un sentimiento inesperado

nunca pensé que esto pasaría, ¿desde cuando soy tan débil?, yo, Draco malfoy, el príncipe de slytherin , enamorado de la chica mas irritante e insignificante que he conocido, maldito sea el día y momento en que me fije en ella, nunca he sentido algo tan fuerte, la odio, odio que me haga sentir tanta debilidad, y a la vez la amo, amo como nunca lo he hecho, quisiera detestarla tanto como para alejarme de ella, pero ahora me doy cuenta de que solo odias a alguien cuando en realidad te importa.

todo comenzó en el transcurso de una de las clases que mas detesto, no solo porque tengo que estar con el insoportable de potter, sino que también porque tengo que escuchar al inútil de nuestro profesor de cuidado de las criaturas magicas.

— Malfoy!, me estas escuchando? — Hagrid, el profesor de cuidado de las criaturas magicas, estaba realmente enfadado por la insolencia del muchacho

— si, solo que no entiendo de que nos va a servir todas estas estupideces, mi padre quiere que aprenda algo que me ayude en mi futuro, y esto es totalmente inútil!-

— tu padre, al igual que tu, es un ignorante —chillo Hermione, realmente molesta.

los ojos de Malfoy brillaron malvadamente, el no dejaría que una chica de sangre impura insultara a su padre ni a el, pensaba decirle algo realmente hiriente, pero recordó que no estaba sola, a su lado estaban Potter y Weasley, Malfoy no les tenia miedo, pero prefirió esperar a un momento en donde Hermione se encontrara sola e indefensa.

— luego me encargare de ti pequeña sangre sucia, ahora estas bien custodiada por tus amiguitos, ¿no vales por ti misma, verdad?— dijo malfoy con un tono burlón y amenazante

Harry y Ron sacaron sus varitas al unisono mientras caminaban furiosamente hacia Malfoy, Hermione intentaba agarrarlos, pero era casi imposible, ellos no aguantarían mas insultos hacia su mejor amiga.

— retira tus palabras malfoy —grito Harry furioso.

— ya vez Granger, tengo razón —dijo Draco triunfalmente —ni siquiera te puedes defender de un pequeño insulto antes de que tus dos guardaespaldas salgan en defensa tuya.

— ya basta!, les pido que respeten mi clase por favor—dijo Hagrid furioso mirando a los chicos implicados.— hablare con ustedes después de clase, su comportamiento ha sido inaceptable!.

todos en la clase se sorprendieron bastante, nunca habían visto a Hagrid tan enfadado, se estaba volviendo un profesor bastante estricto

los cuatro chicos fueron obligados a quedarse unos minutos extra después de clase, se habían metido en un gran lió, Hagrid estaba realmente enfadado con ellos ya que no era la primera vez que iniciaban una pelea interrumpiendo la clase, era momento de que se disculpen mutuamente por herisrse de aquel modo. hagrid tenia grandes esperanzas de aquella reconciliación, todos podrian ser grandes amigos, pero estaba equivocado, Malfoy era el enemigo de Potter, Weasley y hermione desde el primer curso y seguiría así durante mucho tiempo mas.

— Me rehusó a hacerlo— dijo Hermione con un tono orgulloso — Malfoy es quien debe disculpare conmigo— repuso ella indignada.

"si eso es lo que quiere" pensó malfoy. la verdad, no le gustaba nada la idea de disculpase con una chica como Hermione, pero tenia muchas cosas que hacer, no iba a perder su tiempo con una sangre sucia y con sus pateticos amigos.

— esta bien Granger, lo siento— dijo malfoy rápida y falsamente— ¿puedo irme profesor?-

Hagrid no estaba muy contento con aquella disculpa, pero sabia que no lograría mas ya que hacer que Malfoy se retracte era algo casi imposible, así que accedió a dejarlos ir, pero no sin antes dejarles un pequeño castigo.

—como saben el bosque prohibido está estrictamente fuera de los límites de los estudiantes de Hogwarts, excepto en la clase de cuidado de criaturas mágicas o detenciones, así que como castigo necesito que vayan al bosque a buscar unas cosas para su clase de herbología, en parejas, Ron con Harry y Hermione con Malfoy— declaro Hagrid sonriendo.

Hagrid solo quería formar lazos de amistad, pero sin darse cuenta, formo unos lazos mucho mas fuertes, Hagrid ignoraba que del odio al amor solo hay un paso, y que del amor al odio, un instante.