Disclaimer.- Ningún personaje de The Prince of Tennis es de mi propiedad.
El hacerlo
- ¿Capitán?
Ver su rostro, los ojos felinos clavados en mi cara y desvío la mirada hasta sus labios. El modo inocente de su escrutinio y el ardor en mi sangre al pensar en acortar la distancia.
- Ryoma – le llamé con voz ronca.
Sus ojos parecieron brillar con temor. Deseé ser el más puro reflejo en ellos, tomarlo por los pequeños hombros y terminar la respiración de punto y aparte.
Si centelleaban de ilusión o de miedo, no me interesa el motivo. ¿Qué pasaría si lo besase? ¿Qué haría yo si me correspondiese? Si me acerco... si acabase con el espacio y desapareciese a la soledad en nosotros... si lo hiciese...
- Te voy a besar – murmuré, tocando su rostro de forma imaginaria.
Acerqué mi cara a la suya y no despegué mis ojos de los suyos, ver esa tormenta de contradicción en la miel, quería pensar que la poseía.
Lentamente posé mis labios sobre los suyos, sin presiones y pronto olvidé las reservas. Deslicé de forma parsimoniosa mi lengua sobre sus pequeños labios y me dejó pasar. Sin poder o querer contenerme, inicié un beso donde le dejé saber sobre esa electricidad que me recorría, el fuego que me consume cada vez que reprimía la cercanía y el deseo.
Deseo... deseo escurrir mis manos entre sus ropas, delinear con mi tacto su figura delgada y despertar la dilatación de sus pupilas con un toque suave en su parte más erógena. Escuchar un delicioso murmullo brotando de sus labios y reconocer que mi idea nunca fue errónea: Que él es para mí, porque con ese beso me confesó que está seguro de que yo soy para él.
Podría haber sucedido. ¿Qué sucedería si nos besáramos? Hablar o hacer, ¿qué elegir? Huir y esconderse, o quedarse y empezar. ¿Qué pasaría si respirase?
Sentí sus manos presionando mis brazos y no quiero que termine, no quiero que lo acabe. Me empujó lo suficiente para quitarme, pero yo lo abracé fuertemente y mis labios pasaron a su mejilla.
- Te soltaré hasta que lo digas.
- Entonces podemos comenzar a sentarnos, porque jamás lo admitiré.
Me enfermó tanto como los celos corriendo por mis venas y la posesión atravesándome el alma. Como si despertase un lado que había dormido y como si ahora no pudiese echarlo ni desquitarlo. Volví a besarlo, sin pausas ni quietud. Hablando con puras muestras, dejando leves trazos de fricción entre dos y derritiendo sus defensas hasta que me abriese paso a esa textura tersa y cálida, más que las sonrisas y el mismo tono infantil y despreocupado.
La malicia de mis actos y la sumisión del contacto contrariaban mi razón.
Si nos besásemos... ¿cuándo terminaría? Si no sucediese... si no acabase...
No necesita tanto para comprenderme, no requiere de su intelecto para saberlo... sólo necesita mirarme de verdad, escuchar lo que le digo mientras lo toco y después no hace falta más.
- En algún momento no lo soportarás y yo puedo ser paciente hasta entonces – murmuré a su oído.
Mis manos vagaron entre su cintura y abdomen, y mi mente se internó en lo profundo de mi subconsciente. Sin ira, sin celos o ansias, duro y violento, cariño mal planteado y un sólo sentimiento recorriendo sin estar... ¿qué haría si se perdiese?
- No puede – jadeó a mi oído.
Mordió su labio inferior, mientras sus manos se aferraban a la reja de las canchas. Su espalda recargada contra ésta y mi sonrisa alegre y perversa, con todo sucediendo, la espontaneidad en cada roce y la intensidad en cada medio de unión. Sin despertar de algo mejor que el nirvana.
¿Qué haría sin terminar?
-x-x-x-x-
Pequeña aportación a esta serie y a la pareja Tezuka por Ryoma, ¿desean que continué? Díganlo en su review tras apretar el botoncito.
Besos.
Naomi Eiri.
