-Ritsuka…
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DARKLESS.
CAPITULO I: STARTLESS.
Por Sve.
-Ritsuka…
La oscuridad, la oscuridad es muy grande.
-Ritsuka…
Quién eres? No puedo verte. La oscuridad es muy grande.
-Ven, Ritsuka.
Acaso estás cerca? Dónde estás? Quién eres?
Por qué me llamas?
-Ritsuka!
No me grites.
-Ritsuka!
-Ritsuka!!
-Ritsuka!!
No me llames así, llámame… por mi nombre.
-Ritsuka…
-Loveless!
Abre los ojos.
Despertó, el sonido del despertador lo estaba aturdiendo, nada agradable.
El otoño comenzaba a irse y el invierno era inminente, la temperatura era relativamente baja, pero se comenzaban a hacer notar los días nublados y ventosos. Ese día no era la excepción, debería levantarse, vestirse y salir a la escuela. Aunque no había dormido demasiado.
Últimamente soñaba, siempre soñaba, y aunque no del mismo modo, sus sueños siempre terminaban de la misma manera; oscuridad, mucha oscuridad y una voz llamándolo, sabía que reconocía esa voz, pero nunca podía recordarla, ni podía conocerla dentro del sueño. Confiaba en que tarde o temprano lo recordaría, a pesar de todo, era sólo un sueño, no tenía por qué darle más importancia.
Era temprano, aún tenía tiempo para poder hacer algunas cosas antes de marcharse, como siempre. Tomó un baño, se vistió y desayunó, sólo un vaso de leche, para su fortuna su madre aún no había despertado.
No tenía prisas, acomodó sus cosas, su habitación, vio el teléfono celular debajo de su almohada, lo tomó entre sus manos, lo miró, siempre lo hacía, hasta que sonó, hora de irse, hora del mensaje.
"Buenos días Ritsuka"
De: Soubi.
Odiaba sus mensajes de buenos días, pero también odiaba cuando no los enviaba, simplemente era un hábito recibirlos siempre a la misma hora, cuando debería irse, cuando lo buscaba para no olvidarlo en su casa, para esconderlo de su madre.
Tomo su bolso, salió.
Caminó solo hasta la escuela, donde, como siempre Yuiko lo esperaba con una gran sonrisa, junto a Yayoi.
-Buenos días Ritsuka!!
-Buenos días.
No era muy efusivo
-No tienes buena cara, acaso no has dormido bien?
En algunos aspectos Yuiko era bastante perceptiva, podría decirse que era parte de su personalidad, se daba cuenta de muchas cosas, aunque no eran lo suficientemente focalizadas por si misma.
-Mmm?
Sabía de que hablaba, últimamente dormía lo suficiente, pero no lograba descansar, su mente trabajaba demasiado y a pesar de no desvelarse tanto como tiempo atrás, divagaba mucho en sus sueños.
-Vamos Ritsuka! Debes dormir más, así podrás unirte a nuestro grupo!
Escuchaba a Yayoi gritar tras él, pero no le dio mucha importancia.
No era el único que gritaba, a decir verdad todos los niños estaban gritando, fuera de control, sólo él estaba en su lugar, sentado, tranquilo, solo.
¿Él habría sido así antes? ¿Habría disfrutado de gritar como sus compañeros, de charlar con todos, de llegar junto a alguien?
¿Habría disfrutado de su vida?
-Niños, silencio! Siéntense en sus lugares!
Hitomi Shinonome, no tenía más de veintitrés años, pero confiaba lo suficiente en ella, aunque le parecía demaciado inocente en varios aspectos, como en su tono de voz. Cómo si el hecho de que conservara sus orejas no fuera suficiente motivo de frustración para ella.
-Presten atención, hoy comenzaremos hablando de estilos literarios...
Escuchó a varios de sus compañeros suspirar en resignación.
La miró. Según Soubi le había dicho, ella estaba ciertamente enamorada del universitario, y por lo que él mismo había comprobado, también. Cuando lo veía no hacía más que sonrojarse a más no dar. A pesar de todo, Soubi de había dejado suficientemente en claro que no tenía ningún tipo de interés en ella, era mayor que él.
Soubi pervertido.
Y pensaba en él por segunda vez en el día.
El día transcurrió sin mayores percanses, por suerte, en lo referente a la literatura, era una de sus clases preferidas, le hubiera gustado más poder estudiar filosofía, pero lamentablemente, eso aún no estaba en su intinerario, y no estaría hasta en por lo menos unos cuantos años más.
Se encontraba cursando el séptimo año escolar, aún un largo camino le quedaba por delante, su idea era simplemente vivir el presente, el futuro llegaría después, pero él no podía pensar en un futuro, siquiera cercano, pues no tenía un pasado claro al cual aferrarse para no olvidar todo en su propio futuro y peor aún, su propio presente.
Sóno el timbre de salida, como siempre, Yuiko ya estaba lista antes de esto, había juntado todas sus cosas y comenzaba a despedirse de sus compañeros. Él, sin embargo, recién comenzaba a organizar sus cosas. Igual que siempre.
No cambiaría.
-Adios Ritsuka!- saludaba la pelirrosa muy entuciasmada.
-Adios Yuiko, nos veremos mañana.
Saludaba mientras terminaba de recoger todas sus cosas y Yuiko se alejaba por el pasillo.
-Mira Ritsuka! Soubi te ha venido a buscar, será mejor que te des prisa.
Tensó su cuerpo y levató la vista. Yuiko ya se había ido. Tercera vez en el día... que pensaba en él.
Bajó las escaleras. Efectivamente él lo esperaba contra el mismo muro de siempre, charlando animadamente con Yuiko y Yayoi, quien lo inspeccionaba atentamente, seguramente temiendo que la alta jovencita se fijara en él.
Igual que siempre.
No cambiaría.
Se les acercó.
-Soubi, te dije que no vinieras más a esperarme aquí!
-No seas malo con el joven Soubi, Ritsuka, él sólo vino a esperarte- Yuiko era realmente comprensiva.
Era su impresión o realmente él había dicho la mayor cantidad de palabras unidas en una oración en todo el día?
-Lo siento, Ritsuka- lo miraba, sólo a él-, castigame.
-Nunca!
Sentía como en el mundo sólo ellos dos se conectaban, como las personas a su alrededor desaparecían cada vez que hablaban, cada vez que uno de los dos hablaba, y por extraño que resultara, no le importaba.
Bajo la mirada apenado consigo mismo por su falta de habilidad.
-Nos vamos?
-Mmm?- esa se había convertido sin dudas en su frase favorita.
Miró a su alrededor, sus compañeros casi se habían ido y Yuiko ya los había despedido.
-Vamos- se acercó a su Fighter y coemzó a alejarse.
A lo lejos, le pareció ver a la Profesora Shinonome estática, con la cabeza gacha.
-Almorzaremos en mi casa- la voz de Soubi lo sacó de sus pensamientos, al igual que su brazo al posarse alrededor de sus hombros, en un medio abrazo.
-...- no valía la pena contestar, de todos modos iría y de todos modos no se negaría, no le molestaba comer con Soubi.
Levantó la vista al cielo, ya no tenía caso tratar de que Soubi se alejara de él, de que tubieran menos contacto físico. Las nubes eran cada vez más oscuras.
-Pronto lloverá- y por segunda vez, era la voz de Soubi.
-Si.
La casa de Soubi era muy tradicional, en total correspondencia con su vida, no sabía si así mismo con su personalidad.
Lo miró.
Aún no sabía cuanto podía confiar en él, tampoco comprendía el por qué de que intentara con tantas ancias acercarce aún más a él, si era sólo una orden de Seimei, no tenía por qué hacer más que lo que él le había dicho, aunque claro, cuando de querer se trata una orden, qué más podía hacer sino acercarce a su ordenanza?
Lo miró también, y le sonrió. Él se sonrojó, bajo la mirada.
Sintió la mano se Soubi cerrarse en torno a su hombro, y se sonrojó aún más, nunca levantando la cabeza. Aunque se dio cuenta de que ya estaban en su casa.
Ritsuka se sentó en la mesa, por más que quisiera, Soubi nunca lo debaja ni dejaría ayudar en la cocina, cómo todo para él era una extraña especie de arte, como pelear.
Al poco tiempo estaban almorzando, en silencio, aunque nunca era claro si incómodo o no, a veces no necesitaban palabras.
Suspiró.
-Te ves cansado Ritsuka- sintió el movimiento frente a él y lo tenía en frente suyo-, nuevamente no haz dormido bien.
... y un par de tibias manos tomaron su rostro.
Se paralizó, sintió los ascelerados latidos de su corazón, como si de una bomba se tratáse. Su roce cálido era helado en su piel, hielo seco, lo quemaba de todos modos.
-...- no podía hablar, y no supo en qué momento el Fighter rodeo la mesa que los separaba y tampoco como terminó entre sus brazos. Sólo ocultó su rostro en el pecho del mayor.
-Puedes descansar aquí- y lo precionó aún más fuerte si se podía.
... y reaccionó.
Se separó con fuerza de Soubi, sólo para ser atrapado nuevamente.
-Suéltame Soubi!
No lo hizo, al contrario, lo tomaba aún más fuerte.
-Es una orden?
No supo por qué, pero se tomó por lo menos medio minuto en contestar, medio minuto en el cual dejo de moverse, en el cual sólo sintió a Soubi a su alrededor.
-Sí...
Se fue con el viento, sólo una palabra al azar, y lo soltó, y se sintió vacío, frío, solo, como siempre.
No sabía que hacer, debería irse a su casa?
Estaría Soubi enfadado?
Debería irse?
Tendría que irse?
Quería irse?
-No lo sé...
Y el viento ya no estaba, sólo flotó. Y los brazos de Soubi de nuevo lo tomaron, y lloró, simplemente lloró.
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Notas Finales: Siendo nueva en esta categoria y estilo de fics, es mi primer Yaoi, no tengo más que presentarme.
Mi nombre es Sve, me podran encontrar en cualquier lado bajo ese título y seré yo, casi sin dudas, pues es un nombre demaciado extraño y corto como para que existan dos.
Sobre el Fic: Será un fic un tanto extraño, como es mi estilo general, mantendré el romance y el drama en constante rose, pues no los puedo concevir desunidos, generalmente trato de hacer la menor cantidad de OOC que pueda, más no siempre hay exito, a pesar de todo, concervaré mucho mejor a Ritsuka que a Soubi, de eso no hay dudas. En un futuro existirá Lemon, aunque primero me gusta jugar un poco.
Sin más me despido.
Sve.
