Esto es una traducción, la historia original no es mía, pertenece New Neon, y sí, pedí permiso para hacer esto. Es mi primera traducción, así que veamos que tal…

Sanji nunca quiso casarse con ese bastardo de Zoro, era una cosa completamente política. El reino de Baratie necesitaba alianzas más fuertes y sus vecinos inmediatos o estaban aliados en su contra o ya lo estaban con Baratie. El país de Shimotsuki estaba muy lejos, un viaje de un par de meses, y hasta hacía unos meses Sanji nunca había oído hablar del lugar.

La posición de su padre era firme con respecto a su matrimonio ya que sus tierras se unirían permanentemente. Shimotsuki era una nación de guerreros, pero carecían de buenas fuentes de alimentos, lo que limitaba sus poderes militares. Por otro lado, Baratie tenía muchas tierras, aunque abundantes criminales y demás que no estaban capacitados para las labores militares organizadas. No era que su gente no fuera habilidosa o estuviera bien entrenada, los países que habían intentado conquistar Baratie bien lo sabían. Los baratianos eran gente terca y poco organizada que se caracterizaban por defender lo que era suyo, minuciosos expertos en la batalla de guerrillas. Con el poder de sus culturas y tierras combinadas se convertirían en una enorme potencia.

Todo aquello parecía fallar cuando se consideraba que las dos partes en su matrimonio eran masculinas, lo cual no produciría herederos naturales y ni siquiera se habían conocido o visto antes de la boda. La ceremonia, por supuesto, fue un asunto delicado. Sanji hizo su parte como era habitual, pronunciando sus votos ante dios para honrar a su pareja y mantener los votos verdaderos etc., pero la gente de Zoro eran ateos proclamados y no pudieron convencerle de que jurara nada ante dios. Toda la ceremonia fue una mezcla incómoda de culturas y tradiciones que prometían una dosis de vergüenza para él y para su nuevo marido.

El padre de Sanji el rey, y el de Zoro el emperador, decidieron que vivirían cinco meses en un país y cinco más en el otro junto con los dos meses de viaje entremedias más o menos equivalente a Zoro pasando los primeros meses de su matrimonio lejos de su familia, una posición que Sanji no envidiaba pero que tendría que afrontar tarde o temprano.*

Al lado de Sanji estaba su traductor, Usopp, y al lado de Zoro su traductora, Robin. Esa era otra traba en su matrimonio, ninguno de los dos hablaba el idioma del otro. Por suerte, Sanji había crecido como un buen amigo de Usopp, así que confiaba plenamente en él.

Los cuatro estan solos por primera vez, Zoro y Robin a un lado de la mesa, ambos estoicos e imposibles de leer, Sanji y Usopp en el otro lado.

Robin miró a Zoro un momento antes de probar un par de lenguas antes de encontrar la que Usopp reconoce. Sanji, por desgracia, no la reconoce y por su cara Zoro tampoco. Los traductores conversan brevemente y sonríen a sus respectivas realezas. Zoro parece enfermar fácilmente por la sonrisa de Robin.

"Hemos decidido que vamos a trabajar juntos para enseñaros el idioma del otro. No traduciremos nada para vosotros si no es un caso excepcional. Os diremos que decir y lo diréis. Así aprenderéis y os conoceréis el uno al otro" dice Usopp alegremente.

Sanji mira a Usopp con una mirada llena de estupor. La expresión de Zoro cambia a un ceño y Sanji no tiene que pensar mucho para saber que Robin le ha dicho lo mismo.

No hay forma de que esto funcione.