Antes aclaro, los personajes de Sakura Card Captors no me pertenecen y me disculpo por mis faltas de ortografía


Hace tiempo, en un pequeño pueblo en Japón, la magia se desato. Era una magia pura pero sin un dueño que la controlara era muy peligrosa, esta magia eran las cartas Clow. Creadas por el gran maestro de la magia Clow Reed, cada una de estas catas fue liberada y después capturada por una niña llamada Sakura Kinomoto…pero eso ustedes ya lo saben, esta historia es de esta niña valiente y poderosa que tiene un nuevo peligro acechándola y que amenaza con cambiar todo su futuro. Para que logren entender, empezaremos desde el principio, con los tres medallones de Clow Reed.


En la antigua China, un mago con increíbles poderes se debatía entre la vida y la muerte, ya había borrado las memorias de sus guardianes y los había encerrado, ellos no debían recordar nada o si no el gran destino de su sucesora no llegaría.

Hace tiempo que había recibido una visita de esta pequeña, había visto como su magia había ido incrementado y espió un poco en sus recuerdos para asegurarse de que todo estuviese como debería ser.

-Deberías destruiros, Clow- se oyó una voz a sus espaldas, la voz no indicaba disgusto o enojo, no indicaba casi ninguna emoción solo la emoción de la duda de lo que iba a pasar a continuación-si tu mueres y estos son liberados nuevamente sabes lo que pasara

-De quien hablas, de mis guardianes o de los…-dijo Clow con una sonrisa en la cara, indicando que lo decía como broma o para fastidiar al visitante, pero antes de acabar la pregunta fue interrumpido bruscamente por la voz del hombre.

-No estamos jugando Clow, sabes muy bien que me refiero a los tres medallones que llevas en tus ropas todo el tiempo. Esos tres medallones tienen un poder incalculable; es más, aparte de ti, solo gente con un poder impresionante puede tocarlos, mucho más utilizarlos…pero eso no evita que haya ciertas personas que los puedan utilizar -dijo la voz que a poco caída en el nerviosismo y de igual manera en el enojo, suspiro para calmarse un poco y luego, con una voz ya mar relajada pero aun se oía como estaba tensa, continuo hablando-sabes que ellos no dudaran en arrancártelos cuando mueras

Se oyó una risa leve en todo el lugar, se encontraban en el estudio de Clow, el techo tenia forma de cúpula por lo que lograba que cada palabra se oyera con excelente calidad y de vez en cuando creaba un eco. El salón era un poco oscuro y aun mas ahora ya que el anochecer amenazaba con aparecer, marcando en final de Clow Reed.

Pero este mago no tomaba su muerte como algo malo, si no, lo veía como un cambio. No tenía miedo a la muerte, el iría a las estrellas donde cuidaría de sus herederos, tanto de sangre como de poder

-Lo sé, pero yo no soy quien puede destruir los medallones-dijo el mago cuando paro de reír, su vos no denotaba miedo o inseguridad, denotaba una tranquilidad que significaba que sabía algo más sobre el futuro que rodeaba a estos misteriosos medallones

-Eso es imposible Clow, tú fuiste su creador y tienes el poder de destruirlos-dijo la voz, de alguna manera su voz no era rígida, porque él sabía que Clow no mentiría en cuanto a eso

Un silencio se hiso presente, dejando entender que el no jugaba ni bromeaba.

-Que está pasando por tu mente, Clow-dijo la voz

Todo este tiempo aquel hombre se había mantenido en las sombras, dio unos pasos delante para ver a un hombre muy peculiar, sus ojos eran plateados. Sus rompas eran de negras y plateadas pero con toques dorados. A pesar de haberse revelado, aun no se podía verle con toda claridad.

-No puedo, ni planeo destruirlos. Los medallones no han cumplido su propósito aun-dijo mientras de daba una caja al oji-plateado. Este solo contesto con una mirada confusa y fue recibida por una risa de parte de Clow-tu eres el protector de mi familia y de los medallones, necesito que los mantengas a salvo hasta que sea el momento de que ellos despierten

El protector no tardo en contestar- y cuando se supone que despertaran-dijo el sin dejar de mirar a Clow extrañado

-No dudes de sus poderes, ellos despertaran cuando mi heredero completo tengan la fuerza para controlarlos y destruirlos, tu tarea será cuidar a mis descendientes y los guiaras cuando sea el momento

El hombre tenía muchas dudas pero no le dio tiempo de preguntar ya que los últimos rayos del sol se hacían presentes, declarando lo inevitable.

-Debes irte ya, este lugar no será seguro en cuanto yo muera, debes encargarte de que Las Cartas, Yue y Keroberus lleguen con seguridad a los lugares que te he dicho, cuida de ellos hasta que encuentren finalmente a su dueña- dijo levemente

El protector abrió sus alas y partió, no sin antes mirar atrás. Iba a extrañar su hogar pero debía cumplir con la tarea de proteger la dinastía Clow y también cumplir la misión que le había dado el maestro Clow. Después de esto en su mirada se vio una determinación y fuerza impresionante, sin quitar un rastro de tristeza.

En la casa de Clow, el mago simplemente se sentó en su silla esperando lo inevitable

-Hasta luego mis amigos. Keroberus, Yue, Las Cartas y Dao los dejo en buenas manos- dijo el mago Clow, con una sonrisa en el rostro

Fue cuando el último rayo del día desapareció, marcando el final del hechicero Clow Reed, pero no era un final, era un nuevo comienzo.

CONTINUARA...


Gracias por leer, pronto actualizo

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Dao es un nuevo personaje