¡Hola!
Bueno pues, después de leer y ver algunos AMV de Izzy y Mimi, me dieron ganas de ver lo que son las OVAS de Digimon.
Aunque el chico que me encanta de Digimon es Matt (Yamato), Izzy(Koushiro) es mi personaje favorito. Usualmente yo no lo había relacionado con nadie, pero, después de que una de mis mejores amigas me comenzó a mostrar fanarts de ellos dos me convencí que realmente Mimi e Izzy se ven sumamente geniales juntos. Además los ficts que leí recientemente me dieron inspiración para crear mi propio Fict de ellos.
Les explicaré lo siguiente, cambié un poco mi estrategia de escritura, en cada capítulo mostraré ambos lados de la moneda, para que sea un poco más emocionante.
Bueno pues espero les guste.
PD: Gracias a esto ahora tengo 2 historias que debo completar.
CAPITULO 1
Habían pasado varios años desde que se terminó nuestra extraña pero impresionante aventura por el Digimundo. Aunque siempre me habían gustado las computadoras, ese viaje realmente se había convertido en una clave importante para mi futuro. Todas las investigaciones y descubrimientos que hice en el digimundo y en el mundo real.
Como pasatiempo hice un laboratorio secreto donde ahí podía monitorear todo lo que pasaba con el digimundo, de igual forma siempre estaba pendiente de mis amigos, por medio de correos electrónicos. Por lo mismo que es como mi base secreta, son pocos aquellos que saben la ubicación del mismo.
Cierto día que me encontraba en el laboratorio secreto, caía una tormenta afuera, por lo que el calor que desprendían las computadoras, me adormeció bastante hasta que caí dormido. Soñé, sin embargo eran sueños extraños y bastante confusos:
Me encontraba en las ruinas dónde Mimi Tachikawa, una de las niñas elegidas, se perdío con mi digimon acompañante, Tentomon. Estaban idénticas a las de esa ocasión, sentí curiosidad por entrar y ver qué había pasado con Centarumon, así que comencé a caminar a la entrada. Cuando entré pude ver aquel engrane negro detenido, ese engrane que Mimi pateó en forma de protesta por mi falta de interés hacia ella. No pude evitar mostrar una sonrisa. Me adentre al laberinto de las ruinas, hasta llegar al lugar donde Centarumon nos mostró lo que era el digivice, la extraña máquina que nos transportó a este mundo, pero me llevé una gran sorpresa al darme cuenta que el símbolo grabado en la pared del templo no estaba. Cuando me di cuenta me encontraba encerrado en ese cuarto, poco a poco comenzaron a caer al vacío los bloques que conformaban el piso, por lo que me alejé a una de las orillas, pero no había salvación, iba a caer, cuando solo quedaba por caer el bloque donde me encontraba parado, escuché una voz que me llamaba. Se quitó el bloque y caí al vacío.
En ese momento abrí los ojos.
-Izzy, IZZY- decía la voz de una niña. Me levanté de golpe, y me di cuenta que mi corazón seguía palpitando fuerte. La tenue luz del cuarto hizo que me acostumbrara rápido al lugar. Al ver a mi alrededor, me topé con la cara enfadada de una muchacha de cabello castaño.
-¡AH! - dije y me hice hacia atrás. Analicé bien y me di cuenta que era Mimi, la chica que acababa de recordar en el centro. -Mimi, ¿qué haces aquí? ¿cómo pudiste entrar?
-Es bastante fácil si dejas la puerta abierta- dijo aún con tono de molestia.
-¿Abierta? Eso es imposible, nunca dejo la puerta abierta.- Me levanté de mi lugar y fui a examinar la puerta, Mimi aprovechó para sentarse en mi silla vacía.
Revisé la puerta, al parecer todo estaba normal, no parecía forzada. Probablemente el cansancio me hizo no cerrar la puerta con seguro. Entré al baño y me así me lavé la cara para despertar por completo. Salí y Mimi seguía sentada en mi silla, revisando algo en la computadora.
-¿Qué haces?- pregunté si darle importancia, dirigiéndome a un pequeño refri donde tenía bebidas refrescantes, tomé dos.
-Revisando mi correo electrónico, estoy esperando la respuesta de uno que mandé hace unos días a un… amigo- dijo.
-Ten- le alcancé una lata de zumo.- Es tu favorito. Tú siempre andas mandando mails a tus amigos, que siempre resultan ser más que amigos. - tomé un sorbo de mi refresco y me senté frente a ella.- ¿quién es en esta ocasión?
-Es un amigo de la infancia- dijo separándose de la computadora y tomando su zumo.- Ahh. Esto está delicioso.- sonreí al verla sonreír.
-Has cambiado la decoración -dijo Mimi mirando todo el lugar- ahora tienes más máquinas.
-Si hay que irnos actualizando ya que la tecnología siempre está en movimiento.
-¿cómo están los muchachos?
-Pues ya sabes, Tai está como capitán en el equipo de fútbol de la preparatoria Odaiba. Sora y Matt van en la misma preparatoria que Tai, pero están teniendo problemas con lo de el acceso a la universidad, ya que cada uno quiere estudiar diferentes cosas. Joe ya entró a una Universidad de renombre a estudiar medicina, y TK y Kari pues andan de campamento.
-¿Y tú?- preguntó intrigante.
-Pues yo estoy aquí en mi laboratorio secreto la mayor parte del tiempo, cosa que me gusta mucho. Y pues en la preparatoria soy el encargado del área de computación, como puedes ver mi vida no es tan divertida como la de los demás.- tomé otro sorbo. - Lo que me tiene intrigado es saber qué haces aquí Mimi, hace 2 años que no venías a Japón.
-Pues como te dije en el último mail que te mandé, tuve un problema en la preparatoria en Nueva York, caché al sujeto con el que salía con una "amiga" por lo que le armé un escándalo en la explanada principal, como eso no le pareció al director, mandó llamar a mis papás y pues decidieron que lo mejor es que viniera a terminar la preparatoria a Japón.- Me miró - Así que por eso estoy aquí.
-Si recuerdo ese mail, usualmente no eres de las personas que hacen escenas a sus novios.
-Ex novios, esos sujetos solo jugaron conmigo- aunque lo decía con tono indiferente, era muy probable que le doliera la traición por la que había pasado.- Parecía que solo querían salir conmigo porque soy la chica de intercambio.
-Pues por una parte es bueno que regreses, sabes que aquí nunca serás una chica de esa naturaleza.- terminé mi refresco - ¿quiéres otro?- como Mimi asintió me levanté y fui al refri para sacar las nuevas bebidas, cuando Mimi me interceptó y me abrazó por atrás, escondiendo su cara en mi espalda.
Este acto involuntario de Mimi, me paralizó. Sabía que no era momento de hablar, así que solo dejé que ella continuara con el abrazo. Al fin de cuentas ella era mi mejor amiga, desde aquel viaje al digimundo. Poco a poco pude sentir los sollozos en mi espalda, así como poco a poco se iba humedeciendo mi camisa.
-Mimi- ella solo me abrazó más fuerte.- Mimi, no puedes ponerte así por un sujeto que no vale la pena.- dije - como actuaste fue la mejor manera, eso te lo aseguro. Además, algún día encontrarás a alguien que realmente te tome como la persona más valiosa de su vida.
Dicho esto Mimi me soltó.
-¿Lo dices enserio?- preguntó como si fuera una niña pequeña que quiere una respuesta a su capricho.
-Claro- dije con una sonrisa- pero mientras siempre podrás venir a mi laboratorio secreto a desahogarte si esto te hace sentir mejor.
En el momento que Mimi estaba diciendo algo, un rayó cayó cerca, fue tanto el ruido que solo vi los labios de mi amiga moverse, cuando se iluminó la habitación por la intensa luz. Antes de que me diera tiempo de analizar el movimiento de labios de Mimi, ella retrocedió rápidamente y salió corriendo por la puerta, me tomó tan de sorpresa que no la pude detener. Cuando reaccioné , fui corriendo atrás de ella, pero ya no la alcancé.
La lluvia era demasiado intensa por lo que no podía ver nada a más de 3 metros de distancia. Me disponía a correr bajo la lluvia para buscarla, pero me detuve, ¿qué había sido eso?, Mimi nunca actuába de esa manera. Probablemente, era un error, eso debía ser, era un error. No podía ser otra cosa.
Iba sentada junto a la ventanilla del autobús, el sol ya se iba metiendo por lo que el cielo estaba de un color rojizo. Me bajo en la siguiente parada. Tiene mucho tiempo que no estaba en Odaiba, por lo que me cuesta reconocer algunas cosas, lo que no era imposible saber era uno de los lugares donde me siento más segura en la ciudad. Una vez que me ubico, camino calles adentro, esa colonia no ha cambiado mucho. Ahí está la puerta del Laboratorio secreto, ese lugar que años atrás uno de mis mejores amigos nos enseñó como si fuera una fortaleza para aquellos niños que hace algunos años fuimos al digimundo.
Antes de llegar al Laboratorio Secreto comenzó a llover, por lo que corrí hacia el lugar antes de que me mojara. Al llegar la puerta estaba ligeramente abierta, lo que me alarmó un poco ya que Izzy, siempre era muy cuidadoso con eso, hasta puso contraseña para que no entrara cualquiera. Abrí la puerta ligeramente y me asomé, al inicio no se veía nadie dentro, se escuchaba el ruido de una de las computadoras encendidas.
-¿Izzy?- pregunté en voz baja - ¿Izzy, estás aquí? - al no haber respuesta empecé a caminar entre los aparatos electrónicos que tenía mi amigo. Aunque siempre me explicaba para qué servían, siempre lo olvidaba casi al instante.
Cuando algo se movió en uno de los escritorios, involuntariamente brinqué, protegiéndome, como vi que nada me atacaba, observé bien y me di cuenta de que el que se encontraba en ese escritorio era Izzy, el cual estaba profundamente dormido.
Me acerqué con cautela, no pude evitar sonreir al verte, tan inocente. Izzy siempre había tenido el mismo semblante gentil desde que nos conocimos en aquel campamento de verano. No sabía si despertarlo o contemplarlo dormir. Por lo que opté por la segunda opción. Izzy estaba en una posición, a mi parecer, algo incomoda; pero él parecía estar demasiado cómodo. Pasaron unos minutos y vi que su rostro, aun dormido, mostró un semblante de angustia.
-Izzy- lo moví pero no despertaba - IZZY - grité y funcionó. Izzy se levantó de golpe con una cara bastante extraña, miró a su alrededor y reparó en mi. Eso me molestó un poco.
- ¡AH! - gritó y se apartó de mi. - Mimi, ¿qué haces aquí? ¿cómo pudiste entrar?
-Es bastante fácil si dejas la puerta abierta - dije, me senté en su silla aprovechando que se había levantado a inspeccionar la puerta.
-¿Qué haces?- preguntó, Izzy era bastante seco aveces con las relaciones chico-chica, pero por alguna razón siempre que me hacía una pregunta, respondía con la verdad.
-Revisando mi correo electrónico, estoy esperando la respuesta de uno que mandé hace unos días a un… amigo- estaba revisando mi bandeja de salida, y ahí estaba el mail enviado hace un par de días al mismo chico que en ese momento me alcanzaba un jugo.
-Ten, es tu favorito- lo tomé -Tu siempre andas mandando mails a tus amigos, que siempre resultan ser más que amigos.- se sentó frente a mí -¿quién es en esta ocasión?
-Es un amigo de la infancia - dije y me separé de la computadora. Realmente ese jugo era mi favorito.- Ahh. Esto está delicioso. - mi corazón dió un brinco cuando lo ví sonreir.
Eché un vistazo al lugar, había cambiado bastante desde la última vez que estuve ahí.
-Has cambiado la decoración- observé - Ahora tienes más máquinas.
-Si, hay que irnos actualizando ya que la tecnología siempre está en movimiento.
-¿cómo están los muchachos? - pregunté, aunque ya sabía como estaban, había hablado con ellos antes de hacer mi viaje a Japón.
-Pues ya sabes, Tai está como capitán en el equipo de fútbol de la preparatoria Odaiba. Sora y Matt van en la misma preparatoria que Tai, pero están teniendo problemas con lo del acceso a la universidad, ya que cada uno quiere estudiar diferentes cosas. Joe ya entró a una Universidad de renombre a estudiar medicina, y TK y Kari pues andan de campamento.
-¿Y tú? - pregunté, ya que habló de todos menos de él.
-Pues yo estoy aquí en mi laboratorio secreto la mayor parte el tiempo - miró alrededor -cosa que me gusta mucho. Y pues en la preparatoria soy el encargado del área de computación, como puedes ver mi vida no es tan divertida como la de los demás - tomó de nuevo de su refresco, y me miró - Lo que me tiene intrigado es saber qué haces aquí Mimi, hace 2 años que no venías a Japón.
Sabía que esa pregunta llegaría, pero sabía que no estaba preparada para dar la respuesta correcta. Así que intenté improvisar.
-Pues como te dije en el último mail que te mandé, tuve un problema en la preparatoria de Nueva York - lo miré de reojo - caché al sujeto con el que salía con una "amiga" por lo que le armé un escándalo en la explanada principal, como eso no le pareció al director, mandó llamar a mis papás y pues decidieron que lo mejor es que viniera a terminar la preparatoria a Japón. - Me miró.
-Si recuerdo ese mail, usualmente no eres de las personas que hacen escenas a sus novios.
-Ex novios- enfatice - esos sujetos solo jugaron conmigo. Parecía que solo querían salir conmigo porque soy la chica de intercambio.- mostré un poco de enfado, esperaba que no lo hubiera notado.
-Pues por una parte es bueno que regreses - aproveché su intervención para terminar mi bebida - sabes que aquí nunca serás una chica de esa naturaleza. ¿quieres otro? - asentí e Izzy se levantó hacia el refri nuevamente.
En ese momento no pude contenerme, mis piernas automáticamente se levantaron de la silla y caminaron hacia el chico que estaba buscando bebidas. Lo abracé por atrás. Pude sentir que se puso rígido por un momento, probablemente se sorprendió. No dijo nada, pero tampoco me alejó. No pude evitarlo, el tenerlo ahí frente a mí, hizo que me invadiera la alegría pero al mismo tiempo la tristeza. Comencé a llorar. Sabía que estaba mojando su camisa, pero también sabía que eso no sería algo que le molestara.
-Mimi - comenzó pero yo lo abracé un poco más fuerte, en respuesta de que lo escuchaba. -Mimi, no puedes ponerte así por un sujeto que no vale la pena -dijo - como actuaste fue la mejor manera, eso te lo aseguro. - hizo una pausa breve - Además, algún día encontrarás a alguien que realmente te tome como la persona más valiosa de su vida.
Esas palabras fueron mucho para mi, lo liberé de mi repentino abrazo y lo miré.
-¿Lo dices enserio? - pregunté, siempre después de llorar, hablaba como una niña caprichosa, eso había sido siempre.
-Claro- aseguró con una sonrisa - pero mientras, siempre podrás venir a mi laboratorio secreto a desahogarte si esto te hace sentir mejor.
Izzy lo había hecho, aquello a lo que más miedo tenía, las palabras que me acababa de decir sabía que eran de un amigo hacia su amiga, sin embargo, no pude contenerme me armé de valor en ese momento.
-Te ….
Un ruido bastante ensordecedor dejó prácticamente en silencio mis palabras. Al parecer había sido un rayo que había caído bastante cerca del lugar. Obviamente en ese momento, se iluminó la habitación y pude ver el rostro de Izzy bastante desconcertado. Como si estuviera tratando de descifrar las palabras que dije pero que no se escucharon. El valor se esfumó y se apoderó de mí la vergüenza, retrocedí aprovechando el aturdimiento de Izzy y salí corriendo rápidamente del laboratorio secreto.
Corrí lo más rápido que mis pies y la lluvia me lo permitían. Esperando que Izzy fuera lo suficientemente lento para que no me alcanzara, aun así no me atrevía a mirar hacia atrás. No quería comprobar lo peor. Después de un tiempo me detuve, la lluvia seguía igual de fuerte, yo me encontraba totalmente empapada, y me dio tristeza saber que Izzy no había corrido detrás mío. Deje de correr, me dispuse a caminar, ya sabía donde estaba, por lo que me dispuse a ir a la casa de mi mejor amiga.
Toqué el timbre. Era bastante agradable no tener la lluvia golpeándome.
-¿Si? - Sora abrió la puerta y se llevó una gran sorpresa al verme- ¡MIMI! ¿qué te ha pasado? - me tomó de la mano y me metió a su departamento.
-¿quién es, Sora?- la voz de un chico resonó por el recibidor.- ¡Ah! Mimi.
Sora y Matt se miraron.
-Creo que ya me voy- dijo a nadie en particular - Mañana tengo ensayo temprano.
-Si, nos vemos mañana- dijo Sora, con un tono de voz que mostraba disculpa.
-Es bueno verte Mimi- dijo Matt pasando a un lado mio.
-¡Espera!- grité y Matt se detuvo.- No le digas a Izzy, si te pregunta, que me has visto aquí.- supliqué. Se volvieron a mirar.
-Está bien, como digas- dijo al fin, hizo un ademán con la mano y salió del departamento.
-Gracias - susurré.
Sora, después de la partida de Matt, me pasó una toalla y una taza de té.
-Ten, esto te reconfortará- yo ya me encontraba sentada en su sillón, con ropa seca que me había prestado mi amiga.
-Gracias- creo que era la quinta vez en esa noche que agradecía a las atenciones de Sora.
-No me lo agradezcas- mi amiga se sentó en el otro sillón y quedamos de frente.- ¿y qué fue lo que pasó con Izzy? - preguntó.
-Nada- dije, ella puso una cara de sorpresa - Eso fue lo que pasó, absolutamente NADA.
Me solté a llorar, lágrimas que había estado conteniendo desde que salí del laboratorio secreto.
