¡Hola! Esto es un pequeño one shot que se me ocurrió ayer, mientras escuchaba una de mis canciones favoritas: "Exagerado" de Cazuza. Así que esto es un homenaje al gran poeta carioca y a esta canción genial.
Ya saben que OUAT no me pertenece. Exagerado tampoco, es del ídolo Cazuza. La trama si es mía.
Disfruten y escuchen la canción.
Emma llegó a la floristería completamente sofocada. Puso sus manos sobre sus rodillas, tratando de recuperar la respiración con una pequeña sonrisa, la cual se esfumó al ver como el letrero de la puerta rezaba: "Cerrado".
¿En serio? ¿Cómo demonios iba a estar cerrada a esta hora? Rápidamente echó un vistazo a su reloj. Las 1:10 de la tarde... ¡Diablos! Por supuesto que estaba cerrada, era la hora del almuerzo.
Se apoyó de la puerta y una idea se instaló, cual estrella fugaz en su rubia cabeza. Uno de los camiones del negocio estaba estacionado y sus puertas traseras estaban abiertas de par en par. Se acercó y observó como el camión iba repleto de baldes llenos de miles de rosas de colores diferentes. Sonrió de oreja a oreja, esto iba a ser mejor que su plan original. Iba a ser una exageración pero eso no le importaba en absoluto.
Se acercó a la puerta del conductor y su sonrisa se ensanchó más (como si eso fuera posible) al ver que estaba abierta. La idea fue más genial y tentadora al ver que la llave estaba pegada al contacto.
"Sí" susurró dando un saltito.
Sacó una chequera de su blaizer. Puso un precio razonable por el montón de rosas, pasó el cheque por la rendija de la puerta y se subió al camión. Encendió la maquina como alma que lleva el diablo.
Debía dirigirse a la alcaldía y usar las rosas a su antojo.
El corazón le latía. Para ella era todo o nada. Debía decirle lo que sentía. Estaba loca de amor.
El camino a la alcadía fue rápido y sin contratiempos.
Se desmontó del camión esperando que ningún policía apareciera y que su amor fuese correspondido, y que claro, todas sus travesuras fuesen perdonadas. Sonrió, mientras, siendo observada por muchos pero sin ayuda de nadie, sacaba los baldes. Nadie se atrevería a decirle nada, ya era conocida por sus travesuras y era querida por muchos.
Puso las miles de rosas robadas en el suelo formando un corazón gigante. Un corazón de rosas solo para la reina de su corazón.
Sacó el celular de su pantalón.
"Sal" escribió a Regina.
Buscó su megáfono y ahora era solo cuestión de esperar.
En cuanto la morena salió de la alcadía, con un bellísimo vestido rojo, su alma se elevó. Regina tenía el ceño fruncido al verla allí.
"¡Emma Swan! ¿Qué se supone que estás haciendo?" dijo ella con voz autoritaria.
"¡Amor de mi vida!" empezó la rubia, hablando por el megáfono.
Regina frunció aún más el ceño (como si eso fuera posible).
"¡Te traigo mil rosas robadas! ¡Por que soy una exagerada! ¡No pretendo respirar nunca más, si tú no me notas! ¡Moriré de hambre si tu no me amas!" dijo.
"¡Emma, por el amor de Dios!" gritó Regina, más sorprendida que enfadada.
"¡Espera!" dijo la rubia. "¡Por ti lo dejo todo! ¡Podría mendigar, robar y matar!"
Regina la miraba con los ojos desorbitados. Al ver ninguna reacción de su morena favorita, Emma siguió recitando:
"¡Estoy loca por ti! ¡Dejaría mi carrera, dinero y diploma por ti! ¡Para mi es todo o nada! ¡Por ti traje estas mil rosas robadas!"
Regina empezó a acercarse con paso firme. Emma hizo ademán de seguir hablando por el megáfono, pero Regina se lo arrebató y la abofeteó con fuerza.
"Esto es por el desorden público" dijo con el ceño fruncido.
Luego la besó apasionadamente.
"Esto es por ser una completa exagerada" dijo, y sin más volvieron a besarse.
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