Disclaimer: Percy Jackson no me pertenece.
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La decepción más grande
Percy había sido alguien inocente.
Si, su padrastro le pegaba, los compañeros se burlaban y se metía en peleas, incluso en su amado campamento se las había arreglado para meterse en problemas cofcofClarissecofcof; y de la misma forma sabía que existía con los inmortales, Cronos, Hades.
De la misma forma, la gente buena también estaba. Su madre era el ser más bueno que la toda la faz de la tierra pudiera conocerse, sus amigos Grover y Annabeth-por molesta que esta fuera-eran personas geniales que sabía que le apoyarían en el fin del mundo-y para la guerra que estaba por existir entre los tres grandes, técnicamente así fue-y buenos dioses. Los del consejo olímpico eran prueba de ello, al menos la mayoría de los dioses estaban en el bando correcto.
Y eso se suponía que era todo, el mundo divido en héroes y villanos, bien y mal. Sin importar lo oscura que fue su época con Gabe o el terror que tuvo al pensar que su madre murió, al final la prueba estaba allí; no importaba que tan oscuras eran las cosas, cuando todo terminara las cosas estarían bien.
Eso es lo que había pensado hasta ese día.
Él no había querido admitirlo, pero la idea de estar a solas con Luke le provocaba cosquillas en el estómago. Se había sentido como una colegiala mareada, creyendo que no debería ir porque la idea de estar sin nadie alrededor era demasiado atractiva; la idea de que solo acepto por unos refrescos era tan ridícula que solo se la creería alguien desesperado por creerlo.
No le gustaba la idea de gustar del hijo de Hermes.
Ya había visto a Annabeth; inteligente, valiente, cercana a él, ¿y para qué? Quedarse suspirando en su sombra y siguiéndole como un perrito faldero. Él no quería eso, no necesitaba sumarse al club de fans del héroe más grande del campamento. El problema era como no hacerlo.
Por amor al cielo, ¿a quién quería engañar? Incluso por más excusas tontas que se pusiera en su cabeza, y por más que ignorara los latidos frenéticos en su corazón, dentro de si él sabía la verdad. Había caído rendido ante el chico, no solo por su belleza física, sino todo; aunque no tenía familia y perdió a una amiga valiosa, seguía cuidando de Annabeth como siempre, era un buen líder de cabaña; fue la única persona que no dejo de tratarle diferente al saber que era hijo de Poseidón, que le siguió apoyando aunque él se sintiera el bicho más raro del mundo. Nunca dejo de creer en él.
Aun así, sentía que una vocecita dentro de él le decía que tuviera cuidado, ¿pero de qué? ¿De qué le rompiera el corazón? Incluso sabiendo que nunca podría estar con él, pensaba que era imposible mientras le sonriera con esa sonrisa que le hacía temblar las piernas y desconectar sus sentidos; no se sentía más a salvo que con el único semidiós que no pensaba que por su linaje divino debía protegerle.
Fue entonces cuando supo de qué hablaba esa voz, y su ilusorio mundo cayó a pedazos.
Él podía haber ideado una forma de derrotar al estúpido escorpión. Derroto a Ares, que era dios de la guerra, y por algo es que tenía un TDAH tan alto; mientras Luke estaba con el discurso podía pensar en algo y por lo menos escapar al campamento.
El problema es que la mayoría de su cerebro estaba ocupado en el hecho de que su corazón estaba vuelto trizas.
De forma tan cinica, tan burlona, le había echado en cara que todo lo que había creído era solo una idea infantil. Él siempre había pensado que al menos sabía de qué lado estaba la gente que conocía, y ahora le demostró lo equivocado que estaba.
Se había puesto en guardia con Annabeth y Grover, tratando de ponernos en una posición lo más gris posible; antes de darse cuenta que eso era imposible por su forma de ser. Nunca pensó que sería Luke; el chico que le entrenaba y le mangoneaba sin importar quién fuera su padre, el que le daba una sonrisa que le ayudaba a no sentirse como un fracasado, el único que sintió que no le veía como alguien de oro y que lo veía por ser él; y todo lo que había estado viendo era al niño iluso que moriría en el tártaro.
La picada del tonto escorpión no fue lo más doloroso que le paso ese día.
Por primera vez en su vida, supo lo que era sentir rabia y venganza de verdad. Pensó que sabía lo que era eso con Nancy Bobofit, Clarisse la Rue, y sobre todo con el apestoso Gabe. No obstante, en ese momento lo único que quería hacer era clavar a contracorriente en el pecho de Luke, solo pare el idiota supiera lo que era que tu corazón se destrozará.
Quizás era por ser un chico, porque era la primera vez que le pasaba, o sencillamente su inocente ser se entregó tanto a ese amor que fue demasiado doloroso. Pero quería matarlo, quería que sufriera, quería ver su maldita cara hechizante caer en el tártaro.
Esa misma noche, cuando estuvo solo, lloró, lloró como nunca lo había hecho. Por tristeza, por rabia, por sentir que perdió una parte de sí mismo que nunca recuperaría.
Todo por un estúpido ladrón, por su mundo que cayó muerto en sus pies cuando el telón de la traición se alzó.
Por la decepción más grande, cometida por su primer amor.
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No estoy segura de como termine haciendo esto.
He estado todo el día con ideas interesante, proyectos geniales que tengo sin terminar, y al final hice esto.
La verdad, odio a Luke-¿o lo odiaba? En este momento no lo tengo muy claro-no puedo perdonarle fácilmente como abandono a Annabeth, siendo toda la familia que le daba.
No obstante, luego de que Pieri me hiciera reflexionar sobre el percabeth y que no pueda olvidar ciertas cosas, me temo que ya no soy fan de la pareja-puedo leerlo y capaz escribirlo, si escribí un thaluke y odio la pareja-así que quise buscar a alguien más para él.
Por supuesto, no es tan fácil. Ella tenía razón, Percy necesita a alguien que no lo vea en ese pedestal de héroe en el que todo el mundo lo tiene metido. Lo que pasa es que los griegos adoran a Percy casi como un dios, los romanos lo nombraron pretor casi de forma instantánea, y los siete de la profecía tampoco es que estén libres de eso. Así que me las veo negras, más porque no quiero que choque con mis parejas principales.
Por el momento, estoy atenta a sugerencias. Por ahora me limitare con esto, quizás escriba otro lukercy más tarde, no sé.
Gracias por leer, se despide;
Lira.
