Solo por tocar su mano

Me encontraba recostado como siempre en mi lugar favorito mirando hacia el cielo, todo tranquilo como siempre, hasta que una ola golpeo el barco y lo sacudió haciendo que me callera de la cabeza del Sunny y dejándome tirado en el piso de pasto de la cubierta, cuando me iba a quejar vi que alguien se puso frente a mí y que me tendía la mano para pararme, me fije bien quién era y me di cuenta que un par de ojos azules como el mar me miraban, luego me di cuenta de la dueña de esos ojos, era Robín quien me miraba con ellos, su cabello negro dejando caer unos pequeños mechones frente a ella y su piel morena que contrastaba y resaltaba sus ojos, la hacía ver hermosa, después de despabilarme me di cuenta que me tendía la mano para ayudarme a levantarme, le tome la mano y al tocar arla sentí su lisa y suave piel morena, me di cuenta de lo pequeña que era su mano a comparación de la mía que la cubría casi en su totalidad, no sé porque pero luego de eso sentí como un revoloteo empezaba a provocarse en mi estomago, como si me diera hambre pero no era hambre, era otra sensación que no pudo describir en ese momento, me encontraba tan sumido en mis pensamientos que no escuche que me estaba llamando.

- Robín: Luffy…Luffy! – me hizo reaccionar.

- Luffy: Eh?, ¿Qué pasa?.

- Robín: No lo sé, dímelo tú, te he estado llamando para que te levantes pero parecía que no me escuchabas – me dijo con una de sus hermosas sonrisas.

- Luffy: Ah, perdón, solo me quede pensando, shishishi.

- Robín: Y en que estabas pensando? – me pregunta mientras me ayudaba a pararme.

-Luffy: En nada importante.

- Robín: Enserio?, pues para no serlo te tenía muy sumido en ello, fufufufu

- Luffy: No es nada de qué preocuparse, shishishi.

- Robín: Si tu lo dices, pero ten más cuidado, recuerda que estas aguas son algo traicioneras, así que no le des tanta confianza nos vemos – y la veo irse a los camarotes.

La sigo con la mirada como se dirige hacia su camarote, con ese meneo de sus caderas al caminar, a pesar que lleva esa falda larga le deja ver claramente su marcada cadera, no deje de verla hasta que la perdí de vista cuando paso la puerta, luego fie mi mirada hacia mi mano con la que le tome la suya y recordé la sensación de tocarla, esa mano pequeña, lisa y suave, luego como me veía con esos ojos azules que hicieron que no dejara de verlos y para terminar ese revoloteo que sentí en mi estomago, en todo el tiempo que llevo conociéndola nunca me había sentido de esa manera, ni siquiera cuando me encontraba en la isla de las mujeres ni cuando Hancock se me insinuaba y me ahogaba con uno de sus abrazos que estrechaba contra sus enormes pechos, y todo esto lo que siento fue con tan solo tocar su mano, no sé qué significa esto que me pasa, pero lo descubriré más adelante, por lo que ya encontré otro objetivo aparte de One Piece y Convertirme en el Rey de los Piratas y espero hacerlo pronto.

Fin.