*** Entre las estrellas te perdí ***
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El aire frío de aquella madrugada parecía ser el remedio perfecto para sosegar el estado arrítmico de mi corazón, el suave pasto bajo mis pies relajaba los músculos de mi cuerpo, la ciudad iluminada a la distancia me hacia sentir mucho mas aislado, melancólico si se buscaba una mejor palabra para definir mi estado de animo, las estrellas resplandecientes arriba de nosotros adornando el firmamento me recordaban a ella, a la mujer de ojos verdes y cabello castaño que tan vividamente guardaba celosamente en el fondo de mi alma, ella que, como una ráfaga de viento había movido mi mundo 360 grados para dejarlo de cabeza cuando decidió irse y que ahora despertaba dolorosamente todos los recuerdos. Parecía que estaba viviendo un sueño, parecía que un fantasma había aparecido en frente de mi cuando recibí la llamada de Claudia que con voz quebrada y temblorosa me informo que habían recibido una señal en la base principal - Es el Sdf2...Ella...Lisa...Lisa esta viva y viene en camino - casi deje caer el auricular, olvide respirar por segundos y un sudor frío cubrió mi cuerpo, del otro lado de la línea Claudia sonaba igual de descompuesta que yo - Te iré a buscar mañana a la base - dije antes de cortar la llamada. Termine dejándome caer sobre el césped, esa madrugada yo quería dormir cobijado por las estrellas, para que, quizá de esa forma pudiera controlar todo el cúmulo de sentimientos que durante tantos años me empeñe en olvidar y que ahora parecían querer salir con mayor intensidad...Ahí estaba yo, con cada poro del cuerpo temblando con desesperación, deseando con toda la fuerza que el tiempo se desvaneciera para poder verla de nuevo y así olvidar los diez años que viví creyéndola muerta, recordando irremediablemente la vida que decidí vivir sin ella.
Recodaba agriamente esa mañana en que ella fue a la puerta de mi casa para despedirse y decirme con un gesto medio contento y medio triste que había recibido nuevas ordenes, la habían promovido al rango de Capitán y le habían entregado el mando del nuevo Sdf2, partiría al día siguiente para buscar aliados y encontrar a los creadores de la robotecnologia, mi sorpresa ante la noticia, fue grande, mas por enterarme de aquella forma, y por no haber sido requerido para ser parte de la misión. A mi lado Minmey colgada de mi brazo como si quisiera atarme a tierra parecía pesar toneladas - Estoy segura que les ira bien, mucha suerte - dijo alejándome unos pasos de ella quien sonrío con tristeza mirando al suelo - Gracias, lo agradezco del corazón - respondió respirando profundo, titubeando en levantar la mirada para verme a los ojos y decirme que se iría para siempre - Hay una cosa mas que deseo decirte - confeso con las mejillas coloradas por lo que parecía ser un llanto contenido - Perdóname que diga esto aquí contigo Minmey - continuo con los ojos empañados de lagrimas, con los labios finos temblando, luchando por no dejar salir el llanto –Pero es probable que no lo vuelva a ver jamás – confesó provocándome un genuino terror ante la simple idea de pensar en no verla jamás - Te amo - dijo al fin levantando su mirada esmeralda que encontrada con mi mirada reflejaba pura incredulidad - Siempre lo he hecho y siempre lo haré - finalizo con la voz quebrada - Perdóname por decírtelo de esta forma tan repentina y a lado de la mujer que amas, pero quiero irme con el alma limpia y libre de carga - llevo su mano fina a la altura de su frente para dirigirme una venia pulcra y llena de respeto, sus lagrimas ya corrían libremente por su rostro y yo no quería hacer otra cosa que tomar su rostro entre mis manos para limpiar sus mejillas húmedas y decirle que no se fuera, que se quedara a mi lado, pero Minmey me tenia anclado, varado, confundido...
Frente y a lado de mi tenia a dos mujeres igual de hermosas pero con matices tan diferentes como el ying y el yang. De mi lado derecho estaba mi fantasía adolescente, mi primer amor, mi primer deseo, era ella quien representaba mi vida simple y sencilla; Minmey era la que me daría todo sin esfuerzo alguno, era el cuerpo exuberante y exquisito que muchos deseaban y que solo yo podría tener, que solo yo podría poseer durante cada noche de nuestras vidas, era el trofeo a mi ego masculino, era ella quien no me exigiría alcanzar retos mas grandes, era la que me recibirá en casa con la cena caliente luego de una jornada de trabajo, era la que abandonaría todos sus sueños por el miedo de tener que buscar algo mas, éramos el uno para el otro la opción segura que nos garantizaría no quedarnos solos en medio de la vida, éramos dos jóvenes con miedo a esforzarse por alcanzar la vida soñada.
Y frente a mi estaba la mujer mas misteriosa que jamás había conocido, estaba la mujer que me había dirigido con fortaleza en los momentos mas oscuros de mi vida adulta, ella Lisa Hayes que en tantas ocasiones represento mi punto ciego, la que me hizo desear ser mas para poder estar a su altura y así poder demandar su atención, la que me hizo imaginar llegar a la punta de mi carrera, la que me inspiro a buscar lo mejor mi, la que me enseño el respeto a la vida y al deber, la que me demostró que la vida es una línea llena de pruebas que nos hacen mejores personas, era Lisa la que abrió mis ojos al mundo real y la que me hizo desear ser quien estuviera a lo largo de su vida para sostener su mano, era ella a la que tantas veces imagine besar y hacerla mía para reclamar su cuerpo, era ella a la que yo quería reclamar como mía, pero era ella precisamente la que representaba una vida mucho mas exigente...y en esos cinco minutos que duro la despedida tuve miedo de fracasar y terminar viendo como ella encontraba alguien mejor, fue el miedo lo que me hizo creer que ella necesitaba a alguien mas en su vida, fue el miedo lo que me hizo creer que todo lo que yo necesitaba lo tenia Minmey.
No pude decir una sola palabra, mi garganta estaba completamente cerrada y los segundos seguían pasando, la mirada de Lisa pareció ensombrecerse mas y su cuerpo pareció resignarse, se acerco hasta mi para tomar una de mis manos con una piel tan fría como el hielo y depositar un suave beso en una de mis mejillas - Cuídate mucho Rick - dijo antes de dar la media vuelta y salir corriendo en dirección a la base miliar.
Luego de ese instante jamás había tenido la respiración tan agitada como en ese momento, después de que ella se fuera todo se convirtió en un infierno, el sonido ensordecedor de una gran explosión nos tiro al suelo provocando que segundos Desprez el cielo se tiñera de un color rojo carmín, la temperatura se elevo drásticamente debido a la fuerza de los misiles que caían copiosamente sobre la ciudad, y no me quedo duda de que nos estaban atacando. Trate de levantarme rápidamente y correr en dirección a donde había ido Lisa para ayudarla, pero Minmey me lo impidió tomándome con fuerza del brazo - ¡¿Rick, que haces?!¡no vayas es peligroso! -
- ¡Suéltame!¡Lisa puede estar herida!¡tengo que ir! - respondí frenético lleno de desesperación
- ¡no!¡basta!¡basta!¡me prometiste cuidarme para siempre! -
- ¡No puedo quedarme sin hacer nada!¡Minmey, es mi deber!¡entiende!
- ¡No¡no quiero entender!¡Lo prometiste, prometiste quedarte a mi lado! - grito llena de terror con las lagrimas desbordando por sus mejillas - ¡no te vayas Rick, por el amor de dios, no te vayas! -
Me quede parado frente a mi casa con Minmey temblando descontroladamente mientras observaba el ataque, miraba a los escuadrones cruzar el aire intentando defender lo que nosotros consideramos como hogar, haciéndome sentir como si yo estuviera cometiendo el peor error de mi vida y sin duda alguna así fue. Esa tarde se perdieron muchas vidas, civiles y militares perecieron bajo la venganza de Kyron, el Sdf1 casi había desaparecido defendiendo la ciudad con un ultimo disparo que logro impactar a la nave enemiga antes de que esta atacara al Sdf2 que en medio del ataque por ordenes del Almirante Gloval logro despegar para escapar del ataque y unirse a la flota de Bretaii, llevándose entre su misión a la mujer que mas ame en la vida y al unido hermano que tuve luego de Roy, horas después frente a las ruinas del Sdf1 observaba el horizonte con los ojos secos y el corazón empañado de dudas - Se han ido – confirmó Claudia llegando hasta donde yo estaba - Han hecho el salto de transposición - gire mi vista para poder verla y buscar una respuesta a la estupidez que acababa de hacer - ¿Que he hecho Claudia? - le pregunte lleno de arrepentimiento - ¿Por que la deje ir? - ella no me respondió nada.
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La resignación llego mas rápido que mi motivación para ir a buscarla y luchar por la vida que había dejado ir, tenia a mi lado a una mujer frágil a la que había prometido cuidar por sobre todas las cosas y que parecía estar perdida en medio de la nada. No supe nada del Sdf2 por mas de un año, era como si ella se hubiera convertido en polvo y el aire se la hubiera llevado sin dejar rastro alguno, durante meses no pude conciliar el sueño, pasaba las noches en vela, mirando el techo de mi habitación, mi estomago constantemente estaba revuelto e incluso a veces vomitaba, como si estuviera enfermo, como si tener el corazón roto fuera una enfermedad que me deterioraba el cuerpo y aunque la tristeza a veces parecía insostenible, nunca pude llorar, mis ojos estaban secos, quizá por q mi alma estaba así, seca, sin vida. Al paso del tiempo, tuve bajo grandes esfuerzos que aprender a reconstruir una vida que no parecía tener pies ni cabeza, pero poco a poco empecé a vivir con la mujer que escogí para vivirla. Mi motivación la encontraba en la esperanza secreta de que cuando Lisa regresara encontraría a un hombre nuevo, digno de ella...pero no fue así, mientras mas me esforzaba mas miserable me volvía al enfrentar el paso de los días, los meses y los años, y el Sdf2 no parecía querer volver ya que cada seis meses que hacían contacto con la Tierra enviaban un informe detallado de la misión, pero siempre sin novedad alguna ni fecha de regreso.
Entonces el tiempo se convirtió en mi enemigo, los hechos que con desesperación deseaba evitar se volvieron inevitables y fue así que una tarde de abril Minmey y yo nos casamos en una ceremonia sencilla a la que solo unas cuantas personas acudieron, ella seguía en su papel de mujer realizada lista para estar al frente de un hogar, empeñada en abandonar sus sueños y yo, yo seguía en mi papel de conformismo olvidado combinado con el hecho de aceptar que Lisa no regresaría y si lo hacia muy probablemente ya me habría olvidado. Todas las tardes que regresaba de mi turno me encontraba con mi trofeo, con mi mujer que a escondidas seguía cantando pero que parecía estar empeñada en olvidar todo para convencernos de que éramos el uno para el otro. Cada noche en que hacíamos el amor y disfrutaba de la perfección de su cuerpo y del placer que me provocaba ser yo el que tenia el privilegio de poseer a una de las mujeres mas deseadas de la Tierra lograba resignarme mas ante el hecho de que había hecho lo correcto. Minmey me quería y yo la quería también.
Parecía que nada podría cambiar el rumbo de mi vida, parecía que mi vida ya estaba encaminada hasta que el Sdf2 sufrió un ataque luego de dos años de su partida. Esa tarde cuando entre al puente central luego de recibir la noticia del ataque al Sdf2 todos parecían estar sumidos en la penumbra, el Almirante Gloval permanecía parado como una estatua con la vista perdida y una mueca llena de preocupación, Claudia a su lado coordinaba el reestablecimiento de la comunicación - ¿hace cuanto recibieron la señala SOS? - pregunte preocupado - Mas de seis horas - respondió el Almirante con voz grave
- Quizá se dañaron sus sistemas de comunicación - dije esperando que con esa respuesta yo no entrara en pánico - ¿Que fue lo ultimo que reportaron?
- Una ataque masivo en una galaxia habitada por zentraedis - respondió Claudia ya mas desesperada y con la voz quebrada, evitaba mirarme a los ojos por que sabía que si yo me encontraba con su preocupación yo muy probablemente perdería la cabeza
Un pitido en los sistemas de comunicación volvió a sumir el puente en silencio, el Almirante ordeno con una mirada llena de alivio que abriera la comunicación esperando a que fueran ellos, sin embargo lo que escuchamos en aquella red fue lo mas doloroso que tuve que enfrentar; la red se saturo primero de estática, después las voces de varios oficiales empezaron a distinguirse entre los ruidos de explosiones, la señal se cortaba pero en partes se podían distinguir las alarmas de emergencia, estaba aterrorizado, mi garganta de pronto se había secado y el Almirante Gloval apretaba fuertemente el riel del barandal de comando, parecía estar pidiendo un milagro al Dios en el que nunca creyó, sus ojos se apretaban fuertemente mientras la transmisión seguía - Em...Em...¡Emergencia! - grito una voz que desgarradoramente me pareció conocida - ¡Prepárense para impacto!¡Todos cúbranse y al suelo!.. – más estática….ruidos extraños…y al final un sonido sordo resonó en todas las bocinas, seguido de un grito de ella, de Lisa...luego todo se quedo en silencio y el oficial que puso la frecuencia giro su cabeza para decirnos que la señal había terminado
- Dios santo...- dijo el Almirante - Insistan en la comunicación con el crucero de Bretaii
Me sentí perder el equilibrio, busque apoyo en una pared cercana intentando regular mi respiración, dentro de mi cabeza el eco de la voz de Lisa resonaba una y otra vez, a mi lado Claudia tomaba asiento tapando con su mano los sollozos de su garganta "Esta bien, esta bien, esta bien" empecé a decir para mi mismo en voz alta, pero luego de unos minutos la señal de comunicación se volvo abrir y ahí mas de uno deseábamos escuchar la voz de Lisa, pero no fue así, el comandante Bretaii intentaba dar un reporte en medio de la estática y nos confirmaba algo que solo en mis pesadillas imagine - Los hemos perdido - dijo resignado - Hemos perdido al Sdf2...-
Resbale al suelo sobre la pared fría, Claudia era consolada por los brazos del Almirante Gloval que también parecía derramar lagrimas silenciosas, el resto del puente guardaba silencio en señal de luto y yo, yo, intentaba inútilmente despertar de una pesadilla que desgraciadamente era una dolorosa realidad...¿así era como terminaría todo? tome mi cabeza entre las manos tratando de controlar la enorme angustia que empezaba a crecer entre mi pecho, y es que había podido vivir sabiendo que ella estaba en alguna parte del universo esperando secretamente el día de su regreso a la Tierra para entonces intentar darnos la oportunidad que yo mismo rechacé, pero estar seguro de poder vivir sabiendo que ella ya no formaba parte de la vida del universo, sabiendo que ella entrego su vida a sus ideales y convicciones, sabiendo que ella había perdido la vida de una forma vil e injusta, eso era demasiado. Supe después de esos instantes que la vida puede dar un vuelco en solo unos segundos, supe que todo lo que había hecho hasta ese momento había sido una equivocación...supe que hubiera sido mas feliz muriendo a su lado, que soportando su ausencia en la distancia.
Claudia camino en pasos derrotados hasta donde yo estaba tirado, posaba su mano en uno de mis hombros para también buscar consuelo en mi, pero yo ya había caído, ya estaba en el suelo hecho pedazos enfrentando las consecuencias de mis acciones estúpidas y banales - Rick...- sollozo desesperada buscando mi mirada - No me dejes sola en esto...no cuando estoy aquí por ti - confundido levante mi vista nublada para encontrarme con sus ojos bañados en lagrimas...entonces la rabia me arrebato el control de mi cuerpo, me convertí en un demonio iracundo y ciego, corrí hasta el Almirante y lo empuje con todas mis fuerzas buscando por un culpable - ¡Usted la mando lejos! - grite salpicando la saliva agria que corría por mi boca - ¡Usted la alejo de mi! - dije luchando con el agarre de varios soldados que intentaban detenerme para no caerle a golpes al Almirante que en ese momento parecía ser el mayor responsable, el frunció el ceño molesto - No hijo, tu fuiste quien la alejo – y fue la peor respuesta que pude recibir en un momento en que mi vida parecía estar desmoronándose lentamente.
Salí de la base como otra persona, violento, destructor, deseoso de encontrar algo con que calmar la quemazón de mi corazón, deseoso de encarar a quien yo creía era la razón por la cual la deje ir, pero que mas bien era una victima de mi cobardía e indecisión...entre a nuestra casa ciego, sordo, como animal herido y la encontré cantando ensoñadoramente, y así como la vi, frágil, sonriente y confundida por mi estado le grite como jamás lo hice, la tome por los brazos, reclamando, escupiendo veneno, afirmando una y otra vez que ella había sido el peor error de mi vida, rompiendo todo lo que encontraba a mi paso, tratando inútilmente de borrar toda evidencia de mi relación con ella... me detuve hasta que la vi con su mirada empañada de dolor al darse cuenta que ambos nos equivocamos, cansado y derrotado, tome de nuestra habitación una maleta que llene con la primera ropa que encontré, con la firme convicción de no volver nunca más. Salí de la casa sin saber a donde ir, quería que se me quitara o dolor que atravesaba mi alma, quería que la imagen de Lisa gritando en medio de un ataque se borrara de mi memoria.
Mis pasos me llevaron hasta el hangar donde el Skull descansaba sobre sus ruedas esperando a salir a nuestra siguiente misión, toque el fuselaje con las manos y sentí mucho mas melancolía, abrí la capota y busque refugio, tome el casco que había estado conmigo desde que entre a la milicia y sentí que yo ya era otro, mi mirada en la mica ya no reflejaba nada, estaba vacía...antes luchaba por la Tierra, por Lisa, por la forma en que ella se convertía en mis ojos cada que yo salía a una batalla, por esa mirada que siempre confío en mi aun cuando yo no confiaba en mi mismo...cerré los ojos y avente el casco lo mas lejos que pude, y sin esperarlo siquiera el dolor comenzó a salir desde el fondo de mi alma, las lagrimas salieron al fin provocando que mi cuerpo temblara por los sollozos que mi boca dejaba salir, esa noche yo era libre de llorar por mi felicidad perdida, esa noche yo lloraba la muerte de Lisa, la mujer que fue dueña de mi corazón mucho antes de que yo mismo lo supiera.
No tuve razones ni motivación para seguir en la milicia, aun con la insistencia de Claudia deje mi puesto y entregue mi renuncia unos días después del ataque, deseaba alejarme de cualquier recuerdo de ella, mas aun cuando el Almirante Gloval se atrevió a realizar una ceremonia para honrar a toda la tripulación que murió en el cumplimiento de su deber dentro del Sdf2, y supe en ese instante que no podría seguir involucrado en un medio en que todo me recordaría a ella, no podría encontrar valor para caminar por los pasillos de la base en donde había una placa en honor a ella, una placa que me recordaba que su vida había llegado a su fin. En adelante trataría en lo posible buscarme una vida que me dejara paz y que me permitiera soñar con los recuerdos
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El rocío de la mañana pegó en mi rostro, abrí mis ojos y tarde unos segundos en comprender que de nuevo había me había quedado dormido evocando recuerdos del pasado, me levante y caminé hasta la pequeña cabaña a la que me había mudado luego de separarme de Minmey, miré el reloj de pared, tenía el tiempo justo para ir con Claudia y después pasar al colegio, sonreía solo de pensar en verla. Aun me sentía atarantado por la mala noche de sueño y por la llamada…mi corazón volvía a palpitar asustado de solo pensar en la posibilidad de verla de nuevo, de saber que ella regresaba a la Tierra como un fénix que se levanta entre las cenizas ¿pensaría aun en mi como yo en ella?
Cuando llegue a la base Claudia ya me esperaba en la cafetería con una taza de café americano, igual que yo parecía que no había podido conciliar el sueño en toda la noche – ¿Tampoco Lisa te dejó dormir? – pregunto con un tono de incredulidad, asentí levemente y me pedí un café – Sigo sin creerlo – volvió a comentar con el mismo tono – Si no le hubiera reconocido la voz, hubiera jurado que alguien nos estaba haciendo una mala broma
- Si me preguntas a mi, sigo sin creerlo – tomé un trago de la taza – ¿Hablaste con ella?¿Como fue? – dije mucho más curioso, deseoso de saber algo, lo que fuera de ella
- Recibimos una señal extraña anoche, no cazaba con algún código usado entre nosotros o la flota aliada zentraedi, pero era insistente y llevaba encriptada la palabra "Delta 1" desde ahí el Almirante Gloval y yo sentimos una especie de presentimiento, el equipo técnico trato de buscar la fuente de la señal pero fue imposible, ante nuestros sistemas de comunicación y radares era prácticamente invisible – los ojos de Claudia se llenaron de lágrimas – Y cuando el Almirante ordenó abrir la comunicación y la escuché decir "Aquí Delta 1, Capitana Lisa Hayes a bordo del Sdf2, estamos bien y vamos de regreso" sentí que mi corazón daba un vuelco
- ¿Cómo es posible? – pregunté aun incrédulo - ¿por qué no se comunicaron con nosotros en todos estos años?¿como es que ninguna flota aliada zentraedi supo de su paradero? Bretaii vio la nave explotar -
- Rick yo tengo las mismas dudas que tu, apenas logré intercambiar unas palabras con ella, por eso estoy segura que era Lisa, no se que habrá sucedido, tengo miedo de saber que fue lo que paso con ella y con el resto de la nave en todo este tiempo, pero lo único que me importa es que viene de regreso a casa y que podré verla –
- ¿Ella te escuchó? -
- Lo único que me salio de la garganta cuando la escuche fue pronunciar su nombre, y ella me respondió "Soy yo Claudia" su señal emitió el tiempo estimado de viaje, según sus cálculos estarán entrando al sistema solar dentro de dos días, es muy extraño por que a esa distancia los radares ya deberían captar algo, pero no ven nada…eso tiene al Almirante Gloval desconfiado -
- ¿Crees que sea una trampa? – dije temeroso de que mis esperanzas fueran a ser destruidas de nuevo
- Era Lisa, Rick, de eso no me queda duda, lo que me hace pensar es con quien viene y como viene -
Me mantuve callado, pensando en infinitas posibilidades que me angustiaban, Claudia tomó mi mano notando mi nerviosismo – De nada sirve ponernos a pensar en cosas, por que solo serán especulaciones, solo nos queda esperar – llevé mi mano hasta mi frente y solté un fuerte suspiro, Lisa con solo una señal de vida había logrado poner mi mundo de cabeza de nueva cuenta
- Tenía tiempo que no te veía Hunter – dijo Claudia ya con un mejor humor - Deberías dejarte ver más seguido o ¿es que andas muy ocupado volando tus aviones privados? – rodee mis ojos ante el tono de burla que Claudia usaba para referirse al pequeño negocio que yo había formado luego de la milicia, con el pago de mi liquidación me hice de dos aviones pequeños para poder realizar vuelos privados para gente importante y artistas, no me iba mal, me daba lo suficiente para vivir
- Cuando dejarás de burlarte de mi negocio –
- Cuando regreses a lo que realmente te gusta y saber hacer bien, te lo he dicho, el Almirante Gloval no dudaría dos veces en aceptarte de nuevo en el ejercito, al irse Max y Miriya en la expedición te quedaste como el único piloto de mayor experiencia y sin mas nos dejaste abandonados -
- No entremos de nuevo en esa discusión Claudia – dije cansado solo de pensar en las veces en que ella había tratado de convencerme de volver a la RDF – Ya no tenía lugar en el ejercito – Claudia suspiró de nuevo con resignación al darse cuenta de que hablar conmigo era toparse con pared – Además ya no soy la persona más joven, seguro debe haber nuevos pilotos iguales o mejor que yo
- Eres un exagerado treinta y siete años y crees que ya eres un viejo – sonreí un poco – Claudia había sido después de todo la única familia que estuvo conmigo desde que Lisa decidió irse, aunque no nos veíamos con frecuencia por mi decisión, en el fondo agradecía su preocupación y su cariño por mi
- ¿Hubieras deseado irte con ellos? -
Ella asintió levemente y se encogió de hombros – Justo como tu – respondió resignada
- Debiste irte, no valía la pena que te quedaras por mi – frunció el ceño y golpe mi cabeza con un pequeño gesto de madre que regaña a su pequeño hijo
- No traigas a flote tu faceta de maniaco depresivo, que me quedé por que le prometí a Roy que nunca te dejaría y por que te quiero como a un pequeño hermano – pidió otro café y pareció reponerse un poco más de la desvelada - ¿Cómo está tu pequeña? deberías dejar que vea más seguido a tía Claudia
- Está hermosa – respondí lleno de orgullo – Yo no se que habría sido de mi sin ella, nunca terminaré de agradecer a Minmey por traerla al mundo
- Es una adoración de niña – dijo Claudia sonriendo – Esa hija tuya roba corazones, tengo que irme Hunter, pero te estaré informando que sucede en los siguientes días – se acercó hasta mi y me abrazo fuertemente – Por favor, no hagas tonterías – me suplico – Hasta que llegue Lisa podremos responder a todas nuestras preguntas – asentí levemente y me quedé en la cafetería hundiéndome de nuevo entre los recuerdos de cuando supe que mi pequeña venía a la vida para darme un poco de luz
Me mude a una pequeña casa fuera de ciudad, luego de renunciar al ejercito pasaron un par de meses hasta que volví a saber de Minmey, no había tenido valor para darle la cara luego de la forma en que salí de su vida, me sentía como un infame y entendía el por que ella no había intentando contactarme luego de aquella noche en que salí de nuestra casa, por los noticieros me enteré que había firmando un nuevo contrato con una disquera, volvería a cantar y eso me tenía conforme, ella merecía una buena vida, cantar era lo que más amaba y lo que la haría feliz.
Llegó a la puerta de mi cabaña sin saber como había conseguido la dirección, se veía bien, con los ojos luminosos, como si al fin hubiera despertado de la mentira que juntos ayudamos a construir y aunque casi por reflejo esperé reclamos de su parte no fue así, ella me pidió hablar y yo no podía negarle algo, no después de cómo la había tratado.
- Quiero que sepas que no te guardo rencor por la forma en que te fuiste – dijo sentada frente a mi sosteniendo un sobre blanco – Si hay alguien que debería pedirte una disculpa esa soy yo, te obligue a quedarte a mi lado, nunca debimos unir nuestras vidas por la fuerza y la resignación
- No fue tu culpa Minmey, yo estuve equivocado desde el principio, lamento haberte dejado de la forma en que lo hice, lo del Sdf2 me provoco una locura temporal
- Me duele verte así y me duele más no poder hacer nada para ayudarte -
- Las cosas ya sucedieron
- ¿Sabes? No creo que a ella le hubiera gustado verte así – dijo aventurándose al entrar a un terreno que para mi era prácticamente sagrado – Lisa no hubiera querido que dejaras tu vida así como así, ella fue quien más te apoyó a que persiguieras tus sueños, lo hizo pensando en que serías feliz conmigo, por eso se fue, ¿por qué no honrar su recuerdo haciéndolo?
- ¿A que veniste? – pregunté cansado intentando cambiar el tema
Minmey clavó su mirada en el suelo y pareció vacilar por unos minutos – Estuve indecisa en si sería conveniente venir o si sería mejor dejarte fuera – susurro captando mi atención – pero no sería justo, tienes derecho a saber y a tomar la decisión que mejor te parezca
- ¿De que hablas? – dije curioso mientras ella me extendía el sobre blanco
- Estoy embarazada – dijo con una sutil sonrisa – tengo poco más de dos meses, esos son los resultados de los estudios
Abrí el sobre y confirmé lo que me decía, subí mi mirada llena de sorpresa y entonces entendí la razón de su felicidad, a mi mismo me daba felicidad saber que una vida creada por mi y por ella tomaba forma dentro de su cuerpo, sin embargo también sentí temor y Minmey también lo notó -
- Rick no vine a exigir que regreses conmigo, yo se bien que esa es la peor de las alternativas – suspiro con un poco de tristeza - vine por que quiero que seas parte de esto si tu lo deseas, aun con todas las tonterías que hemos hecho no podría imaginar un mejor padre que tu
Vi en su mirada una genuina sinceridad en sus palabras, y aunque todo estaba sucediendo como menos lo esperaba no podía desentenderme de una vida inocente que no tenía culpa de nada – Nunca te dejaría sola en esto Minmey – dije tomando una de sus manos – Si alguna vez pudimos ser amigos, no veo por que no podamos ser amigos siendo padres – ella sonrío ampliamente y así fue como ambos nos hicimos padres.
Mi pequeña Vika nació una madrugada de Mayo, igual que Minmey ansiaba conocerla, la noticia había sido seguido por medios del espectáculo debido a que ella durante su embarazo lanzó un nuevo álbum que la regresó a la fama, sin embargo ella no cambió, convertirse en madre la hizo madurar mucho y a mi me obligo a buscar una nueva forma de vida que me permitiera darle todo lo que la bebé necesitara a lo largo de su vida. Uno de los momentos más felices de mi vida fue cargarla entre mis brazos por primera vez, ver como abría sus ojos azules iguales a los míos y me miraba con una inocencia tan pura que me hizo amarla desde el primer segundo. La llamamos Vika, que significaba fuerza, y eso era lo que nos hacía sentir su nacimiento, fuerza para seguir adelante y enfrentar la vida con lo que viniera, nuestra pequeña niña nos trajo con solo respirar la mayor felicidad.
Uno no puede describir la felicidad que los hijos provocan, no se puede de forma sencilla encontrar palabras que definan los sentimientos que se experimentan durante el crecimiento de alguien que es parte de tu sangre, mi pequeña hija fue la protagonista de todos los momentos llenos de plenitud y felicidad, disfrute cada día, cada hora en que ella estuvo conmigo, por que debido al acuerdo que hicimos luego de que Vika naciera, ambos compartíamos la custodia y así de alguna u otra manera siempre nos las arreglábamos para poder mantener una relación cordial que ayudara a que nuestra hija creciera con el amor de nosotros dos aun estando separados.
Salí corriendo de la cafetería cuando me di cuenta que faltaban veinte minutos para que Vika saliera del colegio, maneje aun con la ansiedad que me provocaba saber que Lisa venía de regreso ¿Qué pensaría al saber que tenía una hija?¿se habría casado también?¿tendría hijos? Odiaba siquiera pensar en la posibilidad de que ella hubiera encontrado a otro, me revolvía el estómago imaginarla entregando su cuerpo a alguien más, me atormentaba pensar que ella hubiera seguido con su vida, apreté el volante cuando me estacioné fuera del colegio, sus ojos verdes estaban clavados en mi memoria y la desesperación de querer verla se estaban volviendo insostenible.
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La verdad es que de pronto sale mi lado oscuro y quiero matar a Rick, y para que no termine matándolo en un silla eléctrica en Memorias, debo encontrar donde desquitarme...
Les quiere
Renee
