Neville se movía nervioso por los pasillos oscuros del castillo, mirando a los lados mientras rebuscaba algo en sus bolsillos.
Maldición.
Había vuelto a perder el trocito de pergamino que Hermione le había dado con la contraseña de aquella semana.
Maldición. Era la tercera vez en esa misma semana que la extraviaba.
Bufó exasperado mientras metía la mano rudamente en su mochila esperando encontrar aquel pequeño papelillo.
Su tintero, tres plumas, la recordadora, el galeón del ED, pergaminos, el libro de herbología, tres moscones metidos en un tarro para Trevor… pero ni rastro de la maldita conraseña-
-Neville Longbottom-una voz suave tras él lo sobresaltó de tal manera que la mitad de lo que había en la mochila se precipitó contra el suelo.
Era Luna Lovegood.
-Luna…-dijo mirándola-¿Qué haces tan lejos de tu sala común?
Se sintió estúpido al preguntar eso, Luna nunca hacía cosas comunes. Desde que la conocía la había visto caminar descalza por los terrenos, hablarle a una pared y colocarle a Ginny y a Hermione dos extraños collares que olían raro.
La miró bien, se había recogido el pelo, y no iba con el uniforme. Llevaba un pijama azul claro, lleno de estrellas. E iba descalza, para variar.
Era rara, muy rara.
-Salí de la sala común para pedirles a los elfos algo de chocolate y cuando he vuelto la pregunta para entrar en la sala era más complicada. He decidido dar una vuelta para ver si consigo encontrar la respuesta.
"Rara, rara, rara" pensó Neville.
-¿Y tú, Neville Longbottom?
Le ponía increíblemente nervioso que llamase a todo el mundo con su nombre y apellido. Además abría los ojos desmesuradamente dándole más cara de lunática. Eso le recordaba a que los elfos también llamaban a los humanos por el nombre y el apellido.
-He perdido la contraseña de mi sala común.
La muchacha sonrió, Neville la miró extrañado.
-Hermione tenía ronda hoy, buscala y que te la diga.
-¿Cómo lo sabías?
-Lo dijo en la biblioteca. Otra cosa que podrías hacer es encantar la moneda del ED para que se apunte la contraseña y cambie cada semana.
Neville abrió los ojos desmesradamente cuando Luna se le acercó de repente y rebuscó en su mochila.
-¿Sabes hacer un encantamiento grabador?
-Bueno… Creo…
Luna rió suavemente y sacó su varita de entre el pelo.
Agarró a Neville de la muñeca y le entregó el galeón, volvió a sonreír como una loca y el muchacho la miró temeroso.
Agitó la varita dos veces contra el galeón y luego miró a Neville.
-Cuando veas a Hermione y te diga la contraseña aparecerá grabada en la parte posterior de la moneda.
-Vaya, gracias Luna, yo…-dijo azorado sonriendo.
-No las des, bueno, se hace tarde, tengo que volver a mi sala y contestar a la pregunta-se acercó un paso más y besó a Neville en una mejilla-Buenas noches, Neville.
El muchacho no se movió de donde estaba, seguía con la mano extendida, los libros por el suelo y la mirada puesta donde Luna se había ido.
Sentía la mejilla calida, justo donde ella lo había besado.
Aquella chica era muy rara.
