"Equivocados"
¡Yei! ¡Este es mi fic no. 10 en fanfiction! Creo que necesito organizar una fiesta o algo así por este gran logro, no creí que llegaría a publicar tantas historias :D
A los lectores que hicieron esto posible ¡MUCHAS GRACIAS!
¡Muchas gracias a todos los lectores y un enorme abrazo y agradecimiento a quienes se han tomado la molestia de escribirme un review! Creánme que los leo todos y siempre estoy dispuesta a resolverles sus dudas de alguna historia.
Lamento mucho la demora de mis otros fics que siguen en espera, están en proceso y espero poder tenerles buenas noticias de ellos muy pronto.
Esta historia fue inspiración de un prompt y la ayuda de mi padawan, ¡he aquí tu pequeño regalo de cumpleaños!
Sin más por el momento, les dejo el primer capítulo de "Equivocados"
Disclaimer: Miraculous: Tales of Ladybug & Chat Noir no me pertenece.
"Conectados"
Lo complicado de un día que parece normal es que no termina como un día normal. Alya, Marinette, Nino y Adrien habían decidido ir a la feria local que se instalaba temporalmente, diferentes puestos y atracciones se colocaban en el parque para atraer a turistas y locales por igual. Distintos juegos mecánicos ocupaban una parte de la calle y locales de comida se quedaban en el centro del parque ofreciendo sus platillos en mesas pequeñas. Los cuatro deambulaban viendo con asombro la variedad de comidas y actividades. Iniciaron con unos cuantos juegos mecánicos, disfrutando la adrenalina, en el caso de Marinette probando la adrenalina de estar al lado de Adrien, Alya se las había ingeniado con Nino para siempre dejar a los otros dos como pareja en cada oportunidad. Hasta el carrusel parecía un juego peligroso cuando la joven de ojos azules veía al chico sentado en su caballo a su lado sonriendo y maravillándose ante las luces, la chica casi pierde el equilibrio en su propio caballo por verlo. Lo peor es que todo quedó en video y la joven no sabía si agradecer o sacudir a su amiga cuando le mostró los videos días más tarde. La normalidad se comenzó a perder cuando Adrien y Marinette decidieron que era momento de sacar su lado competitivo, Alya y Nino no podían decir con exactitud el momento en que sus amigos dejaron de lado su actitud tímida para pasar a ser combatientes por peluches.
Marinette en momentos olvidaba que estaba al lado de Adrien, porque el premio estaba ahí, lindo y dispuesto a ser parte de su colección, por lo que dejó de lado su nerviosismo para dar en el blanco con la pistola de agua en sus manos.
Adrien reía divertido al ver a su amiga inmersa en el juego, pero decidió concentrarse en obtener el premio que él quería. El brillante premio que podía ser suyo apenas ganara.
"Lo siento, pero ¡es MÍO!" pensaron ambos cuando la campana sonó anunciando el fin del juego. Alya y Nino a un lado habían optado por mantenerse a salvo de la batalla, sintiéndose mal por los niños que habían decidido unirse a la competencia. Así, niños desilusionados veían como dos peluches les eran entregados a dos jóvenes que veían con una gran sonrisa sus premios.
Un gato negro de peluche de unos 30 cm fue depositado en las manos de una ansiosa Marinette.
Una catarina de peluche de casi el mismo tamaño fue recibido por un emocionado Adrien.
El dueño les dijo que no podían volver a jugar y dio dulces a los niños que habían perdido tan terriblemente. Marinette y Adrien sólo se alejaron sonrojados y apenados por su comportamiento infantil, pero al ver los peluches en sus manos no pudieron evitar la sonrisa en sus rostros.
Terminaron en medio del parque, decidiendo qué podían cenar antes de probar más juegos. Ahí fue cuando el rubio notó que algo faltaba, su peluche estaba ahí, pero su compañero no estaba, Plagg había desaparecido. Asustado, dijo una excusa medio convincente que incluía la frase "necesito queso" y se dispuso a buscar en los diferentes puestos algo que hubiera atraído a su kwami.
Marinette vio con algo de extrañeza como el chico se alejaba, pero con sus amigos decidieron probar algo dulce y aprovechó el momento para deslizar una galleta de chocolate que acaba de comprar en su bolsa. Luego la abrió y la acercó a su rostro, ahí dentro, sólo estaban dos galletas que había dejado en caso de que su kwami tuviera hambre, pero Tikki no estaba.
La kwami veía con sus ojos azules la feria desde un árbol respirando profundamente para olvidar lo mareada que estaba por las constantes vueltas que había sufrido en el bolso de su elegida. Necesitaba aire después de estar sofocada en la pequeña bolsa con el olor a galletas que no ayudaba a disminuir su malestar, escapando en un momento en que la joven de cabello negro había decidido bajarse del juego. La volvería a encontrar pronto, sólo necesitaba unos minutos para recuperarse, cerró sus ojos y se quedó dormida.
Plagg estaba siguiendo el delicioso olor de queso derretido que provenía de distintos lugares, contento con dejarse llevar por el aroma, comiendo cuando veía a algún chef distraído y huyendo antes de que notarán la ausencia de algunos ingredientes. En su entusiasmo no notó que terminó dentro de cierta panadería, encerrado por entrar justo cuando el último cliente había decidido abandonar la tienda.
Adrien corría entre los puestos ante las miradas de recelo de algunos comerciantes cuando preguntaba si tenían camembert. Terminó en el último puesto y cuando estaba por volver para buscar de nuevo escuchó un estornudo que provenía de los árboles en la parte oscura de la feria. Había anochecido y esa parte se veía desierta. Una vez más se escuchó el sonido y se acercó aún más. Entre la oscuridad pudo distinguir movimiento. "¡Plagg!" casi gritó, "¡Te he estado buscando por toda la feria!" Pero el supuesto kwami no respondía y el joven decidió subir al árbol y atraparlo. "¡Te tengo!" Pero cuando bajó del árbol y vio con la poca luz que daba a ese lado, notó que había algo diferente en su compañero. Grandes y brillantes ojos azules le devolvieron la mirada y Adrien sólo atinó a decir: "Tú no eres Plagg."
Marinette había abandonado a Alya y Nino con casi el mismo pretexto que su otro compañero, pero mencionando "galletas" en algún punto y corriendo a una velocidad que pocos sabían que tenía sosteniendo su peluche con aprehensión. Entre puesto y puesto, atracción tras atracción optó por regresar a la panadería. Entró y se dispuso a checar entre los mostradores que casi estaban vacíos. Asomándose entre los distintos estantes que aún ofrecían pan, por la orilla de su vista alcanzó a notar un movimiento rápido y lo siguió hasta quedar frente a la selección de panes gratinados con queso. "¿Tikki?" dijo insegura al ver al pequeño de color negro, que le regresó la mirada con grandes ojos verdes que ella podía asegurar que le eran familiares.
Tikki admiraba la habitación y sonreía mientras volaba para ver la colección de ropa del modelo.
"¿Queso?" ofreció Adrien sacando un pedazo de camembert de su bolsa.
"Plagg sigue siendo un adicto al queso, supongo que algunas cosas no cambian," Sonrió, luego negó con su cabeza y Adrien guardó el queso en un contenedor que tenía en su habitación.
"¿Qué te puedo ofrecer?" Tikki miró con ternura al chico que hablaba con tanta formalidad, pero contestó con una gran sonrisa.
"Galletas" Y rió de nuevo cuando Adrien comentaba que eso era mucho mejor que el camembert que Plagg lo forzaba a cargar.
"Huelo a tienda de quesos todo el tiempo" se quejó medio en broma. Pero sonrió también al ver a la pequeña kwami asentir en señal de comprensión. "¿Plagg y tú se conocen desde hace mucho?"
"Así es, hemos sido compañeros por mucho tiempo, aunque a veces nuestras interacciones son sólo a través de las Ladybugs y Chat Noirs de cada tiempo" contestó serenamente mientras se sentaba en el escritorio del joven.
"¿No lo extrañas?" La mirada de duda y angustia en sus ojos hizo que la kwami de nuevo lo mirara con ternura, sabía que por algo lo habían elegido, el joven podía sentir el dolor ajeno como propio. Plagg seguramente procuraba distraerlo con su actitud despreocupada para evitar que el chico se ahogara en tantos problemas.
"No estamos separados" Respiró hondo y agregó. "Es como saber que él está ahí, a pesar de que no puedo verlo directamente. Mientras Ladybug y Chat Noir trabajen juntos, nosotros estaremos conectados."
Adrien sonrió y sus ojos recuperaron su brillo normal. "Conectados" suspiró mientras salía para tomar unas galletas de la cocina ante la mirada azulada de la pequeña que lo veía con sabiduría.
"Sí, conectados" Susurró al vacío. "Plagg tiene a un buen chico a su cargo, como se esperaría de Chat Noir."
"Déjame ver si entiendo, te perdiste en la feria porque querías queso, dejando a Chat Noir solo." Plagg asintió mientras daba otro mordisco a su pan. "Y yo perdí a Tikki mientras estaba ocupada divirtiéndome con mis amigos." Suspiró cansada. "¿Qué vamos a hacer?"
"Encontrarlos" respondió mientras tomaba otro pan.
"Lo haces parecer fácil gatito." Rió Marinette, el pequeño gato tenía un aire juguetón y despreocupado, tal vez por eso se dejó convencer de que todo estaría bien. Tikki sabía donde vivía, tenía la esperanza de que Chat Noir hubiera encontrado a Tikki y la tuviera a salvo, y probablemente Plagg podría regresar con Chat Noir en cuanto tuviera la energía suficiente. "¿Quieres más?" preguntó con una sonrisa suave.
"¿Puedo?" Preguntó con ojos enormes y cara de sorpresa.
"¡Claro!" La joven se levantó y se llevó la bandeja donde le había servido una buena ración al kwami para volver a rellenarla. "Enseguida vuelvo." dijo mientras desaparecía por las escaleras de su habitación.
"Tikki es muy afortunada." Inesperadamente el kwami tenía una cara seria. "Tiene a una buena chica a su cargo, es una excelente Ladybug." Vio por la ventana la ciudad iluminada por las luces artificiales. "Espero que su suerte sea suficiente."
El sol apenas se asomaba por el cielo, Adrien y Marinette ya estaban listos para la escuela a pesar de la angustia y cansancio que sufrieron por no saber el paradero de sus compañeros. Llegaron con mucha antelación y ambos fueron los primeros en su salón con pocos minutos de diferencia. Adrien aprovechó para preguntarle los eventos que habían pasado luego de que se habían separado. Su conversación fue casi unilateral, la joven no podía verlo a los ojos por mucho tiempo y sus respuestas más claras eran monosílabos. Pero hoy el chico de ojos verdes no planeaba darse por vencido en acercarse a su compañera que siempre veía hablar con otros sin problemas. "Tal vez la intimido." Pensó con pesar.
Otros entraron al salón y escuchó un susurro desde su camisa aprovechando la distracción. "Tranquilo, sólo sé tú mismo." Aconsejó la kwami oculta pero con una sonrisa visible.
Adrien tomó aire, ajeno a que en el asiento de atrás Marinette checaba su bolsa cuando sintió un pequeño golpe. "Estás asustando al chico, pregúntale de él si estás muy nerviosa para hablar de ti." La joven no sabía qué pensar de los ojos verdes que la veían desde la oscuridad de su bolsa con algo de molestia. "No entiendo porqué tanto problema en habl-" pero fue cortado cuando la chica cerró por instinto su bolsa cuando el chico que se sentaba frente a ella se giró totalmente a verla.
"Marinette" dijo mientras pasaba su mano por su cabello. "Me preguntaba si, bueno, yo… ¿te molesta hablar conmigo?"
La joven veía con la boca abierta al chico que la veía expectante. cerró la boca, negó con fuerza su cabeza y cuando estaba por contestar entró al salón la maestra seguida por Alya y Nino que conversaban con calma.
"Comencemos la clase" La joven de ojos azules casi optaba por golpear su cabeza repetidamente contra el escritorio. Pasó el resto de la clase pensando en la respuesta que podría dar, creando escenarios que parecían improbables.
"Conectados" susurró cierto kwami de ojos verdes mientras contemplaba la oscuridad desde el bolso en el que estaba.
