Libérame
'La tristeza reinaba en mi y la inseguridad era su mas fiel aliada; la desconfianza era su mano derecha y mis sentimientos sus prisioneros. Gracias por librarme de ellos'
Era la última línea de la novela que la pequeña Beth tenía en sus manos. Al leerla cerró el libro y suspiró encantada por la maravillosa lectura de la que había disfrutado sentada a la derecha de la cama su abuelo.
Éste mismo estaba convaleciente, no le quedaban casi fuerzas pero así como estaba, intentaba darle a la pequeña una última maravillosa imagen de lo que fueron 73 años de existencia, 73 inviernos en los que el hombre había conmemorado cada uno de sus años con grandes fiestas en su casa al sur de Bélgica. Sus hijos habían vivido en esa casa durante su infancia y adolescencia y en su adultez se habían mudado al centro de dicho país. Los hijos de los suyos no lo veían seguido, pero pasaban más tiempo que sus padres en compañía del jorobado hombre; jugando al escondite o disfrutando de una lectura colectiva.
Pero la pequeña que se encuentra ahora, sentada en lo que podría ser el lecho de muerte de su ser más preciado y amado, era la que en realidad lo cautivaba y lo llenaba de vida por las oscuras y nubladas tardes de invierno. Ellos solían esconderse de Paul, el padre de la pequeña, y leer juntos una historia romántica. Las mismas que Paul escondía ya que no consideraba apropiadas para una criatura de solo 5 años de edad. Así, las semanas, meses y años pasaron a hurtadillas en una esquina de un viejo armario lleno de polvo que los hacía estornudar a ambos.
El viejo calló en cama pero la niña seguía con una sonrisa en su redondo rostro.
'Él se repondrá' solía decirle a su padre cuando viajaban desde la casa del pobre inválido anciano hasta la suya en el centro del país. El mismo parecía no escucharla, estaba sumido en sus propios pensamientos. Sabía que el hombre iba a morir, y todavía no encontraba la forma de decirles a sus hermanos ya que empezaría la lucha para ver a quien se le otorgaban los mejores bienes.
Con un gesto el casi difunto anciano llamo a la pequeña que aún se encontraba allí. La hizo sentarse en la cama, a su lado y lentamente pronunció
'Tu has salvado mi vida de esos opresores, ahora ve y diviértete afuera con tus primos, que dentro de poco estaré yo a tu lado'
Dándole un beso en la mejilla, la dulce Beth dejó la habitación, y en el momento en el que cruzaba el umbral el viejo ya la acompañaba.
