Mi mano derecha es una golondrina

Mi mano izuierda es un cipres

Mi cabeza por detrás es un señor vivo

Y por detrás un señor muerto.

Los vivos alegran su cipres

Para decir buenos días a la golondrina

Se alejan sonrientes al orizonte

Suben cantando hasta el piso de la muerte

Hablan con una lengua adormecida desde hace mucho tiempo

Son póstumos como los ecos de la flor del trueno

Y lo mismo que los perfumes

Llevan su cuerpo como el tallo de un nenúfar precioso

Un pájaro trina mil orejas anónimas

Una estrella brilla para mil ojos recién nacidos

El pájaro cambia de dia con una mirada

Vicente Huidobro; Cancion de la muervida

Capítulo 1.

Estoy nuevamente sentado en este parque al salir del invernadero del gobierno local en el que trabajo, el mismo en el que siempre espero a mi amigo Terrence para ir al departamento que compartimos mientras adquiero el periódico del día con el pequeño de boina , todo esto mientras el autobús correspondiente al colegio de niños mimados en el que el trabaja como profesor de literatura inglesa pase, mientras veo algo que no debería estar en primera plana pero que por alguna razón está ahí, de inmediato mis ojos captan ese anuncio "se solicita botánico con experiencia, de preferencia que tenga gusto por las rosas. Se ofrece recamara cómoda y comida, cuatro mil dólares mensuales como sueldo". El autobús llega, razón por la cual doblo el periódico y veo que Terrence baja, el resto del días transcurre sin novedad alguna, a la mañana siguiente sigo mi rutina acostumbrada de manera inerte, por alguna razón el anuncio vuelve a aparecer en el periódico del medio dia, por todo lo que ofrece pensé que alguien ya había asistido. Asi que pensando en que trabajo en un lugar en donde todo es aburrido y que ofrecen un mejor salario en ese empleo busco la dirección "consorcios Andley, Chicago, Illinois". Al salir del trabajo en vez de dirigirme al parque a esperar a Terrence decido ir en busca dela dirección del periódico, me lleva al activo centro de la ciudad en la que vivo, al entrar al gran edificio le digo a la recepcionista que deseo pedir informes sobre el anuncio y me pide que la acompañe, me reciben en la oficina privada de William A. Andley pero en su lugar me recibe Archibald Cornwell, un hombre alto, un poco mas joven que yo, tal vez unos dos años. De inmediato me presento.

Buenas tardes señor Cornwell, mi nombre es Vins Brown, vengo por su anuncio en el periódico- me presente

Asi me informa la asistente de mi tío William, es un gusto conocerlo señor, le explicare. Quien en realidad solicita de sus servicios es mi prima Candice quien se encuentra en Lakewood además de que es el lugar del trabajo, por lo que quiero pedirle que me acompañe hasta ahí – respondió Archie.

De acuerdo señor- me limite a decir.

Cuando llegue a la mansión de Lakewood de los Andley sentí una extraña sensación de familiaridad y el mayordomo abre las puertas diciendo que la señorita Candice nos esperaba en el salón. Al llegar al salón Archie saludo a una bella rubia de ojos verdes y cabello rizado que de alguna manera me recordaba a alguien pero … ¿ A quién?. De inmediato ella me hablo.

Buenas tardes señor Brown, mi primo me informa de que ha venido por el empleo- me dijo ella.

Así es señorita Andley- le respondí mientras aun seguí perdido en la belleza de la dama

Vera, el trabajo que quiero que haga consiste en que haga florecer igual de hermosas que antes las rosas de alguien muy querido para toda la familia Andley, se trata de mi querido Anthony quien por desgracia se nos adelantó en el camino, mi condición, la de mi tia abuela Elroy y la de mi padre adoptivo el señor William A. Andley es que viva en la mansión- me dijo la señorita Andley

Será un honor señorita, pero me gustaría ver sus rosas para saber la clase de trabajo que tendré que hacer con ellas

Seguro señor Brown , acompáñeme-

Al salir me encuentro en un gran jardín lleno de rosas de todos los colores, todas en buen estado, lo cual me hace pensar en por que me han contratado, de pronto veo al señor Cornwell acercarse con un chico alto de cabello oscuro y anteojos y entre ambos traían un cuadro pintado al oleo, extrañamente en ese jardín siento una sensación muy familiar con respecto al sr. Cornwell que no había sentido en su anterior encuentro con el, y algo similar al tener en frente al otro chico.

Alistair Cornwell, soy hermano de Archi- dijo el tipo de los anteojos.

Mucho gusto, Vins Brown- me limite a decir mientras le estrechaba la mano.

Vera, en este cuadro se presentan las rosas como cuando nuestro primo Anthony las cuidaba, como vera eran de mayor tamaño y con colores mas encendidos. Pero sobretodo nos gustaría que hiciera lo posible por recrear esta especie la cual el mismo llamo Dulce Candy en honor a Candice- dijo Archibald mientras señalaba una hermosa rosa blanca con un poco de verde al centro.

Las rosas del cuadro se veían realmente hermosas, pero esa que Archibald me señalo en particular se me hizo una creación magnifica, en ese momento pensé que quien quiera que haya sido el tal Anthony fue un genio al poder crear tal especie, al verla supe por que las había llamado asi en honor a Candice, se debía a que al verla parecía que realmente se estuviera viendo los ojos verdes de la señorita. Cuando volteo a ver a los presentes me dicen que tienen algo importante que hacer y que me dejarían observar un poco el jardín y que el cuadro me serviría para lograr el resultado deseado. Solo me limite a asentir, me di cuenta que las rosas se extendían mas alla de lo que veía y pronto llegue a una fuente de la que partian cuatro caminos los cuales estaban marcados por rosas y baldosas.

Seguí uno de los caminos y me llevaron hasta una pequeña área donde habían muebles de jardín en los cuales se me figuro la imagen de una bella dama de ojos verdes muy parecida a la señorita Candice pero mayor en edad arreglaba un jarrón con rosas recién cortadas .

Decidí regresar por el camino y al llegar a ala fuente vi de nuevo a la dama pero algo me hizo sentir que yo era un niño y le daba tirones en su larga falda y ella me abrazaba para cargarme, sin darme cuenta unas lágrimas salieron de mis ojos ante la ternura de la imagen que se proyectaba en mi mente. Ese lugar era lindo pero simplemente ante ese recuerdo se volvió sumamente acogedor, por primera vez sentí la sensación de estar en un verdadero hogar. Al poco tiempo mis pensamientos se esfumaron dejándome una sensación de incomodidad y confusión. En ese momento decidí ir por el cuadro para entrar nuevamente a la mansión.