¡Fanclere! Esto no estaba previsto. ¡Aún no tocaba! Dadle las gracias a ella, porque yo esperaba este fic para el mes que viene, al menos. Sin embargo, aquí está. ¡Un crossover con Batman! No lo he podido evitar. Me llevaba tirando bastante tiempo, y había que hacerlo.
Tercera Persona
El oro era pesado, pero compensaba ese peso con creces lo mucho que sabían que iban a sacar por él. El atraco no había sido precisamente limpio. Las puertas habían volado por los aires producto del explosivo plástico y la explosión había hecho saltar todas las alarmas. Varios agentes habían muerto durante la huida, pero el premio había merecido la pena. Cientos de dólares en lingotes de oro. Durante el reparto, la tensión se había relajado. Los hombres ya se contaban chistes y comentaban lo que iban a hacer con su premio.
_ ¿Habéis oído eso?...
La conversación se detuvo un instante, mientras los hombres, refugiados en aquella nave industrial abandonada, escuchaban en busca de algún sonido. Sin el menor éxito.
_ Mike… estás oyendo cosas, relájate.
_ Juraría que he oído un ruido metálico._ Insistió.
Pero después de un rato olvidaron aquello, pues no parecía haber ocurrido nada. Hubo un parpadeo de las luces, y se escuchó un leve tintineo.
_ Te juro que estoy escuchando algo._ Insistió Mike._ Voy a ver de qué se trata.
Los otros tres hombres bufaron, pero no dijeron nada en contra. Mike se escurrió por entre los pasillos de la nave, buscando el tintineo. Sus compañeros sólo escucharon un grito por su parte, y antes de que pudieran reaccionar, las luces se apagaron. Esta vez se escuchó claramente el sonido de un motor.
_ ¡Deprisa, el cuadro de las luces!
_ Jefe, hay alguien más aaaaaaaaaaaaahhhhh.
La frase quedó ahogada por un grito agónico, y una vez más, el primer sonido, el metálico, se escuchó, más nítido en las tinieblas. Los dos atracadores restantes tanteaban en la oscuridad. Sin embargo, se vieron cegados repentinamente por los dos faros de un coche. Antes de poder sacar sus armas, hubo un nuevo sonido que cortaba el aire.
Un bumerang que golpeó a uno de ellos en la cabeza y lo hizo caer al suelo. El jefe, viéndose solo, empezaba a temblar. Y finalmente una sombra cayó, suavemente, ante los faros del coche. La sombra de un enorme murciélago, que provocó que el corazón del atracador se saltara un latido.
_ ¡No! ¡No puede ser! ¡El Joker te mató!_ gritó, dando un paso atrás.
La figura se acercó, y más cerca, el hombre pudo distinguir a una mujer. Su atuendo, sin embargo, lo conocía bien. La figura del caballero oscuro era conocido por todo ratero de Gotham. Así como la historia que decía que antes de morir, El Joker había terminado con su vida. Hacía mucho tiempo que nadie había visto a Batman o al Joker. La mujer se acercó, ondeando la capa y a pesar de la resistencia del hombre consiguió reducirlo y tirarlo al suelo, tirando de su brazo, provocando que el hombre gimiese de dolor.
_ ¿Para quién trabajas?_ Preguntó.
La voz de la mujer era profunda, oscura. Helaba la sangre de los que la escuchaban en las venas. El hombre gruñó.
_ Para nadie._ Dijo, intentando zafarse._ Aún.
_ ¿Aún?_ Preguntó la mujer, tirando con más fuerza.
_ Vale… vale… hablaré._ Dijo, tragando saliva._ Harley Quinn. Van a darle el alta. Pensamos que el oro sería un buen regalo de bienvenida… para formar… una sociedad.
_ Harley…_ La mujer habló en voz baja.
_ Ya he hablado… Ahora… suéltame.
Batgirl, sin embargo, no le soltó el brazo directamente.
_ Si descubro que me estás mintiendo, te partiré el otro.
_ ¿El otro?
El hombre recibió su respuesta cuando, de un sonoro movimiento, la mujer le partió el brazo. Gimiendo de dolor, se dejó caer al suelo, mientras Batgirl se apartaba, ondeando su capa.
_ No has cambiado, Batsy…_ Murmuró el hombre._ Harley y su familiar se van a divertir mucho contigo…
La mujer no contestó a la provocación del hombre. Se subió a su batmóvil y abandonó la nave.
_ Señorita Wayne._ Dijo una voz femenina, proveniente de un altavoz.
La mujer pulsó dos botones, y eso provocó que se activara el piloto automático y que una imagen de la batcueva apareciese en el cristal.
_ La policía ya ha sido informada de la ubicación de los atracadores.
_ Gracias, Mallory._ Contestó Batgirl, acomodándose en el asiento.
Se encontraba agotada, aquella noche había sido agotadora. Vigilar no era sencillo. Confiando en el piloto automático, cerró los ojos y se quedó dormida. Fue un rato después cuando abrió los ojos, ya en la batcueva. Bajó del vehículo y se desprendió de la máscara.
Se apartó su melena oscura del rostro y se acercó al ordenador. Mallory no había aparecido por allí, por lo que debía estar en la mansión. Se acercó al ordenador y observó el teclado. Puso sus manos sobre las teclas y se activó el reconocimiento de huellas.
_ Bienvenida, Regina._ recitó la voz del ordenador.
Regina Wayne se sentó en el asiento, suspirando y mirando la pantalla.
_ Ordenador, familiares de Harleen Frances Quinzel.
Regina permaneció en silencio mientras observaba el ordenador. Varias imágenes aparecieron ante ella. Sin embargo, uno por uno el ordenador fue descartando los resultados, por dar por muertas a las personas que aparecían allí.
_ Búsqueda finalizada. Un resultado.
_ Detalles._ Pidió Regina.
El ordenador le mostró la foto de una mujer algo más joven que ella, de cabellos rubios y ojos azules. La mujer miró los datos. El nombre de la mujer era "Emma J. Quinzel". Regina suspiró y se acomodó en el asiento. Dio un leve respingo cuando observó la palabra "Hija", en el apartado de su relación con Harley.
_ ¿Quién es su padre?
_ Desconocido._ Dijo la voz del ordenador.
Sin embargo, Regina sólo esperaba refutar una teoría que había surgido en su mente en cuanto había visto la relación. Por su mente pasó el recuerdo de una risa estridente que se esforzó en rechazar. Sólo había una persona. Una única persona con la cual Harley Quinn habría tenido un hijo.
Emma J. Quinzel
Era el día señalado. Había pasado gran parte de su vida sola. La noche había caído hacía mucho. Aparcó frente al psiquiátrico casi con miedo. Arkham no era un lugar que le gustase visitar, a pesar de que lo hacía todas las semanas. Y mucho menos de noche. Nunca iba de noche.
Pero aquella noche era especial. Era la última vez que visitaría aquella institución. Y esta vez… no se iría sola. Se acercaba a la puerta cuando escuchó un sonido silbante y terminó el recorrido chillando. Eran murciélagos, aquello que más miedo le daba a Emma en el mundo.
Se serenó, recordándose que ya era una mujer adulta, que tenía veinte años y que estaba más que preparada para librarse de unos murciélagos. Me interné en aquel hospital psiquiátrico que más que un centro de sanación, parecía una cárcel para locos sin más. Por suerte en aquel momento casi todos dormían, puesto que Emma recordaba claramente cómo la habían silbado y le habían hecho insinuaciones más que provocadoras en más de una ocasión.
Ella se dirigió directamente a las habitaciones de la zona más asegurada del hospital. Tuvo que hablar con varios guardias para entrar. Pero finalmente llegó a la habitación. Alguien había retirado ya la placa que indicaba el nombre de su madre. Ella abrió la puerta, y encontró a su madre tumbada sobre la cama. Esta vez su cabello era finalmente monocromático.
Se incorporó y tomó la maleta que tanto significaba para ella. Harley era libre y podía irse a casa conmigo, con su hija. Yo me acerqué y le di un abrazo. Durante casi toda mi vida sólo había podido ir a ver a mi madre a aquel psiquiátrico.
_ Vámonos a casa._ Le dije, con una sonrisa.
Harleen Quinzel
Me mantuve en silencio durante el viaje en coche. Emma lo entendió. Gotham había cambiado mucho en el tiempo que había estado fuera. Emma me devolvía las ganas de sonreír desde que la miraba. Tenía unos ojos muy vivos, como los de mi pudin. Le echaba tanto de menos. Desde que él y Batsy habían estado fuera había estado muy sola.
Emma aparcó frente a un bloque de apartamentos y me ayudó a bajar del coche. Era un apartamento grande, pero aun así, confieso que escuchar a los vecinos me molestaba. Me recordaba al psiquiátrico. Emma me dijo que me sentara frente al televisor mientras preparaba la cena. Comida de verdad. Estaba cansada de la papilla del psiquiátrico.
Tomé el mando de la tele y me acomodé en el sofá rojo de Emma. Cogí el mando del televisor, y la encendí. Estaban emitiendo las noticias. Parecía un reportaje en directo.
¿El retorno de Batman?
Me crispé de inmediato al ver ese título bajo las imágenes de una reportera que no conocía. Cogí el mando y subí el volumen, que estaba casi bajado del todo. La periodista hablaba muy despacio, para mi gusto.
_ Así es. Varios testigos afirman haber visto el batmovil circular por las calles de Gotham. Así mismo, se han recibido varias llamadas anónimas dando la localización de varios criminales incapacitados. El ex-comisario, Jim Gordon, confirmó que era el modus operandi que solía ejecutar.
Cerré los puños con intensidad, notando cómo la bilis empezaba a acumularse por mi sangre. No… Batsy había muerto con Mr. J. No podía estar vivo. No podía ser. Me negaba a creerlo.
_ Nos encontramos en la azotea de la comisaría de Gotham, junto a la antigua batseñal. Lleva mucho tiempo inactiva, pero unos técnicos la han revisado y, a espera de más pruebas, se cree que aún funciona. ¿Ha vuelto batman a Gotham? Lo sabremos en unos instantes.
Creía que iba a estallarme la cabeza. No quería verlo, pero al mismo tiempo estaba embelesada mirando la pantalla. Emma se acercó y dejó dos platos sobre la mesilla.
_ ¿Qué haces? Mamá… no debes ver esto.
_ Ni se te ocurra cambiar de canal._ Dije, notando cómo mi voz se subía varias octavas mientras hablaba.
_ Vale…_ Emma estaba asustada, pero yo… necesitaba saberlo.
Regina Wayne
No podía creerme que me pidieran que acudiera sólo para grabarlo en televisión. Y, sin embargo, sabía que si quería que el miedo… el temor a la figura de batman volviese a surgir en los criminales, debía ser así. Debía aparecer, al menos una vez. Ser visible. Y por eso me levanté de la silla, a pesar de estar agotada. Apenas faltaba una hora para el amanecer. Entonces podría dormir.
Me puse en pie y me subí al batmovil. Surqué las calles como si fueran viejas conocidas. El visor de mi traje no hablaba demasiado bien de mis constantes. Cansada… aletargada. El estreno había sido duro. Mallory me pedía que me cuidase, que debía dormir. Pero yo no podía permitírmelo. No tan pronto.
Salí despedida del coche y usé la batgarra para elevarme hasta la comisaría. Aterricé junto a la periodista, fue teatral. Tal como necesitaba.
Harleen Quinzel
_ ¡No!_ grité en mitad del salón, golpeando el sofá._ Tengo que matarla.
_ No… mamá. ¡No puedes hacer esto! ¡Después de todo lo que has trabajado! ¡Tienes que olvidarte de Batgirl!
_ No puedo dejar que Batsy siga por ahí haciendo justicia. Tengo que encargarme…_ Le dije, con la voz cada segundo un punto más aguda._ Tengo que vengar a Mr J.
_ ¡Batman está muerto, mamá!_ Me recordó._ Está claro que es otra persona.
_ Batman nos arrebató a tu padre y a mí el derecho a criarte. Y ahora… se lo haremos pagar._ Le dije.
Me incorporé, pero una tos compulsiva me invadió. Notaba mi cuerpo pesado, incapaz de moverse con soltura.
_ Mamá… estás muy mayor para coger un bate de beísbol y partir cráneos._ Me dijo Emma.
_ Pero tú no._ Le dije, tomándola del cuello de la camisa._ Tienes que hacerlo tú.
_ Mamá… yo no…_ Negó con la cabeza._ Tienes que dejar todo esto, por el bien de las dos.
_ ¡Escúchame bien, Emma!_ Grité, acercándola más a mí._ La sangre de Mr. J corre por tus venas. ¡Tienes que vengar a tu padre!
Regina Wayne
La entrevista había sido dura. Me desplomé sobre mi cama, finalmente libre de la carga del traje de batgirl. Yo en ese momento no lo sabía, pero Mallory había anulado todas mis citas para el día siguiente. Aquella noche iba a dormir sin que nada me interrumpiese. Nada… salvo la estridente risa de mis pesadillas.
