Despierto en la enfermería no puedo moverme pero asumo que Poppy le había hechizado para que se quedara en la cama, solo me relaje y pensé lo que ocurrió las últimas horas, por fin la batalla final se realizo y pude derrotar a Voldemort pero lo que realmente quiero saber es cuantos heridos y muertos tenemos y si es alguien de mis amigos o de la orden, mis pensamientos se detienen cuando escucho voces e intento poner atención a lo que dicen:

Profesor Dumbledor que cree que tenemos que hacer con Harry, tiene demasiado poder para ser controlado- esa era la voz de Hermione

Podemos hacer que le den el beso los dementores- dice la señora Weasley

No hay un dementor que pueda devorar tal poder-esa era la voz del ministro

Yo me puedo encargar de el- menciona el profesor Snape

No creo que usted pueda controlar a ese muchacho y su poder- esa era la voz del señor Weasley

Mis muchachos, el profesor Snape al mandato de Voldemort creó una pócima que despierta una parte dormida de su sangre, gracias a eso el profesor Snape es mitad demonio, el tiene el suficiente poder para poder controlarlo- el profesor Dumbledor dice con una sonrisa en la cara.

Escucho como todo están de acuerdo, lo único que quiero hacer es salir de este lugar, escapar de las personas que me traicionaron, pero no podía hacer nada de eso solo estar acostado en la cama, escucho que alguien abre la puerta y se acerca a mí:

-Señor Potter me alegra que escuchara la conversación- veo como agarra mi mano y me pone una pulsera.

-Es mejor que descanse, hablaremos después- ciento como mis parpados se cierran y lo último que logre ver es a Snape con una sonrisa sádica.

Despierto en una cama grande, miro alrededor no encuentro nada que me diga donde estoy, me doy cuenta que estoy desnudo y empiezo a recordar lo que paso en la enfermería de Howarts, miro mi brazo y encuentro el brazalete que Snape me había puesto, intento levantarme de la cama pero no lo logro, estoy aterrado y lo único que puedo hacer es enroscarme, esperando a que el venga y me diga que pasara con migo, de repente escucho como se abre una puerta de la habitación y entra el.

Se acerca y se sienta en la cama, no sé qué sucede pero mi cuerpo actúa por su cuenta, veo como mis brazos se enroscan en su cuello y me restriego en él como un gatito y susurro:

-Buenos dias mi amo-