La Primera Vez…

Había una vez, a las afueras de una pequeña ciudad, llamada Mahoroba, no muy lejos de la capital, Tokio.

Allí en aquel tranquilo y mágico lugar, estaba situada una gran mansión.

Aquella fina y estética edificación, era casi un verdadero palacio, los alrededores eran rodeados por arboles y grandes espacios verdes.

Contaba una cancha de tenis, una piscina, un establo con caballos pura sangre y, tal vez lo más espectacular; un mirador, desde el cual se puede apreciar la ciudad entera, allí los atardeceres y la salida de la Luna son asombrosos, ante la vista del privilegiado espectador.

Esa bella arquitectónica, pertenece a una de las familias más importantes y nobles del Japón; Los Himemiya.

El matrimonio Himemiya, lo tenía todo:

Dinero, fama, prestigio, nobleza, una empresa exitosa, amor y, claro, su más grande tesoro, su amada hija Chikane Himemiya.

Una bella niña de largos cabellos azulados y ojos reflejos del mismo cielo, de piel tan blanca como la nieva, una verdadera Diosa Terrenal.

Inteligente, noble, elegante, educada, amada, desde su nacimiento lo ha tenido todo.

Y ahora en su adolescencia, capaz de captar la atención de propios y extraños, hombres y mujeres por igual.

Pero a pesar de que lo tiene todo, su corazón es un pedazo de hielo, la piedra mas dura.

De personalidad distante, cortante, fría, misteriosa y un gran toque de elegancia.

Siempre atrayendo las miradas y suspiro de cualquiera que en su camino se cruzase.

Pero nunca ha habido alguien que capte su atención, sus miradas, sus sueños, ilusiones, pasiones, celos o su simple atención.

Para muchos: la Dama Perfecta.

Para otros: La Típica Niña Rica y Mimada.

Y para unos pocos, de hecho solo para una persona: una chica de tan solo 16 años, que tiene soledad y la enorme carga de tener que ser perfecta todo el tiempo.

Aquella persona, es la única que logro romper esa dura roca, derretir aquel enorme trozo de hielo, en que su corazón estaba convertido.

El único ser capaz de captar su atención, hacer explotar cada uno de sus sentidos al máximo, de lograr que la ternura, la dulzura, los celos, la rabia, la furia, la felicidad y miles de sentimientos nuevos, salieran de aquella chica perfecta.

Lograr un remolino de confusiones, de pensamientos, de anhelos de poseer lo prohibido, de proteger, de sentir dependencia hacia alguien que no era ella misma.

Esa persona no era otra que: Himeko Kurusugawa.

Una niña de cabellos dorados y ojos del color de la amatista.

Tímida, un poco torpe, despistada, insegura, débil, llorona y frágil.

Pero con el corazón más noble y puro que un humano pueda poseer, capaz de perdonar lo imperdonable. Que solo alberga sentimientos bueno e incapaz de guardar rencor o alguno sentimiento semejante.

Esa "chiquilla", sin talento alguno para sobresalir, común, ordinaria, sin familia, sin prestigio, sin fama, sin ningún talento mas que el de convertir oxigeno en bióxido de carbono, en fin sin nada espectacular.

Logro – sin proponerse, esperarlo o imaginarlo – lo que miles a través de declaraciones, regalos, y cartas trataron de obtener desesperadamente: El Corazón de Chikane Himemiya, la chica perfecta, la talentosa, la hija de la más noble familia del Japón.

Así fue como aquella niña, sin buscarlo, proponerse, imaginarlo ni siquiera anhelarlo, conquisto, robo y apreso el corazón la perfección hecha mujer.

Como el destino no es cruel, hizo que ese "amor prohibido" fuese correspondió.

Por que sin esperarlo Himeko Kurusugawa, cayó en el hechizo de esa perfecta chica.

Al igual que muchos otros, solo que con la diferencia de que, ella logro ser correspondida con la misma fuerza e intensidad.

Y esa fue la primera vez que alguien logro obtener el corazón de "La Chica Perfecta".

Pero irónicamente, fue la primera vez que esa "Perfección", estallo cual vidrio roto por una piedra, en miles de pedazos.

Pero no fue la primera vez que lo imposible fue posible.

Fin