Disclaimer: No poseo derechos sobre Naruto, Gaara, Lee, Neji ni ninguno de sus personajes. Pertenecen a Kishimoto.
Palabras y términos en japonés explicadas al pie.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------
Avanzaban entre las dunas bajo el cálido sol del atardecer, dando gigantescos saltos sin emitir apenas sonido alguno. Solo arena, en todas las direcciones. Los dos shinobi de Konoha llevaban ya tres días de viaje, y sentían la necesidad de descansar finalmente en una habitación bajo techo, en un cómodo futon, para poder reponer fuerzas.
-"Ya estamos cerca. Puedo ver la aldea más adelante."
-"Entendido."
Aún así, ninguno de los dos era el tipo de persona que reconocería su cansancio. Orgulloso por su ascensión a jounin, Hyuuga Neji conocía sus responsabilidades como líder en una misión y jamás hubiera dado a su equipo un mensaje de cansancio o debilidad, puesto que es responsable de exigir siempre lo mejor de sí mismo y predicar con el ejemplo. Esta vez su grupo estaba complementado por un único y energético chuunin: conocido como "la hermosa bestia verde de Konoha", el shinobi Rock Lee. Éste último no se reconocería algo de cansancio ni siquiera a sí mismo. Siempre estará orgulloso de saber que es uno de los pocos elegidos, capaces de alcanzar Sunagakure en tan sólo un día y medio.
Mantener el paso veloz en el desierto estaba empezando a volverse bastante agotador, pero mientras el sol finalmente se perdía despacio por entre las dunas del horizonte, se empezaban a divisar las gigantescas paredes que amurallan la aldea oculta más importante del país del Viento. Allí aguardaban pacientemente su llegada el Kazekage, sus hermanos y otros tantos regidores.
Gaara se encontraba sentado en su despacho, contemplando las primeras estrellas aparecer a través de las pequeñas ventanas circulares, ventanas por las cuales entraba la única luz que alumbraba la habitación. Hacía tiempo que había logrado convertirse en Kazekage con su esfuerzo y voluntad; así tambien, hacía tiempo que Shukaku había sido arrancado, robado de su cuerpo. Las cosas habían dado un giro crítico en su vida desde que formó parte del intento de invasión a Konoha, hacía más de tres años. Pero la memoria, sus recuerdos seguían allí intactos, recuerdos que fueron su principal enemigo durante esos años de reafirmación y de logros, recuerdos que lo seguían atormentando cada noche aún hasta ese día, recuerdos de odio, de muerte y en cierta forma, recuerdos de unos oscuros y poderosos celos, fuertemente arraigados a su pecho, cada vez que veía en otros lo que él no podía alcanzar con sus propios brazos.
Para poder soportar la locura, llegó a un primer acuerdo consigo mismo. Tendría que aceptar todas las muertes que había provocado. No había vuelta atrás para aquellos que habían abandonado este mundo bajo la impía presión de su arena maldita, no había nada que él pudiera hacer para ser perdonado, más que seguir viviendo y dedicar todo su poder a salvar nuevas vidas, esperando que algún día su alma sea salvada. Respecto de aquellos que habían sido heridos, pero que seguían con vida e incluso le dieron una oportunidad de comenzar un nuevo camino: Por ellos sí que sería capaz de hacer lo que fuera necesario.
El primero en abrir sus ojos y tenderle su mano había sido Uzumaki Naruto, aquel shinobi inquieto de cabello rubio como el sol y profundos ojos azules que hizo lo imposible por rescatarlo del abismo en que él mismo se había sumido tiempo atrás. Gaara ya había pedido su perdón, y las disculpas habían sido aceptadas por Naruto, aunque los sentimientos de Gaara aún lo hacían pensar que jamás terminaría de perdonarse a sí mismo. No fue tan fácil obtener el perdón de otras personas, por lo general mucha gente no podía entender la presión y las circunstancias bajo las cuales se había criado Gaara. Existían quienes aún lo veían como a un monstruo, pero su número se había reducido considerablemente.
De todas las cosas que tenía pendientes, había una que lo molestaba desde hacia mucho tiempo. Había habido una situación en la que se había rebajado suciamente a intentar asesinar a sangre fría a una persona que, no sólo no se había enfrentado a él en combate, sino que ni siquiera se encontraba consciente en aquel momento. Esa misma persona había puesto su confianza en él más tarde, lo había considerado un compañero, un igual, y había luchado a su lado. Desde entonces volvió a cruzarse en su camino en un par de ocasiones, pero jamás tuvo el tiempo ni el coraje como para confesarle aquello que lo perseguía en sus pensamientos.
Mientras miraba como nuevas estrellas comenzaban a aparecer en el cielo, se preguntaba si sería ésta la vez en que podría hacerlo finalmente. A sólo unos minutos de allí, los dos shinobi de Konoha se identificaban ante los guardias de la puerta principal de Sunagakure.
------------------------------------------------------------------------------------
Notas de aclaración:
Shinobi: Ninja
Jounin: Ninja de rango superior
Chuunin: Ninja de rango medio
Sunagakure: Aldea de la arena
