Hola!,pues aqui me tiene de nuevo torturandolas con esta nueva hisoria, es mas corta, pero espero sea de su agrado... Por supuesto los personajes no m pertenece, pero la historia es toditita mia...aqui les dejo el primer capitulo y haber que tal nos va...advertencia, aunque he estado pegada a un diccionario aun sigo teniendo muchos horrores de ortografia, asi que de antemano les pido perdon y ...pues quien decee arriesgarse pues adelante, yo encantada de compartir con ustedes y de recibir sus comentarios, buenos o malos siempre seran bienvenidos...nos seguimos leyendo!
Tu Eterno Enamorado
Capitulo I
La multitud de cajas apiladas dentro del atico, no le permitian tener ni idea de cuales eran las indicadas para buscar lo que necesitaba, comenzo a caminar entre los estrechos pasillos que se formaban en aquella area congestionada de objetos y cosas viejas que no sabia ni porque seguian ahi, debia darse prisa, pues si seguia perdiendo el tiempo, lo mas seguro era que pronto un ejercito de sirvientes estarian a sus espaldas para ayudarla por mandato de la tia Abuela.
Desde que Alberth la habia casi obligado a vivir con ellos en la mancion de Chicago, despues de el pequenio accidente que habia sufrido y del cual nadie se habia enterado hasta un poco despues. cuando forsando la puerta y preocupado por no haber tenido noticias suyas durante mas de 24 horas, Alberth, habia llegado hasta su "prision" en el pequenio cuartillo que le servia como bodega y en el cual habia quedado atrapada, cuando por descuido, una pila de periodicos habia caido sobre ella tumbandola y cubriendola casi por completo, acompaniando su mala suerte, el estante donde anteriormente los periodicos habian estado, perdio el balanse y acompanio a los viejos papeles que reposaban sobre ella, impidiendole casi por completo el movimiento y dejandole un tobillo torcido ademas de una pierna lo suficientemente lastimada como para no poder moverse y liberarse por si sola, para colmo de males al intentar sujetarse de la puerta que estaba abierta y usarla para jalarse y liberarse, lo unico que habia logrado habia sido empujarla y que esta se cerrara por completo impidiendo que alguien pudier escuchar sus gritos de auxilio, se habia sentido completamente torpe ante tan ridiculo accidente. por suerte el suenio y el cansancio le habian obligado a dormir casi todo el tiempo y cuando desperto definitivamente, estaba ya en un cuarto de hospital con las piernas vendadas y algunos moretones en los costados, desde ese dia fue que la Tia Elroy como ahora la llamaba, la custodiaba constantemente y no le permitia mas de un par de horas sin que los sirvientes ya la estubieran buscando para saber si estaba bien,...era vergonzoso que la cuidaran como si fuera una ninia despistada.
Volviendo a su mision de localizar sus pertenencias que habian traido de aquel apartamento y que habian quedado resagadas en el atico desde aquel dia, Candy comenzo a curiosear entre las cajas, habia multitud de cosas, algunas eran tan antiguas que quiza habian pertenecido al abuelo, del abuelo, del abuelo, de la Tia Abuela. en algunos cofres encontro vestimentas de epocas muy anteriores a la que ella vivia, de pronto en una esquina, por fin, lo que tanto buscaba, la caja donde habia puesto todo los retratos que ella y Alberth se habian tomado cuando vivian juntos y de anios anteriores, deceaba encontrar la foto perfecta para que el magnate la pusiera sobre el escritorio de su oficina y asi la recordara todo el tiempo, y de paso, para que la secretaria dejara de poner esos ojos de Borrego a medio morir que le aparecian en el rostro apenas entraba a la oficina del rubio...Celos?, por supuesto que no!, pero debia dejar en claro que aquel hombre le pertenecia.
Se sento en el piso doblando sus piernas al estilo buda, tomo una cajilla de carton adornada con listones y saco la tapa, comenzo a navegar en un mar de recuerdos, cuantos anios habian pasado desde que ella y Alberth se conocian, y el siempre habia tenido un momento para eternizar cada etapa de sus vidas en aquellos pequenios trozos de papel, habia fotos de su etapa en el coleguio San Pablo... una de las mejores en su vida, una mas antigua en donde aparecia al lado de sus tres caballeros, misma que le habian tomado cuando recien habia pasado a formar parte de la familia Andrey. ... uno de sus dedos acaricio tiernamente la figura del rubio de ojos azules y tierna mirada que parecia justo a su Lado,...Anthony"... que cruel habia sido el destino con el, arrebatarle la vida cuando apenas comenzaba a disfrutarla... pero seguramente ahora se encontraba feliz al lado de su hermosa madre...si, ese era el pensamiento que aliviaba un poco el eterno dolor de su perdida, continuo con sus recuerdos suspirando con cada fotografia que pasaba por sus manos, aun no encontraba la perfecta.
Tomando nuevamente otra buena cantidad de retratos, comenzo a extenderlos sobre el suelo, cual seria mejor, : una fotografia de anios anteriores.?, quiza fuera buena idea, asi esa fulana veria que ella y "Su" Alberth estaban unidos por el destino desde hacia muchisimo tiempo,...no, pero en ese entonces parecia mas su hermanita concentida,... no, talvez no era buena idea despues de todo, quiza era preferible esa donde ella y el estaban abrazados vistiendo elegantemente en la presentacion de Alberth como patriarca..., si, esa estaba mucho mejor, pues sus miradas reflejaban claramente que el sentimiento que los unia era un gran amor, ademas Alberth tenia recargado el rostro junto a su mejilla y la abrazaba por la espalda posando sus manos alrededor de su cintura y apegandola a el en una forma un tanto posesiva, si esa era perfecta, asi le quedaria claro a "Monique" que la mujer que preferia Alberth era ella, y nadie mas que ella., definitivamente esa era la foto, sin dudarlo mas tomo la fotografia y olvidandose completamente de la cajilla que reposaba sobre sus piernas se levanto rapidamente arrojando al suelo el resto de las fotografias, al bajar la vista para ver el desorden provocado, un trozo de papel amarillento llamo su atencion, ahi tirado en el suelo, con una mirada que parecia implorar no ser olvidado, el rostro de Terrece Granchester fijaba sus hermosas pupilas en ella, sin poder evitarlo, aquella palabra que por anios no habia pronunciado, salio en un susurro de sus labios...
- Terry...
Se inclino para tomar aquel recorte de periodico, instintivamente se acerco a la luz de la pequenia ventana frente a ella y con una mirada nostalgica, dirigio su vista a la nieve que caprichosamente caia con suavidad sobre el amplio jardin cubierto ya por un manto blanco, que ironias del destino, parecia que todo se habia puesto de acuerdo para que el recuerdo fuera mucho mas fuerte de lo que debia ser...una pregunta se formulo en sus pensamientos.
- Mi querido Terry,...que fue de ti?,...
Una conocida voz a sus espaldas la trajo nuevamente al presente.
- Que hay tan interesentante en este lugar, que ha hecho que te olvides de salir a recibir a tu novio?...- con una brillante sonrisa, Alberth, cruzando sus brazos se apoyaba en un viejo mueble a espaldas de la pecosa.
- Oh!, Alberth, has vuelto!- Con los ojos brillandole de felicidad Candy corrio a los brazos de su amado rubio, quien la recibio con el mismo amor y tomandola de la cintura la levanto hasta que sus rostros quedaron al mismo nivel y poder asi besar su dulce boca que tanto habia extraniado, mientras ella le rodeaba el cuello con sus manos para acercarse mas y profundizar la caricia. al paso de un poco mas de un minuto y casi sin aliento, se vieron forzados a separar sus labios.
- Pense que llegarias hasta maniana..- La pecosa aflojaba un poco sus brazos, pero sin separarlos por completo, mientras era depositada nuevamente en el suelo.
- Asi debia ser, pero trabajando unas cuantas horas extras logre terminar un dia antes y asi poder regresar a tu lado...Te extranie demaciado...Pequenia.- Con una intensa mirada que refelejaba la sinceridad de sus palabras y sentimientos, Alberth inclino nuevamente su rostro para volver a posesionarse de los labios de su prometida y ella lo recibio sintiendo que el corazon se le aceleraba con tan solo sentir su aliento cerca.
- Mhmmh, creo que sus arrumacos pueden esperar un momento mas indicado, la mesa esta lista para tomar el desayuno.-
LA vieja Tia Abuela, con sus pasos sigilosos habia subido para saludar a su sobrino, pues uno de los sirvientes le habia avisado de su inesperado retorno a casa y de como a penas supo que la seniorita Candy se encontraba en el atico , habia subido sin perder tiempo, obligando asi a la anciana ha ir en su busqueda y forzar su ya no tan fuerte cuerpo a recorrer las cuatro largas escaleras que la llevarian al piso indicado, una vez ahi no habia podido evitar observar como cariniosamente su sobrino se regocijaba en los labios de esa pequenia revelde que aun le hacia pasar uno que otro dolor de cabeza, quiza nunca cambiaria, pero ya no importaba, lo que era importante era ver como su sobrino al fin habia encontrado la dicha desde que reconocieron estar completamente enamorados, ademas esa revoltosa habia sabido ganarse muy bien su afecto y carinio, ahora ni siquiera ella podria vivir sin la presencia de la dulce Candy.
- Tia, disculpe, no la escuchamos, como ha estado?- Alberth se acercaba a la anciana para saludarla con un beso en la frente, sin soltar la mano de Candy que aun estaba sonrojada por haber sido descubierta en plena caricia.
- Lo se, pude notarlo, asi como tambien he notado que ahora soy menos importante en esta casa, con anterioridad yo era quien recibia primordialmente tus saludos. -
- Tia,... yo... no...- Alberth no encontraba las palabras para responder al pequenio reclamo de la anciana.
- no te preocupes hijo,- Le acariciaba la mejilla y en su arrugado rostro se dibujaba una de las pocas sonrisas sinceras que habia desplegado a lo largo de su existencia, pero que ahora eran mas comunes.- es logico y comprencible tu actitud, el amor lo cambia todo, y el verte feliz me llena de dicha, ... solo espero que con tu apuro por regresar no hayas cometido algun error en el cierre del contrato con esa nueva empresa en Londres.- se daba media vuelta indicando que la siguieran y ellos comprendiendo se vieron tiernamente entre si y comenzaron a caminar detras de la anciana sin separa sus manos aun entrelazadas.
- Ninguno, segui todos sus concejos y le puedo asegurar que todo ha salido a la perfeccion, pronto la fortuna familiar volvera a acrecentarse. - mencionaba el magnate con orgullo.
- De eso estoy segura.- La anciana continuaba su elegante andar, y en su mente sabia que la promesa de Alberth se cumpliria, en los pocos anios que llevaba al frente del la familia, ya habia logrado acrecentar en un 50% los bienes economicos de los Andrey, aparte habia negociado con mucho exito algunas nuevas propiedades que aumentaban los bienes materiales y el territorio dominado por su apeido, nunca lo dudo, el era el patriarca perfecto, tal como lo fueron su hermano y su padre. William Andrey I y William Andrey II, el era el tercer William dentro de la familia y al igual que los anteriores un hombre de gran inteligencia y bondad que predecia un rotundo exito con solo verlo a los ojos.
- Candy, me parece que no estas del todo presentable para ir al comedor, no niego que el cambio en tu apariencia te ha sentado muy bien, pero dudo que cualquier dama por mas bella que sea, le siente lucir esa capa de polvo que cubre tu cabeza y que ha arruinado tu vestido, ademas, aunque cubre la mayoria de las pocas pecas que te quedan en esa nariz, el gris obscuro no va muy de acuerdo contigo, - Elroy no dejaba que se le escapara nada, en menos de un par de segundos podia captar hasta el mas minimo detalle que no estuviera correcto en la apariencia de una persona, y por supuesto el haber andado fisgonenado en el atico sin ningun tipo de cuidado, habia hecho de la apariencia de Candy un perfecto desastre.
- Lo siento mucho tia, no, no lo habia notado- su distraccion era incomparable, sobre todo, si un apuesto rubio de cuerpo altetico y mirada de cielo le dedicaba una sonrisa como la que Alberh le habia regalado cuando la encontro en el atico, asi que ella habia perdido nocion de donde habia estado y no habia tomado en cuenta los "detalles" que la tia le estaba marcando, logrando que su sonrojo volviera aparecer encendiendo sus mejillas al pensar en que Alberth la habia visto de esa manera.
- A mi me parece que se ve adorable...- comentaba Alberth mientras le guinaba un ojo a la pecosa y le acariciba la nariz con su dedo indice.
- No, la Tia Elroy tiene razon, debo estar espantosa, sera mejor que pase a mi habitacion a arreglarme un poco y enseguida los alcanzo para desayunar.-La chica se detenia y se disponia a soltar a su prometido para dirigirse a su recamara, pero el afianzo mas su mano deteniendola y haciendo que se girara para quedar frente a el.
- Te acompanio.- le dijo mirandola a los ojos con carinio y tomando su otro brazo. siendo sincero, deceaba volver a estar a solas con ella para poder probar sus dulces labios hasta el cansancio, y si no hiba con ella, seguro pasarian mas de tres horas antes de que pudiera, siquiera, volver a acercarsele, pues las charlas de la Tia cada vez eran mas largas y que decir del cuidado que tenia sobre ellos., demaciado para su gusto.
- Me parece que no es lo mas indicado...sera mejor que la esperemos en el comedor.- El tono serio de la anciana, no dejo lugar a negaciones ni reclamos.
Candy le guinio un ojo al Magnate y con una sonrisa le indico que era mejor que no contrariaran a la Tia Abuela, rolando los ojos el le hiso saber de su desagrado por tener que cumplir con lo ordenado. negandose aun a dejarla ir, deslizo su mano por su brazo lentamente y hasta ese instante pudo notar que ella mantenia un par de papeles en su mano izquierda, frunciendo las cejas extraniado por aquello y mirandola nuevamente a los ojos, tomo las fotos que ella sin negarse dejo que tomara de entre sus dedos.
- Y esto?, -preguntaba mientras volteaba los papeles para ver de que se trataba, su expresion cambio por completo a un gesto serio cuando descubrio el sonriente rostro de Terry en aquel viejo papel. - Terry?...
- Oh!, es solo un viejo retrato que encotre por casualidad en mi caja de fotografias, ni siquiera recuerdo como fue a dar ahi!. - Candy estaba un poco extraniada por el tono y la expresion que habia usado Alberth al pronunciar el nombre de Terry, parecia que le hubiera molestado.
- Probablemente se te olvido colocarlo en el cuaderno especial en el que guardas todos sus retratos!- remarco usando el mismo tono de molestia, sin agregar mas y sin siquiera ver la segunda foto, se las entrego y se dio media vuelta continuando con su camino para alcanzar a la tia que lo esperaba al pie de la escalera.- Te esperamos en el comedor.- Finalizo con un tono frio e indiferente.
Candy se quedo unos segundos en el mismo lugar viendo como se alejaba al lado de la anciana y sin volver la vista, Alberth estaba Celoso de Terry?, no, imposible, debia ser su imaginacion, pero, entonces porque se puso tan serio?, meneando su cabeza en negacion, trato de despejar esos pensamientos, Alberth no tenia porque dudar de ella ni de sus sentimientos que esta vez estaban mas claros que el agua, convenciendose a si misma de que solo habia sido su imaginacion se giro para correr a su recamara y arreglarse lo mas pronto posible para volver al lado de su amado "Principe", habian sido tres semanas espantosas de su ausencia y no queria pasar ni un minuto mas alejada de el. lo amaba demaciado que le dolia hasta el alma los instantes que se veia obligada a aceptar su ausencia.
Mientras cepillaba rapidamente su pelo para tumbar el polvo que habia en el, y despues de haber lavado su cara y cambiado su vestido, algo paralizo las manos de la pecosa recordando las palabras que apenas unos intantes atras Alberth le habia dirigido.
- El cuaderno especial?,- se pregunto a si misma mirando su reflejo en el espejo y tratando de comprender.- a que cuaderno se referia Alberth?- se preguntaba nuevamente- No, no pude ser ese cuaderno... yo, nunca le comente del regalo de la seniorita Pony y la hna. Maria, ademas ni siquiera recuerdo ...en donde quedo ese cuaderno.
La duda comenzo a invadirla, no recordaba ese viejo regalo que las dos amables y bondadozas mujeres que la criaron , habian hecho con tanto carinio para ella, ignorando su desafortunada separacion de Terry en el colegio san pablo. sin lograr borrar por completo ese pensamiento que la habia invadido, se apresuro a terminar su arreglo y salio de la habitacion aun con dudas en su cabeza, no importaba tanto, lo unico que superaba todo en ese momento era que Alberth habia vuelto a casa y esperaba por ella.
- No dejes que los fantasmas del pasado llenen de dudas tu corazon.- Las palabras de la anciana Elroy sacaban de su ensimismamiento a Alberth que habia estado pensativo desde que dejaron a Candy en la escalera.
- Perdon Tia, no la escuche bien.- Se acomodaba la servilleta tratando de disimular lo que en esos momentos ocupaba su mente.
- William,...soy vieja, pero no tonta ni ciega, tu alegria por estar de nuevo en "casa", se borro cuando viste el rostro de ese actor en aquel viejo trozo de papel que Candy tenia, ademas la forma en que mencionaste su nombre me revelo mucho mas de lo que tu decearias, hasta cierto punto son comprensibles tus "celos", pero recuerda que el es un pasado, y tu eres el presente , y si de verdad deceas ser el futuro permanente de Candy, sera mejor que aclares las dudas que hay en tu corazon y le preguntes directamente sobre ese cuaderno que tan celosamente guardas y que descubriste bajo su mano el dia que ocurrio aquel accidente, pues es claro que desde ese dia tu alegria se borra cuando cualquier cosa que se realcione con el teatro te hace cambiar de humor. - La anciana discretamente miraba de reojo las reacciones de su sobrino ante sus palabras.
- Esta equivocada Tia, yo no tengo motivos para dudar de los sentimientos de Candy.- continuaba desviando la mirada por temor a que sus palabras no concidieran con lo que se reflejaba en sus ojos.
- Entonces supongo que cuando rechazaste la invitacion para invertir en el teatro, fue realmente porque no lo viste como un buen negocio a pesar del creciente interes que existe al rededor de esos espectaculos.
- Asi es, como se lo dije, eso es una atraccion momentanea, vera como en algunos anios ni siquiera se acordaran de esas diverciones. y pronto surgiran nuevos medios de entretenimiento.
- Seguramente, entonces el rechazo a todas esas entradas, para disfrutar de exelentes obras teatrales y que tan generosamente le regalas a Archie para que asista con Annie y los Britter, son para ti una perdida de tiempo, no?, son una divercion vana y artificial que utiliza la gente que no decea estar en su casa y compartir agradables momentos con su familia, verdad?.
- Por supuesto, yo prefiero aprovechar mi tiempo libre compartiendo una buena lectura o un paseo al lago, asi como una agradable cabalgata al lado de Candy, y por supuesto charlar con usted, que siempre tiene buenos concejos e interesantes opiniones de negocios...- Defendia sus palabras, tratando de no ser puesto en evidencia.
- y que explicacion me das para la orden de retirar la seccion de entretenimientos y sociales del diario?.- insistia la anciana.
- Eso, pues,... no es de mi interes, no comprendo como a la gente le encanta leer todos esos chismes y rumores que raramente son ciertos, la verdad es hasta molesto ver como pierden el tiempo inventando tanta tonteria, ...- el rubio levantaba por primera vez la vista para dirigirla hacia una de las mucamas y con una senial ordenarle que comenzara a servir, Candy se estaba tardando demasiado y el no podia soportar mas las acertadas pero inaceptables concluciones de la Tia Abuela.
- Hijo, - La anciana le tomaba suavemente la mano- Escucha el consejo de esta anciana, he vivido mas que tu y he visto muchas situaciones similares, si no deceas hacer de Candy una mujer desdichada como lo fue Pauna en su vida matrimonial, es mejor que aclares cualquier duda antes de que des un paso definitivo, el amor aveces es un tanto egoista y cuando uno se cree duenio de una persona, hasta el mas minimo detalle crea una gran tormenta, y el arrepentimiento que viene despues, no es suficiente para sanar las heridas provocadas. habla con Candy, preguntale porque guardaba ese cuaderno y porque tenia en sus manos esa fotografia, veras que la verdad no es tan dura como tu piensas. - La anciana detuvo sus palabras al escuchar el rapido taconeo que producia Candy en su apresurado caminar hacia el comedor.
Entrando apresurada, la pecosa se disculpaba y tomaba asiento a la derecha del patriarca, quedando frente a la Tia Abuela que la recibia con una extrania mirada, entre suplica y ternura. ahora que la conocia mas, la Tia abuela se daba cuenta de cuanta inocencia habia dentro de la pecosa, ella estaba segura que los dos detalles que tenian a Alberth tan atormentado, no eran mas que simples concidencias, en la transparente mirada de la Rubia, era mas que visible cuan grande era el amor que le profesaba a su adorado sobrino, no, Candy jamas seria capaz de hacer algo a espaldas de William y causarle una pena, lo amaba con demacia, casi se podia ver como el amor se le desvordaba por cada uno de los poros cada que el estaba cerca de ella, y la sincera y enorme alegria que le causaba verlo regresar a casa, aunque solo hubieran sido un par de horas las que estuviera ausente, asi como tambien se podia leer la profunda trizteza que invadia el corazon de la pecosa, cada que Alberth anunciaba algun viaje largo, de mas de un dia ya era una eternidad para Candy, la anciana lo sabia muy bien, pues ahora que vivia a su lado, habia aprendido a leer todos esos sentimientos en la mirada de su"nieta".
Despues de que Alberth le ayudara a tomar asiento con su expresion aun fria, Candy trato de no dar iportancia y le sonrio cariniosamente, y una vez servido el desayuno, comenzaron a charlar tratando de ignorar lo indiferente y corto de los comentarios de Alberth.
- Y como te fue en Londres?- Mirandolo con un gran brillo en sus ojos, Candy observaba a Alberth esperando la respuesta, que fue muy diferente a lo esperado.
- Bien., Podrias acercarme la mermelada por favor?.- su mirada ni siquiera se habia dirigido a ella.
- Que bueno, ... y como andan tus negocios en Europa?,- volvia apreguntar la chica tratando de no perder el animo.
- ...- un momento de silencio por parte del rubio retraso la respuesta.
- No quisiera ser grosero, pero la verdad, que despues de haber pasado tres semanas hablando de negocios, lo menos que deceo cuando llego a casa es continuar hablando de lo mismo.- volvio a guardar silencio.
La rubia estaba extraniada de aquella actitud, miraba a la Tia Abuela sin poder comprender lo que sucedia y tratando de encotrar una respuesta en los ojos de la anciana, ella con una discreta senial le sugirio guardar silencio y continuar con el desayuno.
Era muy extranio que Alberth se comportara de aquella manera, por lo general cuando regresaba a casa despues de un largo viaje, no le importaba responder a las curiosas preguntas de Candy, por el contrario, le comentaba todos los pormenores detalladamente y le decia que si aprendia sobre todo lo que significaba el manejo de las negociaciones, en un futuro ella podria ayudarlo como en su tiempo lo hiso la tia Abuela con su padre, y que gracias a su buen desempenio, era que la anciana habia podido controlar todo, en el tiempo en que el era demasiado joven para tomar deciciones, constantemente le hacia comentarios sobre su deceo de que ella se volviera una mujer que pudiera manejar las diferentes areas de la economia asi como de los negocios de la familia, para que si un dia el llegaba a faltarle, no tuviera que depender de nadie. aunque estos comentarios le estrujaban el corazon a Candy con la sola idea de que el llegara a morir, sabia que esas palabras eran completamente ciertas. una mujer debia ser capaz de manejar cualquier situacion por mas dificil que fuera, si esta se le presentaba a lo largo de su vida.
Con un poco de remordimiento por su actitud, Alberth trato de volver a ser el de siempre y ocultar una vez mas ese sentimiento que cubria su mente y corazon cada que recordaba aquel detallado cuaderno sobre la carrera del famoso actor y que en algun tiempo fue su mejor amigo, pero no podia evitarlo, una sensacion de temor por perder a la mujer que tanto amaba o de que ella siquiera pensara en otro hombre de la misma manera en que lo hacia con el, le nublabala razon y una furia se concetraba en su pecho haciendolo perder el control, pero el no era asi, nunca habia sido asi de inseguro con respecto a nada, pero no se podia ocultar el hecho de que Terrece Granchester habia estado unido a Candy por un sentimiento muy fuerte, el que ella hubiera dejado de mencionarlo,no significaba presisamente que ya lo hubiera olvidado por completo, y la prueba era aquel cuaderno que ella jamas le habia mencionado y que guardaba al lado de los recuerdos mas preciados de ellos, eso era lo que el habia persivido aquel dia en que la habia rescatado de su informativa prision, cuando desmayada la habia sacado de todo aquel monton de periodicos viejos y el pesado estante, no habia pasado desapersivido para el; que justo debajo de la desvanecida mano, estaba aquel "dichoso " libro de pastas negras, y cuando su curiosidad lo llevo a tomarlo, su corazon sintio un golpe tan fuerte al ver lo que cada pagina contenia, fotografias, descripciones, comentarios, notas, en fin todo lo relacionado a la carrera del actor, y con lujo de detalles de cada uno de sus pasos sobre la vida sobre las tablas, lo mas logico era que ella habia estado buscandolo y por eso sufrio aquel accidente, pero el no podia preguntarselo, no tenia derecho a indagar en su vida privada, a pesar de que ya la consideraba suya no lo seria hasta el dia en que ella aceptara ser su esposa ante el altar, asi que pensando en devolverlo, el se habia llevado el cuaderno para ver que tanto era el interes de Candy sobre Terry, pero para su suerte ella ni siquiera lo habia mencionado, parecia que el golpe al caer la habian hecho olvidar el motivo de su estancia en quel cuartillo. desvaneciendo sus recuerdos, y tomando un buen trago de su cafe, se obligo a iniciar nuevamente la charla, solo esperaba que ella y la tia Abuela no hubieran tomado muy a pecho su estupido comportamiento.
- Y... ustedes que hicieron durante mi ausencia?...- Pregunto con voz pausada tomado otro trago de su humeante cafe.
- Nada importante,...- Respondio la pecosa sin mostrar un gran cambio en su animo. interiormente, si sentia cierta molestia por la anterior actitud injustificada de Alberth, pero preferia no hacercelo notar.
- Candy, ... como puedes decir que no es importante los preparativos de tu fiesta de compromiso...- La tia Abuela la retaba levemente,- cada detalle es importante cuando uno esta a punto de tomar una gran decicion en su vida, y el compromiso matrimonial de dos personas lo es...- La anciana sonreia amablemente comprendiendo las palabras inocentes de Candy, pues para todos era claro que los grandes eventos y la preparacion de lujosas ceremonias no era un punto fuerte para la pecosa, su sencilles la llevaba a ver sin interes, el hecho de tener que escoger entre el blanco perla o el blanco marfil de las servilletas que se usarian,.
Si Alberth ya estaba un "poco alterado", eso fue la gota que derramo el baso, poniendose de pie con rapides y sin poder disimular mas su disgusto, coloco la servilleta que estaba sobre sus piernas junto al servicio usado y con mas frialdad que antes hiso un comentario nada amable.
- Quiza para ella no lo es, es claro que ella preferiria preparase para ir a una importante funcion de "teatro" que a su propia cena de compromiso...- dio la media vuelta y con grandes pasos salio del comedor, no sin antes mecionar con rapidez que no deceaba ser molestado por tener que revisar unas clapsulas en el contrato del nuevo negocio.
La tia Abuela bajo la vista controlando sus emociones, su sobrino estaba haciendo una tormenta en un baso de agua y esto podria acarrear grandes concecuencias, pero ella no lo permitiria, si Alberth debia mantener el buen estado economico de la familia, su deber como la mujer mas anciana de la misma, era mantener el bienestar emocional de cada uno de los miembros de su clan, asi que decidio tomar cartas en el asunto. Candy tenia los ojos un poco cristalinos, clara evidencia de que estaba tratando de controlar sus lagrimas, era la primera vez que Alberth se comportaba con ella de esa manera, nunca antes lo habia hecho, si alguna vez le habia parecido verlo molesto, el le decia que no era molestia sino solo cansancio, y despues de que ella lo notaba el volvia a ser el de antes y le sonreia como siempre demostrandole su amor en sus azules pupilas, que estaba sucediendo ahora?...
- Ya he terminado, y... creo que necesito ... ir a mi habitacion...un momento- La pecosa trataba de huir antes de que ya no pudiera contener mas sus lagrimas, pero la tia Abuela se lo impidio.
- De verdad?, porque por lo regular despues del desayuno te agrada caminar un poco por el jardin a pesar de que haya nevado, - La anciana no la veia a la cara y con delicadeza retiraba su servilleta y se disponia a levantarse de su lugar.
- Es que,... el estar rebuscando entre tantas cajas, me ha dado un lijero dolor de cabeza... decearia tomar algo para calmarlo y reposar un poco...- Seguia tratando de mentir, pero no era algo que pudiera hacer tan facilmente.
- En el salon de te yo tengo algo que podria servirte, se que eres enfermera y conoces de sobra los medicamentos, pero creo que lo tengo que decirte te curara no solo ese dolor, sino, lo que de verdad te esta acongojando...
La anciana pidio que les llevaran el servicio de te al respectivo salon, y Candy no se pudo negar a seguirla, odiaba ser tan transparente, si la tia Abuela se habia dado cuenta de su verdadero estado, lo mas seguro es que Alberth tambien lo hubiera notado,... ahora sentia mas deceos de llorar. una vez en el salon y recibido el Te, la anciana se sirvio una taza y espero a que la servidumbre se retirara, para comenzar a Hablar.
- Dime Candy, alguna vez tu has sentido celos?..., sabes a lo que me refiero?, -
- Bueno, yo ...- dudaba si responder con la verdad ya que eso era presisamente lo quela habia llevado esa maniana a buscar un retrato para ponerlo en la oficina de Alberth antes de su regreso y asi, alejar a Monique.
- Si, si los has sentido,- No era facil que algo pasara despersivido para la anciana.- Monique es uno de tus motivos, no es asi?...
- Tia abuela...lo ha notado...- el tono y el sonrojo de Candy, le parecieron un tanto divertidos a la anciana que sonrio satisfecha.
- Candy, entre nosotras ha nacido un lazo y una confianza que nos llevan a notar lo que a cada una llevamos en el interiror, como yo estoy segura has notado que a pesar de mi forma de ser, el carinio que profeso a cada miembro de mi familia es sincero, y que conosco de sobremanera los sentimientosde cada uno de ustedes,...
- Si, tia,... yo se que sus sentimientos son sinceros...
- Bueno, entonces de la misma manera yo estoy segura de que tus sentimientos por mi Sobrino son genuinos y que no cambiaran por un pasado ya lejano,...pero un hombre enamorado como Alberth, que ha revelado sus sentimientos por tanto tiempo ocultos, no conoce la manera de poder distinguir claramente la verdad, sobre todo si le ha tocado vivir de cerca el dolor provocado por un un sentimiento anterior en el corazon de la mujer que ama...comprendes a lo que me refiero?.
- ...- Candy se quedo un poco pensativa, la tia Elroy estaria hablando de lo que ella ya habia imaginado?. ante su silencio la anciana prosiguio.
- Desde hace tiempo, la sombra de cierto actor ha estado atormentando a William, ...- Candy abrio mas sus ojos al ver que la anciana le confirmaba sus sospechas, pero a una senial de ella siguio guardando silencio- el dia en que Alberth te encontro en tu antiguo departamento, desmayada a causa del accidente que sufriste- el sonrojo aparecio en las mejillas de Candy, le avergonzaba cada que alguien mencionaba aquel torpe incidente- bajo tu mano estaba un cuaderno detallando cada uno de los pasos que dicho actor habia seguido durante su carrera inicial, ese hecho desperto en el corazon de mi sobrino, la duda de que tal vez tu aun guardabas algun sentimiento hacia ese joven, el no ha querido comentartelo por miedo a que este sentimiento sea aun tan fuerte que te aleje de el y pierda la posibilidad de que tu sigas a su lado, ha estado torturandose en silencio, y el hecho de que hoy fuera presisamente la foto de ese actor la que te mantuviera ocupada en el Atico, pues lo ha hecho perder un poco mas de su confianza con respecto a su relacion, el teme que en cualquier momento el compromiso que mantine a ese joven alejado de ti, se rompa y y su recuerdo te haga volver a el, entiendes ahora el comportamiento de Alberth?...- la anciana la miraba fijamente esperando su reaccion.
- Pero,...yo, no...Alberth esta celoso?...!- Pregunto sorprendida, jamas se hubiera imaginado que un hombre tan serio y seguro como lo era Alberth en cualquier situacion, estuviera perdiendo el control como un adolecente ante la amenaza de un pasado que pudiera revivir.
- Si, pero en su caso es justificado, debemos recordar que el te vio sufrir por muchco tiempo a causa de la ruptura de tu relacion con ese actor, y que muchas veces te escucho llamarlo en suenios pidiendole que regresara a ti, ...- con calma la anciana seguia tomando su taza de te.
- Eso, ...eso no pude ser... yo jamas pense que ...- un nudo de emocion y las lagrimas que ahora salian de sus ojos fueron la reaccion a la alegria que su corazon le gritaba, Alberth la amaba tanto como para sentir celos?, y ella que penso que el podria fijarse en Monique y eso la habia atormentado de igual manera... no pudo contenerse mas, sin palabras se disculpo con la tia Abuela con solo una mirada y salio presurosamente hacia el Estudio donde el se encontraba, La anciana sonrio satisfecha mientras la veia alejarse, lo sabia, este amor era aun mucho mas fuerte.
Entrando sin llamar a la puerta, y sorprendiendo a un rubio indesiso por no saber si ahogar sus sentimiemtos con la copa de coniac que mantenia en sus manos o no, Candy se refugio en el fuerte pecho de su prometido, sin tomar en cuenta el liquido que se habia derramado de la copa que este sostenia en su mano y habia estropeado su inmaculado vestido, con palabras entrecortadas por suspiros y sollosos, la pecosa confeso sus sentimientos una vez mas.
- Te amo, te amo, Alberth, te juro que a nadie he amado como a ti, y que jamas podria volver a amar a nadie si tu algun dia me dejaras...
- Pequenia,... yo tambien te amo ... pero no comprendo que te pasa...- Visiblemente preocupado por la actitud de la joven , Alberth dejando su copa a un lado, la encerraba entre sus brazos, temiendo que con su actitud la hubiera lastimado a tal grado de provocar asi su llanto.
- Alberth, todo has sido casualidades, te lo juro, yo si recuerdo a Terry, pero de una manera muy diferente, es solo como si recordara a un viejo amigo, nada mas...- la sinceridad en sus pupilas era clara, asi como tambien era claro que la tia Abuela estaba detras de todo aquello...Alberth palidecio al saberse descubierto.
- Candy...yo,... no se como... perdoname- No encotraba la manera de enfrentarse a todo aquello, le molestaba saber que habia estado celoso hasta el limite de casi perder el control, pero no habia podido evitarlo, y ahora que ella lo sabia, se sentia avergonzado por el hecho de que Candy creyera que dudaba de ella, y no era asi, el sabia que su amor era siencero, pero no podia evitar sentir aquella rabia con tan solo pensar que Terry aun siguiera dentro de sus pensamientos.
- No Alberth, perdoname tu a mi por no haber notado que algo te molestaba, ,... necesito explicarte...- sin separase de el trataba de mirarlo a los ojos.
-No pequenia, no es necesario, yo soy un tonto por permitir que mis pensamientos me dominen cuando realmente no tengo motivo...
- Aun asi prefiero explicarte...El cuaderno que mencionaste, realmente no lo hise yo, fue un regalo de la Srta. Pony y La hna. Maria, ellas lo elaboraron para mi ignorando que la relacion entre Terry y yo habia terminado tiempo atras, si lo conserve fue porque no quise hacerlas sentir mal, aunque debo confesar que nisiquiera recordaba que estuviera entre esos periodicos, yo pensaba que lo habia dejado en mi antigua habitacion del hogar de pony, seguramente alguno de los ninios lo encontro y lo llevo a mi departamento en alguna de sus visitas pensando que lo habia olvidado, y fue la seniora que me ayudaba a hacer la limpieza quien lo haya colocado ahi, no se con certeza como llego ahi, pero si te puedo asegurar que no era lo que yo buscaba ese dia, asi como tampoco era la foto de Terry lo que buscaba esta maniana, la encontre por casualidad cuando mi caja de retratos cayo al suelo,...y la tome preguntandome que habria sido de el... en ese instante llegaste tu, y...- Se sonrojaba pues era dificil aceptar abiertamente que su mente se ponia en blanco cada que escuchaba la voz de Alberth despues de no haberlo oido por mas de tres semanas, sobre todo si la causa de aquel desvanecimiento de memoria estaba justo frente a ella- pues ya sabes lo que ocurrio despues.
- Gracias mi pequenia, pero ... me siento tan tonto actuando de esa manera, sobre todo no haberme etrevido a preguntartelo directamente... me siento como un ninio al que su madre ha tenido que defender por no poderlo hacer el mismo...- Sonreia apenado y a la vez aliviado por saber la verdad, tanto tormento por nada...realmente era un tonto.
- Alberth, de verdad, tu eres el unico que ocupa mis pensamientos, te amo, nunca llegue a imaginar que podria hacerlo, si tu algun dia me dejaras, preferirira morir...sin dudarlo.- El amor le desbordaba en el rostro, Alberth se sintio tan dichoso de escuchar aquellas palabras, que lo unico que logro hacer, fue inclinar su rostro hasta la altura del de ella y asi besar aquellos labios que el reclamaba como suyos y que la sola idea de pensar que algun dia "alguien" pudiera robarselos, lo consumia con e l mas intenso dolor.
Despues de unos instantes de saborearse el uno al otro, sus rostros se alejaron pero sin desviar sus miradas, Alberth sonrio con genuina alegria y tomando a Candy de la mano la guio hasta donde estaba su sillon detras del escritorio y tomandola de la cintura como si fuera una "Pequenia" se sento con ella en sus piernas. dandole un beso nuevamente y acurrucandola contra su pecho, decidio aclarar perfectamente su duda.
- Pequenia, si... no era el retrato de Terry,...entonces que era lo que te tenia tan entretenida entre tantas "Antiguedades"?- reia por su referencia a todo aquello que el creia inecesario pero que la tia abuela se empeniaba en conservar.
- Este... bueno yo...- Los nervios de Candy salian a flote al tener que confesar su verdad, pero tenia que hacerlo si queria evitar futuros malentendidos.- Buscaba una foto de nosotros dos para ponerla en el escritorio de tu oficina antes de que regresaras.- Hablo tan rapidamente que Alberth apenas si alcanzo a captar lo que habia dicho.
- Una foto de nosotros para mi oficina?, y eso...por que?- Pregunto levantando una ceja y sintiendo una interna alegria al pensar que tal vez a Candy le hubiera ocurido lo mismo que a el...celosa?...ya habia notado algo raro en su trato hacia su secretaria, pero se habia negado a admitirlo, Candy no podia ser asi,...o por lo menos el no se lo hubiera imaginado.
- Es que... pense que te gustaria tener uno... y asi...Monique no tendria falsas esperanzas...- lo ultimo habia sido casi un murmullo, que el rubio no habria alcanzado a escuchar si no la hubiera tenido tan cerca, una pequenia sonrisa de satisfaccion se dibujo en los labios del magnate.
- Mi pequenia, yo jamas podria fijarme en alguien que no tuviera una hermosa cascada dorada de risos, unos bellos ojos verdes, una naricilla respingada y con unas hermosas pecas, ademas de ser pequenia y tener una gran energia para hacer inconcebibles ocurrencias,... creo que he hecho mal al no haberte mostrado completamente y con detalle mi oficina, siempre que has estado ahi ha sido solo rapidamente, y quiza por ello no has notado que no hay un solo lugar ahi que no tenga algun retrato tuyo, y alguno que otro que compartimos los dos, ademas debes saber que Monique no es soltera sino casada y que esta en los primeros meses de embarazo por segundo hijo.
- De verdad?- preguntaba con clara sorpresa.
- Si, mmmm. creo que tendre que tomarme un tiempo para que conscas mejor a tus empleados...- la miraba con divercion por la pregunta que se dibujaba en el rostro de la pecosa, misma que respondio antes de que fuera pronunciada- muy pronto seras la seniora Andrey, asi que todo el que este bajo mi mando sera tambien tu empleado, de hecho eres mi novia y pronto mi prometida, asi que ellos ya son tus empleados, solo que te falta conocerlos un poco mas...
- Seniora Andrey,...suena bien...- lo miraba a los ojos con alegria por aquel pensamiento.
- Bastante bien...- Acercando una vez mas su rostro, el volvio a relcamar el sabor de sus labios y sintiendo como ella se acomodaba para poder rodearle el cuello con sus brazos, la rodeo completamente por la cintura acercandola mas a el, hasta que sus sentidos le confirmaron que ni el aire era capaz de pasar entre ellos.
El recuerdo de Terry desaparecio de sus pensamientos, ambos se olvidaron de las personas que los habian estado atormentando y aprendieron que para evitar futuros malentendidos era mejor preguntarse abiertamente sus dudas, asi su amor no se veria daniado por los celos o por alguna otra cuestion... pero el destino es caprichoso y nunca se sabe que traera el nuevo dia...su amor era fuerte de eso no habia duda, pero soportaria cualquier prueba?...lograrian superar cualquier situacion que pudiera presentarse?, estas preguntas le daban vueltas en la cabeza a la Tia Elroy que discretamente habia estado presenciando todo detras de la puerta. como ya lo habia dicho, el estado emocional de su familia era su responsabilidad, y ella estaria al pendiente todo lo que pudiera necesitarse hasta estar segura que nada empaniaria la felicidad de su "nieta y su sobrino", solo esperaba poder lograrlo antes de que la muerte la solicitara, como tendria que ser alguna dia.
Pues...Que les parecio? espero que les guste,y si no, pues dejenme saberlo...espero haber tenido menos errores y estar un poco mas a la altura de sus espectativas...nos seguimos leyendo y pronto subo el segundo capitulo...
Akire.
