solo iban los mejores, nada de patéticos ni nada. Aquí había lo mejor de lo mejor. Después de eso fueron a la tercera y última planta. Al llegar, unos policías con chaleco anto balas y guantes para los cortes les dijeron que se pusiesen el chaleco y los guantes igual que ellos. Eso extrañó mucho al nuevo trabajador, quien no se esperó eso para nada.

-Esta es la tercera planta y la última. Aquí hay que tener mucho cuidado como has podido ver. -La chica se puso todo igual que él y continuó hablando -Estos son los casos especiales. Son casos que jamás han podido tratarse con facilidad, personas que han perdido totalmente la cordura. Han matado a muchos pacientes y médicos del lugar, ten cuidado. Para que te guíes mejor y no pase nada, te explicaré cada caso, así si los ves fuera de las celdas donde se encuentran, sepas que son de aquí.

-Deben ser muy peligrosos.

-Lo son, créeme.

Caminaron hasta una habitación donde pone el nombre de Saga. Al entrar había un pasillo pequeño hasta una enorme celda. En el centro se encontraba un chico de más de veinticinco años, de pelo azul y mirada perdida. Shiryu sintió miedo al ver aquella mirada posarse sobre su persona. Saori, en cambio, se mantuvo normal.

-Saga, el es Shiryu. Un nuevo médico en el lugar. -El chico se levantó y lo miró como si fuese un mueble más del decorado escaso del lugar.

-Supongo que encantado... -Murmuró y le tendió la mano entre las rejas y sonrió de forma extraña -Dame la mano... -Shiryu asintió levemente y se la dio, inmediatamente este le apretó muy fuerte. Por mucho que intentase apartar la mano, Saga lo tenía bien cogido - ¡Y ahora es cuando te arranco esta mano y seguidamente tu estúpida cara, muchacho! ¡Será divertido, créeme!

La voz que se escuchó esta vez era totalmente distinta a la que escuchó antes. Esta era ronca y diabólica, mientras que la anterior era melodiosa y suave. Saori corriendo los apartó y se llevó al chico de allí.

-¿Estás bien? -Preguntó, Shiryu asintió. -Él es Saga, tiene diagnosticado doble personalidad en estado grave. Sufrió malos tratos por parte de su padre y su madre hasta los diez años, cuando Kanon, su gemelo que después te presentaré, los asesinó. A los quince años Kanon se volvió como su padre y comenzó a robar, Saga lo denunció y fue a la cárcel, jurando venganza. Saga intentó vivir una vida normal, pero empezó a escuchar voces, las voces de sus padres. Perdió la cordura y mató a su mejor tutor. La policía nos lo trajo hace dos años.

Shiryu estaba realmente pálido. La historia del chico era realmente triste. Ahora entendía aquella mirada vacía, llena de dolor y sufrimiento. Saori fue a la siguiente habitación donde estaba el nombre Mu. Entraron, la habitación era igual, todas eran iguales. En una esquina se encontraba un muchacho de cabellos lilas con dos extraños puntos en la frente. Parecía tranquilo e incluso no parecía tener algún problema.

Mu miró al nuevo y sonrió muy amablemente. Saori le sonrió, muy al contrario que con Saga, y este le devolvió la sonrisa. Shiryu se acercó lentamente, haciéndole ver que no venía de malas. Mu entendió y se acercó algo más rápido.

-¿Puedes decirme tu nombre y edad?

-Soy Mu, o así me llaman. Tengo veinte años. -Le volvió a sonreír y le tendió la mano. Después de lo que había pasado antes, Shiryu dudaba de si aceptar, pero al final lo hizo y no pasó nada. Al salir de allí algo nervioso, no se pudo dar cuenta de la mirada que el chico de los puntitos en la frente le dirigía; una mirada que demostraba una extraña locura y obsesión.

-Él era Mu, como has podido comprobar es muy amable y parece no tener nada, pero no te confíes. -Miró la puerta por la cual habían salido hace unos segundos -Es del Tíbet, vivió allí con sus padres, pero el ejército chino los perseguía y terminó por matarlos delante de sus ojos. Eso creo que fue a los siete años. Vivió en soledad perpetua hasta los dieciséis, cuando un niño pequeño vino a él. Al principio todo parecía ir bien, pero odiaba que Kiki, el chico, saliese a fuera. Como no lo hacía caso lo encerró y lo ató a una silla. -Hizo una pausa para coger aire -Mató al chico por obsesión hacia él, lo que considera suyo es solamente suyo.

-Posée obsesión compulsiva a grado grave ¿Cierto?

-Sí, así es. Lo tenemos aquí porque en la segunda planta mató a tres médicos que lo cuidaban, el motivo era el mismo, solo podían cuidarlo a él. Si se enfada, cosa que sucede muy poco, es terrible. No perderá la sonrisa, pero en sus ojos podrás ver su estado de animo...Los ojos de un asesino solitario.

Shiryu pensó es ese momento donde demonios se había metido y en que lugar había tenido que ir a parar. Suspiró, lo hacía todo por aquel que después de morir sus padres lo cuidó y que desapareció misteriosamente, el cual ahora se encuentra aquí. Fueron a la siguiente, el nombre que ponía era Ángelo. Entraron y vieron a un hombre de cabellos azules y mirada psicópata.

-Buenos días Ánge...

-¡NO LO DIGAS! -Gritó -Mi nombre... no lo digas... es odioso. ¡Llámame Máscara Mortal!

Máscara Mortal. Al oír ese apodo Shiryu supo inmediatamente de quien se trataba el sujeto que tenía delante de sus ojos. Era el famoso asesino psicópata que había matado a cientos de personas, que arrancaba sus rostros y los colgaba en sus paredes. Parece que acabó aquí y las razones son muy obvias.

-No estoy encantado de conocerte, contaminas mi lugar, lagartija. -Le dijo -Vete antes de que haga de tu rostro una paella y lo cuelgue como cuadro en este lugar. -Miró a la muchacha y sonrió -Oh~ sabes que este lugar es demasiado aburrido nena. Traeme entretenimiento más amenudo.

-Claro, espera a salir de aquí y lo obtendrás.

-Eso es trampa ¡Jamás saldré de este estúpido lugar!

-Mataste a cientos de personas y lo que hacías con sus cuerpos... Comprende la situación. -Se dio media vuelta -Ya has conocido al nuevo, vamos de aquí.

Al salir del cuarto, Saori se apoyó en la pared y suspiró, estaba pálida. Podía comprender como se sentía, solo había visto a tres y ya quería irme de aquí, pero tenía que aguantar un poco más. La chica se incorporó y me miró con una sonrisa.

-Seguro que lo conoces. Es famoso en todo el mundo. -Yo asentí y ella miró el techo -De pequeño sufrió el rechazo de su madre, que era una prostituta, y el maltrato de su padre, quien era mafioso. Comprende que es normal que sea así. Cuando lo capturaron confesó que su padres fueron los primeros en morir, y los primeros rostros que colgó. El motivo de que hiciese eso es totalmente desconocido.

Bien, todos tenían en común que de pequeños sufrieron mucho, y es que lo que ves en tus primeros años de vida es lo más esencial en el desarrolló del niño y su personalidad, eso debían saber todos y había que tener cuidado con lo que se les decía o hacía a sus hijos. Sin más, fuimos al siguiente, Aldebarán.


Lo he dejado aquí por el momento. Pobre Shiryu, pero tiene que soportar. Las edades no concuerdan con la serie, como podréis notar. Shiryu tiene la edad de Mu, 20. No sé cuanto es la carrera que hace, así que omitamos eso, como si nada xD.

Este fic tratará sobre la vida de nuestros amados dorados en el psiquiatra, como afrontaran su vida aquí, y, por supuesto, no todos están aquí. Algunos son médicos. Habrá yaoi y hetero, aviso.