Elsa

Era media noche quizá, la luna estaba en mitad de los cielos y las nubes la cubrían sutilmente. No me gustaba hacerlo pero en ocasiones −cuando no podía dormir en absoluto− me ponía a pensar sobre lo que había ocurrido hace 2 años.
Claro, las cosas habían mejorado considerablemente desde ese incidente pero seguía en mi cabeza, no es algo que uno pueda superar en cuestión de días. Casi destruyó a mi reino y a mi propia hermana ¿No es algo fácil de olvidar, no?, Creo que incluso se convirtió en una clase de trauma para mí y Anna era la única que lo sabía o era eso lo que creía. Se esforzaba demasiado en hacerme reír y estar siempre conmigo pero últimamente se había alejado y eso también me destrozaba; Pero era completamente normal, se había comprometido con Kristoff. Ella empezaba a hacer su vida pero tenía miedo, miedo de perder a la única persona que de verdad me importaba, mi única familia, la única persona que de verdad amaba.

"Elsa, quiero casarme con Kristoff"

Me molestaba que ella lo hubiera preferido. Pero ¿Por qué me molestaba? Negué abruptamente ante mis pensamientos. Anna era mi hermana y si mi padre estuviera vivo no quisiera saber lo que sucedería ahora. Desde que tenía 8 años mi padre había notado ese comportamiento excesivamente cariñoso que mantenía con Anna y me alejo de ella enseguida.
Pase 13 años escondiendo lo que soy y por el temor de que volviera a sentir algo por ella, ni siquiera me permití enterrar a nuestros padres a su lado. Yo era el problema. Anna merecía ser feliz con alguien que de verdad amaba. Kristoff era un buen hombre para ella. Debía pensar en su felicidad, en que nadie más la iba a lastimar de nuevo, ni siquiera yo.

Decidí en dejar de torturarme. Para cuando estaba amaneciendo tenía una taza de chocolate caliente a mi lado y leía unos pergaminos, aun seguíamos sin un reino comerciante fijo pero el reino de Corona empezaba a ser una buena opción.
Escuche un poco de escándalo a fuera, me levante de mi silla y me asome, era Anna y Kristoff, habían vuelto de su viaje. Su sonrisa era hermosa y evidentemente jamás iba a pertenecerme.

– ¡Hola! Vaya, se siente frio aquí… ¿¡Ya es invierno!?
Reí ante su suposición, era agradable hablar con Olaf. A pesar de ser un muñeco de nieve siempre sabía que decir con un toque de gracia.
Pero tenía razón, mi habitación estaba bastante fría aun cuando afuera el sol empezaba a asomarse entre las montañas.

− ¿Te divertiste afuera, Olaf? –Pregunte con una sonrisa, mientras Olaf rebuscaba en su cabeza, hasta que saco una flor cristalizada. Habían ido a la montaña del norte para ver cómo estaban los pequeños hermanitos de Olaf y Malvavisco

− ¡SI! Fue genial, vimos una avalancha, y animales y uno trato de jugar con nosotros pero al parecer estaba muy emocionado porque no paraba de rugirnos. Si, fue muy divertido –Se subió a la ventana desde donde podía ver todo el reino pero sobre todo, desde donde se podía ver a Anna besar a Kristoff y eso me hizo pedazos. Enseguida aparte la mirada y me aleje.

− ¡Espera, Elsa! –Para cuando él quiso detenerme yo ya había salido de mi despacho mientras un camino de escarcha aparecía con cada paso que daba.

Daba vueltas por toda mi habitación mientras las palabras de mi padre se repetían una y otra vez en mi cabeza.

"Ocúltalo, no sientas, no dejes que lo sepan"

La habitación poco a poco se empezaba a llenar de hielo, las paredes, las ventanas. Necesitaba tranquilizarme o las cosas empeorarían. Debía pensar en la felicidad de Anna antes que la mía, eso era lo que hacia la verdadera familia y amaba demasiado a Anna como para evitar que ella fuera feliz. Respire profundo y pensé en eso, en cuanto la amaba y que su felicidad era la mía.
Lentamente el hielo empezó a desaparecer del suelo y las paredes, me agarre la sien y cerré mis ojos. Entonces tocaron a la puerta.

− Elsa, soy yo, Anna. –Cerré mis ojos, temerosa. Odiaba hablar sobre mis sentimientos con ella, era difícil controlar mis deseos de decirle cuanto la amaba cada vez que esa conversación surgía.

− Pasa por favor –Ya no podía permitirme dejarla plantada en la puerta después de 13 años de sufrimiento para ella.

La escuche abrir la puerta, estaba abrazándome a misma. Los pasos se aproximaban a mis espaldas y yo no paraba de pensar en excusas para que ella me creyera que todo estaba en orden. Sentí como colocaba una mano en mi hombro y yo no pude hacer más que suspirar.

− Olaf me dijo que estabas mal, ¿Sucedió algo mientras no estaba? –A pesar de que su pregunta era sencilla y sonaba realmente preocupada, a mí realmente me frustraba que ella no supiera lo que yo siento desde hace años.

− Estoy bien, Anna. En serio, simplemente que he estado preocupada por elegir sabiamente a nuestro próximo socio comercial, el ultimo no me dejo con un buen sabor de boca. −Y soné bastante convincente porque por su cara, parecía habérselo tragado.

− Bueno, me alegro que haya pasado así. No estaba segura si iba a poder soportar bailar con el cada vez que viniera a nuestros festejos. –Sonreí sutilmente y la voltee a ver. Se veía hermosa, aun cuando iba con ese traje montañés que Kristoff probablemente le había dado −. En fin, si todo está bien, te espero abajo. Kai ya está sirviendo la cena.

− Anna… Espera un momento. –Ni si quiera sabia por que la había detenido. Deje escapar un suave suspiro tratando de pensar en que podría decirle pero creo que mi corazón me había hecho hablar −. Te amo, Anna.
Y era totalmente en serio, yo la amaba demasiado. La vi sonreír instantáneamente por mis palabras, podía notar un ligero rubor en sus mejillas y era adorable pero probablemente yo me puse peor porque después de haberme sonreído, se acercó y me beso la mejilla.

− Y yo te amo a ti, Elsa. –Y entonces se fue.