Capitulo 1
POV Bulma…
Sentía todo mi cuerpo adolorido, como si hubiera corrido en un gran maratón. Abrí mis ojos Perezosamente, los pequeños rayos de sol que se logran visualizar a través de la ventana anunciaban Que ya había amanecido. De hecho, me había olvidado poner la alarma.
¡Genial! Llegaría tarde a la universidad.
Un momento, esta no era mi habitación. ¿Dónde rayos estaba? ¿Por qué las paredes son color
Crema? ¡Mis paredes eran color pistache! Me fui incorporando poco a poco. ¿Desde cuándo mis
Almohadas eran rojas y por qué demonios no puedo levantarme? Sentía una presión en mis piernas, Ladee mi cabeza hacia atrás.
Jadeé, ¡había un hombre! A él, como sea que se llame, solo le cubría la sabana roja que nos
Tapaba a los dos. Tenía su cabeza escondida entre mis piernas y las abrazaba con ambos brazos,
Como si de una almohada se tratara. Era algo tierno, pensé y entonces caí en la cuenta. ¿Qué hacía ese
Hombre aquí? ¿Y dónde se supone que estoy? Un constante zumbido resonó en mi cabeza trayendo
Consigo imágenes borrosas.
¡No puede ser posible!
Eran imágenes de mí, entraba a un bar-casino, vestía un vestido negro entallado hasta la
Rodilla... Entonces, lo recordé. Había huido, de manera cobarde decidí hacer una única maleta y
Escapar, al menos solo por unos días de todos los problemas de mi familia. Nunca me había pasado
Esto, era algo inusual en mí. Jamás fui de esas que se van acostando con cualquiera, mucho menos
Cuando es producto de una borrachera.
Miré, una vez más, al hombre que seguía abrazando mis piernas. Aún no podía observar su rostro.
Me incorporé más para poder verlo, lo único que lograba visualizar era su ancha espalda y sus
Brazos, veía pequeños lunares recorriendo parte de su brazo izquierdo y su espalda. ¿Eso era un
Tatuaje? Una extraña mancha negra sobresalía al lado de...
¡Demonios! A mí qué me importaba si él tenía o no tatuajes.
Tenía que salir de aquí.
Recé mentalmente para que este hombre no se despertara. Decidida, intenté salir de su firme
Agarre que me mantenía unida aún a él, por mucho que intentaba sacar mis piernas, más me retenía
Él. Bufé con desesperación, mientras me dejaba caer en la cama.
Esto era inútil. Quería irme de aquí antes de que él despertara.
No quería dar explicaciones, lo más probable era que este hombre siempre acostumbre acostarse
Con desconocidas, seducirlas, ofrecerles una copa, para luego llevárselas directo a la cama.
¡Demonios! Claro que él lo hacía, de seguro esto era algo cotidiano en su vida. Me incorporé
Nuevamente hacia él para volver intentarlo. En mis labios se formó una pequeña sonrisa. Esta vez, el
Desconocido ni se inmutó cuando logré sacar mis piernas, rápidamente tomé una de las almohadas y la coloqué entre sus brazos, él, de inmediato la abrazo sin darme tiempo a ver su rostro. ¡Increíble!
Me iría de aquí sin saber si era atractivo, pero a juzgar por su muy atractivo cuerpo, tenía mis
Sospechas. Claro, eso sí, él podría tener un cuerpo de infarto y tener una cara de espanto. Elimine ese
Pensamiento de inmediato. Lo mejor era irme de aquí con la idea de que estuve con alguien atractivo,
Pensé acercándome a la orilla de la cama, con mis manos firmes en la sábana cuidando de no
Descubrirme y obvio, sin destaparlo a él.
— ¡Demonios! — maldije en voz baja.
La prueba evidente de lo que había pasado durante la noche, se hallaba en donde minutos antes
Estaba acostada, pequeña, sin pasar desapercibida, una mancha roja se encontraba en la sábana
Blanca.
Si era virgen.
Una sonrisa de tristeza, se forma en mi rostro al recordar a mi abuela Celina, la cual murió hace
Poco por cáncer pulmonar. Siempre me estaba llenando la cabeza con sus cosas de celibato. Para mí
Abuela, era esencial llegar virgen al matrimonio. El único alivio que me quedaba es que no estaba en
Mis cinco sentidos cuando fallé a mi promesa que le hice aquel día en su entierro.
Volví al presente y voltee hacia mi izquierda, no quería que él se enterara de que antes era
Virgen. Así que de una manera bastante infantil, tomé una de las almohadas rojas -que ironía- y la
Cubrí con ella. Sólo esperaba a que este hombre la descubriera después de irme de su habitación.
Sentada en la orilla de la cama, miré mi ropa a unos metros de mí, unas pulgadas más a la izquierda;
Una de mis zapatillas y la otra estaba al lado de la camisa de él. No había rastro de mi bolso. ¿Dónde
Demonios lo había dejado? Esperaba que estuviera fuera de esta habitación, no quería imaginarme
Qué me haría mi hermana menor, Bra o Millk, mi hermana mayor, cuando se enteraran de
Que lo había perdido, ya que era un regalo de ambos.
Agarré mi vestido negro y observando que él seguía dormido me lo puse con rapidez anudando
Los lazos alrededor de mi cuello, caminé descalza hacia mi ropa interior y recogí ambas
Zapatillas. Un rubor se extendió por mis mejillas al ver mi ropa interior rota y al pensar en la
Intensidad de lo que hicimos ambos la noche anterior. Una vez puestas las zapatillas, caminé en
Puntillas hacia el tocador que estaba en frente de la cama. En silencio, me senté en el banco color
Caoba y me observé, mi cabello era un desastre, mi maquillaje estaba corrido y qué decir de mi
Labial rojo, estaba desparramado a los lados de mi boca. Si salía
De esta forma, cualquiera se daría
Cuenta de lo que hice la pasada noche.
Además de perfumes, cremas y... ¿Era eso un perfume de niña? Aterrada miré el reflejo del
Desconocido, él se movió inquieto pero siempre con su cara escondida. Ganas daban de levantarme e
Ir hasta él y alzar su cabeza para poder ver su rostro, pero me arriesgaba a que se despertara.
Y de todos modos, ¿qué le diría? ¡Oh, gracias por la maravillosa noche que para ser mi primera
Vez, no recuerdo si disfrute o no! Desde luego que no, mi plan era salir de aquí sin tener que dar
Explicaciones y antes de que él abriera sus ojos. También, esperaba no haber arruinado ningún
Matrimonio. Dejé las bragas al lado de una crema de él, busqué un peine con la mirada y al no
Encontrarlo, llevé mis manos a mi pelo tratando inútilmente de arreglarlo un poco. Dándome cuenta
que era un caso perdido, desistí de seguir peinando mi cabello con mis manos. Al lado del perfume
para niña (no pude evitar hacer una mueca ante ese pensamiento), había un paquete de servilletas...
Vaya, lo bueno es que seguía en el mismo hotel y no había corrido el riesgo de irme fuera de la
ciudad.
Junto al paquete de servilletas, había un botecito de alguna crema que ofrecía el hotel, tomé una
Servilleta y le eché algo de crema, para poder limpiarme el rostro.
Mientras lo hacía, mis pensamientos al igual que mis ojos, viajaron hacia el desconocido que
Seguía en la misma posición anterior. Me paralicé, mi mano dejó de moverse, cerré mis ojos, conté
Hasta diez y respiré hondo. La resaca me estaba haciendo delirar, no podría ser cierto lo que vi
Anteriormente, me arme de valor y abrí nuevamente mis ojos… ¡Maldita sea, esto no puede estar
Empeorando!
Definitivamente, no estaba delirando. ¿Es que de verdad tengo tan mala suerte? ¿Por qué de todos
los hombres del mundo, justamente con él tenía que emborracharme y terminar en su cama?
Él, era nada menos que Vegeta Ouji.
Sí, se preguntarán ¿y ése quién es? Oh, contestaré esa pregunta silenciosa, es uno de los actores
del momento, una de las mejores adquisiciones que ha tenido Hollywood en esta década, este
actorcito tan sólo tiene veinticinco años y revistas de gran nivel mundial, lo han catalogado como uno
de los hombres más influyentes dentro del mundo del espectáculo. No solo es asquerosamente rico,
sino que él es exageradamente atractivo. Alto, su pelo y ojos eran de un color negro puro, y sus rasgos
faciales tan perfectos en esa piel bronceada. No exagero, incluso en algunas revistas hacen referencia
a que Ouji tiene ascendencia griega, no está confirmado por él, casi nunca habla de su vida
privada.
Está bien, jamás habla de ella. Por ello, sus admiradoras lo consideran un dios griego. Lo sé,
cualquiera en mi lugar estaría saltando de alegría de poder estar cerca de él, pero existen dos
pequeños problemas:
No soy su admiradora y le odio.
Lo admito, eso no significa que no disfrute de sus películas, me he visto todas ya que mi abuelo
Richard tiene todas sus películas (se considera su gran admirador) lo cual es extraño y raro.
He tolerado casi todas, excepto, una donde su actuación se me hizo sobreactuada. No recuerdo su
nombre, pero fue la única película donde Roswell actuaba no sólo mal sino que la trama de la
película no pegaba con él. Interpretaba a un jardinero que se enamoraba de la dueña de la mansión
donde trabajaba, la cual estaba casada. Si, la típica historia de un amor prohibido en la cual ambos
se enamoran y después de mucho drama, acaban juntos y al final lo matan.
Me gustaba más su actuación en películas de acción, era mucho más creíble así, que verlo en esas
Películas con aspecto frágil.
La razón de mi odio por él es..., ladee mi cabeza hacia los lados, no hacía falta recordar aquellos
Tiempos. Me levanté del banco, mientras sostengo las bragas y estuve así, de pie por un momento en
El cual mi mirada pasaba de su reflejo a él. Ouji ni siquiera se había movido, caminé hacia la
única puerta que daba al exterior de la habitación y salí de ahí. No era sólo una habitación, al
parecer él se había alquilado una de las suites del hotel, porque a mi lado izquierdo había otra puerta
blanca. Tal vez sea el baño, pensé acercándose y poniendo una de mis manos en el picaporte, quería
al menos lavarme el rostro había alquilado una de las suites del hotel, porque a mi lado izquierdo había otra puerta
blanca. Tal vez sea el baño, pensé acercándose y poniendo una de mis manos en el picaporte, quería
al menos lavarme el rostro.
Cerrado.
A lo mejor era otra habitación y en ella estaba la niña... ¿Sería posible que Ouji viniera con
sus conquistas al mismo lugar donde está su hija Ni siquiera sé porqué me sorprendo.
La suite era pequeña pero muy espaciosa, había una sala color chocolate, las paredes eran del
mismo color que la habitación de él, también una plasma negra estaba colocada en la pared
horizontal que estaba enfrente de mí, y en el centro había una mesa de cristal ubicada en el centro de
la sala con un extraño adorno arriba de ella. Dejé escapar un suspiro de alivio. Mis hermanas no
tendrían por qué regañarme por perder mi bolso, éste se encontraba encima de la mesa de cristal, lo
tomé con mi única mano libre y me dirigí rápidamente hacia la salida.
¡Perfecto! Mi plan había resultado exitoso.
—Hola.
Mis pies se quedaron clavados en el suelo, todo mi cuerpo se congela al escuchar esa voz, era de
una niña... ¿era posible que sí estuviera aquí la hija de él?
— ¿Eres amiga de papi?
Eso responde a mi pregunta silenciosa. Pero, ¿amiga? Oh, al parecer no me equivocaba cuando
supuse que "el desconocido", frecuentaba beber hasta emborracharse para luego acostarse con
cualquiera. Me giré sobre los talones, la puerta que había intentado abrir antes se encontraba abierta,
pero lo que llamó más mi atención fue la pequeña niña recargada en el sillón, tenía puesto un
camisón de mangas largas color rosado y abrazaba un peluche café claro contra su cuerpecito.
Era preciosa, se parecía bastante a Ouji, excepto sus ojos que me miraban algo cautelosos.
No eran como los de su padre, sino que eran de un colorverde esmeralda, La reconocí, por una fotografía que miré en algún artículo
de una revista de moda, donde acusaban al actor de ser un padre desobligado, ya que la pobre niña
salía toda despeinada y con sus mejillas sucias, además de que él, la cargaba como si la pequeña
Fuera un costal de papas. Vega, seguía mirándome cautelosamente, como si temiera de mí.
Lo que menos quería era asustarla.
—Sí. —respondí mintiéndole. Me sorprendí de mi propia voz. No es que tuviera una voz muy fina
Pero me escuchaba algo ronca, como si hubiera gritado... Ahogué una exclamación de sorpresa, al
Darme cuenta del rumbo que habían tomado mis pensamientos, eran imágenes de Ouji y mías, muy
Subidas de tono.
Ladee mi cabeza hacia los lados tratando de borrar esas imágenes de mi mente, ahora sabía
que ¿Eso
pasó entre nosotros? ¿Estaría recordando por fin o sólo era producto de mi alocada imaginación que
ansiaba...? ¡Alto! No debía pensar en eso.
— ¿Y mi papi?
Mi mirada, que se había quedado pegada en algún punto fijo de la pared, volvió a Vega.
Una
tonta sonrisa se extendió por mi rostro al ver a Vega balancearse de atrás hacia delante,
ocasionando que sus mechones largos se movieran graciosamente hacia los lados. En el momento en que
le iba a contestar, Ouji salía de su habitación con la mirada agachada y abrochándose tan solo los
pantalones negros que se había puesto. Mis ojos se quedaron prendados al ver su torso descubierto,
se notaba que pasaba sus buenas horas en el gimnasio.
A lo lejos estaba consciente de cómo Vega corría hacia él extendiendo sus brazos.
Él ni siquiera se percató de mi presencia, ella abraso sus piernas mientras el le pasaba la mano por sus cabecita, luego la cargo y la abrazo, mientras
. La divertida risa de su hija resonó por toda la sala.
Será mejor salir de aquí. Ahora.
Les miré de reojo dirigiéndome hacia la salida.
—Espera—escucho su voz aguardentosa. Me hago la desentendida—. ¡Te he dicho que esperes!
— ordenó firmemente mientras al mismo tiempo que agarra uno de mis antebrazos.
Me detuve. Al parecer mi intento de huida había fracasado.
— ¿Qué?— pregunté encarándole y levanté mi brazo para deshacerme de su agarre. Mientras él me soltaba con una expresión arrogante, solo era un par de centímetros más alto que yo. Ouji abrió la
Boca para responder, su mirada bajó a mis manos donde la retuvo, cerró la boca... ¿Qué diablos me
Estaba mirando? Me pregunté mentalmente bajando mi vista hacia mis manos.
Trágame tierra. Él, observa mis bragas.
Avergonzada, las escondí rápidamente en mi bolso. Sentía mis mejillas arder, no soy de ésas que
se ponen rojas.
Miré a Ouji, una sonrisa arrogante se fue extendiendo por su rostro, aquellos ojos negros azabaches me
Miraron por un largo tiempo. De repente, bajó su mirada hasta mis zapatillas, la volvió a subir poco a
Poco recorriéndome con ella, el ver como su sonrisa desapareció, me recordaron aquellos momentos
De complejidad que me atormentaron en mi adolescencia. Pensamientos destructores me
Bombardearon al notar la expresión de su rostro cambiar.
— ¡Papá!
Vega que hasta ese momento había estado hurgando no sé qué cosa en un mueble de la sala,
ahora se encontraba al lado de él extendiéndole un papel rosado.
—¿Lo puedo rayar? —preguntó tiernamente.
Ouji le sonrió amorosamente, agarró el papel que su hija le extendía y comenzó a leerlo.
Vega, se quedó de pie ahí mirándole con sus manitas juntas esperando su respuesta.
Hago una mueca de fastidio, a juzgar por el notable color de la hoja, era obvio que era una de
esas cartas de sus fanáticas donde ponen lo típico: ¡Te amo! ¡Sé el padre de mis hijos! ó la peor que
se les puede ocurrir; ¡Cásate conmigo!
Solo esas locas querrían casarse con él porque... ¿Quién en su sano juicio quería someterse a
vivir con este mujeriego por el resto de su vida?
Su expresión cambió, Ouji comienza a arrugar demasiado su frente, como si algo le molestara.
Varias líneas se habían formado sobre ella, dos o tres solamente, no sé exactamente cuántas ya que
otra se perdía en una de ellas. Una prueba de que no era el dios griego eterno que todas pensaban.
—No puede ser — musitó con su vista aun en la hoja —. Debe ser una broma. Una jodida broma
de mal gusto.
Al parecer no le habían gustado las declaraciones de amor de su admiradora.
—No le veo lo gracioso.
—Solo sonreí.
Puse los ojos en blanco. ¿Por qué tenía que ser tan molesto? Ouji yacía sentado en el suelo,
con su espalda contra la pared, sus brazos apoyados en las rodillas y con la dichosa hoja en una de
sus manos, mientras que con la otra se agarraba su pelo desesperadamente.
—No es mi culpa que no te haya gustado la carta de tu admiradora.
Ouji se levantó, por instinto doy un paso atrás.
—Ten— me extiende la hoja —. Ya veremos si te sigues haciendo la graciosita.
Dudosa, tomé la hoja, al ver su rostro serio y que se había cruzado de brazos de una manera
impaciente. No me quedó más remedio que leerla. Suspiré, ni siquiera tenía esa intención desde el
principio, lo único que quería era salir de aquí sin ser descubierta y ahora gracias a mi estupidez de
desperdiciar esos minutos con su hija, tendría que quedarme aquí a leer esta cartita de amor.
—Cómo no lo imaginé —él, me interrumpe—. Tú eres la causante de esta broma.
Y de nuevo con eso. ¿De qué broma estaba hablando?
—si lo que querías era algo de mi dinero.
—No quiero tu dinero.
—Eso dicen todas.
—Te equivocas.
Ouji se hizo el desentendido—.que—Entonces, fama
—Lo que digas —dije ignorándolo y miré la hoja.
Comienzo a leer en voz baja las palabras que estaban dentro de ese marco de líneas negras con
Pequeños corazones negros entrelazados.
Estaba segura que en ella encontraría la razón de su disgusto.
Acta de matrimonio "Ruleta del amor" De Elvis Presley.
Por el poder, que me otorga la ley de la ciudad de las Vegas en el estado de Nevada. De los
Artículos dictados a continuación de la constitución política, sección "Casamiento y Divorcios"
De los Estados Unidos de América:
1. La pareja presente está de acuerdo con esta unión para consolidarse en matrimonio.
2.- Este matrimonio está consumado con bienes separados para evitar discusiones en caso de
Solicitar divorcio entre ambos.
3.-En caso de solicitar divorcio; deberán de cumplir el reglamento dictado por la constitución
Política del país, que se lee en el documento de solicitud.
Yo "Elvis Presley" los declaro marido y mujer hasta que su romance finalice.
Feliz luna de miel
Derechos reservados, capilla "Ruleta del amor".
¿Era broma...? Maldición, ya sonaba como él. Claro que no lo era. La maldita hoja rosa lo
Confirmaba, justo debajo de "los declaro marido y mujer" estaba plasmado mi nombre al lado una
Elegante firma.
¡Oh, por Kami
Me había casado en Las Vegas, completamente borracha con Vegeta Ouji
