VERDADERO AMOR

Disclaimer; Esta historia no ha sido realizada o aprobada por ninguna persona o entidad relacionada con los largometrajes originales o licenciadas de Piratas de Caribe


REENCUENTRO

El océano se abría inmenso. Y aun más si se lo comparaba con la pequeña "nave" que peleaba por no hundirse. Se mostraba decida a demostrar que era capaz de lograr aunque fuese un solo viaje. Y lo estaba haciendo… pero a duras penas. Claro esta que su "Capitán" no parecía confiar mucho en ella.

Jack Sparrow navegaba preocupado bajo el estrellado cielo nocturno. Frente a el, se encontraba abierto el mapa que le había robado a Barbossa antes de que el pirata le robase su nave. Pero no le prestaba atención al pergamino. Estaba algo inquieto; el barquillo no había tenido problemas los primeros días de travesía. Pero había comenzado a dudar si lograría llegar completo a algún puerto. A esto, se le sumaba lo más importante; se había acabado su ron.

Repentinamente, de entre la niebla un majestuoso navío se abrió paso delante de la barquilla. Jack se paró lo más rápido que le fue posible, tambaleándose un poco.

Tomó aire, preparándose para gritar por algo de ayuda. Pero se le adelantaron; una soga se le fue aventada.

Más que sorprendido, tomó su casaca (que había estado tirada en el suelo de la barquilla), su sombrero, enrolló el mapa, lo metió dentro de su entreabierta camisa y tomó la soga entre sus manos.

Apenas subió a la nave, un alto hombre se le acercó. Por lo que parecía, era el Maestre.

- Será mejor que vallas con mi Capitán – dijo.

Jack lo siguió hasta un camarote.

- Capitán, tenemos un hombre abordo – informó, asomando la cabeza a través de la puerta.

- Hazlo pasar –

El hombre así lo hizo. Jack entró al ordenado camarote.

Tras un escritorio vio a un algo anciano hombre. Al ver su algo arrugado rostro, lo reconoció al instante. Jack había vivido su infancia y adolescencia junto a el, le era imposible olvidarle.

El, por su parte, achicó un poco sus ojos color miel, para luego abrirlos sorprendido.

- ¡¿Jack?! -

El pirata sonrió ante aquella incrédula mirada.

- ¡Jack! ¡Mírate! ¡Ahora eres todo un hombre! –

- Igual tu, John… solo que desde que tengo memoria que eres un hombre… -

John Harper le sonrió ampliamente.

- Llegas en un momento algo duro… pero creo que igualmente se alegrara al verte – dijo John con una atípica seriad - Esta en el camarote de al lado –

Jack no respondió. Simplemente salió del camarote y se dirigió al de al lado.

En silencio, entró.

- ¡Les he dicho un millón de veces que toquen antes de entrar! –

Paró en seco y miró a Jack, quien le sonrió.

- Hola, Kate –

Una hermosa mujer lo observaba con sus azules ojos, sorprendida.

Llevaba prendas piratas, que hacían resaltar sus femeninas curvas. Su castaño claro cabello lo llevaba bastante descuidado, pero no tenia la necesidad de cuidarlo; así, con sus naturales y salvajes rizos se veia bien.

- ¿Jack? –

Apenas podía hablar. Además, ¿que se le dice a una persona que amaste en su momento y que años luego, vuelves a encontrar?

Antes de que pudiera articular (o no) otra palabra, Jack ya la había tomado entre sus brazos para besarla con pasión.

Luego de varios minutos, cortó el contacto.

- ¿Como llegaste hasta aquí? -

- Cosas de la vida – suspiró Jack.

- Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi… y no has cambiado en nada –

- Y tú te ves igual de joven y hermosa que siempre –

- Eso se lo debes decir a todas tus amantes –

- Pero solo contigo no es mentira –

Jack notó que no había respuesta "agresiva"; Katherine (Kate) solía ser una persona de carácter insoportable en todo momento. Era muy difícil lograr llegar a su lado dulce, aunque valía la pena el esfuerzo cuando se llegaba.

- Espero me cuentes que te ocurrió durante todo este tiempo; se han oído últimamente grandes historias tuyas -

- Tú deberías contarme, después de todo ya has oído de mí y yo no he sabido nada de ti –

Kate miró el suelo.

- No mucho. Lo que a cualquier pirata le ocurriría –

Jack leyó en esos azules ojos aun algo de melancolía; una melancolía que el tiempo había intentado curar en vano.

- ¿Que ocurre? –

- Nada… -

Jack arqueó una ceja.

- Jack, no es tu problema – respondió ella, a la defensiva – En cuanto lleguemos a Tortuga, se que desaparecerás, ¿para que contarte? –

Jack guardo silencio. Kate tenía razón.

- Podría quedarme por más tiempo –

Katherine volvió a mirarlo. Jack pudo notar un destello de alegría, esperanza y emoción en la mujer.

- ¿Harías eso? – preguntó mientras se acercaba al hombre.

- Solo si se que ocurre a mi alrededor – sonrió Jack mientras la tomaba entre sus brazos, dispuesto para un segundo beso cuando la oportunidad lo ameritara.

Kate suspiró.

- Nos han arrebatado algo… -

- Y piensas recuperarlo – finalizó Jack – ¿Y que es lo que les han robado? –

- Quien, no que –

Jack se separó de Kate rápidamente mientras ambos se volteaban hacia la puerta.

El Capt Harper se acercó a ambos.

- Jack, cuando eran niños, se les permitía. En la adolescencia, casi no había necesidad de recordárselos. Ahora que son adultos, me veo forzado a resaltarlo; quiero distancia segura entre ustedes –

La mujer revoleó los ojos. Dando media vuelta, dejó a ambos hombres solos y salió del camarote.

- Repito; distancia entre tu y ella… en especial tratándose de ti, Jack. En Tortuga, no hay secretos; tus damas no son mudas. Así que, no hagas nada que sabrías que yo no quisiera que ocurriera entre tu y Kate –

Jack quedó algo tenso. No solo porque pedir aquello era pedir lo imposible. No. el Capt Harper había sido el único (sin contar a su padre, Teague) que con solo su presencia en un momento "tenso" podía intimidarlo.

- ¿Fui claro, Jack? –

- … transparente –

El anciano dio una fugaz sonrisa y se dispuso a irse.

- ¿Y supongo que sabrán como llegar a… el… ella? –

- Ese es el problema, Jack –

- … ya veo… - Jack sentía la necesidad de ayudarlo. Después de todo, prácticamente habían sido familia – Creo que en eso puedo ayudarlos – y de su cinturón, saco su brújula.

- Para que es eso? –

- Créeme que les servirá. Sigue el camino que te indique, si lo que más quieres es recuperarlo –

John miró a Jack.

- ¿No estarás ebrio, o si? –

- No más de lo normal – sonrió Jack.

- Jack… -

– Te doy mi palabra de que servirá. Solo dale una oportunidad –

John miró la profunda y segura mirada de Jack por un instante antes de tomar la brújula entre sus manos sin pronunciar palabra alguna.