EL LADO EQUIVOCADO DE LA MESA

Bueno, estoy aquí con una nueva historia con una pareja que últimamente se está volviendo mi favorita, Eriol y Tomoyo, eso sí, Syaoran sigue siendo mío!!!!, sé muy bien que tengo otras dos historias, pero puedo controlar las tres, además esta me salió en un flashazo de inspiración y cuando llega uno de esos no hay que dejarlos escapar así que prometo actualizar muy pronto Mundos Paralelos, (una semana máximo) y Rescatando el corazón quizá si tarde un poquito más pero disfruten mi nueva historia.

Los personajes de esta historia no me pertenecen sino al famoso grupo de mangakas CLAMP así que no me demanden por favor.

Además, esta historia es escrita desde el punto de vista de Eriol, exceptuando los recuerdos que son en tercera persona y están escritos en cursiva, bueno… ya dicho esto comencemos!!!

SUMMARY

Me mira y se que ama tanto como yo a ella, compartimos tantos momentos juntos que me es difícil contarlos, muero por solo un beso suyo… aún no entiendo porque es que se comprometió con Li. EXT

CAPÍTULO 1

Desde un ángulo distinto

-Claro hija, ahora solo nos queda acordar la fecha de la boda-Sonomi Daidouji irradiaba felicidad en aquellos instantes, sonriendo con orgullo a su bella hija que solo se limitaba a asentir con lentitud a cada pregunta insistente de su madre- ¿no le parece fantástico, joven Hiraguizawa?

-Por supuesto señora- vaya… si que es difícil contestarle las sonrisas, ¿qué?, ¿hipócrita yo?, si ¿por qué no?, después de todo solo soy un observador en la historia que ésta mujer creo, historia en donde veo a mi dulce cerezo de una forma diferente a como quisiera.

-Le aseguro que seremos muy felices, señora Daidouji- vaya, vaya, miren quien ha entrado a escena, el feliz prometido… que sonrisa tan falsa Syaoran, ¿es qué tus clases de actuación en la prepa no te sirvieron de nada?, no, creo que no, digo… si torcieras un poco menos la sonrisa y dejaras de mirar con tanta insistencia a Sakura tu farsa sería un poco más creíble ¿no?; ¡miren nada más!, ha tomado la mano de Tomoyo, eso si que es ruin amigo, has caído de mi gracia…

-¿Te sucede algo Eriol?-al virar mi mirada me encuentro con la única persona que puede entender mi abandono, después de todo ambos sentimos exactamente lo mismo, este vacío… esta soledad, ¿quién diría que la antes dichosa y popular Sakura Kinomoto se sentiría sola algún día?

-Nada… no me pasa nada, me encuentro perfectamente- ¡ah la falsedad!, ¿es que acaso hay algo más penoso que mi deplorable situación?, vamos Tomoyo deja de mirarme así que me pones nervioso, anda, deja de hacerlo más difícil y mejor voltea a mirar a tu flamante prometido… vaya, de verdad esto se pone cada vez peor, porque estoy aquí a lado de mi mejor amiga, quien está perdidamente enamorada de Li, y frente a la mujer que yo más amo y a la no puedo siquiera mirar…

Que asco… la verdad…

Conozco a Syaoran desde los tres años, cuando mi padre decidió que tenía que aprender algo más que los refinados modales que me enseñaba mi madre para cumplir en las fiestas de té de sus amigas, en donde claro, era blanco de una gran cantidad de halagos que alimentaban mi joven ego.

Aún recuerdo el día en que me llevo a casa de los Li para conocer los principios básicos del esgrima, 'no lo aprenderás solo hijo, por eso he conseguido un compañero para ti', había dicho mi padre antes de cruzar el umbral de la enorme mansión. ¿Y yo?, yo solo me limité a asentir, después de todo mientras más rápido mejor, a esa edad yo solo pensaba en divertirme con pelotas y muñecos de felpa, pero no… mi padre quería esgrima y me gustara o no yo lo iba a aprender.

Pensándolo bien ni siquiera fue tan malo encontrarme con aquél niño chino de cabello castaño y ojos ambarinos que me miraron con desconfianza casi inmediato que llegué.

-¿Y tú quien eres?- el pequeño Syaoran miraba al recién llegado de una manera inquisitiva.

-Vamos Syaoran no seas maleducado, el joven Hiraguizawa practicará esgrima contigo a partir de hoy- en cuanto escuchó la voz de su padre, el castaño volteó para mirarlo con admiración- anda, salúdalo.

-Si papá, hola mi nombre es Syaoran Li, futuro jefe de ésta familia- dijo orgulloso mientras sonreía alegremente siendo observado por su padre que sonreía- ¿y tú?

-Yo soy Eriol Hiraguizawa, un gusto joven Li- se inclinó respetuosamente, algo que le fue pacientemente enseñado por su afanosa madre con el único objetivo de lucirlo un poco más ante grandes personalidades.

-¡Vaya!, creo que eres más serio que yo- al parecer después de las presentaciones Syaoran había perdido todo rastro de desconfianza y ahora lo trataba como si se conocieran desde hace tiempo- ¿vamos?- le dijo al pequeño ojiazul señalando las espadas y los trajes de esgrima echando a correr en su dirección.

-Claro- dijo Eriol corriendo tras él…

A partir de ese momento nos veíamos cada tercer día para practicar con un profesor particular de su familia, logrando que con el tiempo mis visitas se hicieran rutinarias puesto que me llevaba realmente bien con todos los habitantes; como siempre, Syaoran sonreía a mi llegada, gesto que mantenía a lo largo del día, he de admitir que fue una costumbre que tuve a bien aprenderle y que, sin embargo, ocultaba con frecuencia en casa para que mis padres no se preocuparan de tener un hijo los suficientemente feliz al cual el arruinarle la vida conllevara un esfuerzo mayor al necesariamente permitido.

Uno de esos tanto días mientras entrenaba con Syaoran, Hien Li, su padre, le pidió que cuidara a su madre y a sus hermanas en su ausencia ya que iría a un viaje de negocios; dado que era algo completamente normal en esa familia mi joven amigo se lo juró con una significativa unión de dedos meñiques deseándole también un buen viaje.

Los días pasaron con lentitud, pero, diferencia de lo que Syaoran pensaba… su padre nunca regresó…

Ieran, su antes refinada y deslumbrante madre le explicó hecha un pañuelo de lágrimas que había perdido la vida gracias a un choque del avión en el que viajaba de regreso a su hogar.

Fue entonces que la sonrisa desapareció del rostro del heredero Li para no aparecer hasta muchos años después…

Sus responsabilidades aumentaron de forma impresionante, creció en cenas con embajadores, yendo de país en país en todos los medios posibles, exceptuando los aviones, y mientras, yo lo miraba madurar sentado en el cómodo sofá de mi casa.

Con los años mis refinados modales ya no atraían solo halagos; teniendo 16 años observaba con frecuencia caídas de párpados, sonrisas coquetas, rostros ruborizados y con ello, la posibilidad de tener a cuanta chica quisiera, y no era el único, la nueva y seria personalidad de Syaoran tenían exactamente el mismo efecto, pero él… distraído y aburrido, nunca lo notó.

El haber consolado a Li después de la muerte de su padre había dado paso a una duradera amistad, por lo que aquella suntuosa mansión se convirtió en mi segundo hogar, y siendo sincero, mucho mejor que el primero, las hermanas Li e incluso Ieran me habían tomado un gran afecto algo de lo que carecía por completo con mi padre ocupado en sus negocios y mi madre preocupada por convertirse en la mejor anfitriona de toda Inglaterra. Aún a pesar de mis continuas bromas y mentiras parecía que mi amigo nunca reía con sinceridad, nunca…, lo intenté de mil maneras diferentes como una forma de pagar toda la felicidad que había hecho llegar a mi vida sin conseguirlo, hasta que la conoció.

-Eriol, ¿deseas más té?- creo que sabe que estoy pensando justamente en ella, no Sakura, no estoy hablando mal de ti, solo cuento la manera en la que entraste en nuestras vida, o más bien, en SU vida.

-No gracias Sakura- oh, oh, tal parece que tantas atenciones hacia mi persona no le causan mucha gracia a Syaoran, ¡vaya! ¿quién me iba a decir que mi mejor amigo me miraría con celos?.

Después de todo ella hizo renacer su verdadera sonrisa…

-Vamos amigo, no puede ser tan malo a como lo cuentas-decía Eriol mientras ayudaba al castaño a buscar su corbata negra.

-Eso dices tú porque no tienes la obligación de ir a una de esas aburridas cenas cada semana, además esta es especial según mi madre-decía monótonamente revolviendo en uno de los cajones de su guardarropa refunfuñando al no hallar la susodicha prenda.

-¿Y qué tiene de importante?

-Que conoceré a mi prometida-contestó suspirando con resignación dejando completamente sorprendido al ojiazul quien parecía, en un principio, que no diría absolutamente nada sin embargo…

-¡Prometida! ¡ésas son ideas del siglo pasado!-gritó frunciendo el ceño hasta que sus cejas formaron una sola línea delgada.

-Lo sé, pero mi madre insiste en que el negocio que tiene con los Daidouji se cierre a la perfección y dime… ¿conoces una mejor forma de cerrar tratos que una boda?

-No, creo que no… y se puede saber ¿quién es la desafortunada?-dijo sarcásticamente, haciendo enojar a su amigo.

-Ja, mira que resultaste graciosito, según mi madre se trata de una tal Tomoyo Daidouji… ¡por fin!-del fondo de su cajón extrajo la corbata y comenzó a anudarla en su cuello mientras hablaba-una niña prodigio, hermosa e inteligente… o por lo menos así la describe su madre.

-Ba… eso dicen todas las mujeres de sus amadas hijas, aunque sean horribles… ¿cómo es que te dejaste dominar así de fácil?-preguntó con sorna-si tu eras incasable.

-Dime ¿te quejarías si te amenazaran con desheredarte?

-Ah bueno, la cosa cambia así… ¡va!-Eriol movió la mano frente a su rostro como si espantara una mosca especialmente grande- mejor cambiemos de tema ¿quién más irá a la cena?

-Veamos, los Sasaki, los Mihara, los Takashi- el castaño iba alzando un dedo por cada familia mencionada-y otros nuevos inversionistas… los… los… ¿cómo era?, ¡ah si!, los Kinomoto-terminó con voz cansina.

-Ese apellido me suena… Kinomoto… creo que también son nuevos inversionistas de mi padre, acaban de llegar de Japón… al igual que los Daidouji, me parece…

-La verdad no me importa si vienen del Polo Norte solo quiero ir allá, cerrar los negocios, conocer a mi prometida, regresar y dormir todo el día de mañana…

-¡Syaoran!-una firme voz femenina se escuchó desde el piso inferior de la mansión Li- es hora de irnos.

-Nos vemos amigo-Eriol estrechó la mano del joven Li dibujando en su rostro un gesto de pesar-espero sobrevivas… te veo en el colegio

Syaoran camino hasta el vestíbulo encontrándose con sus cuatro hermanas y su madre elegantemente ataviadas con sobrios vestidos que lo miraban con impaciencia.

-¿Por qué tardaste tanto Xiaolang?-Ieran fue la primera en hablar mientras subían al lujoso automóvil que los llevaría a la fiesta.

-No encontraba mi corbata y madre, sabes que detesto que me digas Xiaolang, ese es mi nombre chino, pero ahora estamos en Londres madre, Syaoran, llámame Syaoran-replicó seriamente dejando a su madre sorprendida.

-Está bien hijo, como quieras.

Los Daidouji poseían una suntuosa mansión al borde de un lago privado, lugar en donde se hallaba la recepción, por ser al exterior había lámparas que alumbraban el lugar dándole a la cena un toque íntimo, cientos de flores, en general rosas, adornaban los caminos.

-Bienvenidos-Sonomi Daidouji se plantó frente a toda la familia Li en cuanto los vio llegar-un gusto conocerlos a todos.

-Sonomi

-Ieran, que bien que hallas venido-sonrió Sonomi con familiaridad ante el único miembro que conocía.

-Te presento a mi hijo y heredero de la familia, Syaoran Li- Syaoran notó entonces el paso de los años, antes, aquél título lo hubiera llenado de orgullo, pero ahora, sin su padre, solo implicaba mas responsabilidades.

-Entonces creo que te presentaré- detrás de ella salió una hermosa jovencita de piel tan blanca como la nieve, un largo cabello color ébano que caía como cascada por su espalda y los más impresionante, unos bellos ojos amatistas que miraban al castaño con una expresión parecida a la tristeza-ella es mi hija Tomoyo Daidouji.

-Un gusto conocerla señorita, veo que su madre no mintió respecto a su belleza-el ambarino le sonrió con cortesía inclinándose caballerosamente.

Tomoyo le devolvió el gesto pero antes de decir nada más solo alcanzo a escuchar algo parecido a un "¡Cuidado!" y al segundo siguiente, su futuro prometido había sido bañado con lo que parecía vino tinto, mirándola con sorpresa.

-¡Hoeeeee!, lo siento, lo siento, lo siento-una chica de cabello castaño y hermosos ojos esmeralda miraba a Syaoran de hito en hito mientras se inclinaba varias veces como gesto de disculpa, al igual que el joven, su vestido color verde estaba manchado por el líquido- ¡no fue mi intención!

El joven, con su conocido mal humor, que en otra ocasión estaría a punto de estallar y gritarle al, o en este caso a la, causante de su vergonzoso accidente, se hallaba completamente encantado con la jovencita frente a sus ojos, se veía tan frágil y hermosa que instintivamente la tomó por el hombro.

-No se preocupe señorita…-le habló con voz suave haciendo que la castaña detuviera sus disculpas y lo mirara frente a frente.

Al parecer Syaoran ya no era el único impresionado.

-¿Pero que te sucedió Sakura?-Tomoyo la miraba preocupada, y al bajar su mirada notó que de la mano de la joven Kinomoto salía una considerable cantidad de sangre-¡Sangre!

-¿Sangre?-cuando la castaña se fijó en su mano se sorprendió un poco pero volvió su mirada hacia la amatista y le sonrió-no te preocupes Tomo…- y de repente cayó desmayada, sin embargo, antes de tocar el piso fue sostenida firmemente por el joven Li.

-¡Sakura!-gritó Tomoyo preocupada.

-Tranquilícese la llevaré adentro para que le cierren la herida-mientras hablaba, sacó un pañuelo de su saco y envolvió delicadamente la mano de Sakura.

-Muchas gracias, joven Li-le dijo sonriéndole amablemente, y luego solo lo vio alejarse con la castaña en brazos

Cuando abrió los ojos tardó un poco en reconocer el lugar en donde estaba, pero poco a poco se dio cuenta de que estaba en una de las tantas habitaciones de la mansión Daidouji.

-Veo que ya despertó-una grave voz la hizo virar inmediatamente para encontrarse con el joven al que le había tirado el vino-¿cómo se siente?

-¡Hoe! ¡es usted!-hizo afán de levantarse pero fue detenida de inmediato.

-Recuéstese un rato, es lo que dijo el médico-la empujo levemente hasta dejarla acostada de nuevo, acomodada en el montón de cojines.

-Este… perdón… p-por… lo del accidente-dijo pausadamente haciendo que el castaño la mirara con ternura.

-Si me dices como te llamas, quedas perdonada-le dijo con sorna mirándola pícaramente y sonrojándola.

-Sa-Sakura… Sakura Kinomoto

-Vaya, un lindo nombre para una linda chica-agregó mirándola intensamente.

-¿Y tú?-preguntó tímidamente, ese chico la hacia ponerse demasiado nerviosa.

-Yo soy Syaoran Li.-se presentó elegantemente inclinándose, pero sin quitar su mirada de la esmeralda de la joven.

-¿Eres el prometido de Tomoyo?-preguntó al reconocer el apellido.

-Si, veo que ya se conocen.

Sakura bajó la mirada con tristeza, algo que fue notado por el ambarino alegrándolo completamente, puesto que al parecer ella también tenía intereses para con él.

-Bueno, aún no es oficial-le sonrió alegremente-y créame, después de conocerla a usted, la posibilidad de hacerlo oficial es ahora mucho menor.

-Pero joven Li, como dice eso-habló una muy sonrojada Sakura.

-Syaoran.

-¿Qué?

-Dígame Syaoran-se inclinó amablemente-¿me permite a mi llamarla por su nombre señorita?

-Claro-dijo alegremente, sorprendiendo al castaño con la bella melodía de su risa-Syaoran…

Era demasiado, su nombre sonaba bastante bien salido de los labios de la chica.

-¿Gustas pasear conmigo por el lago, Sakura?-le ofreció galantemente su mano.

-Pero mi mano, no se la puedo ofrecer…

-¿Por qué no?-su mirada se entristeció al instante, ¿es que acaso…?.

-Por…-y le mostró graciosamente su mano, ahora vendada a causa del corte de hacía unas horas, por respuesta solo alcanzó a sentir su cuerpo levantarse del colchón.

-Bueno, eso creo que ya se arregló-y salió caminando con Sakura en brazos riendo con ligereza.

Nadie los vio aparecer en toda la noche, pero la visión de mi amigo al día siguiente me dejó más que sorprendido… con las mejillas encendidas y una sonrisa de oreja a oreja formaba una imagen que yo no le había visto desde hacía años, cosa que me alegró bastante aquél día. Cuando le pregunté por ella lo único que alcancé a escuchar fue un 'es el amor de mi vida', y la puerta del baño cerrarse con un Syaoran tarareando una alegre canción.

Continuará…

NoTaS dE lA aUtOrA:

Moshi, moshi!!!

¿Qué les pareció el primer capítulo?, espero les haya gustado, y si así fue, que mejor manera de demostrarlo que con reviews.

Porque en esta ocasión me ha dado por amenazar… si no hay reviews eso quiere decir que no les gustó y no subo el siguiente capítulo eh?

Y hablando de la historia, ya supimos como conoció Sakura a Syaoran, amor a primera vista, de una vez les digo que con Tomoyo y Eriol la cosa no va a ser tan fácil, pero será muy divertido.

Además les recomiendo mis otros fics:

Mundos paralelos, voy en el capítulo siete, y

Rescatando el corazón que llevo apenas dos capítulos.