Sin nada par decir, solo que hace mucho no subo nada y hoy pinto aparecer por acá.
khr no es mio bla bla bla
3:43 am.
-Me despertaste
-Kyouya por favor necesito un lugar para descansar.
Activarr la alarma silenciosa del despacho del prefecto fue algo que no quiso evitar, se encontraba demasiado cansado como para pensarlo e, internamente, quería ver lo mas pronto posible a ese adolecente incontrolable que llamaba pupilo.
3:43 am, ya no podía mantenerse consiente, necesitaba dormir.
-Ándate si no queres que…
-Kyouya por favor, hace 3 días que no duermo
-Anda a un hotel
-No puedo ni quiero-
Recostado sobre el sillón de cuero Dino se cubría el rostro con su desnudo brazo. Hibari noto que había inventado una almohada con su parka y remera, y que había prendido la calefacción del cuarto. Tenia todo el pecho vendado al igual que el antebrazo izquierdo hasta el codo, sucio, sin energía. Creía que no le importaba su estado, se decía así mismo que solo quería sacar al intruso de la escuela, para volver a su casa y continuar su placido sueño, previa golpiza a algún herbívoro que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino.
-Cavallone solo hay una opción
-Kyouya… por favor
-Voy a tener que sacarte a golpes.
Las tonfas del japonés relucieron bajo la tenue luz de la luna, en aquel momento Dino abrió un ojo y miro a su acompañante de manera extraña y antes de que pudiera dar un golpe
-¡Kyouya basta! Solo, cállate por favor. Quiero dormir y no voy a hacerlo en algún otro lugar ¿entendido?
La voz de Dino era imponente, y paralizo a Hibari, teniendo en cuenta que se encontraba acostado, cansando. Se pregunto como hubiese sonado si le hubiese gritado de ese modo una semana atrás.
-Lo lamento Kyouya, pero estoy muy cansando
-Yo, yo no soy ningún subordinado tuyo.
-Si lo fueras, ya estarías muerto.
La paciencia de Hibari llego a su fin, las tonfas rodeaban el cuello del italiano quitándole el poco aire que podía respirar. Gracias a la cercanía, pudo notar que las heridas que tenia eran mucho mas profundas que cualquier golpe que el hubiese sido capaz de proporcionarle en aquellos escasos momento en que divisaba que bajaba la guardia, o le encontraba algún punto ciego.
Cavallone había estado peleando por tres días con alguien altamente superior a él, el Bronco había vencido, pero no había salido ileso.
Hibari comenzó a sentir celos, celos de aquel más fuerte que él, capaz de poner en esa situación a Dino.
-Te informo que aun así pude realizar un viaje de 9 horas hasta aquí, por lo tanto mis heridas no son tan graves como crees, igualmente necesito descansar al menos una semana.
Miro a los ojos de Dino y este le sonreía, sabia lo que pensaba con tan solo leer sus movimientos, le quito las tonfas lentamente para poder respirar mejor.
El cansancio consumía la mente de Dino, fue la única explicación que encontró HIbari para lo que sucedió después. Cavallone le rodeo el cuello con su brazo y lo atrajo hacia el, abrió sus labios y lo beso.
Largos segundo pasaron, hasta que lo soltó y entro en un profundo sueño que se le venia negando, mientras que HIbari se dejo caer de espaldas al sillón tratando de entender que había pasado, y porque sentía tanto calor en otoño.
