¡Hola a todos! :D Bueno, este es el primer fic que hago de esta pareja, en realidad es el primer fic que hago en mi vida xD Soy novata;-; Así que no sean duros (?) Ah. Esta pareja me enganchó demasiado :´D Y esto es simplemente fruto de mi imaginación :D Ahora, sin más que decir. ¡Disfrútenlo!
Debilidad sincera
Era un día muy caluroso. Todos estaban haciendo la limpieza diaria bajo la atenta mirada del Sargento Rivaille. Estaba más callado de lo normal pensó Eren, normalmente hubiera estado gritándolos diciendo cosas como "Niños inútiles, ¡¿Que parte de dejar reluciente no entendieron?!" O "¡Vuelvan a limpiar todo de nuevo, quiero que todo reluzca! ¡¿Me oyeron?!". Ese tipo de cosas que a uno hieren mentalmente aunque a veces también recurra a lastimarnos físicamente de vez en cuando. El joven se lo quedó mirando, pensando en que estaría pensando en ese momento, talves estaba pensando en su escuadrón. Si, en ese escuadrón a la que una vez también perteneció. Aun sentía ese sabor amargo al recordar como todos los que una vez habían sido sus amigos y también unos de los mejores soldados, ahora muertos. No podía dejar de culparse por lo sucedido, a pesar de lo que el sargento le había dicho, a pesar de todo…esas palabras se le habían quedado grabadas en la cabeza "Nadie sabe el resultado".
No se dio cuenta de cuánto tiempo lo miro, ni tampoco el momento en el que el sargento le regreso la mirada. Esa mirada tan penetrante, tan suya. De lo que si se dio cuenta fue del repentino dolor en su hombro derecho.
- Baja de ahí, mocoso- el sargento tenía el ceño fruncido y sin duda alguna fue el quien le había tirado ese plumero. Eren no supo cómo reaccionar y lo miraba desconcertado, pero empezó a bajar con sumo cuidado. Se había olvidado por completo en donde estaba y que estaba haciendo… ¡Cierto!, estaba limpiando las ventanas con ayuda del equipo tridimensional. A una altura bastante peligrosa, y a pesar de eso, ese plumero había llegado a chocar con su hombro con una fuerza admirable. De verdad, el sargento era realmente muy fuerte.
-B-Buenos Días Sargento-realizó el saludo algo tenso, miraba a todas partes, menos al Sargento. No sabía porque, pero últimamente era así, se ponía realmente muy nervioso, hasta llegar al punto de temblar. Era frustrante.
-Buenos Días Eren- el sargento lo miraba desde abajo, por su baja estatura, pero a pesar de eso, seguía viéndose peligroso y amenazador- Vamos, ve a seguir limpiando. No te pago para que estés parado como tonto, mocoso
-Pero Sargento, usted no me paga…-
-¿Claro que no, acaso no es suficiente con tener donde dormir y tener comida diaria? Pequeño mocoso malagradecido.
En otras circunstancias esa frase hubiera sido demasiado irónica como para reírse, pero no sería ahora. El Sargento lo miraba desmedido y esto empezaba a incomodar al menor, así que con cuidado empezó a coger los trapos, que en algún momento se le habían caído.
-Me retiro Sargento a seguir con mis labores- ni bien dio el primer paso, escucho la voz del sargento llamándolo y dio como resultado que se vuelva a tensar…otra vez.
-¿Q-que pasa Sargento?
-Dame tu equipo- pidió estirando la mano, esperando.
-¿Mi e-equipo tridimensional?
-No, tu equipo de radio- viendo como el castaño lo veía desconcertado, bufó molesto.- ¡Claro mocoso!
-Ah. ¿Y para que lo quiere, S-sargento?- Eren dudaba que le fuera a golpear con su propio equipo, aunque siendo el sargento es más que posible. Lo miro temeroso, pero aun así se lo empezó a quitar- Aquí tiene.
-Bien, puedes irte-
-¡Sí!-lo miró indeciso, pero volvió a preguntar - ¿Y para que lo necesita?-el más bajo lo miro molesto.
-Voy a revisar si hiciste bien tu trabajo.
-¿¡EH!?¿P-porque?-el más joven lo miro nervioso, no recordaba si había o no limpiado bien las ventanas. En realidad, estaba seguro de que ni siquiera las había tocado.
-¿Qué pasa?- el sargento lo miró, aun sosteniendo el equipo - Debiste haberlas limpiado bastante bien, ya que tenías tiempo para estarme mirando embobado, ¿no?
-¿¡Q-QUE!? Yo... ¡Yo no lo estaba mirando!-Eren bajo la cabeza, aun negando. De repente le vino la necesidad de saber cuántas piedritas tenía el suelo, intentaba concentrarse en cualquier otra cosa, pero aun así era consciente de que toda su sangre se había ido a parar a su cara.
-¿Me estás diciendo mentiroso, mocoso?
-¡Cl-claro que no, Sargento! Es solo que yo…-el castaño sentía como clavaba sus propias uñas en el interior de su palma, era un poco doloroso pero lo ayudaba a olvidar lo nervioso que estaba por la presencia del Sargento.-Yo siento que…
-¡Leeeeviii!- una voz cantarina interrumpió al joven, alguien llamaba al Sargento, Eren miro sobre el hombro del otro y alcanzó a mirar a la Sargento Hanji corriendo, con una enorme y espeluznante sonrisa. El joven suspiro pesadamente, una vez que llegara, se pondría a hablar y ya no habrá quien le pare, lo mejor sería salir de ahí en ese mismo instante.
Empezó a moverse, aprovechando que el Sargento tenía cerrado los ojos aun con su ceño fruncido, como si estuviera preparándose mentalmente. Dio un paso hacia atrás y otro, así siguió hasta encontrase a una distancia prudencial y fue cuando empezó a correr, la sargento ya se encontraba bastante cerca. Por un momento creyó ya haber estado bastante lejos, entonces sintió como caía al suelo y no suavemente. Sorprendido miró hacia su pierna para ver con que se había tropezado, aun así no había ninguna cosa, pero lo que si encontró fueron un par de zapatos. Eren empezó a subir la cabeza encontrándose nuevamente con la sonrisa de la Sargento Hanji.
-¡Hola Eren!-exclamó con voz cantarina.
-Tsk, no grites- el joven miro a la dirección de la que provenía la voz y tuvo que reprimir una sonrisa. El sargento se encontraba siendo sostenido por su camisa; de espaldas, cruzado de brazos y viéndose realmente enojado. Parecía capaz de matar a cualquiera que se le cruce.
- ¡No estoy gritando, así es mi voz!
-Que molesta tu voz.
-¡Cállate enano!
-Tu, habla como una persona normal, cuatro ojos.
Eren miraba divertido como los dos sargentos peleaban, podían llegar a ser muy exagerados con sus insultos. Había veces en las que la sargento ya colmaba la paciencia del más bajo y este parecía más que dispuesto a matarla. Si eso ocurría, el escuadrón se tenía que encargar de separarlos lo más rápido posible, con el temor encima. El joven se quedó mirando como discutían, casi parecía que todo había vuelto a como antes. El sargento en las mañanas regañándolo por lo inútil que era en la limpieza; luego vendría, como siempre la sargento a hablar sobre lo que había descubierto de sus experimentos, y lo que por un momento sería interesante, luego empezaría a volverse tedioso, y así el sargento se cansaría y lanzaría sus típicos comentarios para que luego ella le responda con sus comentarios en broma, para terminar insultándose más de lo normal. Y al ver como el sargento parecía estar a punto de lanzarse al cuello de la otra; Petra, Auruo, Erd, Gunter y yo tendríamos que entrar en escena para que no haya ningún asesinato.
"Si" pensó Eren "Pronto aparecerán, riéndose al ver como discuten y me dirán que lo mejor será separarlos" sonrió con melancolía "por esa puerta saldrá Petra preocupada por los fuertes gritos llenos de insultos que llenaban el aire y me dirá que lo mejor es que entre, porque el sargento se pone de mal humor cuando se encuentra con Hanji-san. Y yo le respondería ¿Aún más de mal humor? Y ella reiría y me respondería que sí, de más mal humor". "Si, pronto vendrán todos". Eren miro a la nada y soltó una carcajada, luego otra hasta que se empezó a reír de manera exagerada. Solo sentía que ya no podía parar y no quería hacerlo, se abrazó a sí mismo, intentando respirar porque sentía que esas excedidas carcajadas se estaban volviendo sollozos fuertes.
-¿Eren, que te pasa?- Hanji lo miraba desconcertada.-Si es porque estamos discutiendo, ya sabes que solo es por broma. Tu sabes que los dos nos queremos mucho, ¿Verdad Levicito?- Levi no respondió, solo miraba a Eren, como siempre. Con su fría y penetrante mirada.
-Lo...lo siento, no es nada. Yo solo…recordé algo.-El joven intentó sonreír, sin tener mucho éxito.- Tengo que seguir limpiando, con su permiso.
Eren empezó a caminar más rápido, tenía que alejarse lo más pronto posible, aún tenía ese estúpido nudo atorado en su garganta y no lo dejaba respirar. Escuchó como el sargento lo llamaba, aun así siguió caminando, si lo regresaba a ver tenía el extraño presentimiento de que se rompería. Ya no podía, la culpa lo estaba carcomiendo, tenía que llegar rápido a su habitación, mejor dicho calabozo. Aunque el hecho de llegar y encerrarse le parecía un alivio.
O/O
Si llegaron hasta aquí es porque ya debieron terminarlo. Ah :3
Espero que les haya gustado :DD Y probablemente suba la segunda parte el lunes. Y dicho esto…Adiós (._.)/
