Era una noche de tormenta, la lluvia caía intensamente sobre el rostro juvenil de aquella figura enmascarada. Había estado en vigilando por horas y por fin tenía un indicio de aquellos que le habían arrebatado lo que más amaba y estaba cabreado.
"Porque demonios siempre es el maldito culto a Chutulu" gritó golpeando el suelo con el puño.
Kenny Mccormick pensó que por fin había dejado todo esto atrás hacia 4 años cuando sus padres habían fallecido en un accidente y la custodia había pasado a manos de su tía. Ellos apenas la conocían, la hermana de su padre vivía en Gotham y aunque el cambio de un pequeño pueblo de colorado a una gran ciudad había Sido mucho. Kenny estaba feliz de dejar un pueblo donde su maldición no dejaba de perseguirlo. Había muerto tantas veces en South Park que por fin había descubierto algunas cosas de sus poderes. Su inmortalidad no era no morir, su inmortalidad era renacer y literalmente lo hacía. Su madre le daba a luz y como bebé crecía a ritmo acelerado hasta obtener su edad real. Aunque nada de eso explicaba como de que nadie recordaba.
Sin embargo al morir su madre no sabía si la próxima vez que muriera sería capaz de renacer. Eso había Sido todo. Había una posibilidad muy grande de que esta fuera su única vida restante y no pensaba dejar a Karen sola. Tenía que cuidarse de ahora en adelante y alejarse de South Park era prioridad.
Pero ahora la basura de su pueblo lo alcanzaba el Culto era el responsable del secuestro de Karen y aunque había jurado nunca más portar el manto nadie había hecho nada por ayudarlo. El GCPD solo le daba largas su tía solo parecía preocupada porque un niño menos significaba un cheque menos. Así que.… el símbolo que había jurado dejar era lo que necesitaba. Mysterion había golpeado nuevamente las calles y había obtenido lo que necesitaba…. Estos bastardos iban a pagar.
