N/A: ¡Hola!

Les traigo este fic corto. En un principio iba a ser un one-shot, pero no me alcanzó el tiempo. Bueno, espero que les guste.

MaBo seguramente beteó esto con sabiduría xD.


Capítulo 1

Las campanas de la iglesia sonaban fuertemente, en el ambiente se podía percibir la grata sensación de felicidad y emoción por parte de los familiares e invitados. Todo era tan perfecto, tan hermoso, tan de ensueño, tan…

Jodido.

—Cuñado.

El novio vestido con un hermoso traje blanco y un ramo de rosas giró el rostro preocupado. Definitivamente algo no andaba bien.

—¿Qué pasa? —preguntó nervioso.

—Mi hermano acaba de llamar —Rivaille era el hermano de Erwin Smith y cuñado de Eren, alguien con cantidades exorbitantes de belleza, pero con poco tacto. Separó el teléfono de su oído y habló con su usual tono calmado—. Erwin dice que no puede venir hoy, pero como es un desperdicio pagar los gastos de la cancelación de la boda, dice que continúes solo con la ceremonia.

Eren miró sorprendido a Rivaille. Esto debía ser una jodida broma.

—¿Estás bromeando?

—No.

—Mierda.

Estoy jodido, muy, pero muy jodido. Soy un estúpido esposo…


Los chismes y habladurías eran lo único que se podía escuchar en el sagrado templo de Dios. Cosas como:

"¿Dónde está el novio? "

"He oído que está borracho con una cabaretera."

"Es cierto, Smith tiene fama de mujeriego."

"Subiré esto a YouTube."

Eren solamente podía morderse los labios y suspirar cada cinco minutos. Esta era la situación más vergonzosa que había pasado en su vida. "¡Me quiero morir!", chilló internamente mientras caminaba solo al altar.

Al terminar el recorrido y con el poco orgullo que le quedaba, hizo una reverencia al padre y se irguió en su sitio.

¡¿Por qué tiene que pasarme esto en el día más importante de mi vida?! ¡Maldito imbécil! ¡No tendría que haber firmado en el registro civil! ¡Qué idiota soy!

—Bu-bueno, haga sus votos, por favor —pronunció el padre algo apenado por el circo que se había armado, interrumpiendo los pensamientos homicidas de cierto castaño.

Eren apretó los puños fuertemente. Al carajo todo…

—¡Quiero el di…! —sintió una mano sobre su hombro, giró el rostro y ahí estaba él, como siempre rescatándolo—. Rivaille… —murmuró sorprendido.

—Acepto —dijo el azabache con una seguridad increíble.

Todo volvió a quedar en silencio. Los invitados miraban expectantes al novio y al que sería aparentemente su cuñado.

—Rivaille, ¿qué estás haciendo? —Eren intentó soltarse del agarre, pero el otro no cedía. Todo esto debía ser una maldita broma.

—¿Y el novio? —inquirió el padre con una emoción interna, la situación era parecida a una de esas películas romanticonas—. ¿Escucho un sí?

—¡¿Eh?! —Eren miró al frente sonrojado. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué rayos estaba pasando?—. Yo… Sí, acepto —no podía apartar la vista de su cuñado, estaba encantado.

—Entonces los declaro oficialmente casados.

—¡¿Hah?! —repentinamente Eren salió de su ensoñación—. No, espere, yo quiero mi divor… —pero antes de que pudiese continuar, Rivaille lo sujetó de la cintura.

—Juro mil veces, no, un millón de veces que me quedaré a tu lado y te haré feliz.

Sus oídos debían de estar mal, su hermoso y perfecto cuñado estaba diciéndole ese tipo de cosas. Apartó la mirada del mayor.

—…También lo juro, no te abandonaré jamás —susurró despacio. Y ahí estaba de nuevo dejándose llevar, había dicho esas palabras sin pensar, solo lo había soltado y ya. Se apartaron finalmente, los dos terriblemente sonrojados.

Debe de haber algo mal conmigo…

La persona a quien le juré amor eterno es mi cuñado…


—Buenos días, suegra —saludó Eren alegremente llevando un pastel recién hecho a la mesa.

—¡Oh, hola, Eren! —Hanji, la madre de Erwin y Rivaille, y también cuñada de Eren, era una mujer por demás hermosa y rara en el buen sentido. Se levantó de su lugar en la mesa y caminó hasta el joven—. Ya te he dicho que no es necesario que hagas este tipo de cosas. Tenemos todo ese ejército en la cocina para que se hagan cargo, no tienes nada de qué preocuparte.

—Lo sé —agachó la cabeza y sonrió—. Pero en realidad no estoy acostumbrado a no hacer nada, me siento más cómodo así.

Oh, maldición, Eren era tan lindo, tan tierno, tan dulce. Era como la combinación entre una heroína de manga shoujo y un galán de telenovela. No pudo evitar lanzarse sobre él.

—¿Por qué no te casaste conmigo? —empezó a lloriquear—. ¡Quiero a Eren!

Rivaille, quien miraba todo desde su lugar, solo podía asegurar una cosa: Hanji era estúpida para tocar a Eren frente a sus ojos. Con pasos apresurados se acercó a la violadora y la sujetó del pescuezo alejándola del área encantadora de Eren.

—Aléjate de Eren —gruñó con una mirada asesina.

—¡Rivaille malo! —se quejó tratando de incorporarse—. Enano del demonio.

—Loca de mierda.

—Friki de la limpieza.

—Fetichista de monstruos.

—Hijo de…

—Tú eres mi madre, idiota —se cruzó de brazos y caminó hacia Eren.

—Buenos días, Rivaille —Eren saludó con una sonrisa, pero justo en ese momento tenía una batalla interna por lo que había pasado el día de su boda. Parecía que todo iba en picada, ahora se moría de nervios cada vez que miraba al azabache.

—Buenos días, cuñado —el mayor intentó sonreír. El día anterior había leído en una revista que un hombre con una sonrisa conquistaría fácilmente a su ser amado. Lástima que sus sonrisas no eran tan…

—¿Te duele el estómago?

—No —demonios, había fallado de nuevo—. Oh, por cierto, Erwin está de nuevo con una puta y por eso no vino anoche —pero esto sí, esto sí iba a funcionar.

—¡Enano! —lo reprendió Hanji, y al ver a Eren, corrió a detenerlo. Lo que se venía era típico de todas las mañanas, ya comenzaba a acostumbrarse al "oh, tan hermoso y cálido despertar de una familia estructurada."

—¡Ese hijo de su puta madre! ¡Lo voy a matar! —forcejeó botando fuego por los ojos—. ¡Perro infiel! ¡Suélteme, suegra!

—¡Enano! ¿Por qué lo hiciste? Ya sabes cómo se pone Eren —hizo un puchero molesta.

—Oh —se alejó totalmente del alboroto y volvió a su lugar. ¿Que por qué lo hacía? Esa era fácil, todo era por ese mocoso—. No sé de qué hablas, pero si dije algo malo, pido disculpas —sí claro.

—Por favor, cálmate, Eren —Hanji empezó a masajear la espalda del castaño, tenía que aplacar a la bestia de una u otra forma—. Por favor, Eren, hazlo por las empresas Smith —en realidad Hanji sentía pena por el chico. Él no se merecía ser tratado de esa manera por Erwin, pero el legado familiar era muy importante—. Fuiste el único que aceptó casarse con mi estúpido hijo.

Rivaille lanzó un bostezo aburrido, estaba jodidamente cansado del tema.

—Hey, Eren. Quiero una rebanada de ese pastel —lo dijo para molestar a su cuñadito, le gustaba esa faceta salvaje del castaño.

—¡Pues toma un pedazote! —le aventó la torta, que por poco impactó sobre el rostro del azabache si no fuera por sus increíbles reflejos.

Así era Eren cuando le hablaban del mejor esposo del mundo… O sea el suyo, quien en realidad era un puto infiel.


Las empresas Smith era donde Eren trabajó después de haber hecho su diplomatura. Simplemente un día llegó un tipo elegante a la sucursal donde él se encontraba para hacer un chequeo. Todo el mundo parloteaba diciendo que él era el auténtico heredero de todo ese imperio comercial.

Eren era una persona sencilla y con nobles sentimientos, así que no supo cómo rayos aquel tipo rubio se le acercó y le invitó a tomar un café. "Hola, eres muy simpático. ¿Podrías acompañarme?", habían sido las palabras que iniciaron todo.

—Claro —asintió sonrojado.

Se arrepentía de haber sido tontamente engañado por Erwin, ese maldito cejotas y su jodido circo del estúpido esposo.

Todo era una mierda. Los lujos, el nombramiento de Erwin, las malditas clases de ética, los putos profesores, todo, todo había sido un dolor en el trasero para que simplemente después de haber firmado en el registro civil, le digan que todo era actuación.

—Así que me han elegido… porque seré conveniente, ¿no es eso?

—En definitiva —y ahí en medio de esa tormenta conoció a Rivaille, el hermano de Erwin y su cuñado. Rivaille era gentil y amable, aunque solo con él. No era infiel y en definitiva era lo que Eren quería de Erwin. Todo era un sucio contrato, nunca se lo había imaginado—. Erwin es el tipo que prefiere salir con chicas sexys y bobas, pero esas son las que despilfarran dinero, así que fue una sabia decisión escogerte a ti —esas palabras le habían dolido en lo más profundo a Eren, pero en ese momento agradecía la sinceridad de su cuñado.

—Gracias por decirme la verdad —dijo entre lágrimas. Todo era una mala jugada. En ese momento Rivaille se acercó y en un acto desinteresado lo abrazó.

—Todo va a estar bien —aseguró firmemente.

—Gracias —Eren lo dijo otra vez.

—No es nada, ahora eres parte de la familia.

El menor se acurrucó aún más en los brazos de su cuñado y suspiró relajándose. Rivaille era tan cálido, tan gentil, tenía un olor tan refrescante y delicioso.

El tiempo había pasado y para cada reunión o fiesta, eran Eren y Rivaille los que asistían en lugar de Erwin. Eran un dúo perfecto, sus charlas con los inversionistas resultaban muy interesantes. Siempre eran ellos dos.

En esos dos largos años se conocieron mutuamente tal y cómo eran. Eren lo sabía todo de su cuñado: su comida favorita, su deporte favorito, tipo de sangre, su anime preferido y podía seguir por un largo rato. En fin, Eren terminó siendo el "cuñado abnegado".

—Oye, Rivaille, llevo tiempo dándole vueltas a una cosa —soltó el castaño tratando de no ser escandaloso mientras el mayor leía el periódico.

—¿Qué pasa? —alzó una ceja intrigado. Tal vez era una declaración de amor… Aún no estaba preparado, tenía que ir a perfumarse.

—Pues… Soy cinco años menor que tú —no sabía cómo decirlo, pero ese tema lo estaba matando. Eren apartó la mirada—. Así que el que me llames cuñado es un poco… algo raro —dijo finalmente.

—Pero eres el esposo de mi hermano. ¿Cómo debería llamarte entonces?

—Pues no sé… Eren, tal vez, a secas —suspiró y trató de calmarse. Todo este tema se estaba volviendo muy incómodo—. ¿Rivaille? —notó que su cuñado estaba con una mirada que distaba de la realidad—. ¡Rivaille!

Mi cuñado es el más lindo del mundo…

El más tierno…

Y al que quiero…


Sintió unos extraños ruidos que provenían de la sala principal, así que se levantó de su cama estrepitosamente y algo asustado.

—¿Un ladrón? —murmuró para sí mismo.

Eren sabía que la mansión tenía muy buena seguridad, pero no estaba de más ir a revisar. Se colocó una bata y con pasos lentos y silenciosos salió de su habitación hecho un manojo de nervios. Bajó las escaleras y se acercó a la sala, pero lo que vio ahí lo dejó totalmente desconcertado.

—¿Rivaille?

—Oh, buenas noches —contestó formalmente el cuñado preferido, quien estaba sentado en el piso apoyado sobre la puerta.

—¿Estás borracho?

—No es lo que crees.

—¿Qué pasó? —colocó una mano sobre el rostro del azabache y empezó a examinarlo.

—Yo…

Continuará…


N/A: Está raro, lo sé xD Pero bueno… Si les gustó, déjenme un review y si no… pues a mejorar se ha dicho.

Nos vemos en el próximo capítulo que será el final. Adiós :DD