Bien, esta historia surgió después del 5x14 y durante el parón de las olimpiadas de Invierno, pues con los chicos tanto tiempo sin aparecer la cabeza no para de dar vueltas. No me echéis la culpa a mi sóla porque un par de chicas del Supernatural_foro me animaron a perpetrar este fic.
Bueno, justifico la historia: Durante el parón de Navidad me vi un Vid de Loki en Youtube, era éste ROADS y me dí cuenta de que me había quedado algo pendiente con la inglesita fullera. Terminé los otros fics, y los capítulos nuevos de los niños me hicieron olvidarme de ésto, hasta ahora.

Terminé esta historia justo cuando emitían el 5x15 así que para mi fue tambien una sorpresa lo de Lisa. Otra cosa, alguno de los capítulos son bastante más duros de lo que acostumbro así que aunque sea Only Bro, es para mayores.

When you defeat the Last (Cuando el pasado te derrota)
Tema: only bros & the family business
Calificación: NR-17
Resumen: Cuentas pendientes con un par de personajes de la tercera temporada, algún personaje del fic El Camino a Seguir y spoilers de los últimos capítulos emitidos hasta el 5x15
Estado: Completo, 14 capítulos + prólogo y epílogo
Descargo de responsabilidades: ni los chicos ni los otros personajes que conocéis son míos, y los otros que no conocéis pos ahí están

Retomo la estructura de El Camino a Seguir, es decir, cada párrafo desde el punto de vista del personaje que lo encabeza.

WHEN YOU DEFEAT THE LAST
Cuando el pasado te derrota

PRÓLOGO
"No podrás ocultarte de mi"

BEN BRAEDEN

Ben miró al profe sustituto sorprendido. Alex Tyler se parecía mucho al hermano de su héroe, Dean Winchester. El profesor era muy alto, con el pelo castaño y los ojos verdes. Un hombre muy fuerte (el traje de pana beige se le quedaba ceñido al pecho y los brazos), la única diferencia eran las gafas sin montura.

El chiquillo se moría por preguntar al nuevo maestro, pero "¿y si no es él?" o peor, lo mismo no se acordaba de él pues hacía ya dos años.

Desde aquello se estaba preparando porque cuando fuera mayor también se dedicaría a salvar a la gente y destruir a los monstruos. Así que hacía mucho ejercicio para estar en forma, iba a karate y estudiaba mucho (porque si no mamá no le dejaría ir a hacer artes marciales).

Por eso le daba rabia ser tan bajito, que ya tenía diez años. Y aunque mamá le decía que estaba creciendo muy rápido el niño no veía la rapidez por ningún lado. A veces hablaban del secuestro y del rescate, pero cuando quería saber algo más del cazador ella siempre contestaba con evasivas.

El profe nuevo había empezado a explicar la reducción de fracciones, "vaya, si no presto atención voy a sacar mala nota…". Pero le costaba concentrarse, porque si ese era el hermano de Dean, y "seguro" que lo era, a lo mejor también el otro cazador había venido a investigar las desapariciones.

BELA TALBOT

El metamórfico se resistió cuanto pudo. Era mucho más difícil poseerlo que poseer a un humano normal y más asqueroso también.

La demonio novata, recién salida del infierno, no se rindió y siguió acosando a la criatura. "Bah, tampoco es que sea un ser muy entero mentalmente", el metamórfico ni siquiera sabía quién era ni de dónde había salido.

Había encontrado al repulsivo ser al segundo día de su vuelta a la Tierra. Había estado "humeando" por ahí en busca de ÉL, la persona que más odiaba y que más había odiado en el mundo y fuera de el, quién ella creyó que jamás haría lo que hizo, quien la torturó, violó y despedazó como… como… no había comparación posible.

Había alimentado ese odio durante años y años de infierno interminable. Se había convertido en una buena alumna, había conseguido su grado de demonio mucho más rápido que cualquier otro humano, porque su odio era mucho mayor que lo que cualquier condenado al infierno había sentido jamás.

Así que buscó su primer traje de carne y eligió a aquella criatura apestosa que se alimentaba de ratas y basura, y que había empezado a comer carne humana.

Por fin el ser dejó de resistirse, notó su abandono y ¿su paz? Sintió su agradecimiento y lo confinó en un oscuro rincón del cerebro.

Podía haber escogido su añorado cuerpo para su primera transformación como metamórfica, pero no lo hizo. Tras la dolorosa muda de piel vio ante sí el alto y poderosamente atractivo cuerpo de Sam Winchester que le observaba sonriendo irónicamente desde el espejo.

- Prepárate, porque voy por ti Dean Winchester – escupió cada una de las palabras – me vas a devolver uno por uno cada grito, cada golpe, cada jirón de piel arrancado. Me voy a cobrar de ti hasta el último aliento de cordura que te quede.

LISA BRAEDEN

Esperaba a Ben a la salida del colegio. El niño acompañaba a su amiga Kattie llevándole la mochila hasta el coche donde la madre de la niña lo saludó con afecto. "Si es que mi niño es un caballero" sonrió orgullosa. Sandra, la madre de la niña la saludó desde lejos con la mano y ella devolvió el saludo. Hoy no podía entretenerse, tenía que comprar cosas para la casa antes de llevar al chico a la clase de karate.

El niño se acercó al coche con esos andares que no había podido copiar a nadie, a veces lamentaba no poder decirle quién era su padre, como en su día lamentó ocultar al único hombre que había significado algo en su vida la identidad de su hijo.

Pero aquel hombre amargado que once años atrás se presentó a las puertas de su casa la había convencido de que nadie, ni el padre del crío, debía saber la verdad.

*** Once años atrás***
El buzón de voz saltó por segunda vez "hola, soy Dean, ahora mismo estoy liado, dime lo que quieres y te llamo". Decidió dejarle un mensaje.

- ¿Dean?, soy Lisa, de Cicero. Te sorprenderá que te llame después de tres meses sin saber nada de ti, pero tengo algo importante que creo que debes saber.

Esperó todo el día pero no hubo respuesta. Al anochecer cuando ya había perdido la esperanza recibió la llamada.

- ¿Dean?
- No, soy su padre.

"¿Qué pasa aquí?" nunca hubiera pensado que el chico que conoció unos meses atrás en aquel bar de carretera, y que llevó a su casa por unos días se escondiese tras su padre y no quisiera hablar con ella.

- Debo hablar con Dean, es personal
- Está fuera de la ciudad, trabajando. No tiene tiempo para rollos amorosos

La indignación sacudió a la joven, ¿pero qué se ha creído este tipo? No pudo contestarle como se merecía porque el otro colgó. No, no iba a insistir. No era ninguna niñata y si había cometido un error pues lo solucionaría y basta.

No volvió a saber nada de los Winchester hasta que siete meses después un hombre de metro ochenta, cuarenta y pocos años, pelo y ojos oscuros se presentó en la puerta de su casa.

Estuvo hablando con ella durante horas contándole una historia increíble sobre mafia y protección de testigos y sobre lo peligroso que sería que alguien más supiera quién era el padre del bebé de semanas que lloraba en el cuco.

Le dio un número de teléfono diciéndole que si alguien lo descubría alguna vez que le avisara porque debería de poner a salvo no sólo a Dean sino a ella y al niño también ya que había gente dispuesta a matarlos.

Al principio no creyó nada, pues le había parecido reconocer la voz del que dijo ser el padre de Dean. Pero cuando hicieron una pausa porque tenía que preparar el baño del pequeño, al volver y observar la tristeza con la que el hombre observaba a su hijo se convenció de que le había dicho la verdad, por lo menos en la parte de que sería peligroso que alguien supiera del niño.

Lisa ya había asumido que sería madre soltera. Se despidió de aquel hombre que le prometió que si algún día se acababa el motivo por el que debía guardar el secreto no sólo se lo comunicaría, sino que también le contaría todo lo que no había podido contarle ahora por su propia seguridad.

SAM

En Cicero, Indiana, habían encontrado restos humanos, tan mutilados y escasos que aún no habían podido identificar a las víctimas, aunque como había habido desapariciones en la zona la policía seguía investigando y los medios de comunicación se habían fijado en ello.

Cicero, ¿de qué le sonaba? Le vinieron a la mente los demonios rata y la chica de los sueños de Dean. Seguro que cuando no tenía pesadillas y podía descansar unas horas seguía soñando con ella.

Le comentó el tema de los asesinatos a su hermano, pero contra lo que había pensado, el mayor no mostró ningún interés.

- Vamos Dean, un poco de distracción nos vendrá bien. ¿No tienes ganas de ver a Lisa Brandy y al crío ese?
- Es Braeden y lo mejor para ellos es que esté lo más alejado posible.

En su huida sin destino, el menor de los Winchester había decidido hacía tiempo que debía enseñar a su hermano a vivir sin la caza, porque cada misión, cada trabajo, cada enfrentamiento con el mal en los últimos años (y más aún en los últimos meses) le había mostrado la falta de ilusiones y de esperanza del mayor.

Durante toda su vida nunca se había planteado que Dean pudiera querer algo distinto, desde niños el pecoso siempre había actuado como si estuviese encantado con su vida y consigo mismo. Incluso ahora, la mayor parte del tiempo, actuaba como si no esperase nada más de la vida, como si estuviese conforme con lo que tenía.

Pero Sam siempre intuyó que no era así, que su hermano nunca quiso aquella vida aunque aparentara ser lo único que quería hacer. Siempre supo que el rubio era la única fuerza viva que podría impedir que sus destinos se llevasen a cabo.

Y aunque a veces llegara a pensar realmente que para su hermano sólo era un monstruo, no podía dejarle solo. No podía abandonarlo, porque aún cuando creyó que le daba de lado, cuando se alejó de él, a pesar de los largos y terribles días de encierro… Dean seguía cuidando de él, no podía evitarlo y en los últimos meses, esa era la única parte del carácter de su hermano que no se había desvanecido bajo el peso del Apocalipsis que pendía sobre ellos.

Puede que fuera más difícil que destruir a Lucifer, o parar el fin del mundo, pero conseguiría arreglar las cosas entre ellos. Si él confiaba ciegamente en el mayor, éste volvería a confiar en sí mismo. Y si de paso podía ayudarle a encontrar un aliciente para seguir adelante cuando todo hubiese acabado, pues mejor que mejor. Así que sonrió al otro e insistió.

- No puedo creerte Dean, con lo que te gustaba esa chica
- Me despedí de ella Sam, quiero decir… - el castaño no comprendía aquella actitud de su hermano - ¿Quieres que investiguemos? Vale. Pero mantengámonos alejados de la gente que nos conoce.

Ahora sí, lo que estaba hablando era el afán de proteger y no la desgana. "OK, hermano. Si es eso lo que quieres…" No debía rendirse, seguro que cuando descubriesen lo que ocurría y lo solucionasen, tendría la ocasión de arreglar un "encuentro casual" con la guapa mamá de Ben.
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