Esto es algo pequeño y quizá sin mucho sentido pero espero les guste. Será el primer capítulo de un long fic después de mucho tiempo escribiendo one-shots.
Advertencia: este es un fic Thilbo/Bagginshield; (hombre x hombre, Yaoi/Slash) así que si no te gusta este género o este ship no lo leas; aunque también habrá parejas secundarias como el Kiliel x3 y si tengo suerte de que se desarrolle como quiero la historia, una que será una sorpresilla.
Ahora sí. AAAAACCIÓN.
CAPITULO 1: REY ENANO
El pony, cansado de toda esa travesía se había desplomado al suelo haciendo que su jinete cayera aun inconsciente al piso alfombrado de pasto. El frio de la noche era inminente, así que el pony se tiró acurrucándose lo mejor que pudo dándole calor a su amo quien aún no despertaba.
Estaba lleno de heridas aun sangrantes, de mugre y pesadas ropas que hacían más dificultosa su respiración, fue ahí donde lo vio, fue ahí donde un pequeño hobbit descubrió una especie que nunca había visto.
-¡Tío! ¡Tío Bilbo! –gritó el pequeño hobbit haciendo que un hobbit mayor corriera en su auxilio.
-¡Frodo! ¿Qué pasa? –al ubicar a su sobrino un estremecimiento lo recorrió, no era el frio, era que ahí había un cuerpo al que curiosamente el hobbit se había acercado -¡Frodo, aléjate! –
-Aun respira, ¡Tío, está vivo! –Gritó el pequeño haciendo un esfuerzo por levantarlo y subirlo de nuevo al pony que más que dispuesto estaba a salvar a su jinete -¿Qué es? –
-Es un enano –los ojitos del niño centellaron emocionados de su descubrimiento; cuando Bilbo se acercó a socorrer al enano notó que en las heridas había rastros de lo que fueron flechas y quizá una espada –está muy mal herido –
-Tenemos que salvarlo –dijo Frodo mirando a su Tío con súplica, quien no tuvo más opción que aceptar pues no podían dejar ahí a un desvalido.
Lo subieron al Pony para dirigirlo a la Comarca.
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-¡Me traicionaste! ¡Aléjate de aquí! –dijo la majestuosa figura del rey enano Thrain apuntando a su hijo con su espada.
-¡Padre! –gritó la princesa Dís al ver como su hermano era prácticamente acorralado en el balcón.
-Seguro tú lo ayudaste, ¡insensatos! ¿No saben quién soy yo? ¡Soy el rey! ¡Rey bajo la montaña! –
-Eres mi padre –dijo el azabache pero eso no bastó para el rey enano, en sus ojos veía que no quedaba nada de su padre, no quedaba nada del verdadero rey. Eso le dio seguridad al enano más joven para sacar su espada y enfrentarse a él.
Todos miraban el enfrentamiento, su pueblo miraba como el rey veía con un odio inconmensurable a su primogénito con cada choque de espadas. Temían. Todos temían del rey, y la antigua lealtad ganada por sabiduría, se perdió.
-¡Jamás serás rey! ¡Te relevo de tu herencia! Morirás en el exilio–
Se comenzó a remover después de sentir algo frio recorrer su rostro, sus mejillas escocían debido a los rasguños que se había ganado durante el viaje a ningún lugar, esperaba estar en los amplios salones de Mahal al despertar pero en su lugar, al abrir los ojos se encontró con una habitación de techo y paredes hechas de madera, la luz de las velas en cada punto del cuarto daba una iluminación perfecta y cálida.
Pero lo que más llamó su atención fue un par de ojos curiosos que lo miraban, dos pupilas azules y una blanca sonrisa lo recibió.
-¡Despertó! ¡Mamá, papá, tío! ¡Despertó! –Gritó el pequeño a un lado de la cama –Hola señor enano, ahora está a salvo –dijo con orgullo el pequeño.
-¿Dónde estoy? –se reincorporó en la cama viendo su torso descubierto notando todas las vendas que lo cubrían en todas partes, incluso en sus extremidades.
-Está en Bolsón-Cerrado, es la casa de mi tío Bilbo –escudriñó al menor con más atención viendo las características de este.
-Eres un hobbit –afirmó el mayor haciendo que el menor sonriera.
-Sip, lo soy. Usted es un enano –
-Frodo, no seas grosero con nuestro invitado –dijo un castaño entrando a la habitación seguido por dos más, una hobbit azabache y otro moreno -¿se encuentra mejor? –dijo, colocó la charola con comida a un costado de la cama en la mesa de noche.
-Sí, gracias –
-No es nada, no es común ver a extraños por la Comarca, ninguno se aventura a cruzar hacia acá después de Bree –dijo la hobbit sonriendo cálidamente –soy Prímula y él es mi esposo Drogo, a su servicio –dijo ella presentándose.
-Thorin Escudo de Roble al suyo mi señora –ella rió contenta ante ese apelativo -¿Cuál es el suyo, señor? –
-¡Oh! Que grosero, lo lamento… -dijo algo nervioso, pues a pesar de las heridas y el maltrecho cuerpo del enano este aún tenía esa aura que imponía respeto –Bilbo Bolsón, a su servicio –
-¡Yo soy Frodo! –dijo el menor brincando para llamar la atención del enano –se parece a los héroes de los cuentos –dijo embelesado haciendo que Drogo se acercara para alejar a su hijo del enano con discreción.
-Nosotros nos vamos, no queremos molestar a un herido; vendremos de visita Bilbo –
-Lo agradecería, Prím –ella asintió y se fueron escuchándose de lejos la puerta de entrada cerrarse –Bueno, sería conveniente que tomara la cena, para que pueda recobrar fuerzas –dijo llenando el recipiente a un lado con más agua para que se lavara –Su pony se encuentra en los establos de una casa amiga cerca de aquí, cuando quiera puede ir por él –
-Eso me suena más a que no desea mi presencia aquí –
-¡No, no es lo que quise decir! –Dijo exaltándose el castaño sacándole una sonrisa al enano –solo supuse que quería saber dónde se encuentra su pony –
-y lo aprecio, gracias maese Bolsón –este sintió sus mejillas arder por tanto respeto expresado en esas palabras.
-No hay de que señor… Escudo de Roble –dijo algo confundido por tan extraño apellido –Coma y descanse, sus heridas no estarán mejor pronto, así que debo cambiar sus vendas mañana –se retiró mirando al hobbit irse.
Realmente había escuchado de ellos pero el primer hobbit que había visto fue en una posada en Bree antes de ser atacado, y realmente no le habían parecido gran cosa pero ese hobbit era… diferente. No supo que le llamó la atención pero agradeció profundamente su hospitalidad.
Quizá la herida que más le dolía era la más profunda dentro de su pecho, se había abierto después de que su padre le había gritado traidor frente a todos los sirvientes, a su hermana, sus sobrinos. Un suspiro escapó de sus labios evitando que el llanto explotara pues no sería nada digno de un enano, aunque ahora que se encontraba exiliado realmente ¿Qué iba a hacer? ¿A dónde iba a ir? ¿Con Dáin? Ni hablar, no podía poner en peligro a su primo, no podía ir a Moria, ni a las colinas de hierro.
No pertenecía a ningún lugar.
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Extrañamente su sueño había sido apacible, solo despertado por el delicioso aroma de lo que identificó como huevos, pan y tocino quizás. Abrió los ojos notando de nuevo esa habitación de cálida madera, tan extraña para él acostumbrado a paredes y techos altos de piedra. Se enderezó lo mejor que pudo llegando a tocar el piso alfombrado de escarlata, se sorprendió de no necesitar sus botas y comprendió por qué los hobbits no usaban zapatos.
Su abdomen le dolía, pero llegaba a ser soportable si lo sostenía. De esta forma salió de la habitación guiado por el aroma del desayuno encontrándose con el hobbit castaño de rizos frente al fuego de su estufa de piedra friendo lo que desprendía aquel delicioso aroma.
Fue el sonido de su estómago el que delató su presencia. Bilbo giró sobre sus talones para verlo.
-¡Oh! No debió levantarse –le reprendió con una mirada preocupada que le hizo sentir una extraña calidez al enano, dejándolo confundido –está herido, no debería levantarse –
-De alguna forma sus palabras son insultantes, estoy herido, no muerto; peores heridas he sufrido en batalla –
-¿Ba-Batalla? –Dijo viendo como el enano se acercaba -¡No! Debe descansar, por favor. Al menos siéntese –las considerablemente pequeñas manos (en comparación con las de Thorin) del hobbit descansaron en su pecho intentando retenerlo aun sabiendo que la fuerza del azabache le sobrepasaba.
-Bien –gruñó sentándose en la mesa haciendo sonreír al mediano por hacer conciencia en la testaruda cabeza de ese desconocido enano aferrado.
Se instauró un silencio entre los dos que los incomodó un poco, Bilbo fue el que se vio obligado a romperlo.
-Dígame… ¿Cómo llegó hasta aquí? La comarca no es un lugar que frecuente gente como usted –
-¿Gente como yo? –dijo la voz profunda del enano.
-M-Me refiero a… bueno, a todos… ni elfos, hombres o enanos suelen verse por aquí –dijo moviendo con su pala de madera las rebanadas de tocino en el sartén.
-Solo iba de paso –respondió escuetamente.
-¿A dónde? –
-Hace muchas preguntas maese Bolsón –
-Solo Bilbo, no necesita tanta formalidad. Y es solo que… tengo mucha curiosidad, lamento si le estoy molestando –dijo con timidez haciendo que Thorin dejara de estar a la defensiva.
-Busco un nuevo hogar –dijo con sinceridad sin si quiera mirar a su anfitrión –Busco un lugar que pueda volverse mi hogar –dijo con voz queda haciendo que algo dentro de Bilbo se estrujara mientras sacaba la comida de la lumbre y la servía en dos platos.
-Pues… si le interesa, puede quedarse el tiempo que quiera mi señor Thorin Escudo de Roble, ya que necesita una posada no hay lugar mejor que Bolsón-Cerrado para que se quede –no sabía la razón, quizá le dio lastima el pobre enano que no tenía un hogar, pero quería que se quedara, alejándose de lo respetable que lo llegaran a conocer, decidió que estaba bien el hecho de que ese enano se quedara en casa.
-No sé nada de la vida de un hobbit, no creo ser útil por estos lares –
-Solo necesita encontrar algo en que sea bueno aquí –dijo sonriente poniéndole el plato, el pan en rebanadas y algo de té.
-Soy un enano, solo sé cosas de herrero –
-¡Genial! Aquí no tenemos ninguno, podrías ser el primero –pudo ver como el enano enarcaba una ceja en desacuerdo –podríamos necesitar ruedas o cosas para los ganaderos, sería muy útil –le incentivó.
-Será temporal, solo hasta que me recupere me quedaré aquí, luego me iré –
-De acuerdo, pero siempre que quiera puede regresar, señor –Una diminuta sonrisa surcó los labios del enano.
-Acepto su propuesta. Y sería un placer, aunque no me complace estar rodeado de medianos –se hubiera reído por el puchero que el castaño hacía si no fuera porque tenía el poder de echarlo a patadas.
-No somos medianos, no nos gusta ese apelativo. Somos hobbits –dijo dando un bocado de forma tan digna como le era posible.
-Bien. Hobbits –dijo con una diminuta sonrisa, apenas perceptible para los sentidos del hobbit.
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Después de tomar un baño preparado por el castaño, y de que este le cambiara las vendas se dio cuenta de que no tenía su ropa.
-Maese Bilbo –le dijo mientras este aseguraba las vendas.
-¿Sí? –
-Necesito mi camisa y abrigo, si no es molestia –hasta ese momento el castaño se había dado cuenta de su desnudez, de que una fina toalla era la que separaba su cuerpo del ambiente. Se sonrojó violentamente provocando una mueca burlona en el enano.
-¡Claro! Se están secando, iré por ellas al tendedero, supongo que ya deben estar secas –salió casi corriendo de la habitación, al llegar afuera se preguntó ¿por qué? Él no actuaba así, no se sonrojaba como hobbit puberto, no se avergonzaba de esa forma, él no era así.
Se apresuró en descolgar la ropa seca del enano, pues no deseaba tener a uno desnudo dentro de su casa. Al llegar lo encontró viendo dentro del armario cercano a la puerta donde encontró su cinturón, traía puestos ya los pantalones y las botas lo cual aligeraba el peso en los hombros de Bilbo.
-Aquí tienes –le entregó sus ropas manteniendo la vista fija en su torso, bien marcado, con antiguas cicatrices que se podían ver a pesar de la capa de vello que cubría su pecho y bajaba hasta perderse en las vendas y luego hasta perderse en sus pantalones "¡Bilbo, eso no es nada respetable!" –Me iré al mercado, debo reabastecer la despensa –dijo rápidamente tomando su canasta de la cocina y saliendo corriendo nuevamente ¡De su propia casa!
-Que criatura tan curiosa –dijo al aire poniéndose el cinto donde descansaba su espada
Sintió todo el aire en sus pulmones salir de golpe en un suspiro aliviado al salir de su casa, consideró que esa sensación de hormigueo se debía a la extraña y pesada aura de Thorin quien con su sola presencia pareciera que derribaría una montaña para que se inclinase ante él "Casi como si fuera de la realeza" pensó, pero descartó esa teoría al recordar lo que le había dicho: él buscaba un hogar, un nuevo hogar; y alguien de la realeza simplemente no podía hacer eso. Tenían responsabilidades, y por lo poco que se sabía de los enanos en toda la tierra media, eran muy estrictos al respecto.
Sus preocupaciones se fueron al momento en que comenzó a entablar amenos "buenos días" con sus vecinos y mercaderes que se encontraban en sus puestos repartiendo verduras, carnes y diferentes especias. En algún punto su canasta no bastó y tuvo que comprar otra que competía en peso con la primera. Si entre hobbits Bilbo no era el más fuerte o menos torpe, imaginad a un mediano con dos grandes moles cargando en sus brazos. Sin duda una vista cómica para algunos.
Se arrepintió de no aceptar la ayuda de uno de los mercaderes quien solo pedía dos monedas extra con tal de llevar sus mercancías a su hogar.
Dejó un segundo las dos pesadas canastas –rebosantes de alimento –en el suelo para tomar un respiro y retomar la marcha, pero antes de que pudiera tomar una de las canastas alguien la arrebató con una facilidad no característica en ninguno de los habitantes de la comarca.
-No tienes complexión física para esto, me es ajeno el por qué decidió (aun así) comprar el mercado maese Bilbo –dijo tomando ambas canastas con gran facilidad.
-¡No lo haga! ¡Usted está herido mi señor Thorin! –las miradas que tanto preocupaban a Bilbo dejaron de importarle al enfocarse solamente en el bienestar del enano.
-No lo haría, pero usted es demasiado escualito para cargar esto solo –el mediano no supo si interpretar eso como un insulto o como un "No lo cargues, yo lo haré por ti". Optó por el primero ya que la segunda opción le sonaba muy extraña en la cabeza.
Susurros se escuchaban alrededor de ambos ante las miradas reprobatorias de la comunidad hobbit, al parecer a Thorin esas palabras, que ni si quiera audibles eran, le resbalaban como mantequilla en teflón, pero a Bilbo no, él las sentía demasiado porque siempre había sido considerado un "hobbit respetable" ¿eso que significaba? No hacía bulla, no salía de la Comarca, no iba a aventuras, no hacía nada fuera de lo ordinario. Ahora tenía en su casa a un enano, de alguno de los siete reinos enanos pero eso era lo de menos, sino que era ¡un enano viviendo con un hobbit! ¡Ambos hombres! Ya podía ver a los Sacovilla-Bolsón comérselo a palabras durante la hora del té debido a su invitado. Todo un escándalo.
Sus mejillas ardían de vergüenza, pero al mirar al enano esa vergüenza hacia lo que pensaran los demás se fue, podía ser su amigo, nunca había sido muy sociable y él parecía una persona solitaria al igual que él. "Puede que tengamos cosas en común."
Llegaron a casa más rápido de lo que esperaban, siendo Bilbo quien abriera la puerta dejando paso a Thorin para que llevara todo a la despensa. Miró su reloj de pared y corrió a la cocina.
-¿Qué hace maese Bilbo? –
-¿No ha visto la hora? Ya es tarde, es tiempo del segundo desayuno –eso desconcertó a Thorin, si bien no había comido tanto en el desayuno como de costumbre le pareció extraño que el mediano quisiera comer un segundo desayuno.
-¿segundo desayuno? –Bilbo notó al enano genuinamente interesado.
-Si, en unas horas más será el almuerzo, luego la comida, la hora del té, la merienda y la cena –dijo como si fuera lo más normal del mundo.
-¿No considera que es demasiado? –Bilbo ya estaba cortando verduras, pero se detuvo para enfocar su vista en el enano.
-¿Ustedes no tienen las mismas comidas? –
-Para nosotros solo es el desayuno, la comida y la cena. Si hay algo extra podría ser un almuerzo pero nada más –al castaño lo llenó un instinto paternal (o eso creyó él), así que se decidió a hacerle todas las comidas a su invitado, haría todas las comidas con el mismo nivel que merecía un rey.
Hasta ese momento Bilbo escaneó la figura de Thorin, ubicando la espada en su cinto.
-¿Llevabas eso hace rato? –
-¿ah? Sí –respondió a secas como si dijera "hago lo que quiero, no me importan otras opiniones".
-N-No puedes pasearte con una espada por la Comarca, imagina lo que dirán de ti… -
-Yo no tengo que darle explicaciones a ningún mediano, los ataques suelen ser improvisados la mayoría de las veces. No correré ningún riesgo –Bilbo sentía que explotaría, quería decirle tantas cosas. Pero no lo hizo. Se guardó todas las palabrotas que sabía, toda su frustración y lo dejó pasar para continuar haciendo la comida.
Thorin era ajeno a todo lo que sentía el mediano, lo que si era que por algún motivo le llamaba la atención, sentía que dentro de ese blando cuerpo había algo muy superior. Algo misterioso.
Y de esta forma damas y caballeros es como se instaura el hielo en una conversación, un hielo difícil de romper cuando el único que se dispondría a hablar estaba lo suficientemente enojado para guardarse todas sus palabras.
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Ahora díganme… ¿es bueno, malo, horrible o les gusta la idea? Este podría decirse que es un AU donde no secuestraron a Thráin en la batalla de Moria, pero si donde Thror murió peleando contra Azog.
Gracias por leer y espero que les gusten los siguientes capítulos; saben que los quiero muchísimo y espero leerlos pronto.
Ciao.
CaocHatsune.
