Esta es una historia alterna escrita sólo para entretenimiento basada en el anime de Kyoto Misuki. Las situaciones y actitudes de los personajes son de mi imaginación.

Esta historia se me ocurrió viendo el capítulo del anime en el cual Terry va a Chicago, habla con Albert y decide regresar a Nueva York con Susana. Es triste y es Albert/Candy, así que Terrytianas no me odien jaja. Espero les guste.

La Decisión de Terry

Por Sofía Morrison

-Mi pecosa…-me quedé pensando en mi Candy.

Negué con la cabeza. No, ya no era mi Candy. Los días del colegio San Pablo nunca volverán. El tiempo no retrocede. Yo ya no estaría con ella.

Sentado en el tren miré al paisaje por la ventana, recordando mi conversación con Albert. Le dije que me iría por el camino que elegí, pero no quería irme tan pronto. Compré mi boleto; mi tren saldría hasta en la noche. Decidí buscar la clínica donde trabajaba Candy.

El doctor me dijo que como ya era un poco tarde ya se había ido a su casa. Yo ya sabía su dirección y me planteé ir a verla.

Caminé hasta la casa pero no quise entrar; la espiaría por la ventana. Escuché que alguien venía y me escondí en un arbusto. Albert se acercaba a la casa.

-¡Candy! ¿Puedes bajar a abrirme? Se me olvidaron mis llaves.-le gritó Albert.

Candy se asomó por la ventana. Temblé un poco, no quería que Candy me viera así.

-¡Y yo soy la distraída!-le gritó Candy riendo.

Escuché que bajaba y la vi tomar a Albert de la mano. Mi… No, Candy a secas sujetaba la mano de otro hombre.

-¿Qué tal estuvo hoy tu día, Albert?-le preguntó ella.

-Muy bien. ¿El tuyo, pequeña?

Candy se abrazó a Albert mientras que él la tomaba con su brazo. Se detuvieron un momento, mirándose el uno al otro. Albert le besó la frente. Herví de celos y rabia. ¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo se atrevía? ¡No tenía derecho a hacerle esos cariños!

Pero seguí mirando y Candy aceptaba el beso sin chistar. Pude ver el rubor en sus mejillas. Ambos subieron, abrazados y parloteando, a su casa. Yo me quedé como idiota, sentando en el suelo.

Candy ya no era mía. La había perdido para siempre. Y nadie tenía la culpa más que yo. La poca esperanza que guardaba de que ella siguiera pensando en mí la perdí.

-Señor, ¿una bebida?-me preguntó un señor en el pasillo de mi vagón. Le sonreí y negué con la cabeza. Suspiré y me acomodé mejor en mi asiento. Seguía sonriendo, con un poco de tristeza.

-Pecosa…-dije recreando la escena del beso entre ella y Albert.-Jamás me viste a mí como lo ves a él. Albert te hará feliz…-pensé.

Albert no me confesó nada pero no fue necesario. Sus miradas fueron más que suficientes. Yo ya hacía un mal tercio. Candy ya me había olvidado y ahora estaba con otro hombre. Un hombre que la amaba lo suficiente como para no dejarla ir. Yo la amaba pero la dejé ir. No luché por nuestro amor.

-Seguiré por el camino que elegí.-dije en voz alta, convenciéndome.-Algún día lograré a amar a alguien tanto como tú amas a Albert, pecas. Lo intentaré con Susana. Nunca te olvidaré pero me voy a permitir amar a alguien más y ser feliz con otra mujer.-pensé con nostalgia. Esperaba un día poder verla del brazo de Albert e ir yo con otra mujer. Ser felices, cada quien con su amor verdadero…

FIN

Pobre Terry. Pero siempre me imaginé que algo parecido le pasó para decidir irse y no volver a buscar a Candy. Nunca quiso luchar por ella y cuando quiso ya era muy tarde. Más a mi favor que en el manga nunca la buscó. Sin embargo estoy convencida de que olvidó a Candy (si bien nunca la dejó de amar) y pudo ser feliz ya sea con Susana o con otra mujer, que realmente quisiera estar con él. Una mujer por la cual él luchara. Espero les haya gustado aunque sea un poquito jaja. Reviews