Hola!
Antes de nada avisar que esto es una TRADUCCIÓN del FanFic "Contos de Bruxas" de Jhu Radcliffe, yo me limito a pasarlo del Portugués al Español.
Capítulo 1.
Ya lo pensé más de una vez. Dumbledore está completamente loco.
Hay que decir que yo ya empezaba a sospechar… Pero transformar mi baile de despedida de Hogwarts en una fiesta con el tema "Cuentos Muggles" es un poco demasiado incluso para él, ¿no?
Lo es. Lo es incluso demasiado.
Tan demasiado que sólo yo estoy todavía callada, sin hablar de los disfraces ni especular sobre mi pareja.
Ni siquiera sé si voy.
-¿Los premios anuales podrían hacer el favor de pasar por mi despacho después de la cena?- preguntó el viejo loco, quiero decir, preguntó mi director favorito (teniendo en cuenta que sólo le tengo a él) Dumbledore.
Levanté el pulgar afirmativamente en el mismo momento en el que Potter gritó "¡Ya vamos!". Y como él estaba sentado justo enfrente de mí, recibí buena parte de los decibelios de los que hizo uso; dándome, así, un motivo perfecto para darle una patada por debajo de la mesa con mis súper All Star negras de tiro medio. Apenas hizo un leve "Aii" y me miró con cara de enfado mientras yo sonreía y me colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja.
-¿No vas a comer?- preguntó mirando mi plato vacio.
-Ya comí- respondí apoyando los codos en la mesa y en seguida quitándolos por culpa del "Nunca, tal vez, siempre" de Marlene. ¿Para que existen las reglas de etiqueta? Las personas normales no las usan.
-Tu plato está limpio.
-El tuyo no. Entonces ya que no comes, vamos a ver al director por ese baile y así después puedo ir a hacer los deberes, que son para mañana.
-No me obligues a darte de comer como a los niños pequeños, Lily Evans.
-No me obligues a tirarte el plato por la cabeza, James Potter.
Él se rió y miró para Remus apuntando con su cabeza hacia mí.
Enroscó un poco de pasta del plato haciéndolo levitar y posar en su nariz. De alguna manera se acercó y lo colocó en mi boca. Engullí y fingí vomitar, arrancando risas de los otros Merodeadores.
-Deberías comer, Lily.-Refunfuñó Marlene sobreponiéndose a las risas –Estás adelgazando mucho. O vuelves a comer o tendré que mandarle una lechuza a tu madre.
Miré para mí misma. ¿Adelgazar de dónde? En el cerebro, quizás.
-Haz lo siguiente, Lene. Ya que Lily terminó de jugar con la comida vamos a ir a ver a Dumbledore mientras tú puedes llevarle algo de comer a tu esquelética amiga a la Sala Común, ¿de acuerdo?
Puse los ojos en blanco y me levanté ajustando la falda del uniforme. Lene murmuró un "lo que sea". En el momento siguiente sentí como Sirius tiraba de mí y me susurraba "Si no comes le diré a Cornamenta que le invitaste al baile. Y no me intentes engañar, el amor no quita el hambre"
Debí de poner una cara muy fea porque Potter me preguntó si estaba bien.
-¡Estoy bien!- respondí, y salimos para el despacho.
Mientras subíamos, Potter iba cantando una canción que no conocía, pero definitivamente era rock, ya que él iba tocando una batería imaginaria mientras tanto.
Dije la contraseña, subimos la escalera y Potter se me adelantó sin llamar. Más tarde me pregunté si tenía algún tipo de problemas mentales.
Dumbledore nos explicó que el baile era sólo para los de Séptimo, pero que se podía inventar a gente de otros cursos. Nos dijo que los dos éramos responsables de la organización de las fiestas, pero que los otros Prefectos nos ayudarían en la decoración. Dijo millones de cosas… Por fin, nos dijo que Madame Pince pondría a nuestra disposición algunos libros de cuentos y que era nuestro deber pasar de sala en sala comunicándoselo a los que irían a la fiesta (trabajo que dudé en pasarle a Potter, ya que a fin de cuentas, él es más popular que yo) Salimos de la sala después de que Dumbledore me preguntaba si había engordado (¿?)
-Entonces Lily, ¿de qué nos vamos a disfrazar?- Preguntó Potter mientras pasaba su mirada desde mis botas, mi cintura (espero) y mis ojos.
-No voy contigo- dije dándole unos golpecitos en la espalda.
-¿Es porque no te lo pedí?
-No, es porque diste por sentado que iría.
Él se quedó mirándome mal.
-Ah, vamos Lily. Somos amigos. Es nuestro último baile. El último en el que nos vamos realmente a divertir, ya que el de graduación va a contar con la imprescindible presencia de nuestros padres. Además, quería ir con alguien que valiera la pena.
-¿Y yo valgo la pena?- pregunté recostándome en la pared, porque de repente parecía que mis piernas tenían la textura de nubes de gominola.
-¡Claro!-añadió tomando mis manos entre las suyas.-Eres la que más vale.
Sentí mi corazón palpitando con fuerza, pero preferí ignorarlo. James y yo tenemos ese asunto muy bien hablado. Quiero decir… Muy bien disfrazado e ignorado.
-Voy a pensar.-dije recuperando mis manos y volviendo a andar-Pero sólo me disfrazaría de Cenicienta en último caso.
-Hum… Cenicienta. Sé quién es. Mi amiga. Tomo té con ella todos los días en las vacaciones…
-Estaría bien si leyeses los cuentos. –Dije refunfuñando junto con la contraseña a la Dama Gorda, que por algún azar del destino era "Hada Madrina".- Algunos son muy buenos.
-Lo primero que voy a leer es ese de "Cenocienta".- dijo entrando en la Sala Común y recostándose en el sofá que estaba junto a la mesa donde estaban los Merodeadores y Lene.
-Cenicienta, James. Cenicienta.
-¿Vas a ir de Cenicienta?- preguntó Marlene empujando un enorme plato de comida para mí.
-No.
Y comencé a comer. Me dio lo mismo y ni siquiera lo sentí, desde que descubrí que mi príncipe era James y que él estaba ahí, pero tan presente que ni le importaba.
Marlene, que engulle todo lo que tenga "y vivieron felices y comieron perdices" al final (o algo parecido) comenzó a enumerar los cuentos que nunca usaría mientras Sirius me miraba comer, como si eso fuera mortalmente interesante.
-Nunca me disfrazaría de Caperucita Roja, es ridículo; ni de la Sirenita porque el pelo rojo me envejece. Campanilla está demasiado "out" y Sirius nunca se vestiría de Peter Pan, ¿verdad?
Le dio un golpe tan fuerte en la espalda que ya le veía rodando fuera del sofá y estrellándose en el suelo.
Pero eso no ocurrió, por desgracia. Él simplemente miró para Lene y dijo "¿y?" y me encaró de nuevo. ¿Acaso el pelo rojo me envejece a mí también? Que las pelirrojas mueren antes ya lo sé. Los canosos también. Aún así, yo sólo soy pelirroja, si fuera las dos se acortarían unos 15 años de mi vida…
-Deberías ir de Cenicienta, Lily. –Dijo Marlene mirándome con aquella cara.-combina contigo.
Boh. ¡Vete por ahí!
Vi a James inclinándose sobre la silla de forma que escuchó a Marlene hablar. A veces pienso que a él le gusta ella. Pero como Marlene está enamorada de Sirius es algo improbable.
-Mira… Ya tienes una hermana malvada, sin ofender. El príncipe también. Los estudios y el trabajo de Prefecta parecen los trabajos de criada de ella. ¡Y el vestido! ¡Ya tienes el vestido!
Por una feliz coincidencia, mi madre compró un vestido azul para mí… Digno de Cenicienta. Verdaderamente debí haberle prendido fuego antes…
-Claro.-Dije empujando el plato lejos de mí-Tan solo te has olvidado del hada madrina, del zapatito de cristal, del carruaje en forma de calabaza, dos ratones que cantan…
-¿Qué tal si discutís sobre esto cuando estéis solas?-Dijo Remus poniendo los ojos en blanco.-Amo leer, pero la literatura femenina es algo complicada.
Reí y me levante a tiempo de evitar que Marlene gritase "Los cuentos de hadas no son cuentos de niñas y fueron escritos por HOM-BRES" y de oír a Sirius replicar "Grandes HOM-BRES" afectadamente.
Me estaba preparando para subir al dormitorio de las chicas cuando sentí una mano caliente agarrar la mía, helada. Era mi príncipe de un cuento de hadas al cual no pertenezco.
-¿Lil?-preguntó despertándome. Nadie me llamaba de esa manera desde hacía años.
-¿Jimmy?-él rió y meneó la cabeza.
-No me importa de lo que vayas siempre y cuando vayas, ¿ok?
-Sí, claro.
Me guiñó un ojo y soltó mi mano despacito. Ya estaba yo con un pié en el primer escalón cuando le escuché decir:
-Yo sólo quiero ser tu príncipe, Cenocienta.
-Cenicienta, James. Cenicienta.
Recordad que un FanFic con Reviews es un FanFic feliz :)
