HOLA! PROTADARNELL HERE!

Primeramente les agradezco a todos los que siempre me apoyan.

Hoy estoy subiendo mi primer fic Korroh a petición de mi buena amiga Alo-Chan. (Nota: No me gusta ni Shippeo el Korroh, soy demasiado Makorra e Irohsami para eso. Pero me gustan los retos y quiero mejorar como escritor, así que ¿Por qué no?) No tengo experiencia con esta pareja, sin embargo espero les guste.

ESTE FIC TENDRÁ LEMON Y CONTENIDO SUBIDO DE TONO. ESTÁN ADVERTIDOS.

Este capítulo lo dedico a Alo-Chan.

Disclaimer: Ni LOK ni sus personajes me pertenecen (por desgracia) No me lucro con este ni ningún otro fic. Solo lo hago para entretener al fandom y ayudar a su crecimiento.

Sinopsis: Korra quiere averiguar cuáles son sus verdaderos sentimientos sobre Iroh, así que con el pretexto de mejorar su fuego control viaja a la Nación del fuego junto a Mako. Pero pronto comienzan a desencadenarse cosas que ella nunca imaginó. ¿Podrá Korra ser fiel a Mako? ¿Luchará él por ella? ¿Se quedará con Iroh? (Algo así tengo en mente xD)


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La oscuridad de la noche comenzaba a disiparse. Las mareas permanecían quietas, los vientos brisaban pacíficamente moviendo los cabellos de la hermosa morena de ojos azules que, en la cubierta de aquel barco, sostenida con sus manos a la baranda de la popa observaba emocionada lo que el destino tenía para ofrecerle.

Aunque ya dominaba los cuatro elementos, la morena tenía ese deseo enfermizo de aprender nuevos trucos y ser el mejor avatar que el mundo pudiera pedir y que nadie pudiera decir tanta mierda de ella. Mako, no estuvo feliz cuando Korra lo rechazó como su maestro fuego. En realidad la morena sabía que su novio, ese chico de cejas arqueadas oriundo de Ciudad República era un excelente maestro, Korra lo sabía, pero quizás se obligaba a pensar otra cosa, porque ella no quería que su maestro fuese Mako.

Tenía en mente a alguien más...

Desde la primera vez que oyó hablar de él, sus cualidades, sus historia e incluso la simpleza en su nombre sintió algo que nunca había sentido por nadie más ¿Era amor? ¿Respeto? ¿Capricho? Korra esperaba descubrirlo en este viaje.

"Oh General Iroh" -suspiró la morena mientras veía a la distancia, su mente dibujaba su rostro en el firmamento uniendo los puntos en las estrellas de la noche. Qué hermoso rostro que tenía.

Era tan varonil, caballeroso y educado. Cuando acudió en su ayuda para controlar a los igualitarios y lo vió hundirse en aquellas aguas, una parte de ella moría, tenía que rescatarla y cuando él la miró agradecido luego de salvarlo, ella supo que su corazón latía por él.

Pero... ¿Y Mako? Aún estaba en una relación duradera con él ¿Pero qué rayos estaba pensando? ¡Seguramente estaba jugando con fuego!

Korra sabía que si volvía a ver a Iroh, esos sentimientos ocultos aparecerían de nuevo y nublarían su juicio. Si todo lo que quería era mejorar su fuego control, debió quedarse con Mako, esto sin duda era peligroso.

Pero Korra casi lo pedía a gritos.

- Korra ¿Qué estás haciendo aquí afuera? ¡Hace frío! -le habló la voz de su novio sacando a la morena de sus pensamientos de repente. Se sonrojó al instante por el hecho de desear con tanta fuerza a otro hombre que no era él, pero lo ocultó rápido y el cejas arqueadas estaba demasiado adormilado para darse cuenta-

- Nada -respondió en un carraspear de garganta- Sólo estaba pensando.

- ¿Estabas pensando en mí? -preguntó Mako con una sonrisa mientras se acercaba a ella-

"Ha! Si claro" -pensó la morena a sus adentros lo cual la hizo reír por lo bajo. Se sentía culpable en lo más profundo de su ser, pero otra parte de ella no le importaba. Pensaría lo que quería pensar y punto.

- Claro que pensaba en ti

Aun así, le dolía ser una hipócrita.

- Quiero disculparme por cómo actué cuando me enteré que no me querías tener como maestro. Dije cosas estúpidas, pero quiero que sepas que te apoyo en tus decisiones y si crees que entrenarte con el general Iroh es lo que necesitas, entonces no me interpondré. El es un excelente maestro.

¡Mierda! Ahora sí que la morena se sentía como la traidora de la más baja calaña.

Aunque... Todavía no habían llegado a la nación del fuego, todavía no había visto al general de nuevo. Tal vez las cosas hubieran cambiado con el tiempo ¿Cómo sabía que de verdad le gustaba? ¿Cómo sabría si incluso le iba a caer bien? Hacia tanto que no lo veía y ni siquiera lo conocía de cerca. Seguro era un creído como todos los príncipes, tal vez ni siquiera le gustaría, seguramente era hasta mal parecido...

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- Bienvenida, Avatar Korra! -exclamó el príncipe mientras se inclinaba para besar delicadamente la mano de la morena-

¡Maldición! Claro que le gustaba, claro que era sexy, claro que le caía bien... ¿En qué estaba pensando?

Korra no pudo evitar el sonrojar de sus mejillas cuando el chico de ojos profundamente ámbar, sonrisa encantadora y ropajes reales la miraba fijamente y mostraba su perfecta dentadura en una derretidora sonrisa. Su corazón latió muy rápido.

- G-General Iroh... es un placer para mí estar en su presencia -dijo de repente, y vaya que era cierto-

- Y tú eres... Mako no? -apuntó mientras miraba al cejas arqueadas, quien solo se limitó a contestar-

- Sí, señor.

- ¿Cuándo comenzamos con el entrenamiento?

- Me parece una buena idea! -sonrió el encantador príncipe. Mako miró como esos dos se veían y sonreían, lo que faltaba era que suspiraran. ¿Qué demonios estaba pasando aquí?-

- Korra ¿Tan deprisa? ¿No quieres comer algo o... descansar primero? -intentó disuadirla de manera disimulada pero la ojos azules le plantó una mirada reprochona-

- ¿Cuál es tu problema? No te pedí que vinieras en primer lugar ¡Quisiste hacerlo! ¿Y ahora quieres entorpecer mi entrenamiento?

- Wowowow... solo fue una sugerencia, no te molestes -replicó Mako mientras trataba de caldear el temperamento de la morena. Iroh, quien parecía muy fresco y relajado, nunca perdiendo el encanto, miró a Mako y le dijo-

- Tu novia es una mujer preciosa e inteligente, deberías confiar más en sus decisiones.

Mako solo hizo una mueca de disgusto ante el comentario y recogió las maletas, se las montó en el hombro y siguió su camino, no sin antes decir.

- Iré a acomodarnos en nuestra habitación, Korra. ¡Que se diviertan! -dijo con chocancia pero ninguno de los dos le prestó atención porque charlaban muy amenamente. Sintiéndose excluido, solo se marchó-

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Castillo de la Nación del Fuego

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Korra salió al patio detrás del castillo real, un lugar estratégico para entrenar. Estaba algo nerviosa porque sería su primera clase con el sensual maestro fuego, aún así la morena quería saber si él sentía lo mismo que ella estaba sintiendo, así que para provocarlo cubrió su figura con un corto y ajustado top negro que resaltaba sus senos grandes y preciosos.

Sus largas piernas definidas estaban cubiertas por un mono gris ajustado como una licra. Cada curva quedaba al descubierto y su estómago duro y algo marcado quedaba a la vista del general.

Este salió vistiendo una camiseta negra ceñida a su cuerpo y los pectorales se le marcaban perfectamente debajo de la camisa y su abdomen, tan definido también se avistaba. Al verlo, Korra se mordió ligeramente su labio inferior y deseó con todas sus fuerzas que él pensara que ella era provocativa.

Por su parte al general tan solo le bastó ver a la morena para quedarse sin respiración. ¡Era una belleza!. Su cuerpo era como una sensual cascada que fluía con una divinidad admirable, pero también con una fuerza atronadora. Su cabello totalmente suelto sobre sus hombros y sus grandes ojos azules lo hicieron dudar por un momento en comportarse como un caballero, solo quería besarla así fuera en frente de su novio, pero le daba miedo saber si ella sentía lo mismo.

Tal vez era momento de dar la clase y averiguarlo.

- Muy bien Korra -dijo el príncipe. Era la primera vez que omitía el título "Avatar". Tal parece estaban entrando en confianza- Creo que es momento de trabajar la postura.

La morena asiente y Mako aparece succionando el contenido de un jugo y sentándose en los escalones a presenciar el entrenamiento. No sabía qué esperar, pero sabía que confiaba en ella.

- Te sigo capitán! -respondió Korra en medio de una sonrisa entusiasta-

- Debes mantener tus hombros levantados al igual que tu rostro viendo al frente. Tus piernas deben tener una separación adecuada para lograr estabilidad. Tu chi debe estar limpio para que fluya la energía y no olvides la respiración, es importante.

Korra observó al general adoptar aquella posición que si bien no era tan compleja, le resultaba difícil de imitar. ¿Y a quién le importaban las respiraciones? Solo quería que él la manoseara.

- Creo que no lo hago bien, Iroh... ¿Me ayudas? -preguntó eso último con una sonrisa ladeada. Iroh caminó hacia ella y entonces lo hizo-

Korra abre sus ojos de par en par y sus mejillas se sonrojan al instante cuando él la toma de la cintura con ambas manos. Sintió una especie de electricidad recorrer su cuerpo. Sus manos eran tan tibias y varoniles. Él estaba muy pegado a la espalda de ella mientras la sujetaba de la cintura, entonces bajó un poco y tocó sus piernas mientras fingía separarlas en la posición adecuada. Korra mordió su lengua para no gritar que le encantaba lo que estaba pasando cuando Iroh en tono de susurro justo al oído, comenzó a darle "indicaciones".

- Debes entrar en calor -le susurró- mantén tu mente abierta, no pienses en nada, ni en nadie.

La morena entendió que Iroh hablaba de Mako quien observaba a unos metros con el ceño algo fruncido. Sabía que eso le ganaría una buena discusión, pero ella no quería perder el agarre del general así que levantando la mirada y girando su cuello ligeramente dijo en voz seductora.

- Lo hago bien, mi maestro? -Él le sonrió y besando la parte de atrás de su cuello, provocándole un pequeño gemido, respondió-

- Yo diría que lo haces perfecto.

- ¿Qué diablos pasa? -se preguntó a sí mismo Mako al ver a ese par tan cerca, pero desde ese ángulo solo se veían las manos de Iroh toqueteando a su novia mientras el resto de su cuerpo era cubierto por el de Korra-

Iroh seguía besando el cuello de Korra lentamente mientras le pedía que practicara sus respiraciones. ¡Quién no iba a querer respirar así!

- Eres una magnífica estudiante. Ahora date vuelta.

La morena obedeció y quedó frente a frente con el general. Sus ojos ámbar mirándola tan de cerca la hicieron estremecer, sus piernas perdieron fuerzas pero sus poderosos brazos aún la sostenían. El calor de su cuerpo, sus algo resecos labios, sus músculos marcados debajo de su camisa. Tanta virilidad junta la estaba haciendo sudar.

- Y ahora qué? -preguntó Korra con sus ojos perdidos en los de él. Sus respiraciones se sincronizaban la una a la otra, sus alientos se fusionaban. Era perfecto. Una llama se había encendido y ardía con mucha más fuerza que el sol. Sin poder evitarlo, se sintieron atraídos el uno por el otro, sus labios se magnetizaron y sus rostros comenzaron a acercarse el uno al otro-

- Esto es demasiado! -replicó Mako mientras se levantaba y comenzaba a caminar hacia el par de chicos quienes se encontraban prácticamente abrazados el uno al otro. A medida que se acercaba más y más la escena parecía tomar más forma... Esos dos estaban... ¿A punto de besarse?. Mako arrugó el entrecejo y apretó sus puños a medida que aceleraba el paso. Quería sorprenderlos a mitad de un beso, pero al llegar solo los vió separados a una distancia moderada el uno del otro, mirándose a los ojos mientras el general le hablaba diciendo.

- El contacto visual y la conexión con el oponente es importante para un maestro fuego. Conocer a tu enemigo te dará ventaja.

- Ah hola Mako -sonrió la morena mientras se daba cuenta de su presencia-

- Eh... hola chicos... ¿Cómo van? -se rascó la nuca sintiéndose tonto. Acababa de volver a desconfiar de ella y no hacían nada fuera de lo común-

- De hecho ya acabamos por hoy -admitió el general-

- ¿Tan pronto? -Mako miró a Korra sorprendido al ver el tono algo exagerado que la morena usó para preguntar aquello, pero luego sólo cruzó miradas con el general y se dió vuelta- Vamos Mako, necesito hidratarme.

Mako se quedó mirando al general por unos segundos, estudiándolo por completo. Su seria cara no detuvo la sonrisa confiada del apuesto general quien no se sentía intimidado por él. Mako se rindió en el juego de miradas y siguió a Korra.

Korra se hidrató, comió algo y miró la habitación en la cual se iba a quedar junto con su novio. Fingió interés en cada tema de conversación que él intentaba traer pero la mente de Korra sencillamente estaba enfocada en el extremadamente apuesto maestro fuego que tenía de mentor.

Tal vez sólo necesitaba enfriar su mente. Tenía que dejar esos pensamientos atrás, Mako estaba frente a él intentando ser lindo pero ella prácticamente lo estaba ignorando. Trató de poner un poco de más atención a lo que decía, pero luego de 5 minutos su mente comenzaba a divagar otra vez en el momento en el que él se acercó a susurrarle palabras de doble sentido al oído. Los besos a su nuca la hicieron perder el equilibrio y verlo a los ojos la hizo delirar.

Realmente estaba loca por él.

- Korra... ¿Me estás escuchando? -dijo de repente el cejas arqueadas mientras ella sacude la cabeza volviendo a la realidad, estaba algo perdida, bueno, muy perdida-

- Sabes qué Mako? Estoy cansada, voy a tomarme una ducha ¿Si? Hablamos después...

- O-Ok..? Supongo que iré a explorar por ahí entonces. -Korra le sonríe-

- Has eso.-Entonces ella se mete a la ducha y se desprende de su ropa. El top negro cayó al suelo justo como el resto de sus prendas. Se envolvió con una toalla blanca y puso a llenar la bañera con agua tibia.

Su mente aún estaba pensando en ese encuentro con el maestro fuego, quería locamente que se repitieran, pero sabía que eso no iba a ocurrir. Korra oyó el agua desbordarse de la bañera y corrió a cerrar la llave, pero cuando estaba a punto de quitarse la toalla para entrar en el agua escuchó la puerta del baño abrirse. Ella frunce el ceño. Mako sí que se estaba poniendo fastidioso. Volteó mientras decía...

- Mako, ¿No dijiste que...?

- Shhhh... -dijo el general frente a ella mientras ponía una de sus manos sobre los labios de la ojos azules para hacerla callar. Sus ojos se abrieron de par en par al verlo allí, frente a ella, como si su deseo se hubiese cumplido-

- Iroh ¿Qué haces aquí? Si Mako te ve...

- No lo hará -respondió- lo vi salir a caminar en el patio.

- Pero igual, este castillo tiene mucha gente merodeando, no creo que sea una buena idea que te metas en mi baño y... a fin de cuentas... ¿Qué haces aquí?

Iroh la observa detenidamente con una sonrisa deformada y pervertida, entonces abrió las llaves de la ducha y el sonido de las gotas de agua golpeando el suelo les dieron un poco más de privacidad y confianza. Entonces el maestro caminó hacia la morena arrinconándola contra una pared. Su brazo bloqueó la única salida que ella podía tener. Aunque tampoco era como que quería escapar. Aun así, se sonrojó como tomate cuando el guapo pero atrevido general acercó su rostro tanto que parecía que iba a besarla, pero en vez de eso, sus labios sirvieron para susurrarle.

- No me digas que no lo deseas...

- D...Desear qué?

- Esto, tú y yo... Nuestros cuerpos lo piden, sé que lo quieres.

- Iroh... Yo... yo tengo novio -fue muy difícil, pero al final lo dijo, aunque temiera que eso lo arruinara todo. Pero Iroh no pensaba detenerse, más bien besó sus labios de forma salvaje para luego terminar jalando un poco el labio inferior de ella con sus dientes de manera delicada- Esa no fue la pregunta. Además, tú no lo deseas a él como me deseas a mí.

- Esto no es correcto

- ¿Y a quién le importa eso?

Korra lo miró por unos segundos, su rostro perfecto le inyectó confianza y descaro. La mente de la morena se blanqueó en un segundo y se olvidó de todo lo que la rodeaba.

- Al demonio!

La morena se abalanzó encima de Iroh amarrando sus brazos a su cuello mientras lo besaba con hambre. Sus labios se rozaron muchas veces. Las manos de ella se metieron debajo de su camisa acariciando toda su espalda mientras él deshacía el amarre de su toalla y la dejaba caer descubriendo toda su belleza natural. Korra le levantó la camisa a Iroh descubriendo ese pecho formado que tanto había deseado y de un tirón le arrancó los pantalones. Korra muerde sus labios tan fuerte que casi sangra al ver la notable erección del general debajo de ese bóxer negro ajustado a su atlética figura.

Él se acercó a ella para seguirla besando mientras sus brazos la levantaban y la llevaban hacia el mesón donde la sentó y prosiguieron los besos. La espalda de Korra se apoyó sobre el espejo de la pared mientras Iroh besaba los pechos de la morena y recorría con sus manos el resto de su cuerpo.

- Oh Iroh! -gemía ella mientras él comenzaba a introducirle uno de sus dedos en ella, abriéndolos dentro y provocándole mucho placer-

- ¿Te gusta? -ella lo miró con ojos llenos de perversión y pasión pero no argumentó nada. Iroh siguió trabajando y Korra comenzó a gemir con más fuerza. El agua comenzó a desbordarse de la ducha pero al menos ese sonido impedía que los gemidos cada vez más altos de Korra se escucharan por los pasillos.

Ella comenzó a besar el pecho del maestro fuego y lamió sus tetillas mientras sus respiraciones se aceleraban. Se agachó hasta quedar a la altura de su cintura y quitó la ropa interior de él para liberar su hombría que tomó en sus manos y comenzó a trabajar con su lengua. Iroh no tardó en gemir y suspirar acelerado. Sentían más calor que cuando manipulaban fuego en los entrenamientos y sus cuerpos ahora sudaban, no de cansancio, más bien por lo ardiente del momento.

Iroh recostó a la morena de la pared mientras besaba sus labios al mismo tiempo que entraba en ella y llenaba su ser, ella detuvo el beso para dejar salir un gemido, pero entonces se amarró a su cuello y tomó la delantera introduciendo su lengua dentro de la boca de su compañero mientras el vaivén aceleraba a cada segundo. Ambos estaban de pie sobre aquella pared y el espejo los reflejaba a ambos en el acto.

- Te amo Iroh! -dijo Korra en medio de un suspiro-grito a medida que ambos llegaban al clímax-

- Y yo a ti Korra! -le respondió-

Segundos después el explotó y ella soltó un alarido de placer. Su fuego interno se expandió a todo su cuerpo y sus piernas debilitadas nuevamente casi la hacen irse al suelo, pero los poderosos brazos de él y sus suaves labios detuvieron la caída nuevamente.

Mako abre la puerta del baño con fuerza pero sólo encuentra a la morena completamente desnuda y al lado una bañera que se desbordaba. Iroh se había escabullido segundos atrás por una ventana al oírlo venir.

- ¿Qué sucede Korra? Oí voces -ella lo mira y trata de tapar su cuerpo sintiendo vergüenza. Él nunca la había tocado ni tampoco había tomado su virginidad porque esperaba el momento correcto, solo que ahora otro lo había tomado por él-

- ¿No te enseñaron a tocar? -Mako se sonrojó al instante-

- Discúlpame... tienes razón... Qué pena, lo siento -dijo para luego salir apenado de allí. A Korra se le aguaron los ojos al momento y sintiéndose la peor novia del mundo, se tomó su tiempo para vestirse y desinundar el baño con su control del agua y salió hacia la habitación que compartía con Mako. Él estaba sentado al borde de su cama con sus manos sosteniendo su rostro, su mirada estaba dispersa y parecía aburrido. Korra dejó salir un suspiro, sabía lo dejado de lado que debía de sentirse, pues desde que llegaron a ese lugar sólo había sido ignorado por todos, incluso por ella que al menos debió de agradecerle el que dejara todo en Ciudad República y la acompañara en este viaje, aunque para ese momento ella hubiese deseado haber venido sola y que todo se limitara a una aventura, pero ahora las cosas eran diferentes. Ese viaje le hizo comprender a la morena que sentía cosas muy fuertes por Iroh, sentimientos incluso más fuertes que los que tenía hacia Mako, aún le tenía aprecio, pero un 'nosotros' ya no era lo que la morena tenía en mente. Iroh lo había cambiado todo, ahora estaba segura de que él era el indicado, sin embargo cayó muy bajo al apuñalar al cejas arqueadas y luego retorcerle el cuchillo. Nunca quiso hacerle daño, pero tampoco podía atarse a algo que no quería.

Por primera vez tenía que ser sincera.

- Hola -dijo Korra. Mako ni siquiera había notado que ella estaba allí. Levantó la mirada y saliendo de sus pensamientos, le sonrió y contestó-

- Hola

Korra caminó hasta sentarse a su lado en la cama y, luego de cerrar sus ojos con fuerza y dejar salir otro suspiro, exclamó.

- Lamento todo lo que ha pasado. Sé que fue duro dejar tu trabajo y a tu hermano en Ciudad República para acompañarme. Te dije que te quedaras pero tú siempre tan necio.

- Quería estar contigo.

- Lo sé, y es lindo pero...

- ¿Pero? -buscó la mirada de la ojos azules-

- Pero fue una mala idea.

- No lo entiendo, Korra. -exclamó él con confusión y mirada interrogante-

- No vine aquí solo para aprender fuego control, ni siquiera lo necesito. Vine aquí porque quería averiguar algo. Quería saber si lo que sentía por una persona, era real. Pensé que al volver a verle lo descubriría y así fue.

- Iroh -suspiró Mako, sabiendo el rumbo que tomaba aquella conversación-

- No sólo descubrí que mis sentimientos por él eran reales sino que eran más fuertes de lo que yo pensaba. Nunca quise hacerte daño Mako pero estoy siendo sincera contigo. Yo amo a Iroh y me siento como una tonta ahora mismo pero no puedo ignorar lo que siento y lo que creo.

- Korra -dijo herido mientras la miraba con incredulidad, a la morena se le partió el alma. Mako se tomó la cabeza y se levantó de la cama para comenzar a ir de lado a lado tomando respiros largos y profundos- No lo entiendo -afirmó cuando por fin pudo hablar- Yo me estaba esforzando porque esto funcionara, sé que yo era el problema por el que nuestra relación estaba estancada, por mis celos y mi posesividad pero estaba trabajando en eso porque te amo y no quería perderte, ya ese Mako que conocías antes desapareció, cambié por ti. ¿De qué me sirvió eso entonces?

- Yo no lo planeé así...

- ¡KORRA BASTA! -le gritó- planeaste este viaje basado en una mentira cuando tú misma sabías lo que venías a hacer... Y engañarme fue parte del plan también?

- No -confiesa incómoda- por eso no quería que vinieras.

- ¿Y qué hubiera pasado si yo no hubiese venido? ¿Habrías regresado como si nada a Ciudad República? Tal vez hasta te hubieses quedado aquí en la nación del fuego. Al contrario, me alegra haber venido para darme cuenta de todo.

- Mako por favor, perdóname, yo sé que te sientes mal ahora y que defraudé tu confianza pero no quiero perderte como amigo. Debes confiar en mí.

- Es difícil.

- Comprende que Iroh hace que me sienta feliz, especial y amada.

- ¿No sentías eso conmigo?

- Con Iroh lo siento más intensamente. -Mako no encontró más solución que esbozar una sonrisa masoquista que se convirtió en gruñido. Golpeó la pared con fuerza y una lágrima se le escapó por sus mejillas. Korra tapó su rostro lleno de vergüenza con sus manos. Mako quedó en silencio unos segundos hasta que pudo relajarse-

- Entonces supongo que recogeré mis cosas.

- Mako no...

- Ya no hay nada que me ate aquí

El chico tomó su maleta cuya ropa aún no había desempacado y la cargó consigo. Fue hacia la morena quien con ojos empapados en lágrimas lo miraba suplicante. Él solo se limitó a limpiar sus mejillas con sus dedos y a decirle.

- ¿Seguro que no deseas que luche por ti? -ella levanta su mirada pero no le dice nada. El asiente-

- Comprendo. Bueno -suspiró- aun te quiero muchísimo y solo quiero lo mejor para ti. Gracias por ser sincera conmigo. Espero que seas muy, muy feliz y que él pueda darte lo que yo no pude. -Le acaricia el cabello por última vez y se da la vuelta. Toma sus maletas y sale de la habitación.

Al caminar por los pasillos Mako se cruza con Iroh quien iba justo a esa habitación. Los chicos casi ni se miran entre sí, pasaron de largo uno al otro, Mako tenía un semblante triste y el general una sonrisa ganadora. Estaban por alejarse pero entonces Mako lo detiene diciendo.

- General Iroh

- ¿Sí Mako?

- Cuídela bien.

- Lo haré.

No cruzan más palabras y toman caminos contrarios.

Iroh entra en la habitación y abraza a Korra con fuerza y cariño mientras ella rompe a llorar en su pecho. Se sentía protegida, amada y especial, nunca mintió sobre eso. Iroh representaba todo el calor que ella podría necesitar.

- Todo estará bien, Korra, tranquila -dice él mientras le besa la frente-

- ¿Crees que algún día pueda perdonarme?

- Sería un tonto si no! -responde él-

- ¿Y si no?

- Entonces me tienes a mí. Siempre me tendrás. -le confiesa- yo nunca me iré ni te descuidaré. Estaré contigo en las buenas y en las malas y dedicaré todos mis días a hacerte feliz. Te amo.

Dicho esto el general busca los labios y le planta un delicado beso de amor genuino que ella aceptó sin chistar. El dolor de su alma se apagó de repente y se sintió en paz otra vez.

- Me alegró hacer este viaje -dice la morena- porque descubrí que realmente eres tú el hombre indicado para mí. No importa lo que pase, yo también te amo.

- Por siempre y siempre -finaliza él-

Ella se hunde en su pecho y él la recubre en sus brazos como las alas de un ave protegiéndola de todo peligro y brindándole todo su amor.

Desde ahora en adelante, sabía cuál era su destino... su nuevo destino.


Fin...


Y bueno... ¿Qué les pareció? ¡Espero haberle hecho honor al Korroh! Sino préndame fuego +_+ Tal vez no shipee, pero respeto los gustos de todos.

Bien esto originalmente es un One-Shot, pero me están como comenzando a surgir ideas (Maldita Mente hiperactiva) Pero de seguirlo esto se convertiría en una especie de triángulo amoroso Iroh-Korra-Mako (Odio los triángulos :p pero trabajar con ellos sería otro reto para mi. Me gusta desafiarme) Así que no se sorprendan si llega haber Makorra también.

Recibo sus comentarios, críticas mientras estas sean constructivas, sugerencias, tomatazos, pedradas y demás :)

¿Me dejan sus reviews please? Me dicen si les gusta así o quieren que la siga. Ya veremos qué pasa :p

Saludos a todos.

Prota Out.!