IMPORTANTE: Contiene sploilers, así que si no has leído el último libro te aconsejo que no sigas leyendo.
Ahora sí, este es un pequeño drabble de una pareja que llamó poderosamente mi atención estos últimos días. Espero les guste, y que lo disruten. Desde ya, muchas gracias (:
Rojo y verde
A Rose siempre le gustó el rojo, de hecho, era su color preferido. El rojo representaba su casa, la casa de los leones, con la cual siempre se sintió muy identificada. Representaba aquél estandarte de gryffindor colgado en la sala. Representaba las historias que por dieciséis años ha escuchado de sus padres y tíos. Representaba el amor que sentía por su familia, y la sangre que derramaría por ellos.
El rojo invadía su vida, de una manera agradable, pero a la vez avasalladora. Orgullo de su padre, ella defendía con uñas y dientes lo suyo.
Siempre inquebrantable, nada nunca la hacía dudar, siempre segura y dispuesta, siempre inteligente y tenaz –tal como tu madre- solía decirle Ron.
Pero cierto día, el rojo se vio manchado de verde.
Aquél verde, que proclamaba aborrecer, aparecía en su vida una vez al día en los pasillos más solitarios, en las aulas menos concurridas y hasta en oscuros armarios.
Odiaba a Scorpius. Por hacerle sentir todo lo contrario a lo que era y hacer flanquear sus creencias, aunque fuera tan sólo con una mirada.
No sabía cuando todo había empezado, pero ahora, en uno de los lugares más recónditos de las mazmorras, sólo podía pensar en que cada vez lo necesitaba más.
Porque con sólo un roce de labios en su cuello, interrumpía su respiración y aceleraba los latidos de su corazón. El rojo y el verde de sus túnicas se entremezclaban, haciendo que ella odie un poco menos aquél color totalmente aborrecible.
Las respiraciones juntas, las caricias, los besos furtivos, lo delicioso de lo prohibido, la hacían sentir mal, por traicionar aquello en lo que creía, pero a la vez era algo inevitable. Se perdía en sus ojos grises, se deshacía con sus besos y cada vez era más adictivo.
Ambos concientes e inconcientes a la vez de tal locura, no deseaban ponerle freno. En ese momento eran hechos el uno para el otro, el resto del día se odiaban, así como sus apellidos lo demandaban.
Weasley y Malfoy.
Rojo y verde.
Sin embargo, un ruido los devolvió a la realidad, y tras mirarse fugazmente y sin palabras de por medio, emprendieron sus caminos en direcciones contrarias.
Rose llevaba sus mejillas con un leve tono carmín, y su camisa con los primeros botones desabrochados, cuando ve el causante del ruido, su primo.
-Hola Rose, ¿te encuentras bien?- Inquirió al verla así.
-Claro, es que hace algo de calor.- Respondió ella evasiva, ante lo que él alzó una ceja. Probablemente fuera el lugar más frío del castillo.
Ella continuó su camino pensando que el verde no tiene porque no llevarse con el rojo, en realidad, juntos quedan bastante bien.
