El malentendido
Era una mañana tranquila en la primaria South Park, o por lo menos eso pensaba el ingenuo Stanley Marsh, mientras salía del salón de clases acompañado de su buen amigo Kenny. Acababa de sonar la campana, anunciando el final del tercer periodo y, con ello, el inicio del tan esperado receso, no obstante, no se sentía del todo hambriento. Probablemente optaría por dejar en su casillero la bolsa que su madre le había dado al salir por la mañana, o quizás podría tirarla a la basura.
En un cómodo silencio, los dos chicos caminaron hacia sus respectivos casilleros para guardar los libros recién utilizados en clase. Una vez guardados sus libros, Kenny se recargo en el casillero anexo al de su amigo, observando como Stan se perdía en sus pensamientos mientras se ataba los cordones de sus converse. El chico estaba siendo relativamente más lento que de costumbre.
'¿Mph mph mph?' El pelinegro levanto la vista al escuchar la voz interrogante de Kenny a su lado. Asintiendo con la cabeza, tomo su almuerzo del bloque y lo cerró sin cuidado. Por el rabillo del ojo, pudo observar como su amigo llevaba únicamente una manzana para comer. Con una idea en mente, extendió su brazo frente a Kenny y con movimientos apremiantes, le exigió tomar la bolsa de papel que le estaba ofreciendo. Kenny negó con la cabeza mientras fruncía el ceño, el orgullo pintando en su rostro. Stan resoplo con molestia, arrebatando la manzana que llevaba en la mano, dándole una enorme y descarada mordida para después arrojarle su almuerzo al rubio.
'Intercambio, entonces' Decir que la molestia de Kenny podía verse claramente atreves de su ojos azules era un eufemismo, sin embargo, el pelinegro también alcanzo a escuchar un bufido salir de su boca. Stan podía decir que, muy a su pesar, el rubio estaba sonriendo. Esto, aunque le hizo sonreír, no logro sacarlo de su aparente estado letárgico.
Últimamente, Stan no se sentía él mismo, y no conseguía librarse de aquel sentimiento por más que tratará de buscar la causa. No se sentía cómodo con la idea de decirle a Kyle o Kenny sobre ello, mucho menos al idiota de Cartman. Sin embargo, sabía que tarde o temprano se darían cuenta.
No paso mucho tiempo para que los otros dos restantes de su círculo social les dieran alcance, Stan y Kenny haciéndoles espacio para que los recién llegados se situaran en el centro, caminando con paso perezoso por los pasillos de la institución, totalmente sumidos en su propio y profundo debate.
'¡Te lo estoy diciendo, mojón! A nadie le importa el tamaño de tus bolas' Vocifero Kyle, con mirada cansada. Kenny, a su izquierda, secundo su comentario con un movimiento de su nariz. El solo hecho de pensar en la ropa interior del culo gordo le ponía la carne de gallina a cualquiera, no deseaban tener la imagen mental de la bola de grasa desnudo de la cintura para abajo, muchas gracias.
'Lo que pasa es que temes que los demás sepan que tengo las bolas más grandes que tu, judío de mierda' Stan se llevo la mano al puente de la nariz, con aspecto aún más exasperado que el de su súper mejor amigo. Era mezquino que el pelirrojo se dejará llevar por las agresiones de Cartman cada vez que éste se metía con él. Trato de ignorarlos, exhalando lentamente. Kenny, al otro extremo de su grupo, le dirijo una mirada llena de suficiencia, bajando su capucha lo suficiente para dejar entre ver una sonrisa come mierda empezar a dividir su cara. Lucía igual a una persona que tenía conocimiento de algo de carácter importante, confidencial.
'Quizás las tengas más grandes, culón. Pero, sé de primera mano que aquí nuestro pelirrojo favorito la tiene mucho más grande que tu' Cartman detuvo sus pasos, su cara distorsionándose con rapidez, la furia predominando sus facciones. Kenny comenzó a reír a rienda suelta, totalmente satisfecho consigo mismo mientras Kyle solo reviraba los ojos, para segundos después golpearle el hombro a modo de reprimenda. A Stan, sin embargo, no le había hecho gracia en absoluto, ¿Cómo carajos sabía Kenny que, eh, bueno, Kyle la tenía de un tamaño más que decente? Ey, un minuto. Cierra esa línea de pensamiento ¿A él que carajos le importaba?
'¡Cállate, Kenny! Nadie pidió tu jodida opinión' Demando Cartman, empezando a despotricar contra todos.
'¡Chicos, chicos!' Las risas de Kenny cesaron apenas escucharon la voz de Butters irrumpir entre la multitud.
'¿Ahora qué carajo quieres, Butters?' El chico apenas se detuvo, trato de tomar aliento, apoyándose en sus rodillas. Estaba ligeramente sofocado y Stan no pudo evitar notar como Kenny sonreía con cierta simpatía, mientras Kyle y Cartman solo lo contemplaban con poco o nulo interés. Esto solo logro fastidiarlo, Butters era un buen amigo, ¿porque tenían que tratarlo de esa manera? Estaba a punto de reclamarles cuando dicho rubio retomo la palabra.
'Son Tweek y Craig; ellos… ¡ellos se separaron!' El silencio seguido de aquella declaración solo pudo ser comparado con el silencio posterior a la muerte de algún ser querido.
¿Craig y Tweek… se separaron?
Debía ser una jodida broma.
'… ¿Qué mierda?' Soltó Cartman, estupefacto. Butters, de pie frente a ellos se crispo ante sus palabras, bajando la mirada mientras frotaba sus nudillos como solía hacer siempre que algo potencialmente horrible sucedía.
'¡Los escuche en segundo periodo!' Exclamo el rubio con energía, sonrojándose al darse cuenta de las miradas extrañas que empezaban a dirigirse en su dirección por parte de todo el cuerpo estudiantil que se había formado a su alrededor. El cuarteto, guiados por la curiosidad de aquel suceso, asintieron entre sí y, mientras Kenny tomaba del brazo a Butters, los otros tres se aseguraron de mandar a la mierda a cualquier curioso que se les pusiera enfrente, siguiendo al par de rubios hasta el salón de arte, cerrando la puerta tras ellos. Una vez dentro, Kenny soltó a Butters, el pequeño rubio, tratando de explicarse mejor, retomo la conversación con calma a su pequeña audiencia '–oh, hamburguesas– Los dos tienen Literatura conmigo, por eso cuando no los vi juntos en clases, le pedí a la profesora que me dejará ir al baño para salir a buscarlos a escondidas, ¡solo quería ver sí estaban bien para regresar a clase!, y entonces ¡los escuche y…!'
'Maldición Butters, ve al grano y dinos qué carajo dijeron' Cuestiono Kyle, un tanto exasperado de que el rubio no dijera nada consistente. Butters se crispo un poco ante la demanda del pelirrojo. No obstante, este arrebato toco un nervio en el único pelinegro presente, situado solo un par de metros de él; con la mirada, Stan le pidió tranquilizarse un poco.
'Bueno, uh, los dos estaban en una esquina junto a los casilleros y, y escuche como Tweek le dijo a Craig que no quería estar separados, que no soportaría estar solo…' Los ojos de Cartman crecieron el doble de su tamaño, haciéndole gestos al rubio con la mano para que continuara '…Y entonces, escuche a Craig responderle que todo estaría bien aunque no estuvieran juntos' En éste punto, Butters empezó a frotar los nudillos de sus manos mientras sus ojos empezaban a vidriarse, claramente afectado por la noticia 'Después de eso, volví a entrar al salón de clases, oh, hamburguesas…' Finalizo con voz baja, la mirada fija en sus zapatos. Los demás se quedaron en silencio ¿Qué carajos había pasado? Esos dos, en la muy humilde opinión de Cartman, eran la pareja homosexual más adorable de todos los tiempos; ambos se complementaban perfectamente en todos los aspectos. Era inconcebible que algo hubiera pasado entre ellos de la noche a la mañana. Algo había ocurrido, Eric estaba convencido de ello; Butters había dicho que Tweek no quería estar separado de Craig, eso significaba que algo les estaba obligando a separarse. Algo… o alguien. Fue entonces que la realización golpeo a Cartman como una perra.
'Oh, Dios mío. Ahora todo tiene sentido' Declaro, girándose para encarar al pelirrojo junto e él. Todo era culpa de Kyle, esa maldita rata judía era el responsable de que aquella terrible abominación sucediera, no tenía duda alguna 'Sé que tu eres el culpable de que Craig y Tweek se hayan separado ¡Tu, maldito homofóbico de mierda!'
'¿Qué?' Espetaron todos a la vez, incluyendo el acusado. La incredulidad pintaba la cara de todos los presentes, hasta que las palabras de Cartman cobraron sentido en el ojiverde.
¡No soy homofóbico, culón!' Estallo, indignado.
'No trates de negarlo; la primera vez que se supo que Craig y Tweek eran homosexuales el uno por el otro, tú fuiste el primero en negar su relación'
'¿Qué? Eso no es cierto, ¡tu ni siquiera estabas presente en ese entonces!' rebatió, volviéndose hacía Stan '¡Él! ¡Él fue el primero en desacreditar su relación!' Stan frunció el ceño al ser apuntado con el dedo por su supuesto mejor amigo, la traición dibujada en su cara.
'¡Ey! ¡Yo no negué nada! Claramente pregunte, P-R-E-G-U-NT-E sobre ello, pero nada más, ¡Tú fuiste el que lo negó!, ¿cierto, Kenny?' Stan busco apoyo en el rubio junto a él. Kyle no lo iba a arrastrar con él, claro que no.
'¡Mph!' El aludido asintió con la cabeza, siendo imitado por Butters al recordar dicho momento. Kyle los observo a todos, sintiéndose un poco nervioso al percibir el escrutinio al que era sometido. Era cierto, y no lo podía negar.
'Yo-yo, lo que sucede es que tenía mis dudas, ¡todo fue muy repentino y...! Bueno, yo no quise dar a entender que yo tuviera algo en contra de ellos, yo...'
'Ahórrate tus mentiras mal elaboradas, Kahl. Te tenemos, descubrí tu plan, y juro por Dios que no permitiré que una rata judía homofóbica de mierda se salga con la suya' Espeto Cartman acaloradamente, dirigiéndose hacia la puerta sin dejar de observar a todos en el aula 'Butters, tendrás que ayudarme. No podemos permitir que algo tan puro y hermoso como el amor de Tweek y Craig sea destruido por este intolerante'
'E-Estoy muy decepcionado de ti, Kyle' Dijo el pequeño Butters con el ceño fruncido, totalmente convencido de las palabras del castaño. Ambos chicos se marcharon, dejando al trió sumergidos en un dramático e incomodo silencio, perturbado únicamente por el supuesto causante de todo aquel embrollo.
'¿Qué?'
Y Stan creía que su mañana había empezado tranquila.
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No tenía hambre, su único anhelo era una humeante taza de café para calmar sus nervios. Se sentía intranquilo, lo cual era totalmente ridículo, lo sabía. Pero no podía evitar sentirse de esa manera. Trato de recordar las palabras de Craig, todo iba a estar bien. Él iba a estar bien…
¡Al carajo, él no estaba bien, tenía un chingo de miedo! ¿Y si realmente tenía sarampión? ¿Qué tal y tenía alguna exótica o rara enfermedad de la cual nadie sabía nada? o ¿qué tal sí la enfermera era nueva en la escuela, o estúpida como la mierda? Seguramente era alguna espía del gobierno enviada para drogar y secuestrar niños con relaciones homosexuales para hacer experimentos con ellos. Espera, no, eso no era posible. Su imaginación otra vez le estaba haciendo pasar un mal rato. Inhalo aire lentamente, tratando de tranquilizarse. Iba a estar bien, él iba a estar bien.
'Sigues donde te deje' Dijo una voz monótona a poca distancia de él. Tweek, con una sonrisa en la boca, rápidamente dirigió la mirada al pelinegro, su estrés anterior completamente olvidado al notar como éste tomaba asiento junto a él con una pequeña sonrisa adornando sus labios 'Eres un pequeño idiota obediente, después de todo' comento a modo de broma, mientras tomaba la pequeña nariz del rubio entre sus dedos, burlándose de su novio. Tweek no tardo en tratar de zafarse del agarre, a pesar de que la sonrisa en su rostro dictaba todo, menos molestia.
'El idiota eres tú' apunto mordaz, tomando la muñeca de Craig y logrando su cometido, no obstante, en lugar de soltarlo, deslizo sus dedos por la palma contraria, entrelazando los dedos de ambos. Se sentía tibio, siempre se sentía tibio. De pronto, contemplo como Craig le tendía un termo de metal, el cual tomo con absurda rapidez, arrepintiéndose a los pocos segundos que el líquido se deslizo por su garganta 'Eww- esto es café descafeinado, Craig'
'¿En verdad pensaste que te daría café regular? Que poco me conoces, Twee' El pelinegro lejos de ofenderse por la reacción del rubio, le causo gracia. Había observado silenciosamente como éste pequeño con grandes e ingenuos ojos se maravillaba al contemplar el termo térmico frente a él dándole, momentos después, un largo sorbo y descubrir, para su total desagrado, que el contenido del envase era mierda con sabor a blasfemia. Cada pequeño gramo de gratitud en sus ojos verdes y brillantes se diluyo lentamente, su nariz, ligeramente enrojecida por la acción cometida minutos atrás, se fruncía en infinito disgusto. El maldito hijo de puta era jodidamente adorable.
'¡P-prometiste no volver hacer eso!' Craig se encogió de hombros con simpleza, su pulgar dibujando círculos imaginarios en el dorso de la mano de su novio. El enojo –sí es que alguna vez existió- de Tweek se disipo ante aquel toque.
'Sabes que la cafeína no es buena' Recordó Craig con aire ausente, acercándose más al otro chico '¿Me tarde mucho?' Esta vez, su voz salió en un susurro, su rostro inexpresivo demostrando ligera preocupación. Tweek, consciente de esto, le sonrió con calma.
'Solo lo suficiente para extrañarte' Vale, que eso había sido cojo como la mierda. Tweek lo sabía, por ello no pudo evitar el rubor que pronto floreció en sus mejillas. Craig no tardo en desviar la mirada, no pudiendo soportar esas extrañas sensaciones que lo abordaban cada vez que alguno de los dos decía algo tan intimo, no obstante, pronto volvió su ojos al rostro frente a él; le agradaba observar las reacciones de Tweek cuando se avergonzaba por algo embarazoso, más cuando el algo embarazoso lo causaba él mismo.
'Eso es tan gay' comento, satisfecho al notar como el sonrojo brotaba con mayor fuerza de las mejillas pálidas de Tweek. Sin embargo, aquella declaración le hizo acreedor de un golpe en el hombro. Un puto, muy jodido, golpe en su hombro. Se río, ligeras carcajadas salieron de su boca mientras se tallaba el área afectada con su mano libre 'Ey, lo siento, ¿está bien?' No estaba bien, lo podía ver en la mirada endurecida de Tweek y sí no fuera porque el sonrojo aun persistía en su cara, el rubio se vería jodidamente intimidante. Borro cualquier rastro de diversión en su persona y, alzando las manos aun entrelazadas, beso los nudillos blanquecinos de su pareja. Podía asegurar que de ser posible, Tweek estaría echando humo por las orejas en ese momento. El sonrojo se había expandido a través del puente de su nariz y, con el afán de calmar sus nervios, había empezado a roer su labio inferior con insistencia. No iba a negarlo, él también podía sentir su propio bochorno atravesar cada palmo de su cara, calentando la piel de sus pómulos, siendo muy consciente de sí mismo y de cómo sus ojos no podían apartarse de aquel labio húmedo y enrojecido siendo torturado por un par de dientes nacarados. No sabiendo que más hacer para terminar con aquel cursi e incomodo momento, opto por lo que cualquier chico de once años –orgullosamente recién cumplidos- haría en su lugar; volvió a apoderarse de la nariz de Tweek, sacándole una carcajada el rubio.
Y fue en ese ínfimo segundo en que Tweek recordó que, a pesar de tener que ir a la enfermería para que lo atendiera una malvada enfermera de dudosa procedencia –y con extrañas intenciones-; a pesar de tener que separarse de Craig y enfrentar a dicha mujer por su propia cuenta, sabía que podría hacerlo. Porque Craig le aseguro que todo estaría bien, y que a pesar de que no estuvieran juntos dentro de la misma habitación, él estaría esperándolo fuera.
Él podía hacer eso y más, porque Craig creía, y confiaba en él.
Háganme saber sí es lo suficientemente aceptable como para continuara.
Gracias.
