No quiero ser una canción
Disclaimer: Todo pertenece a George R. R. Martin.
Esta historia participa en el reto La muerte es tan definitiva del foro Alas negras, palabras negras.
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–Murió como un héroe. Algún día se cantarán canciones sobre el valor de su brazo y la pureza de su corazón.
Las palabras de Thoros son bienintencionadas. Edric sabe que el sacerdote quería a su señor tanto como él mismo. No obstante, no suponen un conssuelo.
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Su tía Allyria solía cantarle canciones de caballeros cuando era pequeño, antes de que se marchara a servir como escudero a Refugionegro. Su tía tenía una voz muy bella y a Edric le gustaban mucho aquellas canciones.
A veces Edric se imaginaba a sí mismo siendo el protagonista de esas canciones, siendo el caballero que mata al dragón o que vence a los bandidos o que salva al rey.
–Algún día también harán canciones sobre mí, tía –Solía decir el pequeño Edric con una sonrisa soñadora y la mirada perdida entre sus fantasías.
El día de su partida hacia Refugionegro se había despedido así de su querida tía, con la promesa de que pronto sabría de él por las canciones que se compondrían en honor a su valentía y sus futuras hazañas.
No obstante, la respuesta de su tía no había sido la habitual. En lugar de sonreírle y revolverle el cabello con afecto, Allyria Dayne lo había mirado con una mezcla de tristeza y orgullo en sus hermosos ojos.
–Mi hermano, tu tío, me dijo eso mismo la primera vez que se marchó de aquí para servir como escudero. Muchas canciones se han compuesto sobre él, la mayoría después de su muerte. Mi hermana, tu tía, jamás deseó una canción, pero un bardo compuso una sobre ella, una canción muy triste que habla de una dama rota de dolor que se tiró al vacío por su bebé, su hermano y su amante, el hombre que lo mató. Sé que conoces esas canciones porque yo misma te las he cantado, Ned. Esta casa tiene muy pocos miembros y demasiadas canciones. Sé que ambicionas la gloria como cualquier muchachito de tu edad, pero soy tu tía y por más que desee que la consigas, prefiero que la próxima vez que sepa de ti me des un abrazo a que llegue a mis oídos una canción sobre un caballero de la casa Dayne que murió con honor.
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Ahora Edric reflexiona sobre esas palabras. Su señor ha muerto y ninguna canción se lo podrá devolver. La hermandad es ahora dirigida por una mujer sin alma y Edric sabe que no le queda nada por hacer allí. Cuando Thoros le pregunta si piensa quedarse, no duda en responder: piensa volver a Campoestrella con su tía. Alguien tiene que decirle que su prometido ahora también es una canción.
