¡Hola! Siendo yo otra vez, jodiendo por acá (?) *A nadie le importa*

Así que, vine con un drama, con un tema bastante serio que también es compatible con la realidad, incluso con un programa como South Park en el que este tipo de temas son tratados hasta con humor, lo abordo desde un punto más dramático, es corto y probablemente no tan fuerte, pero de todas formas, sigue siendo un tema social grave, así que, si eres muy sensible o te ofendes con facilidad, no leas este fic, por favor.

South Park no me pertenece, es propiedad de Trey Parker y Matt Stone.


Kenny se adentró algo desconfiado a la habitación de su hermana pequeña, Karen. No es que no lo hubiese hecho antes, pero ahora era bastante distinto, la joven había estado algo extraña en días anteriores, no irradiaba su aura optimista y tierna, se le veía apagada y a penas tocaba la comida que su madre le ofrecía. Como era de esperarse, Kenny se preocupo más de lo normal, ¿Qué pasaba con todo esto?

Podría preguntarle que le pasaba, pero eso ya lo había hecho, recibió como respuesta una floja explicación de lo cansada que estaba en su entorno escolar, de cómo las tareas no las entendía y no quería molestarlos a él o a Kevin respecto a ello. El rubio se lo creyó los primeros días, pero cuando tuvo oportunidad de ver un cuaderno de Karen de reojo, en este no había escrita ninguna tarea, la niña era aplicada así que no se preocupaba de que no realizara sus deberes.

Cada día, menos entusiasta se le veía, ya no le interrumpía de la nada cuando veía sus "Cuentos de personas que no conocían la ropa" -Porno-, cuando llegaba de la escuela, ella no lo recibía con su característica voz alegre, feliz de que su hermano mayor volviese para atenderla y jugar con ella.

Esa niña parecía el alter ego negativo de la pequeña McCormick.

Por eso, tuvo que recurrir a lo que él llamaba medidas drásticas, que era invadir la privacidad de la joven con justificación, ¡De alguna manera tenía que empezar! La niña se había quedado dormida en el dañado sofá de la sala, y como era de suponer, ninguno de sus padres la cargaría hasta su cuarto, así que se lo dejaban a Kevin o a Kenny. Pero cuando el segundo se ofreció a hacerlo, Kevin respondió con un asentimiento y se fue a dormir.

Primero miro en los pocos cajones que había en aquella diminuta habitación, pero solamente encontraba juguetes rotos y dibujos sin colorear. Kenny contrajo su rostro en una mueca de disgusto, tendría que hacer algo para comprarle unos colores a Karen, ella amaba pintar.

Miro en el armario y vio las mismas prendas de siempre, con algunos zapatos en fondo, unos que seguramente ya no eran de la talla adecuada de la niña, pero que ella, se seguía poniendo sin reprochar.

Debajo de la cama estaba todo limpio, esto le hizo sonreír, ¡Primero muerta que desordenada, vaya cría! Pero, al no encontrar otra pista, se sintió algo decepcionado.

De repente, se le ocurrió una idea, las chicas siempre tenían escondites especiales para sus cosas, incluso él lo sabía. Pero su hermana no tenía mucho espacio, así que un escondite bien formado no debía de haber, se fijo en la cama, perfectamente tendida con sus dos delgadas mantas y una sola almohada. Palpó ambas cosas y justo debajo de la última, sintió un pequeño bulto, ¡Bingo! Cantó su mente, alzo la mullida y un poco desgastada almohada y se encontró con un cuaderno que nunca había visto en manos de la pequeña.

Lo tomó algo extrañado, vaciló un poco sobre si abrirlo o no, pero al fin de cuentas era por el bien de su pequeña hermanita, porque quería verla bien y estar allí para ella, porque era su hermano mayor, y eso es lo que hacen las familias que se quieren.

Porque están rotos, pero se quieren.

Abre la tapa lentamente y se encuentra con letras algo torcidas, dignas de una chica de la edad de Karen, se lee en ellas "Diario de Karen"; más abajo se puede ver unos dibujitos de niñas con colas y una sonrisa cuyas comisuras llegan hasta los ojos del mismo dibujo, "Vaya sentido de la proporción" Piensa Kenny, divertido.

Cuando pasa las hojas, se encuentra con la fecha del inicio, el día en que inauguro este pequeño secretito, en la primera página se lee:

11/01/04.

"Hoy, la profesora me ha regalado este cuaderno, dice que me lo regalará fuera de cualquier área escolar, porque dice que hablo tanto que si tengo algo que decir que está de más, es mejor escribirlo"

Al hermano medio de los McCormick no le sorprende esta información, la pequeña es una cotorra imparable, de esas que hablan hasta por los codos. Su sonrisa aparece y se sienta en la camita de su hermana, pasando las páginas y leyendo. Cada día se amplía más en escritura porque al parecer tiene mucho que contar, pero Kenny ya sabe estas cosas, porque ella se las cuenta, no ha encontrado nada que le indique el porqué del cambio de ánimo de su hermana.

Hasta que llega a una de las últimas páginas, que empiezan exactamente un mes atrás. En esta parte, las letras son menos fluidas, ya no hay dibujitos ni decoraciones, solamente está escrito lo que Karen quiere decir.

23/09/2014

"Me mira muy raro, ya no es el mismo de antes. Me ha dicho que no diga nada, que así las cosas están bien. Le digo que quiero escribirlo y me dice que no lo haga, por ningún medio.

Pero, me gustaría escribir, pero ya no puedo hacerlo, dice que le obedezca"

El corazón de Kenny empieza a latir desbocado, ¿Qué mierda significa esto? ¿Alguien está molestando a su pequeña? Serán hijos de puta… Él mismo estuvo en esa puñetera primaria, no es como si los profesores fuesen muy atentos, o si le prestarán atención a los problemas de los estudiantes. Pero cuando lee que "No es el mismo de antes" Tal vez uno de sus amiguitos es el que se ha pasado de la raya, ya sea Rubí, Georgie, o tal vez el idiota de Ike.

Le falta una hoja para terminar los relatos tristes de su hermana, pero la puerta del cuarto de esta se abre súbitamente, y él solo puede esconder el cuaderno detrás suyo, mientras se levanta rápidamente de la cama. Sus ojos no dan crédito a lo que ve: Su padre cargando a la pequeña para acostarla a dormir, que raro, él nunca ha visto que eso pase.

– ¿Qué haces aquí? –Pregunta Stuart, hablando en voz baja para no despertar a la pequeña que tiene en brazos.

–Vine a ver si Karen tenía una de mis camisas, pero no es así –Contesta Kenny, ideando la excusa más rápida que puede– ¿Y tú? ¿Te dio por cargarla hasta aquí?

–Está en la sala, y no me deja ver televisión si está dormida –El mayor de la familia mueve la cabeza, como diciéndole a su hijo que puede retirarse. Kenny lo mira desconfiado pero pasa derecho, le quita un mechón de la cara a una dormida Karen y sale de la habitación, dejando todo a cargo de su padre, no la ha llevado hasta su cuarto por buenos actos, pero no le importa, sólo quiere que la joven duerma, y de paso, escabullirse con el diario.

Cuando cierra la puerta detrás de él, mira en todas las direcciones buscando moros en la costa, pero no hay nada que le impida seguir husmeando el cuadernillo que se carga entre manos. Se encierra en el baño y espera que Karen no se despierte a mitad de la noche buscando su diario, aunque de eso se encargará después. Maldice cuando tiene que volver a pasar todas las hojas para encontrar en la que estaba, porque al pasarlas hace ruido, y estando en el baño, aquél ruido de papel hace eco.

Por fin llega al punto donde se encontraba, y sigue leyendo interesadamente, pero cada vez es más horrible leer estas cosas, su hermana está destruida y lo narra letra por letra, lo peor, es que al parecer, es por culpa de alguien.

05/10/14

"Lo hace más de seguido, y no me gusta, no me gusta para nada"

Su garganta se seca.

07/10/14

"¿Si le digo que pare, tal vez lo haga? Ojalá no se moleste, lo intentaré"

Su corazón se acelera.

10/10/14

"Me ha dicho que no parara… Ojalá y Kenny no se dé cuenta"

Sus manos sudan.

La última página, es precisamente de ayer, y es la que, finalmente, le hace perder la cordura.

23/10/14

"Para, papá, por favor."

Sus ojos derraman lágrimas.

Y cuando presta atención, puede escuchar como desde el cuarto de su hermana, se oye una cama rechinar.