Drabble relámpago que se escribió en veinte minutos, con un Sousuke un poco OOC.
•••
Propiedad privada
•••
Propiedad privada. Facultad o derecho de poseer algo; poder completo de una persona sobre algo; – ¿o alguien? – derecho que tienen los individuos y que surgen del fundamento que determina que el ser humano es un ser que "tiene" por naturaleza. Sí, todas definiciones de diccionario que le hacían preguntarse, en ese momento, mientras veía cómo el grupo de harpías se abalanzaban sobre él, si a una persona podía considerársele propiedad privada. Porque él estaba dispuesto a declarar a Tachibana Makoto como su propiedad privada.
Yamazaki Sousuke no era un sujeto posesivo. No, para nada. Simplemente, como cualquier ser humano, defendía lo suyo. Ya había pasado un año desde que él y Makoto comenzaron a salir y, como había sido desde incluso antes de que empezaran a salir, su adorable ángel de ojos verdes estaba rodeado de chicas. Altas, bajas, delgadas, curvilíneas, rubias, pelirrojas, morenas. Era tanta la variedad que cualquier hombre hubiese sentido celos de Makoto. ¡Qué afortunado!, pensarían muchos, pero no Sousuke. Porque Makoto era suyo y de nadie más.
Sousuke continuó mirando a lo lejos cómo esas molestas harpías se aferraban a Makoto, sonreían y lo miraban con adoración. Se moría de celos, sí, pero todo estaría relativamente bien mientras no se sobrepasaran. Siguió supervisando. Ah sí, que todos andaban siempre tras las notas de Makoto en la clase de Anatomía. Estaba bien, no le molestaba que Makoto quisiera compartir su conocimiento. De verdad que no había ningún problema. Pero, un momento. Sólo un momento, eso sí que era un problema. ¿Acaso esa chica acababa de besar a Makoto en la mejilla? ¡Suficiente! Su paciencia se había agotado.
El más alto salió entonces de su escondite, justo en el momento en que la chica que había osado besar a Makoto decía:
—Oye, Makoto-kun, ¿tienes novia?
Makoto abrió la boca para contestar, pero en ese momento Sousuke lo sujetó del hombro para girarlo. Puso una mano en la nuca del castaño y la otra en su cintura. Y simplemente lo besó. Con lengua y todo, dejándolo completamente sin aliento. Cuando se separaron, Makoto tuvo que sostenerse del hombro de Sousuke, su respiración estaba agitada y sus mejillas muy, muy sonrojadas.
—Espero que esto haya respondido su pregunta, señorita —dijo Sousuke. La chica, sonrojada, asintió con la cabeza.
—Ya veo que tienes un novio. Y uno muy apuesto —no faltaron las chicas que, dando grititos como verdaderas fangirls, se pusieran a tomarles fotos, emocionadas. Y, como para complacerlas, Sousuke volvió a robarle un beso a Makoto, antes de alejarse, tomando su mano.
—¡S-Sousuke!
Riendo ante el gesto avergonzado de Makoto, – al haber sido tomado por sorpresa por un Sousuke que no era fanático de las demostraciones de afecto en público – Sousuke lo besó en la mejilla, susurrándole al oído un…
—Te amo.
Fin.
