El roce de tus labios
"Este fic participa en la semana Korrasami del foro ¡El cometa de Sozin!"
Descasabamos bajo la sombra de un árbol, tu y yo. Solamente estábamos tu y yo.
Sentía tu palpitar tan pasivo, tan inusual en ti. Tu carácter tan impulsivo, tan imparable, determinado al éxito quedó en el mundo donde vivimos cada vez que estamos despiertos. En el mundo del sueño eres todo lo contrario. Abrí los ojos y estos verdes zafiros te encontraron de inmediato. Te miré tranquila descansando sobre mi hombro. Deposité un beso en tu frente y te moviste un poco acomodándote sobre mi pecho.
-Buenos días -susurré en tu oído con la esperanza de que me escucharas pero con el deseo de no despertarte. -te amo, amor.
Retiré mi cabeza hacia atrás aconchándola en el tronco del árbol donde descansabamos y cerré los ojos para unirme a ti en el mundo donde los más locos sueños se hacen realidad.
-¡Hey, Asami! También te amo...
Sentí tu aliento caliente sobre mi oreja pero mis ojos no se abrieron. Tus palabras rozaron mi corazón cuando escuché tu voz y me acojí a tu pecho para escuchar tu palpitar.
Cuando abrí los ojos noté que tu hermoso cabello castaño corto ya no estaba. Mire a los lados buscando tu presencia y note tu hermosa silueta a lo lejos jugando en el agua. Me levanté y notaste mi presencia.
-¡Asami! Me alegro que hayas despertado.- llamaste efusivamente- ¡Ven, el agua esta deliciosa!
Sonreí y me acerqué a la orilla. Me despojé de las prendas más grandes y me introducí donde estabas y me abrazaste. Te acercaste más y más a mi rostro y yo sentía mi cuerpo arder a tu tacto, a tu aliento. Nuestras miradas se cruzaron y el tiempo pareció detenerse. Poco a poco cerré los ojos mientras la distancia se hacia mas pequeña entre nosotras y tu aliento caliente entraba entre mis labios. Sentí el tierno y suave roce de tus labios sobre la comisura de mi boca y en otro intento tocaste tus labios contra los mios con tal gentileza. El espacio, el tiempo, el lugar era perfecto. Todo era perfecto. Tu y yo en ese lugar sintiendo juegos artificiales en todo momento. Todo se debía al leve roce de nuestros labios. Poco a poco te dirigí para que el movimiento comenzara. Quería beber de tu boca, aumentar la intensidad y seguir elevando las emociones que en ese momento sentíamos. Nuestros labios danzaron, jugaron y pelearon. Nuestras lenguas tomaron partida después de varios segundos solo incrementando la llama que poco a poco crecía entre nosotras. No quería detenerme, no lo deseaba pero nuestros cuerpos clamaban por aire así que nos separamos solo para unir nuestras frentes y mirarnos a los ojos.
-Te amo...- repetimos al unísono. Y reímos hasta que me lanzaste un chorro de agua y empezamos a jugar en ella.
Había una sola cosa en mi mente y seguramente en la tuya también: "esto no se va a acabar nunca".
