1.
1927- el Cairo
Este es un gran día para una boda.
Por fin, después de dos meses de agotadores preparativos, Evelyn Carnahan y Rick O´Connell van a casarse: Marido y mujer.
Todos los invitados esperan ansiosos el comienzo de la ceremonia... Jonathan Carnahan, el hermano de Evy aguarda junto al altar, no sin cierto nerviosismo: Él es el padrino... y supone que Rick no se sentiría contento si por su culpa algo saliese mal... ¿Dónde demonios ha guardado los anillos? ¡Ah, sí! Tras un breve momento de búsqueda los encuentra a buen recaudo en uno de los bolsillos de su chaleco. El mal momento de John no le pasa inadvertido a Rick, que le dirige una mirada de advertencia a la que su futuro cuñado responde con una de sus sonrisas inocentes.
Por fin, con tres cuartos de hora de retraso, llega la novia y comienza la ceremonia.
Todo el mundo mira con atención hacia el altar, por lo que nadie se fija en una figura con sombrero y chaqueta larga que entra en la iglesia y avanza en silencio por una de las naves laterales...
-...Si alguien tiene algo que decir, por lo que este hombre y esta mujer no puedan ser unidos en santo matrimonio, que hable ahora o calle para siempre...
Bien, esto se dice en todas las ceremonias pero nadie espera que se levante un invitado y diga:
-¡Por supuesto que tengo algo que decir!
Todo el mundo contuvo la respiración mientras se volvían al extraño que avanzaba a grandes zancadas hacia el altar.
-¡No puedo creerlo!...- Murmura Rick
-¿Qué está pasando?- Indaga Evelyn, mirando respectivamente a su futuro esposo y a la joven de pelo castaño y ojos verdes, que avanza decididamente hacia ellos echándose hacia atrás el sombrero. ¿Una antigua novia de Rick?...
-¿Cómo has podido planear tu boda sin invitarme?- La chica se detiene frente a Rick desafiante.- ¡Debería darte una buena tunda como cuando éramos niños!
Los invitados, el padrino, el cura y la propia novia asisten incrédulos y desconcertados a semejante escena. Finalmente John, que ve como su hermana está al borde de una crisis nerviosa, decide intervenir en la discusión que se ha desatado entre Rick y la joven.
-Disculpad... Hummm... Creo que... Creo que os conocéis, ¿no?
La joven le mira como si fuese un entrometido estorbando en una conversación privada, sostenida (eso sí) ante un engrosado auditorio.
-¡Pues claro que nos conocemos!
-¿Pero puede saberse quién es?- Evelyn ha perdido cualquier rastro de paciencia que pudiera quedarle. Solo sabe que su boda está siendo un verdadero desastre.
Rick la mira antes de responder, señalando a la joven que medio sonríe con picardía.
- Evy... Te presento a Jessica, mi hermana pequeña.
2.
Aclarado ya todo resto de duda, la ceremonia se lleva a buen término. Tras el banquete, Rick parece ansioso de hablar con su hermana. Les acompañan en la lujosa suite de bodas, Jonathan y la actual Señora O´Connell.
-¡Eh, hermanito!... Veo que no te ha ido nada mal. ¡Ahora eres rico! -Dice Jessica sonriendo. Después se corrige, mirando a Evy. - ¡Un rico hombre casado!...
Rick asiente con un gesto incómodo y dirige una mirada de disculpa a su mujer.
-¡No puedo creer que dejases todo ese tesoro allí enterrado!... ¡Y el Libro Dorado de Amón-Ra también!... Debes estar loco... -Jessica continúa hablando mientras hace un gesto más propio de un chico que de una señorita. Seguidamente, para disgusto de Evy, planta las botas en la mesa del té. Jonathan, que hasta ahora no ha hablado, continúa mirándola fijamente.
-¡Vamos! ¡Déjalo ya, Jess!... - Dice Rick y luego le hace un gesto de enfado. -¡Y quita las botas de la mesa!... ¿Qué pasó con la universidad?
Ella mira al cielo y pone los ojos en blanco.
-Me cansé. - Dice simplemente. A continuación se pone en pie, parece haber tomado una decisión. -¿Sabéis?... ¡He decidido que iré a las ruinas de esa ciudad para buscar el Libro Dorado!...
Rick la mira sorprendido y los otros se quedan pálidos.
-¡No digas tonterías, Jess!... Es una locura.
-¿Por qué?... ¡Ese sacerdote vuelto a la vida se ha ido definitivamente! -Un gesto en el cuello, de lo más gráfico.
-Pero el mapa se perdió... -Intenta ayudar Evy. Jessica la mira como si la considerase demasiado poca cosa para discutir con ella.
-¡No me hacen falta mapas!...Vosotros podéis indicarme el camino.
-¡No pienso volver a ese sitio tan horrible! -Contesta rápidamente Evy- La última vez casi sirvo de sacrificio para una momia que quería devolver la vida a su novia muerta...
-¡Basta de tonterías, Hermanita! -Continúa Rick. -Una ciudad entera se derrumbó sobre ese tesoro. Será imposible recuperarlo... ¡Y también el libro!
-Además, están esos horribles escarabajos carnívoros... ¡Uff! -Evy sintió un escalofrío involuntario.
Jessica les mira con fastidio. A pesar de las objeciones (insignificantes), ella ha tomado la decisión y por muy difícil que sea...
-¡Yo la acompañaré!... -Jonathan habla de pronto y todos se le quedan mirando sorprendidos.
-¿¡Qué dices! -Exclaman al unísono su hermana y su cuñado. Jess sonríe enarcando las cejas. "Me servirá", piensa para sí.
-Además, yo conozco el idioma y los símbolos... ¡Seré útil! -Sigue diciendo John.
3.
(En un barco por el Nilo)
Atrás quedaron días de interminables discusiones, preparativos para la expedición, alguna que otra palabra de advertencia hacia John por parte de un enfadado O´Connell y los recién casados que iban a emprender su romántica luna de miel por Europa.
Jessica demuestra parecerse mucho a su hermano: Es tan brusca y cortante como él. Además lleva armas y viste como un hombre... "Toda una aventurera", piensa Jonathan mientras la mira con aire soñador. "Bronceada... ¡Daría lo que fuese por besarla!". Ella le dirige una mirada de reojo y grita con cierto enfado que qué demonios está mirando.
-Yooo... -Jonathan duda mientras busca una excusa creíble. No la encuentra.
-¡Haz algo útil! ¡Repíteme otra vez lo de esa ayuda que podríamos encontrar allí!
-Si... Se trata de los Med-jais. Su jefe, un tal Ardeth Bay, me dijo que él y su pueblo estaban en deuda conmigo... Ya sabes... ¡Cuando me enfrenté a Imhotep con el libro de Amón-Ra!...No supuso para mí más que un pequeño juego. ¡Estaba seguro de ganar!... -Empezó John a pavonearse.
Jess hace un gesto de burla mientras mira hacia otro lado
-Claro que sí... Lo que tú digas. -Murmura irónica. Después de su evidente fracaso, Jonathan decide irse a la otra parte del barco y dejarla en paz. ¡Tal vez no ha sido tan buena idea meterse en esa aventura, después de todo!...
(Continuará...)
