Besos. (Drabbles Francia-España)

Primer drabble: Beso afectivo: El beso afectivo es el típico que se da a un niño pequeño como muestra de cariño. Ese que se da en la frente o en la nariz y que te dan ganas de achucharles por ser tan monosos~~

Disclaimer: Ay si Hetalia fuese mío...*Trollface* Lo mal que me lo iba a pasar yo si Hetalia fuese mío.

Dedicado a Miru porque no hay razón para no dedicarle algo xDDDDDD.


Beso afectivo.

El día en que le presentaron a su supuesto hermano mayor Galia, Hispania se quedó mirando a ése niño de cabellos rubios hasta los hombros como si de un extraterrestre se tratase. Detrás de él se encontraba su abuelo, el Imperio Romano, quien había derrotado a Germania y había conseguido que ese apuesto niño (porque Galia era un niño tan guapo que podía tomarse por una niña con facilidad de no ser por la voz y el carácter que tenía) pasase a formar parte de su vasto Imperio.

-Hispania, este es tu hermano, Galia.

Los dos niños se miraron. Uno bajó en seguida la vista al suelo, todavía con heridas por la guerra que había tenido que superar prematuramente. Hispania, por su parte miró durante un poco más de rato al rubio ante él y luego subió su verde mirada a la cara de Roma. Éste le devolvió una brillante sonrisa mientras posaba sus manos en los hombros de Galia.

-Creo que te llevarás bien con él. Al igual que tú, ha tenido que sufrir una guerra. ¿Has oído, Galia? Hispania también tuvo heridas de pequeño.

Eso provocó que el galo levantase de nuevo su mirada para fijarla en la cara morena de Hispania. Con una excusa un tanto pésima, Roma se fue a atender cosas con su jefe y dejó solos a los dos niños. Hispania, en un repentino arranque de timidez, juntó sus manos en su espalda, retorciéndolas y moviendo el pie derecho apoyándose sólo en la punta.

-Así que, ¿a ti también te invadieron?- preguntó Galia con un poco de más valor que el otro pequeño. Hispania asintió rápidamente con la cabeza-. ¿Te hicieron mucho daño?

Sólo entonces Hispania se percató del brillante color azul que tenía Galia en sus ojos. Era como si hubiesen encerrado todo el Mare Nostrum en su interior. Esos ojos le parecían fascinantes y a la vez le daban envidia. Si bien a Hispania le encantaban sus ojos, la intensidad que tenían esos irises era mortal. Parecía como si pudiese leer sus pensamientos más profundos.

Ignorando la pregunta del otro, Hispania señaló una pequeña herida justo encima del ojo derecho de Galia. Seguramente era la menos grave de todos los rasguños y golpes que tenía, pero para el hispano era como si esa herida profanase la función penetrante que esos ojos poseían por fuerza natural.

-¿Te duele mucho?-. El pequeño Galia, sorprendido porque le preguntase por esa herida se encogió ligeramente de hombros.

-Muy poco. Pero es molesta.

No sabía que más añadir, ni el hispano tampoco, que seguía envalentonado por esos ojos azules. Y entonces, para sorpresa del galo, Hispania se inclinó y le dio un beso en la herida por la que había preguntado, justo encima de la ceja de Galia. Tras ese ligero beso, el rubio se llevó su mano a la herida, exhibiendo en su cara un pequeño sonrojo, al igual que le pasaba al moreno.

-A-así curará antes- se excusó Hispania, cada vez más colorado, antes de salir corriendo.

Galia se quedó allí unos segundos más para después seguir el camino que había tomado Hispania con una sonrisa tímida en sus labios.


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