Estos personajes no me pertenecen a mi, son del creador de FF VII
Inur
Sucesos en Shinra
Capítulo I
Incidente
- ¿¡Otra vez vienen a por esa cosa? ¡no se cansarán nunca!- dijo Reno, después de oír las noticias que le daba su jefe.
- Sí, ya te digo, esta vez no sé como haremos- respondió el presidente, cruzándose de brazos.
- ¿Ha llamado a Cloud? Quizás podría echarnos una mano
- Si, ya vendrá, ya sabes que ese chico es como es- dijo el presidente, se trataba de un hombre, relativamente joven rubio de ojos oscuros que se encontraba sentado en yuna silla de ruedas, frente a su compañero- Tendrás que ayudarme tú mientras.
- Es un poco cabeza cuadrada. Claro, jefe- dijo Reno irguiéndose al máximo, delante de su jefe. Este era un joven de unos veinte y pocos años, de cabello rojo y ojos verdes, llevaba el uniforme de los Turcos.
- Vale, pues...
- ¿Y qué hago? ¿Me quedo aquí o tengo que ir a algún sitio concreto?- preguntó Reno, mirando a su presidente con curiosidad.
- No, quédate aquí por si vienen y... ¿Rude hoy no está contigo?- el rubio miraba a su compañero, pero tenía la mirada perdida en otra parte.
- Estábamos tomando unas cervezas en el bar, supongo que seguirá por allí. Si quiere lo llamo- Reno sacó el móvil- ¿quiere?
- No, vamos a bajo y nos tomamos algo – el presidente se dirigió a la puerta, necesitaba cambiar de escenario.
- ¿No nos atacaban? Pero bueno, como mande- suspiró y tras unos segundos lo siguió hacia el bar- Si nos atacan ¿No sería mejor quedarnos donde estamos?- sugirió el joven, cuando se subían al ascensor y daban al botón.
- Sí, pero... no soporto estar todo el día en esa habitación sin hacer nada y.... bueno, nos encontrarían de todas formas- respondió el rubio- A demás, necesito hablar con Rude cuanto antes...
Reno suspiró, sabía que no era buena idea, pero ¿qué iba a hacer él? Si su jefe lo mandaba, él no iba a contradecirlo.
El bar estaba repleto de gente, con lo que era imposible encontrar a nadie, por lo menos, al primer vistazo.
- Démonos prisa por fabor, no me siento muy cómodo aquí ahora, creo que sería mejor llamarlo y esperarlo arriba- dijo Reno, un poco nervioso.
Sabía que el presidente sabía cuidarse solo, pero aún así, estaba preocupado y, bueno, le pagaban para eso mismo, para asegurarse que no le pasara nada malo.
- Vale- accedió el presidente tras unos segundos de vacilación- Llámalo.
Mientras, unos metros mas lejos, oculta entre la gente, una figura, miraba la escenita, de los dos compañeros, con curiosidad. Sonrió maliciosamente, mientras se acercaba a Reno y al presidente.
Al mismo tiempo, Reno, buscaba el número de su compañero y se ponía el teléfono en la oreja; esperó un minuto, pero nadie respondió a la llamada.
- Nada, no lo coge, quizás está como una cuba... em... quiero decir....- mientras Reno buscaba la palabra adecuada, la misteriosa figura, se colocaba justo detrás de ellos.
- Cierto- corroboró el rubio- quizás.... ¿Qué pasa Reno?- el presidente miró a su compañero muy sorprendido, pero lo cierto era que desde hacía un rato, notaba una presencia muy cerca de ellos.
- Por cierto, me fastidia mucho que me sigan- cogió su barra paralizadora y se giró hacia la persona que les observaba, apuntándole con ella al pecho.
- No nos pongamos nerviosos antes de tiempo, baja eso o....- sacó un cuchillo de un bolsillo y miró a Reno, desafiante- Dame ...- comenzó la figura con una sonrisa sádica en el rostro, agarrando al presidente por el cuello- acércate y...
- Oye, oye así no se hacen las cosas- dijo Reno- ¿Que te de qué? ¿Me ves con cara de ser un banco?
- No- dijo la figura- dame a Madre o...
- Yo no tengo a MADRE, y menos cooperaré si tienes a mi jefe cogido por el cuello- respondió Reno.
- O, lo mataré- continuó el de antes.
- Lo dicho. Me pongo nervioso y no pienso con claridad, lo sueltas y luego te digo dónde está tu mami- dijo el pelirrojo, poniéndose más nervioso de lo que ya estaba. .
- ¿Y si no lo hago?- preguntó, sin soltar a su víctima- dámela o... despídete de tu jefe
- Te cargarás a tu única oportunidad de que abra la boca- respondió el chico, cada vez más nervioso.
- ¿Enserio? ¿Por qué no vamos a algún lugar donde estemos más tranquilos? Entonces llegaremos a un acuerdo ¿te parece?- dijo la figura, arrastrando al presidente con ella. los guió hasta una sala un poco apartada y cerró la puerta tras de si.
- Dámela, o....- hizo un sonido muy desagradable, mientras señalaba al hombre que yacía a sus pies.
- ¿Tienes cera en los oídos? te he dicho que apartes las manos del cuello de mi jefe? te tengo que hablar en mandarín o qué?- dijo Reno, dando una patada al suelo, frustrado.
La figura sonrió con malicia. Se trataba de un joven de cabello claro y ojos azules.
El presidente, se llevó las manos al cuello, para intentar soltarse, pero no fue capaz, ya que toda su fuerza la empleaba en respirar, así que no pudo librarse de la persona que lo sujetaba.
- No lo soltaré hasta que me devuelvas a mi Madre- dijo el joven- Fue una imprudencia bajar y ahora le costará la vida- rió sarcásticamente- si me la das... yo le soltaré- volvió a reír.
El presidente ya estaba exhausto. Miró a Reno de reojo y, un brillo malicioso asomó en sus ojos. Apoyó las manos en el suelo y, haciendo acopio de todas las fuerzas que le quedaban, se incorporó, dando un fuerte manotazo al aire, mientras se giraba en redondo.
El joven no se esperaba que el presidente intentara algo como eso, en el estado en que se encontraba, así que tubo que soltarlo, para no caerse y protegerse del golpe.
En un acto reflejo, se dio la vuelta y empujó a su agresor contra un sorprendido Reno que aún aturdido por lo sucedido, no pudo reaccionar a tiempo y no pudo hacer más que cerrar los ojos para no ver lo que ocurría. Oyó un golpe y entonces, se volvió hacia su enemigo, con gesto enfadado y sin pensárselo dos veces, saltó contra su enemigo.
Debido al fuerte golpe recibido y a que ya no tenía con que mantenerse en pie, el presidente cayó despaldas al suelo con un golpe seco y un hilo de sangre en la boca. Trataba de recuperar el aliento, pero le costaba respirar.
Reno, aprovechando el hueco entre el presidente y su enemigo, se acercó a él y comenzó a pegarle patadas, hasta que de un golpe, el joven, consiguió hacerlo caer al suelo, junto a su compañero.
- Muy bien. pero ¿y tu presidente? casi se asfixia ¿No deberías estar ocupándote de él?- Reno se volvió hacia el hombre que yacía a su lado- ¿Qué vas a hacer? ¡Vas a intentar acabar conmigo o vas a intentar salvar su miserable vida? Si me hubieras dado lo que te pedía desde un principio, no estaríamos en esta situación ¿No crees? Eres culpable de todos los cargos- sentenció.
El hombre estaba tumbado en el suelo, con una mano en el pecho y los ojos cerrados. Su respiración, casi forzada, podía oírse desde donde se encontraba Reno. El joven se acercó y le puso la mano en el pecho; por lo menos su corazón latía bien.
- Y, por lo que veo, aún no se a recuperado del todo- comentó con una sonrisa maliciosa- ¿No vas a ayudarlo? ¡que mal amigo eres.
- Cállate- dijo Reno, sin apartar la vista del pálido rostro de su jefe- Tú, todo esto a sido culpa tuya.
- ¡Mía! Hasta aquí podíamos llegar. Primero, fue culpa suya porque él insistió en bajar, aún sabiendo que esto podía pasar; segundo, fue culpa tuya porque no lo detuviste y dejaste que lo agarrara por el cuello y tercero, porque no me diste lo que te pedí al principio y por las buenas, y me hiciste usar la violencia y, por todas esas cosas, ha sido culpa tuya- dijo el atacante muy serio- ¡MÍA! anda ya.
- Cierra la boca, joder, te la has ganado, ahora te las tendrás que ver conmigo- el pelirrojo se puso en pie y, tras apartar a su jefe a un rincón, se puso frente a su enemigo en posición de batalla.
- ¡Vaya! Muy valiente, o muy tonto ¿Quieres pelea? ¡Vaya! A ver si duras más que tu amiguito- sacó algo de un bolsillo y lo tiró al suelo, frente a Reno.
El joven abrió los ojos al máximo, había reconocido el objeto, era un móvil ¡era el móvil de Rude!
- ¡Maldito! ¿qué le has hecho?- preguntó el joven, recogiendo el móvil del suelo.
- Tranquilo, sólo está echándose la siesta, calculo que ya se habrá despertado- respondió el otro, dando un salto hacia Reno- Pero tú no tendrás tanta suerte. Dame a mi madre o tendré que matarte...
Reno pudo esquivar el golpe, saltando hacia atrás, pero la alegría duró poco, ya que su enemigo le atacaba sin descanso. Tras recibir un golpe en el estómago, que lo lanzó a unos metros de distancia, el joven cayó de bruces al suelo; por el rabillo del ojo, pudo ver, el cuerpo, inconsciente, de su jefe en un rincón y, en ese momento, comprendió la intención de su enemigo ¡le estaba alejando cada vez más de su compañero! No podía permitirlo, a saber que pensaba hacerle al presidente.
- Ya lo sabes, entréganos a Madre y todo habrá acabado- dijo el joven aciendo jestos para que lo viera- si lo haces, prometo no hacerle ningún daño ¿trato hecho?
- No lo hagas- gritó una voz, al tiempo que otra figura irrumpía en la sala.
Se trataba de un hombre adulto de piel oscura y gafas de sol; también vestía el uniforme de los Turcos.
- ¡Rude!- exclamó Reno- ¿estás bien?- preguntó al ver que su compañero se tambaleaba un poco.
- Pues sí, gracias- respondió Rude- Oh, te dejo solo un minuto y ya te metes en líos puf, aún eres un crío.
- ¿No podrías limitarte a echarme una mano? Ya me regañarás luego- sugirió Reno, poniéndose de nuevo en pie.
- Vale- respondió Rude con un suspiro. Se acercó a su compañero y lo miró- ¿Cuál es la situación actual?
- Pues...- empezó Reno- El presidente...- lo señaló con la cabeza- y yo...- se señaló a si mismo- Ayúdame.
- Bueno, bueno, dos contra uno, no me parece justo. Dadme lo que quiero y me marcharé- dijo la figura, cruzándose de brazos.
- ¿De veras crees que te dejaremos marchar como si nada, después de lo que has hecho?- preguntó Reno, enfadado.
. Reno- comenzó Rude- no lo empeores.
- Soy Kadaj, el hombre que acabará contigo de una vez por todas- dijo la figura, saltando hacia Reno y Rude, cuchillo en mano.
- Se acabó lo que se daba- gritó una voz- Serás tú quien muera- alguien se precipitó sobre el joven, que intentó deshacerse de la persona que lo agarraba.
Kadaj intentó librarse de su agarre, pero lo sujetaban con fuerza. Tras varios intentos; el joven se dio la vuelta y corrió en círculos por la habitación.
Tras mirarse , un poco confundidos, los dos Turcos, decidieron tomar cartas en el asunto.
Mientras, Kadaj, seguía intentando liberarse, sin éxito.
-. ¿Quién eres?- preguntó el joven, dando un golpe al aire, tal y como hizo antes el presidente.
- Soy Rufus Shinra- respondió el otro- mientras los dos forcejeaban frenéticamente.
Al final, Kadaj, consiguió deshacerse de su enemigo, pero este no se rindió; le puso la zancadilla y, Kadaj cayó de bruces a su lado, cosa que Rufus aprovechó para acercarse a él, pero antes de que pudiera hacer nada, el joven se levantó bruscamente y, por la fuerza del golpe, ambos salieron disparados contra la pared.
Al ver que quien los había salvado era su presidente y que ahora luchaba contra Kadaj, Reno y Rude corrieron a ayudarlo, pero antes de que llegaran, el joven, había dado un salto y se precipitaba por la ventana, dejando al rubio en el suelo, con un hilo de sangre en la boca y una mano en el pecho.
- Sólo era un piso ¿estará bien?- preguntó Reno, acercándose a la ventana.
- Sí, por desgracia, y ahora ayúdame ¿quieres?-. dijo Rude, agachándose junto a su presidente- ¿Se encuentra bien?
entre los dos lo ayudaron a limpiarse la sangre que ahora manchaba su camisa.
Rude se lo cargó a la espalda y salió del cuarto.
- Lo siento- dijo Reno- a sido mi culpa.
. No te preocupes- dijo Rufus a media voz, mientras los tres salían de la sala y cerraban la puerta tras de si.
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Bueno un capítulo.
Espero que os guste.
La mitad de este capítulo pertenece a mi amiga Miruru, porque salió de un rol que hicimos.
