Los personajes de Naruto son de Masashi Kishimoto y la historia la saqué de la película "La novicia rebelde".

La novicia rebelde.

Capítulo 1: Salir al mundo.

Ese día era diferente. Era un día muy soleado, las hojas de los árboles, esparcidas por el pasto daban a entender que ya era otoño. El cielo estaba muy azul y despejado, salvo por alguna nube que parecía caminar por causa del viento que, por momentos soplaba fuertemente resultando fresco a quien lo sintiera.

En la cima de esa montaña había un pequeño río que serpenteaba hasta llegar al pequeño pueblo que se extendía a sus pies. Había flores de todos los colores: margaritas, tulipanes, orquídeas, campanitas, narcisos y algunos dientes de león que se desojaban cuando soplaba el viento. Todas ellas despedían un aroma que hacía más hermoso aquel lugar; pero en aquel momento no era un lugar tranquilo porque una joven paseaba por el lugar recogiendo algunas flores mientras cantaba o miraba desde la cima de la montaña el paisaje que se extendía a sus pies: las casas del pueblo que parecían de muñecas, el río que pasaba junto a ellas, el patio del convento y el camino de árboles que llevaba hacia la entrada del pueblo.

Sakura Haruno, una joven de veinte años, le encantaba ir a ese lugar y disfrutar de aquella vista. Era delgada, de piel blanca, de extraños cabellos rosas, herencia de su abuela paterna, ojos grandes y verdes, alta, con una boca roja y chiquita que la hacían parecer una muñequita.

Ese día se había despertado con la intención de realizar sus tareas del día y, en vista de que ese día era más lindo que los demás no pudo resistirse a escapar a su lugar favorito desde que era una niña. No se dio cuenta del tiempo transcurrido hasta que las campanas comenzaron a repicar y el cielo a oscurecer. Otra vez se le hizo tarde. Otra vez había roto las reglas. Preocupada, comenzó a correr colina abajo en dirección al pueblo que se erguía al pie de la colina.

En el convento del pueblo era la hora de la misa de la tarde. Todas las monjas se encontraban en la capilla principal rezando. Una vez terminadas las oraciones era la hora de la cena.

Un grupo de ter monjas caminaba por el extenso pasillo en dirección al comedor. Una de ellas era blanca, de ojos café oscuro que denotaban cansancio; la otra ya era mayor, tenía arrugas por todo el rostro, de ojos negros y bondadosos y la tercera era más joven, que tenía ojos azules y rasgos toscos. Lo demás no podía apreciarse ya que traían los hábitos.

De pronto llegó del lado opuesto del pasillo una Hermana.

—Madre Superiora—dijo la Hermana con voz entrecortada, dirigiéndose a la mayor de las tres.

—Hermana Aiko—respondió la Madre Superiora, invitándola a que hablara.

—No puedo encontrarla—dijo con desesperación la Hermana de ojos verdes.

— ¿A Sakura?—pregunto la Madre, sabiendo ya la respuesta a esa pregunta.

—Ha desaparecido de nuevo. La he buscado en todos los lugares posibles, pero no logro encontrarla—dijo Aiko con desesperación.

—Tratándose de Sakura hay que buscarla en los lugares imposibles.

La joven, después de una reverencia se fue del lugar.

—Espero que esto disipe sus dudas sobre el futuro de Sakura aquí—dijo la Hermana más joven de las tres—. De todas las aspirantes al noviciado, Sakura es la menos…

—Hermana—interrumpió la Madre Superiora—, quiero confiar en la vocación de las aspirantes al noviciado, incluyendo a Sakura —y tras meditar unos instantes continúo—. Pero creo que ya sé que tarea le voy a encomendar para que ella se descubra a sí misma.

— ¿De qué se trata, Madre?—inquirió con interés la Hermana de ojos café oscuro que hasta entonces había estado al margen de la conversación.

—Mañana lo sabrán…—respondió la Madre pero no pudo continuar porque en ese momento vieron pasar corriendo a Sakura, que se detuvo al momento de verlas.

— ¡Oh, Madre Superiora, lo siento tanto!—dijo Sakura entrecortadamente por tanto correr después de una reverencia—. Sé que no tengo excusa y que volví a romper las reglas pero no pude evitarlo.

—Hablaremos mañana temprano de algo importante, ahora es mejor que vaya a acostarse—dijo la Madre Superiora con voz autoritaria.

—Está bien, con su permiso—se despidió Sakura para luego besar la mano de la Superiora e irse.

Sakura se fue preocupada. Sabía que iba a recibir un castigo por sus actos pero, ¿y si la corrían? Eso le asustó. No quería irse de ese lugar, desde niña había deseado ser parte del convento, además no podía regresar a su casa. Después de rezar se fue a la cama y durmió profundamente.

A la mañana siguiente se levanto temprano como de costumbre. Luego de rezar se fue al comedor a desayunar, al término llegó una Hermana avisándole que la llamaba la Madre Superiora; preocupada se dirigió a su despacho.

Cuando llegó tocó suavemente la puerta y entro al obtener permiso para entrar. Se dirigió a la Superiora y le besó la mano.

—Sakura, creo que ya sabes de qué quiero hablarte—le dijo la Madre Superiora tras sentarse Sakura.

—Sí y lo siento mucho—comenzó a decir Sakura rápidamente, temiendo que la Madre Superiora la detuviera—. Sé que siempre rompo las reglas pero no lo hago a propósito…es solo que ayer el cielo estaba tan azul que no me pude resistir; las montañas me llamaban y no me di cuenta del tiempo transcurrido. Lo siento Madre—Sakura arrepentida, agachó la cabeza.

—Acepto tus disculpas si eso te hace sentir mejor.

—Gracias Madre.

—Pero ¿tuviste en cuenta que pudo pasarte algo?—preguntó la Madre Superiora en tono duro.

—Nunca podría pasarme algo ahí, Madre—replicó Sakura—; me críe ahí. De niña me subía a los árboles y miraba por mucho tiempo el patio del convento, escuchando a las Hermanas cantar y anhelaba estar aquí.

—Sakura, cuando nos veías y anhelabas estar con nosotras—inquirió la Madre Superiora con curiosidad—no significaba que estabas preparada para esta vida, ¿verdad?

—No—respondió Sakura confusa—; pero oro y me esfuerzo y estoy aprendiendo.

— ¿Qué aprendiste aquí?

—Descubrí la voluntad de Dios y hacerla de todo corazón.

—Sakura, parece ser la voluntad de Dios que nos dejes.

— ¿Irme?—preguntó Sakura alarmada.

—Sólo por un tiempo—la tranquilizó la Madre.

— ¡No Madre! ¡No me pida que me vaya! Pertenezco a este lugar. Es mi vida—imploró Sakura.

¿Estás realmente preparada?—preguntó la Madre parándose de su silla y dirigiéndose a Sakura.

—Sí, lo estoy—replicó Sakura, volteándose en su silla hacia la Madre para verla.

—Si sales al mundo un tiempo sabiendo lo que esperamos de ti, sabrás también lo que puedes esperar de ti misma.

—Sé lo que esperan de mi Madre y ¡lo puedo lograr! ¡Se lo aseguro!—dijo Sakura convencida pero tuvo que darse por vencida al observar la mirada severa de la madre y dijo derrotada—. Si, Madre. Si es la voluntad de Dios.

—Una familia necesita una institutriz por tres meses para cinco hijos—le contó la Madre, recuperando su tono amable—. La institutriz tuvo que irse porque su madre se puso mal y no regresará hasta ese tiempo.

— ¿Cinco hijos?—preguntó Sakura asombrada.

— ¿No te gustan los niños?

—Claro que sí, pero ¿cinco?

—Le diré al señor von Uchiha que irás mañana—después la Madre Superiora se dispuso a escribir una carta.

Cuando terminó la contó a Sakura:

—El señor von Uchiha es un capitán de la Marina Imperial retirado. Él y su esposa se irán de viaje por dos meses; en realidad sólo tendrás que cuidar a tres de ellos ya que los mayores se casarán pronto y no pueden cuidar a sus hermanos por los preparativos, así que no te preocupes. Son personas muy generosas.

—SÍ, Madre.

—Sakura, no te dejaría ir si no supiera que vas a estar bien—le dijo la Madre con ternura—. Cuídate mucho y no te preocupes, el Padre Sarutobi y yo estaremos al pendiente de tu madre y de tu hermano. Ahora, retírate. Tienes que preparar tus cosas porque mañana te irás temprano.

—Sí, Madre. Muchas gracias—y tras besarle la mano Sakura se retiró de su despacho.

Espero que les guste la idea y el primer capítulo del fic porque siento que fue mucha narración y no quiero que sea tedioso.

Esta historia sé que tal vez no sea la mejor, pero lo hago porque me gusta y eso me distrae en cierta forma, así que espero que a alguien le agrade =)