Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen. Créditos Amano Akira.

Mukuro x Gokudera. Nonsense. Una historia atípica. Enemigos por naturaleza, la única relación que podrían llevar... sería un engaño. Dulce pero a final de cuentas imposible.


Destino.

Manipulación, un engaño. No voy a apropiarme de tu alma como lo hago con cualquier otro, ésta vez el plan es mucho más novedoso. Un truco, no, una obra de arte.

Mano Derecha del Décimo Vongola, poseer tu corazón es lo que me interesa, llegar hasta él y apropiarme de él, hacerlo mío hasta tenerlo a mi merced, completamente vulnerable hasta poder fracturarlo.

No tienes miedo, no retrocedes. El rendirte no está contemplado. Aún si la sangre de tu cuerpo se derrama a cuenta gotas debido a que un tortuoso filo de tridente ha penetrado tu pecho - justo donde tu corazón comienza a perecer- la mirada que reflejas no es otra más que la que siempre diste.

Rebelde… tenaz, firme.
Y es que esto ya no es un juego, no se trata de simple sexo.

Lo sabías, lo sabías de sobra. Escucharlo de su boca solo era un recordatorio. Sabías que tarde o temprano llegaría ese día, aquel en donde ambos quebrarían la ilusión y regresarían a la fatídica realidad, esa en donde son rivales, enemigos, en donde el deseo se convierte en un abismo. Porque Rokudo Mukuro nunca formó parte de ustedes, nunca te perteneció.

Con esos ojos tristes comienzas a romperte, pero el orgullo te domina y no puedes dejar que tu destino se transforme en una incipiente agonía. Agonía que experimentas al no saber a ciencia cierta si es porque le has fallado a él, tu Capo, o simplemente porque te diste cuenta de que el amor no existe.

¿Nunca se te ocurrió que solo te utilicé para llegar hasta él?

La expresión repelente en tu rostro, perece. La próxima vez que tus ojos se abran te habrás dado cuenta de que perdiste, no solo por haber sido herido sino porque aquel sentimiento tan patético te venció, evitando que te alejases y recibieras a sangre fría el golpe. Amor. Amor fue lo que te motivó a no moverte y dejar que el arma te apuñalase, pero no sintiéndolo hacia aquel que tenías enfrente y te hirió, sino por aquel al que protegías.

Sawada Tsunayoshi, uh?. Vaya, vaya, qué afortunado. Aquel pequeño jefe de mafia debería sentirse halagado. Desperdiciar tu vida por él. Era evidente. Un verdadero desperdicio Gokudera Hayato.

… una pena.

Someterte de manera inicua para conseguir tu cuerpo, fue divertido. Hacerte caer en una ilusión en donde a pesar de tus rechazos siempre terminaste cediendo ante un ilusionista hambriento. El cazador terminó con su presa. El titiritero terminó con su acto. Era el destino y lo sabías.


ok, no tiene demasiado sentido, y es igual de ambiguo que la misma piña. Pero quería escribir algo así. Siempre vi la relación 6959 como una en donde solo el sexo, adiestramiento, sometimiento, sangre, rebeldía, autoridad y demases se hacen presentes, pero a final de cuentas ambos terminan por hacerse adictos el uno al otro, por ese mismo deseo que les atrae, pero que tarde o temprano deberían olvidar ya que su destino no es otro mas que cumplir con sus propios 'objetivos': Proteger al Décimo, y por otro el lado... terminar poseyendolo. Y, al final, uno tiene que acabar con el otro.

¿Reviews? 3