Unos jóvenes ninjas saltaban de rama en rama en los arboles de su pueblo, Konoha, un lugar donde los ninjas residentes de ahí practicaban y entrenaban para ser mejores y defender a la gente que amaban, o bueno, eso se les enseñaba a la nueva generación. Ese pueblo que hace años estaba formado por casas humildes y caminos de tierra con pueblerinos pacíficos había desaparecido, para darle la bienvenida a la tecnología y a lo moderno. Los ninjas jóvenes -muy pocos- aun se iban por el camino que por muchos años han formado los otros ninjas para agrandar su fuerza, el esfuerzo y entrenamiento, pero ahora los jóvenes pierden mucho de eso con las tecnologías y distracciones que el ser ninjas ya no era necesario.

No se culpa que la tecnología y el avance haga esto, sino las mentes débiles de los jóvenes.

Ahora, en estos momentos unos jóvenes saltaban con agilidad en las ramas, para completar su misión, cuando llegaron a una cosecha, la cual la mayoría había sido destrozada y aplastada, pronto, un chico rubio de ojos azules vio el causante de tanto desorden, y con mucha confianza se presento hacia aquella bestia.

-Mi nombre es Uzumaki Boruto y tu panda feo pagaras por arruinar los huertos.

-Vamos a capturar al oso.- dijo una chica de cabellos negros y lentes a su lado.

-Es un panda.- corrigió el rubio.

-El panda también es un oso, idiota.- dijo molesta la chica, nadie podría corregirla y menos una persona que se la pasaba apegado a sus vídeo juegos y ni siguiera sabia todas las reglas que un ninja debe cumplir.

-Lo importante ahora es capturar al oso panda.- dijo un chico al lado de la chica, con cabellos blancos con toques celestes, ojos amarillos hermosos y piel extremadamente blanca.

Pronto el chico de cabellos celestes salto y estiro su brazo, el cual comenzó a alargarse sin detenerse y rodear una de las patas del oso panda que corría hacia ellos, al sostenerlo, la chica trato de darle con todas sus fuerzas descomunales, pero su compañero que había hecho una técnica ninja llamada kage bushin no jutsu se le adelanto con sus clones, cuales le dieron una patada certera al oso en los ojos y este callo algo mareado, la chica molesta se quedo quieta, no le gustaba que le interrumpieran sus esfuerzos en acción.

-Como se esperaba del nieto del cuarto y el hijo del séptimo, seguro seras un buen...- hablaba el peliceleste, lo cual fue detenido molesta por la pelinegra.

-Yo seré Hokage.- dijo la chica y vio como la vestía ahora corría a otra dirección, hacia su sensei quien de un momento a otro salio atrapando a la bestia con un jutsu de parálisis de sombra, la más impresionada de aquella acción fue Sarada que confundida vio como el oso-panda era derrotado para que luego fuera amarrado por la seguridad de los pueblerinos y para esperar a las personas que irían a recoger al animal, Boruto gracioso al ver a la bestia fue a puyarle con una rama mientras reía por lo fácil que había sido su misión.

-Konohamaru-sensei, ese jutsu de sombras... ¿Cómo lo hizo? ¿No es una técnica secreta del clan Nara?-pregunto curiosa.

-Si, es el jutsu de Shikamaru-senpai, lo realice con esto.- de momento a otro el maestro mostró un extraño brazalete que estaba en su brazo y unos pergaminos tan pequeños que costaba verlos.

-¿Es la nueva arma ninja que tanto se rumorea?- pregunto Mitzuki, a su lado ya estaba Boruto muy emocionado por ese nuevo artefacto.

-Veo que estas informado Mitzuki, si es la nueva arma ninja, da la habilidad a todos los shinobis a realizar jutsus sin importar su tipo de chakra, los jutsus son puestos en estos pergaminos especiales, por ejemplo mi Rasengan.- de su mano con facilidad salio una bola de aire que giraba a gran velocidad y la dirigió al papel, parecía como si esta era adsorbida por el pergamino, luego de cerrarlo este se volvió de un tamaño pequeño como los anteriores vistos, lo tomo y lo coloco en aquella nueva arma ninja.- Y así con facilidad solamente son empleados.

De una vez, sin sellos el Rasengan salio del brazalete des sensei y este se fue con una gran velocidad hasta perderse entre los árboles y chocar con algo.

-¡Que genial!- admiro el rubio.

-Ahhh, Konohamaru-sensei...- llamo Mitzuki y señalo por el camino por donde se había ido el rasengan, cuando vieron al final se hallaba una casa destrozada a causa de la muestra.

-Lo malo es que como uno no provee de su propio chakra... el manejo... es... menos y afecta la puntería.- y ahora su misión no acabaría tan rápido.

.-.-.-.-.

Konoha, era esa hermosa aldea ninja en el país del fuego que es reconocido por los excelentes ninjas que esta posee, como los clanes Hyuga y Uchiha, dos con los mejores kekken genkai, o los ninjas con habilidades únicas como había sido el primer Hogake, y su hermano el segundo, el tercero con su sabiduría y el cuarto con su bondad, la quinta Hogake con sus habilidades medicas y el sexto que aun estaba entre ellos, y el que se podía decir, el que salvo el mundo, el séptimo Hogake, Uzumaki Naruto:

En estos momentos muchos kage bushin estaban por todos los lugares de la aldea, ayudando, comandando cosas, asistiendo a reuniones, ayudando a la gente de la aldea, todo lo que podía hacer, menos una cosa, estar en su hogar con su familia.

Y es que su vida simplemente se había vuelto un enrollo que por la sociedad se debía mantener así, en secreto.

Cuanto deseaba decirle al mundo que todo era mentira, que esa sonrisa que tenía era falsa, que se sentía vació y a la vez completo, y más decirle a la persona que estaba como victima en esa situación la verdad, y quien esta persona era realmente.

Uno de sus clones daba una entrevista mientras él con tristeza estaba en su oficina de Hogake, su sueño desde pequeño pero que ya no tenía mucha importancia ahora, ya que su motivación no estaba junto a él.

Luego de unos minutos entro el grupo de su hijo con noticias sobre su misión y como siempre la seriedad llego a su rostro al ver a su hijo, ya era una reacción por costumbre, no por sus travesuras o peleas, sino porque el dolor de verlo y recordarle todo era tan fuerte, que no podía más, cada vez que veía a su hijo, deseaba rendirse.

La entrevista acabo y su clon desapareció, para luego mostrar atención a su hijo.

-¿Cómo fue la misión?- pregunto.

-Fácil, la podría haber hecho yo solo.- respondió su hijo, quería demostrarle que él era fuerte.

-Un ninja debe de saber el trabajo en equipo.- dijo regañándolo, y es que mayormente eso podía hacer.

-Mhh, pero hice dos kage bushin y yo solo, además estoy aprendiendo los sellos de suiton, raiton, futon y...

-¡Konohamaru! ¿Qué les has estado enseñando?- le molestaba porque se parecía tanto a él.

-No culpes a mi sensei solo por el hecho que no sabes lo que hago.- dijo el rubio pequeño molesto.- Más, te recuerdo la fecha tan importante que es hoy.- dijo y golpeo la mesa.- Si no te presentas al cumpleaños de mi hermana menor no te lo perdonare.

Impresión, eso había en el rostro del séptimo.

No sabía que sentir, si admirado por el amor que su hijo tenía hacia su hermana menor y hasta la valentía de contestarle, o saber que él se estaba equivocando y aun así aceptarlo, y es que le dolía simplemente.

-Olvídalo.- dijo Boruto, le dolía, quería el amor de su padre, que le admirara y que dejara de ignorarlo, pero eso no ocurría.

Sus pensamientos por unos momentos estuvieron perdidos, hasta el punto de ignorar a la persona que había entrado para promover la nueva herramienta ninja, no quería escuchar ya nada, le dolía, porque intentaba hacer a todos felices, pero solo tristeza había a su alrededor. Hasta que algo llamo su atención, lo que le pedía aquel hombre, no lo pensó ni dos veces antes de contestar:

-No, los exámenes chunnin no son un centro de entretenimiento ni promoción, es para educar a los ninjas jóvenes.- dijo serio, el hombre que le estuvo hablando simplemente con una reverencia se fue de la oficina.

-¡Estos no son los viejos tiempos en los que creciste!- dijo su hijo y se fue de la oficina corriendo e ignorando los llamados que Konohamaru le daba.

-Por Dios, y le iba a hablar de los exámenes chunnin y la inscripción.- dijo Konohamaru buscando entre sus ropas las boletas de inscripción.

-Búscalo y le das la papeleta Konohamaru, pueden retirarse.- dijo serio Naruto y sin más el resto del grupo de su hijo se fue.

Luego el rubio mayor se quedo pensando en lo que realmente sucedía, en su escritorio posaba unas fotografías de su familia, de la que era su "esposa", de sus amigos y de las personas que más amaba, la tristeza le invadió una vez más mientras veía la foto del que era su mejor amigo, ex-rival y algo más, Uchiha Sasuke.

Ese nombre.

Estaba en su mente todo el tiempo, atormentándolo y haciéndole doler el pecho de solo recordarle, quería que volviese, quería que estuviese con él y ver lo que ambos habían hecho, y quitarse esa mascara de su rostro sin miedo, pero... no podían.

.-.-.-.-.

Un chico rubio más pequeño estaba ahora comiendo en un restaurante, pensando en las palabras que aquel hombre le había dado sobre el examen chunnin, su padre podría verlo al fin si participaba, pero no quería ir ahí por lo que la gente piensa, para volverse Hokage, aborrecía aquellos, lo odiaba, no, ni en un millón de años sería Hokage solo para ver como se alejaba por su oficio de su familia, como su padre hacía.

Jugaba en estos momentos aquel videojuego que por trampa había avanzado, pero no le importaba.

-Veo que eres bueno en videojuegos también, Boruto.- dijo una voz a su lado, sabia quien era. No quería verlo, pero un papel colocado a su lado le saco del videojuego.

-Es para los exámenes.- dijo la chica.

-Ni pienses que entrare.- dijo el rubio.

-Necesitamos de un grupo de tres personas para poder entrar, y en eso va mi sueño de ser Hokage.- cállate Sarada.- y no podremos entrar sin ti, así que ayúdame con mi meta de convertirme en lo que quiero.- Que te calles Sarada.- aunque sea has eso y ayúdame a convertirme en lo que quiero.

-Ser Hokage... ¡Dile eso a alguien que le importe!- dijo molesto, detestaba hasta la mención de ese puesto ninja.

-Hey Boruto, nosotros también necesitamos un equipo de tres.- llamo Yamanaka Inojin, un amigo suyo con el que jugaba videojuegos junto a Nara Shikaidai.

-Tranquilo, aquí tengo algunos archivos para ver las mejores salidas y destrozar a los jefes, te lo paso.- dijo el rubio, quien había conseguido aquello por el hombre de avances tecnológicos ninja.

-Boruto, eso no es justo.- dijo el rubio.

De pronto Shikaidai se levanto aburrido.

-¿Ya te vas?- pregunto el rubio.

-Si, esto es divertido solo porque puedo huir de mamá.- dijo el pelinegro.

-Y-yo también me voy.- dijo algo nervioso Inojin y se retiro junto con su compañero.

.-.-.-.-.

Aire puro, el viento entre las ramas de los arboles, y el sol que iluminaba aquel cielo que era nuevo y aun así era el mismo desde que vivió ahí, entre los bosques de Konoha, un ninja caminaba a paso lento y tranquilo para llegar a la aldea, el pelinegro conocido como Uchiha Sasuke aun pensaba en como sorprendería su llegara, a su hija, hacia el amor de su vida, hacia su "esposa" y como sería aquella persona que desde hace 12 años había nacido y con mucho dolor aun no había conocido.

Quería, quería verlo, conocerlo, ver como era, si se parecía a él o a la persona que amaba, la curiosidad le mataba, pero aun así no se sentía lo suficientemente valiente como para ir a a¿la aldea y verlo.

Sabia que sería débil -a su manera- y no aguantaría. Y menos cuando vea a esa dicha persona que amaba.

-Usuratonkashi, tengo miedo.- susurro el hombre mientras detenía su andar, pero sabia que ya era el momento.

.-.-.-.-.

El niño rubio caminaba a paso lento entre las calles de su hogar, detrás de él iba la insistente Uchiha proponiendole el integrarse a los exámenes, este le ignoraba, pero hasta que una frase le hizo parar:

-Demostremosle al séptimo lo fuerte que somos en los exámenes.- eran las mismas palabras de aquel hombre.

Él quería, quería demostrarle a su padre su avance como ninja, aquello que se había perdido por trabajo y que estuviera orgulloso de él, que le mirara, que le dijese lo orgulloso que estaba de él.

-Lo haré, entrare a los exámenes chunnin.- dijo el rubio, estaba decidido, le enseñaría a su padre lo que Uzumaki Boruto valía.

-Fue sencillo.- dijo al final la chica.

-Pero no se porque querer ser Hokage, es horrible. Es mejor el tío Sasuke.- dijo el rubio sentándose en una banca de la calle.

-Que importa una persona que ni siquiera es Hokage.- dijo la chica sentándose a su lado.

-Te equivocas, mi padre dice que el tío Sasuke es como el segundo Hokage.- dijo el rubio, admiraba a aquel que le decía tío sin siquiera haberle conocido por ser rival de su padre.

-Es solo pena.- dijo la chica quien admiraba al hombre rubio.

-Mi padre dice que Sasuke-san es el único que puede enfrentarse a el Hogake, porque son los más fuertes.

-Por cierto Mitsuki, ¿Quién es tu padre?- pregunto la chica.

-Ah, él es...

-¡ONII-CHAN!- saludo con emoción una niña de azules cabellos y ojos azules con bigotes de gato en su rostro- ven onii-chan, hoy es mi cumpleaños, vamos a celebrarlo.- dijo la niña alegre mientras detrás de ella estaba su madre.

-Ya voy Hima.- dijo el rubio feliz y sonriendo mientras se despedía de sus compañeros, corrió hasta su hermana y ayudo a su madre con las bolsas de los comprados.

La mujer de orbes blancos y cabello azulino miro a aquel que quería como un hijo, pero con tristeza pensó en quien realmente era. Sabia el peso que ella junto a los antiguos ninja de su generación llevaban en sus hombros, ocultando todo, pero lo que más dolía es que aquel niño rubio vivía una mentira, y aun así... él era feliz...

Boruto...